Cartas desde el borde
Laura Knight-Jadczyk
sott.net
Traducción Señales de los Tiempos
14/03/08
Hoy voy a escribir una carta; una carta a todos nuestros lectores. También voy a incluir una transcripción de una carta muy interesante que sott.net recibió del profesor Victor Clube. Espero que estas cartas cambien su vida, su futuro, y la mía también.
Aquí en sott.net hemos estado bastante ocupados trabajando en nuestra defensa legal, ¡como pueden imaginar! Estoy segura de que todos notan que no estamos ni siquiera cerca de nuestra meta para tener los suficientes fondos para cubrir los gastos. Sólo recuerden lo siguiente, si 1.000 personas pueden donar $100 cada una, lo logramos. Si 2.000 personas donan $50 cada una, lo logramos. Y sin duda con más de 10.000 de ustedes leyendo el sitio cada día, ¡deberíamos ser capaces de lograrlo!
¡Sólo tengan en cuenta lo que se perderían si no estuviéramos! ¿Quién más pasaría días, semanas, meses e incluso años cavando hasta los niveles más profundos de nuestra realidad para traerles análisis y reportes de lo que realmente está ocurriendo? Después de todo, no es sólo un asunto del caos político; hay razones cósmicas para este caos y los ciclos históricos demuestran claramente que en tiempos como estos generalmente se manifiestan otros síntomas de los cuales todos tenemos que estar conscientes. Por ejemplo...
¿Vieron esto? Antártica: Meteoritos misteriosos confunden a científicos. Seguido por esto: Meteoritos pueden ser los restos de planeta enano destruido. Ambos artículos tratan acerca de los mismos meteoritos; la idea de que hubo alguna vez otro planeta en el sistema solar que fue destruido en cierto momento es algo de lo que hemos especulado por años aquí en sott.net.
Hablando de planetas desaparecidos, ¿leyeron esto: Misión a los planetas olvidados? Es sorprendente cuánto le toma a la ciencia ponerse al día con “palabras inspiradas”, ¿no?
Hablando de la ciencia “poniéndose al día”, echen un vistazo a esto: Misterio de cráter en Utah resuelto, donde leemos:
...Siga leyendo, haciendo click en el título...“El polémico debate acerca del origen del Domo de Levantamiento ha durado casi un siglo, a lo largo del cual se han propuesto hipótesis extremadamente diferentes (gradualismo contra catastrofismo)”, reportan Buchner y Kenkmann.
De hecho, el debate ha reflejado una división histórica de ideas en geología a lo largo de esas décadas.
Por un lado estaban los “gradualistas”, quienes proponían la idea de que casi todo lo que vemos en el planeta hoy en día es el resultado de procesos graduales que todavía están en marcha – glaciares en movimiento, lluvia cayendo, ríos fluyendo, etc. El gradualismo fue considerado herético cuando fue propuesto por James Hutton a fines del siglo 18 porque implicaba que la Tierra era tremendamente más vieja de lo que proclamaban algunos estudiantes de la Biblia.
Estos estudiantes de la Biblia citaron catástrofes tales como el diluvio de Noé para explicar tales rarezas geológicas como fósiles marinos en lo alto de las montañas. Estos primeros “catastrofistas” tendieron a ignorar la evidencia que iba en contra de su interpretación bíblica del registro geológico. En otras palabras, no eran muy científicos.
Como resultado, los geólogos están entrenados para ir con mucho cuidado cuando sea que se hable de eventos extraordinarios para explicar rasgos geológicos. El problema es, por supuesto, que hay cosas como el Domo de Levantamiento que son, como sabemos ahora, creaciones genuinas de eventos catastróficos extraordinarios, aunque no bíblicos.
¡Guau! ¿Quién lo hubiera pensado? ¿Catástrofes?
Hablando de catástrofes desde entonces y futuras, echen un vistazo a esto: Impacto de “bola de fuego gigante” en Perú desestabiliza teoría de meteoritos; y esto: Cómo llegó a la Tierra el meteorito peruano. El segundo artículo nos informa:Los científicos han establecido que la bola de fuego de Carancas era un meteorito rocoso, un tipo frágil que por mucho tiempo se pensó que se haría pedazos al entrar a la atmósfera de la Tierra dejando luego poco más que un susurro de su viaje.
