China moviliza tropas hacia el Tibet: temor a represión en gran escala
IAR Noticias
21/03/08
Con el objetivo de neutralizar la "rebelión de los monjes" comandada por el Dalai Lama (abiertamente alineado con Washington) China reforzó, este jueves, la seguridad en el teatro de operaciones del Tíbet y en regiones vecinas, adonde envió importantes refuerzos militares en un momento en que aumenta la presión internacional sobre Pekín. En las últimas horas se produjeron detenciones masivas y los "rebeldes" temen un asalto final del ejército chino en las próximas horas.
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En las últimas horas, las autoridades del Tíbet arrestaron a 24 sospechosos de "crímenes graves" después de que los soldados tomaran medidas para controlar las manifestaciones contra China en la región, lo que ha lanzado dudas sobre las preparaciones para los Juegos Olímpicos de Pekín.
La oficina del fiscal en la capital tibetana, Lhasa, dijo que los sospechosos fueron arrestados por "arriesgar la seguridad nacional, así como golpear, saquear, romper, quemar y otros crímenes graves" en los sangrientos disturbios del viernes 14, informó el jueves el periódico Tíbet Daily.
En los últimos días, largos convoyes militares marcharon hacia Tibet, pero éstos han aumentado de manera significativa en las últimas horas.
Tropas chinas se dirigían este jueves hacia Tíbet, al tiempo que la presencia militar aumentaba en las regiones del oeste de China donde viven minorías tibetanas, según un testigo, varios periodistas y asociaciones protibetanas.
Georg Blume del diario alemán Die Zeit, uno de los últimos periodistas occidentales que fueron expulsados de Lhasa, aseguró que la presencia militar es masiva en la capital tibetana.
"Vi un convoy de por lo menos 200 camiones con 30 soldados cada uno, es decir unos 6.000 militares desplazados en un solo día", afirmó Blume a la BBC antes de partir de Lhasa en la mañana de este jueves.
Un corresponsal de la BBC contó este jueves más de 400 vehículos militares dirigiéndose hacia el paso montañoso que une a Sichuan con el Tibet.
Periodistas de la BBC hablaron también de un tren que transportaba más de 20 vehículos, entre ellos camiones y todoterrenos, en la línea que va a Tíbet, en la frontera entre las provincia de Qinghai y Gansu.
Sobre los vehículos figuraba la inscripción 'Fuerza de Reacción Rápida de la Policía Armada China'.
Otro periodista extranjero aseguró haber visto el miércoles en Sichuan (suroeste) numerosos vehículos militares con soldados en las carreteras que permiten acceder a Tíbet.
Por su parte, el Dalai Lama, líder espiritual de los budistas tibetanos exiliado en India, se declaró dispuesto a reunirse con el presidente chino, Hu Jintao, si recibe "señales concretas" de que Pekín está dispuesto al diálogo.
El Dalai Lama expresó asimismo su temor de que la represión china haya dejado "numerosas víctimas" en Tíbet.
Pekín acusa al Dalai Lama de haber organizado los disturbios del pasado viernes 15 para sabotear los Juegos Olímpicos de Pekín y afirma que hubo 13 muertos a manos de "agitadores tibetanos".
Medios de Europa y de EEUU deslizaron que Pekín está preparando una masacre militar para terminar rápidamente con la rebelión tibetana que erosiona su imagen internacional y pone en peligro la realización de los Juegos Olímpicos.
El martes, activistas tibetanos publicaron imágenes que según ellos confirman su acusación de que ha habido muchas muertes y denuncian la brutalidad de las fuerzas chinas en la represión.
Las protestas empezaron el 10 de marzo pasado -49 aniversario de un levantamiento tibetano contra China- y escalaron gradualmente, hasta terminar en violencia.
La inflexible respuesta de China a las manifestaciones ha provocado demandas en los llamados "países occidentales" para que se boicotee la ceremonia de inauguración de los Juegos en agosto.
