La CIA exporta terrorismo al "eje del mal": Irán acusa

IAR Noticias
20/10/09

Ni el gobierno de Ahmadineyad ni los ayatolas que controlan el poder en Irán tienen dudas: La CIA y los servicios británicos, luego de fracasar en junio pasado con las revueltas callejeras y el "golpe de los reformistas", están movilizando a los grupos infiltrados internos para desatar una escalada "terrorista" contra objetivos del régimen islámico. El atentado del fin de semana, que causó la muerte de altos mandos de la Guardia Revolucionaria (el "ejército ideológico" del régimen) puso en guardia al régimen de Teherán, cuyos funcionarios y líderes acusan abiertamente a EEUU y Reino Unido de estar detrás de un nuevo plan de desestabilización que tiene al "terrorismo" como su herramienta de ejecución.

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Autoridades y funcionarios del régimen de Teherán pidieron el lunes venganza por el atentado del domingo contra la Guardia Revolucionaria, que causó 42 muertos, y prometieron "castigar" a las potencias occidentales, a quienes responsabilizan de estar detrás del ataque.

Las acusaciones volvieron a generar un clima de tensión con EEUU y las potencias, y ensombrecieron las conversaciones en Viena para que Irán acepte el enriquecimiento de uranio por un tercer país. Teherán advirtió que en caso de que fracase la negociación, continuará con el enriquecimiento por sus propios medios.

Horas después de que los medios oficiales iraníes informaran del atentado, el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, acusó en Teherán a los "Gobiernos arrogantes", un término que utiliza habitualmente para referirse a Estados Unidos.

Jamenei aseguró que Irán "castigará a los terroristas responsables del ataque", en su primer comentario en público sobre el atentado más sangriento en territorio iraní desde la guerra que libró Irán contra Irak entre 1980 y 1988.

Después del abortado "golpe reformista" de junio pasado, Teherán cerró sus fronteras y tendió una cortina de hierro sobre el proceso de rebelión interna apoyado y estimulado por EEUU y las potencias del eje sionista USA-UE empeñadas en desestabilizar al régimen de los ayatolas.

Sorpresivamente, hace dos semanas, el gobierno de Teherán anunció las primeras condenas a muerte de tres acusados de participar en las revueltas y protestas callejeras que se desataron tras la reelección presidencial de Ahmadineyad, calificada como "fraude" en junio pasado.

El domingo pasado, un atentado suicida contra la poderosa Guardia Revolucionaria de Irán en la frontera con Pakistán dejó 42 muertos, entre ellos siete comandantes y varios líderes tribales, en un durísimo golpe para el ejército ideológico del régimen islámico, que acusó inmediatamente a EEUU y Reino Unido de estar detrás del complot.

Las agencias estatales informaron que el atentado fue reivindicado por el grupo rebelde de la minoría sunnita Yundalá (Ejército de Alá), al que se lo vincula con la red terrorista Al Qaeda y con el movimiento radical afgano talibán, al que Teherán acusa de ser entrenados y financiados por la CIA y los servicios británicos.

"Ningún sospechoso fue arrestado (pero) el grupúsculo de Abdolmalek Righi (Yundalá) asumió la responsabilidad de esta acción terrorista", dijo Mohamad Marzié, procurador general de Zahedan, capital de Sistan-Baluchistán.

Teherán acusó a Estados Unidos, Reino Unido, y también a Pakistán de estar detrás del atentado. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, señaló a "agentes de los extranjeros" y advirtió que "los criminales recibirán muy pronto una respuesta".

Tras el ataque, los Guardianes de la Revolución acusaron a "mercenarios de la arrogancia internacional", expresión con la que el régimen iraní suele referirse a Occidente, en particular a EEUU.

"Sin duda, este acto salvaje e inhumano está relacionado con la estrategia satánica de los extranjeros y los enemigos que han sido heridos por la Revolución Islámica", subrayaron en un comunicado.

En la misma dirección se pronunció el presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, quien sugirió que el ataque "es resultado de la forma de actuar de Estados Unidos en la región".

De esta manera, las operaciones terroristas se suman a los cuatro actores principales que las oposición "reformistas" venía desarrollando: El "fraude", la "protesta popular", los muertos y la presión internacional para obligar al gobierno de Irán a suspender las elecciones.

Este martes, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, durante una una conversación telefónica con el primer ministro de Turquía, Recep Tayip Erdogan, Ahmadineyad insistió en que el terrorismo "es el enemigo común de todas la naciones de la zona" y apostó por la cooperación exclusivamente regional como única vía para solucionarlo.

Ahmadineyad insistió en que la presencia de tropas extranjeras es "la raíz" de los problemas de inseguridad que padecen las regiones de Oriente Medio y Asia Central.

Según la agencia de noticias iraní Isna, Erdogan y Ahmadineyad conversaron sobre el atentado que el domingo terminó con la vida de 50 personas en la frontera de Irán con Pakistán y que ha supuesto un duro golpe tanto para el régimen como para la poderosa Guardia Revolucionaria, cuerpo de elite del Ejército iraní.

Por su parte, el líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Alí Jameneí, volvió a apuntar a "Occidente" como el instigador de la citada matanza. En una carta de condolencia a las familias de las 42 víctimas, la máxima autoridad de Irán prometió que los culpables serán castigados.

"El crimen cometido por esos sanguinarios terroristas en Baluchistán ha desenmascarado el diabólico rostro de aquellos que son enemigos de la seguridad y la unidad, y que están apoyados por ciertos poderes arrogantes", afirmó Jamenei, a quien cita la agencia de noticias local Mehr.

"Los enemigos deben saber que su animadversión no podrá romper la unidad religiosa y tribal. Aquellos que han violado el derecho a la vida y a la seguridad del pueblo serán castigados por sus traicioneros actos", recalcó.

Dos altos mandos de la Guardia Revolucionaria perdieron la vida en el atentado suicida del domingo, cuya autoría fue asumidad el grupo extremista suní "Yundulah" (Ejército de Dios).

Irán acusa a Pakistán de ofrecer refugio a estos y otros grupos radicales que actúan en la inestable frontera entre los dos países, y a EEUU y Gran Bretaña de financiarlos y entrenarlos con agentes infiltrados.

Éste es el segundo atentado mortal que "Yundulah" perpetra en el Sistán Baluchistán desde que el pasado marzo el régimen iraní decidiera entregar a la Guardia Revolucionaria el control y la seguridad de esta zona, considerada también la principal puerta de salida de la droga que se produce en Afganistán.

El nuevo foco de tensión internacional, esta vez con el "terrorismo" como telón de fondo, se produce en un momento que el régimen de los ayatolá parecen remplazar a la estrategia política por la estrategia militar para contener la sedición de los reformistas pro EEUU-Israel-UE.

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