Sin embargo, el meteorito rocoso que golpeó Perú sobrevivió casi intacto antes del impacto. “Esto definitivamente no es lo que esperábamos”, dijo Schultz. “Los llevó a muchos al grado de hacerlos pensar que se trataba de una farsa. Era completamente inconsistente con nuestro entendimiento de cómo actúan los meteoritos rocosos.”
¡Pensaron que era una farsa! Y en el caso del Domo de Levantamiento, se han pasado un siglo debatiendo. Suena como si nadie supiera realmente lo que está haciendo, ¿no? Pero entonces por qué están haciendo esto: ¡No, no es broma! Planes para un “arca del día del juicio” en la luna.
He estado diciendo por años que “Algo maligno viene hacia acá.” Me parece curioso que esta demanda legal aparece exactamente en el momento en el que estoy profundizando más y más en la investigación para la serie de artículos de cometas:
Nueva perspectiva sobre la Peste Negra: La conexión cósmica
El peligro de las bolas de fuego y los cometas para la civilización
Tiro al pavo cósmico
Guerras, pestes y brujas
Treinta años de cultos y cometas
El cometa Biela y la vaca de la Sra. O’Leary
Tunguska, los cuernos de la luna y la evolución
En esta seria hemos aprendido que hay mucha evidencia de que nuestro planeta sufre bombardeos cataclísmicos mucho más a menudo de lo que el público en general piensa o cree.Aunque por mucho tiempo estuvo presente en las mentes de un puñado de los pensadores más imaginativos, en este siglo ha madurado la idea de la posibilidad de eventos de grandes impactos en la Tierra, como resultado de los estudios del cráter del meteoro de Arizona y la bola de fuego de Tunguska el 30 de junio de 1908 en Siberia, observaciones de naves espaciales de cráteres en la Tierra y otros cuerpos rocosos, y sondeos astronómicos de las poblaciones de asteroides cercanos a la Tierra y poblaciones de cometas. La apreciación de los efectos de grandes impactos se ha desarrollado en respuesta a estos estudios y a los libros no clasificados sobre los efectos de grandes armas nucleares. [...]
El fenómeno de impacto más intensamente estudiado, la formación de cráteres por impacto, tiene importancia limitada debido a la rareza y grandes lapsos de tiempo entre eventos de impactos de formación de cráteres. Casi todos los eventos que ocasionan daño a propiedad y que son letales son debido a cuerpos menores a los 100 metros en diámetro, casi todos los cuáles, excepto los más grandes y fuertes, están destinados a explotar en la atmósfera. ...Dado que las explosiones mayores a un gigatón de TNT son raras en esta escala de tiempo corta, nos encontramos forzados a concluir que el comportamiento complejo de cuerpos menores es muy relevante por la amenaza que de hecho vive la civilización contemporánea. [...]
La gran mayoría de eventos letales (no el número de fatalidades) son ocasionados por cuerpos que son tan pequeños, tan poco perceptibles y tan numerosos que el costo del esfuerzo requerido para encontrar, rastrear, predecir e interceptarlos excede el costo del daño incurrido en ignorarlos.
(John S. Lewis, profesor de ciencias planetarias en el Laboratorio Planetario y Lunar, codirector del Centro de Investigación de Ingeniería Espacial de la Universidad de Arizona/NASA, y comisionado de la Comisión Espacial del Estado de Arizona en: Riesgos de impacto de asteroides y cometas sobre una Tierra poblada, 2000; Academic Press)
Esta declaración de John Lewis resume bastante bien las conclusiones de toda la investigación sobre riesgos de cometas y asteroides que ha ocurrido frenéticamente en los últimos 14 años, más o menos. Aquéllos de los que realmente nos tenemos que preocupar, aquéllos que van a matar gente en el planeta en desastres aleatorios e impredecibles, probablemente no puedan ser observados y son demasiado numerosos para que sea eficiente en términos de costos tratar de encontrarlos y hacer algo al respecto. En otras palabras, el público ha sido abandonado a su suerte. No sólo abandonado, sino que una clara política de encubrimiento está claramente en marcha.