Organizaciones de "derechos humanos", controladas desde Washington y la UE (como ya lo hicieron durante el levantamiento de los monjes en Birmania), denuncian "torturas" y represión excesiva por parte del gobierno chino.
"Nos han dicho que en Lhasa ha habido centenares de arrestos", dijo Kate Saunders de International Campaign for Tibet, a la agencia AFP.
En una declaración, la organización estadounidense, Human Rights Watch, urgió a China a permitir el acceso de monitores independientes a los detenidos.
Como ya sucedió en Birmania, donde fue exterminada la "rebelión de los monjes", la prensa internacional no ha podido entrar a Lhasa y la información es estrictamente controlada.
Del lado de Pekín, responden que Washington, utilizando al Dalai Lama está "desestabilizando" la región con la finalidad de perjudicar la imagen de China y boicotear los Juegos Olímpicos.
El recorrido de la Antorcha Olímpica por 19 países comienza la próxima semana y también visitará Tíbet, lo que posiblemente atraerá a manifestantes.
El secretario del Partido Comunista de Tíbet, Zhang Qingli, advirtió que la batalla contra el movimiento del exilio tibetano es una lucha "a largo plazo".
"Estamos en medio de una fiera batalla a sangre y fuego, una lucha de vida o muerte con la camarilla del Dalai", dijo el miércoles en una reunión de líderes regionales.
"Los líderes de todo el país deben comprender profundamente la dificultad, complejidad y naturaleza de largo plazo de esta lucha", afirmó Zhang Qingli, según informó el China Tibet News.
Por su parte, los tibetanos en el exilio (llamados "golpistas" por el gobierno de Pekin) hablan de 100 muertos, probablemente cientos, debido a la represión no sólo en Tíbet sino en otras regiones a las que se propagaron las protestas.
Mientras tanto, la presión internacional sobre el Gobierno chino siguió creciendo este jueves.
El príncipe Carlos, heredero del trono de Inglaterra, anunció que se reunirá con el Dalai Lama durante una visita de éste a Londres en mayo.
El miércoles, el primer ministro británico, Gordon Brown, ya se había declarado dispuesto a recibir al "líder espiritual" tibetano, un anuncio que Pekín calificó de "profundamente preocupante".
Brown precisó haber hablado por teléfono con su homólogo chino, Wen Jiabao.
"El primer ministro (chino) me dijo que estaría dispuesto a emprender un diálogo con el Dalai Lama con dos condiciones que el Dalai Lama ya cumplió: que no apoye la independencia total de Tíbet y que renuncie a la violencia", explicó.
También el primer ministro australiano, Kevin Rudd, que tiene previsto realizar un viaje oficial a China en abril, pidió de nuevo este jueves moderación a China.
Y desde París, la secretaria de Estado francesa de Derechos Humanos, Rama Yade llamó a China a "tender la mano al Dalai Lama" y a respetar a los tibetanos, subrayando que de no ser así, la comunidad internacional "sacará sus consecuencias".
El primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo que su Gobierno estaba considerando si enviar o no una delegación a la ceremonia al inicio de los Juegos, que se extenderán del 8 al 24 de agosto.
"Si la situación no cambia, nosotros queremos expresar nuestras críticas en relación con lo que ocurre en China. Yo no excluyo que (faltar) a la celebración de la inauguración de las Olimpiadas sea una forma de dejar esto en claro", señaló Tusk.
El aspirante a la presidencia de Estados Unidos Barack Obama, por su parte, instó a su país (acusado por Pekin de promover el levantamiento) a "defender los derechos humanos" en Tíbet tras las operaciones de seguridad chinas.
El Gobierno de Bush ha instado a China a mostrar "moderación", tal como lo ha hecho la Unión Europea.
En general, para los expertos, China está preparando una operación militar a gran escala en el Tibet, antes de que la rebelión se expanda y sea utilizada en su contra por EEUU y la UE en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Hay una generalizada coincidencia en que el Tibet ya se ha convertido en la "Birmania" de Pekin.
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