Un avión de Ryanair con destino a Girona aterriza en Francia por una despresurización

El aparato partió desde la ciudad inglesa de Bristol. 16 personas fueron hospitalizadas aquejadas de dolores de oído y alguna crisis de ansiedad.

Mónica Martínez León
Público
26/08/08

Durante la madrugada de ayer un avión de la compañía aérea Ryanair, que realizaba el trayecto Bristol-Girona, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de la ciudad francesa de Limoges por un fallo técnico en el interior de la cabina.

La aeronave, un Boeing 737, sufrió una despresurización en pleno vuelo por lo que el piloto tuvo que descender hasta 8.000 metros en pocos segundos y hacer uso de las mascarillas de oxígeno para que la presión no afectase al pasaje.

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Del total de 176 pasajeros, 26 sufrieron heridas en los tímpanos y de éstos, 16 fueron hospitalizados por fuertes dolores y crisis de ansiedad, aunque todos ellos se encuentran fuera de peligro.

En el avión viajaban unas 140 personas de nacionalidad británica y el resto eran españoles, de los cuales 12 son jóvenes de entre 12 y 18 años residentes en la provincia de Girona que volvían de pasar tres semanas de intercambio en Torquay, al sur de Bristol, para estudiar inglés con la Fundación Joan Riera y Gubau de Santa Coloma de Farners.

Maniobra correcta
Jorge Cano, miembro del Sepla, comentó a Europa Press que la fuerte bajada de presión en la cabina "suele darse porque ha habido una apertura", que es "un problema que suelen tener los aviones" y que cuando ocurre lo que hay que hacer es descender de forma controlada "a la mayor velocidad posible y en el menor tiempo".

Según Cano, el comandante del Boeing 737 de Ryanair que se averió la pasada noche actuó correctamente. El pilotoJosé María Iscar así lo corrobora: "En estos casos hay que iniciar un descenso de emergencia para alcanzar una altitud de vuelo donde el aire exterior tenga la suficiente concentración de oxígeno que permita la vida dentro del avión, y a partir de ahí hay que descender rápidamente porque se quedaría sin combustible", porque los aviones gastan más combustible cuanto más bajo vuelan.

Lo de Barajas, muy presente
Uno de estos jóvenes que viajaba en el avión averiado, Uriel Solà, ha explicado a Público los momentos vividos dentro de la nave: "La gente se ha asustado mucho, han bajado las mascarillas y el avión se movía muy bruscamente. Han pasado unos diez minutos hasta que nos han dicho lo que había pasado por los altavoces", ha afirmado.

"Al aterrizar en Limoges un equipo de médicos nos esperaba para separar a los que estaban bien de los que tenían problemas en el tímpano o ansiedad, para ser hospitalizados", explicó Solà.

María Fabregat también viajaba en el avión y ha asegurado que durante la maniobra de descenso nadie les atendió: "Me he asustado muchísimo, también al ver el miedo de la gente a mi alrededor, supongo que lo de Barajas está muy presente y es inevitable", ha afirmado Fabregat.

Muchos han sufrido ataques de ansiedad y han sido atendidos por los médicos que nos esperaban al aterrizar. "He pasado toda la noche hospitalizada porque me duele mucho los tímpanos, pero el médico no me ha visitado hasta por la mañana", ha protestado Fabregat.

Según Aena, a las 4.18 horas de la madrugada de ayer, 125 de los pasajeros aterrizaba en el aeropuerto de Girona-Costa Brava, después de que la compañía aérea Ryanair pusiera a disposición un nuevo avión para trasladarlos a su destino. El resto, una vez dados de alta, han ido volviendo en autobús a Girona.

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