Como he mencionado antes, considerando la naturaleza del tema y los obvios esfuerzos para marginalizarlo, encubrirlo y transferirlo al reino de las “locas teorías de la conspiración” o algo peor, teníamos cierta preocupación por el profesor Victor Clube, autor de El invierno cósmico y del artículo dirigido a la Oficina Europea de Investigación y Desarrollo Aeroespacial, fechado el 4 de junio de 1996 y titulado: El peligro para la civilización de las bolas de fuego y cometas que parece haber “desaparecido”. Escribí en la cuarta parte de esta serie:Continuando la búsqueda desencadenada por el tema de investigación de Víctor Clube: El Peligro de las Bolas de Fuego y los Cometas para la Civilización, pareciera que he abierto una lata de gusanos. Hasta el momento puedo decir dos cosas: 1) existe una gran investigación encubierta sobre este problema; 2) Al parecer Víctor Clube desapareció. Tenemos a algunos investigadores detrás de este tema y les informaré más adelante. Puede ser que se haya retirado, pero por el momento parece un tanto misterioso considerando las cosas que ha escrito.
Resulta que Victor Clube SE HA retirado. Uno de los editores de SOTT que es un investigador del clima en una instalación mayor de investigación en EEUU se dio a la tarea de tratar de encontrar a Clube y eventualmente recibió una carta por medio de fax del buen profesor, misma que cito aquí en parte:Febrero 15, 2008
[…]
¡Noto que mi salud es cuestionada y me apresuro en admitir que tengo una salud de hierro!... ¡De hecho todavía me gusta pensar que mi aparente inactividad no es tan total como el motor de búsqueda de google podría estar indicando!
Primero, debo decir que sus referencias a la comunidad paleoclimática (cósmicamente complaciente) y a mi reporte narrativo para la oficina europea de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, por demás no leído, me tocaron considerablemente. Después de todo ni la Sra Victoria Cox ni usted mismo pueden saber cuanta razón tuvimos Bill y yo en apreciar la oportuna inyección de fondos de la Fuerza Aérea en un momento en que la línea de investigación que representábamos parecía estar exitosamente cerrada por el establecimiento científico del Reino Unido. Por tanto, ambos nos vimos obligados a dejar nuestros puestos de carrera en el Observatorio Real, en Edimburgo, en virtud de esta línea de investigación, lo cual permitió nuestra reencarnación en un refugio más tolerante: mi alma mater (Oxford).
Además, mientras que acepto a grandes rasgos sus comentarios en relación al papel de las “élites nacionales” ante las amenazas de objetos cercanos a la Tierra (OCT), tengo bastante seguridad de que las élites actualmente en la práctica saben “MUCHO MENOS de lo que dejan ver” y que la situación para la humanidad es grave. Cualquier alivio que pueda uno derivar de la opinión contraria me parece enteramente fuera de lugar. Por tanto, a pesar de que los modestos esfuerzos globales para evaluar la amenaza de OCT con telescopios de parte de algunas administraciones semi-ilustradas (ejemplo EEUU) o de parte de algunas pocas empresas privadas (ejemplo Gates) ciertamente merecen ser elogiadas, yo veo este aspecto de la amenaza de OCT como básicamente intermitente y por lo tanto más o menos simbólica en cuanto a lo que concierne a la generalmente más urgente y todavía muy poco detectada baja masa de flujo OCT (cuyo efecto climatológico es demostrable). Esta amenaza en particular (evidentemente responsable por la condición evolutiva glacial/interglacial de nuestro planeta durante los últimos tres millones de años) es por supuesto fundamentalmente ignorada por el actual cuerpo científico y por lo tanto por la mayoría de la humanidad también.
¿Por qué está tan errado el cuerpo científico? Básicamente, desde mi punto de vista, porque muchos en estos días ignoran que dos versiones seculares de filosofía natural han surgido desde el renacimiento occidental cuando el trabajo de Platón fue reintroducido, esencialmente dando sustancia a la circulación zodiacal de dioses aparentemente ancestrales para la élite europea. Siguiendo la invención de telescopios y la revelación sin asimilar de que los dioses zodiacales parecían no existir (Galileo), la élite comenzó a invocar a la divinidad trascendental mientras que rechazaba cualquier circulación material o “motor inmóvil” ocupando el espacio interplanetario. Sin embargo, Newton hurgó más allá de Platón y alcanzó a Pitágoras, etc., y revivió las aserciones de una circulación material en el zodiaco (reducido en luminosidad), cuyos encuentros con nuestro planeta permanecían fuente de una providencia recurrente. Con el avance de la tecnología y el perfeccionamiento de telescopios, el zodiaco reveló entonces el primer cometa cercano a la Tierra (P/Encke) y el primer asteroide no tan cercano (Ceres), replanteando así la cuestión de si la antigua circulación zodiacal incluía cometas cercanos a la Tierra. El resultado fue una crisis muy grave en la élite occidental que fue resuelta alrededor de 1830 a favor de la preferida versión secular de filosofía natural (Galileo) en contraste con la otra (la de Newton). Ahora creo que este giro de eventos fue claramente iniciado por los estatutos oficiales de la Sociedad Astronómica Real en Gran Bretaña (¡nación líder!), dado que estuvo de acuerdo en no publicar observaciones de P/Encke a pesar de que su homónimo ya había recibido el más alto reconocimiento de la sociedad. Surgiendo de entre la interferencia política, los artículos inéditos de Newton permanecerían ocultos por al menos otro siglo mientras que la climatología (como muchas otras ramas del conocimiento) nunca fue integrada con las astrofísica y geofísica newtonianas.
Una vez que se aprecia esta línea de avance del conocimiento, se puede reconocer que se ha intentado esta integración sólo recientemente con la publicación de una excelente monografía interdisciplinaria, “Eras glaciales y causas astronómicas” (Springer 2000) por Muller y McDonald (fallecido). Este importante trabajo climatológico vincula una vez más al clima con una circulación material en el zodiaco y efectivamente difícilmente puede ser acusada de error hasta que llega a su capítulo 7 (Modelos climáticos de incremento). Aquí, desafortunadamente, se vuelve muy dependiente de un entendimiento completamente erróneo acerca de bandas de polvo previamente desconocidas en el zodiaco reveladas por IRAS recientemente en 1983-4*. El equipo de IRAS era una empresa científica típica del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial que duró solamente alrededor de una década y al cual le hizo falta una base institucional segura, pero que fue inspirada y fundada por una nación líder (EEUU) para el beneficio de la humanidad. Bajo estas condiciones, sus aserciones, como aquéllas para la resurrección, fueron aceptadas demasiado rápidamente por el cuerpo científico y fue absolutamente incorrecto suponer que sólo el material (orbital) de baja excentricidad podía ser invocado en la creación de estas bandas de polvo no detectadas con anterioridad. Por tanto, el equipo IRAS falló completamente en asociar estas bandas con su fuente más obvia, es decir el progenitor a largo plazo del cometa P/Encke. El resultado de todo esto es la sucesión de las élites astronómicas/cosmológicas del Reino Unido y EEUU hábilmente distrayendo al cuerpo científico y a la humanidad por los últimos 200 años del material más prominente dominando el espacio cercano a la Tierra y controlando el clima de la Tierra por los últimos 3 millones de años (y sin duda un periodo comparable en el futuro). El resultado político y social de todo esto (incluyendo el susto actual del calentamiento global) podría ser risible si no fuera también tan grave y serio. […]
* P.D. Ninguno de los autores de estas publicaciones alcanza a darse cuenta de la conclusión de que la relación entre el clima de nuestro planeta y su precesión nodal diferencial de giro orbital debe surgir en virtud de su resonancia orbital a largo plazo con la fuente de incremento (o la antigua música de las esferas). Como usted sabe, nuestra investigación se basa en la proximidad del cometa P/Encke con tal resonancia.
Como mencioné con anterioridad, todos necesitan leer el libro de Clube, si les es posible conseguir una copia. Podrían tener que recurrir a una biblioteca. El motivo por el cual este libro es tan importante es porque nos da una buena idea en términos muy realistas de lo que podríamos tener que enfrentar en un futuro no muy distante… ¡Y que es eminentemente una situación de la que se puede sobrevivir SI uno sabe a qué prestar atención y cómo prepararse! NO es el Fin del Mundo (al menos no para todos, ¡pero ciertamente para aquéllos que no estén preparados y que se encuentren en la línea de fuego!). Pero sí, puede ser parecido a la Peste Negra con la pérdida de la mitad de la población de uno o más continentes, o como el Gran Incendio de Chicago o Tunguska, o incluso todos los anteriores en combinación. Pero hubiera sido posible sobrevivir a todos esos eventos si las víctimas hubieran estado informadas y preparadas. Sí, hay quienes incluso habiendo estado informados y preparados hubieran perecido de cualquier modo, pero nosotros preferimos el camino optimista: El Conocimiento Protege. Y estamos tratando con todas nuestras fuerzas de darles a ustedes ese conocimiento.
El hecho de que Bill Gates y otros hayan invertido en un banco de semillas, en un observatorio, y todas las otras cosas que hemos discutido con anterioridad nos sugieren fuertemente que ellos (los ricos y poderosos) también tienen en mente este tipo de futuro. El hecho de que el clima se haya vuelto loco, los avistamientos de bolas de fuego se hayan incrementado dramáticamente e incluso los impactos se registren frecuentemente alrededor del globo, son pistas de que definitivamente nos estamos moviendo hacia una corriente de polvo cósmico como la describe Clube, y que tal corriente incluye muy probablemente algunos objetos mayores – grupos de ellos – y “quienes saben” han tomado nota y se están preparando. ¿No debería de ser accesible a todos ese conocimiento? Creemos que sí.
Ni siquiera tenemos que preocuparnos de nada relacionado con una estrella gemela ni un grupo de cometas de la nube de Oort que pudiera o no aparecer en el futuro; sólo tenemos que hacernos cargo de la ciencia frente a nosotros. La ciencia dice que “Algo maligno viene hacia acá”.
Estoy pensando en convertir esta serie en un libro, (¡y hay tanto más sobre lo cual escribir!), pero por supuesto, si Eric Pepin prevalece en su demanda en mi contra (recuerden, yo soy personalmente nombrada como una acusada), las cosas no se ven muy bien para ese libro o libros en el futuro. Podríamos incluso especular que la verdadera intención de la demanda es tratar de obtener todos mis derechos de autor, ponerme en una deuda tan profunda que cualquier cosa que vuelva a escribir sea propiedad de alguien más que entonces, sospechamos, lo enterrará para siempre.
Esa ES una posibilidad, ¿saben? Real.
En resumen, la demanda no es sólo acerca de un tipo raro que se molestó porque un pequeño y desconocido foro en una esquina de Internet, generalmente suprimido por google (esa es otra historia), publicó ciertas críticas de su trabajo y estilo de vida, críticas basadas en eventos ampliamente conocidos y publicitados en esa vida, por cierto. No, Eric Pepin sin duda sabe que sott.net opera con casi nada de dinero, que no hay oro a ser obtenido de esta fuente. Y considerando mi edad y perspectiva de vida, el viejo Eric debería de saber que incluso si yo vendiera hamburguesas hasta que muriera, no obtendría nada.
Así que en efecto, esto es más que sólo un intento de suprimir la Libertad de Expresión. Junten las piezas, saquen las conclusiones.
Y si realmente quieren saber qué está ocurriendo aquí en la Gran Esfera Azul, verdaderamente necesitan ponerse en acción y ya sea ayudarnos con fondos o a esparcir información acerca de esta situación porque, gente, Eric Pepin y quienquiera que esté detrás de él, junto con el sistema legal de EEUU, bien podrían apagar el faro de luz.
Tienen que decirme si quieren saber, y tienen que hacerlo ahora. Díganmelo con acciones, no con palabras porque, en este momento, sólo las acciones van a salvar a las palabras que todavía tengo que escribir para ustedes, para sus hijos, para todos nosotros.
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