Un colegio de Queens acumula 45 de los 65 casos de EEUU
Idoya Noain
El Periódico
29/04/09
En Nueva York, usando las palabras del gobernador, David Patterson, "no es tiempo para la alarma, pero sí para la alerta". De los 65 casos identificados oficialmente en EEUU (a los que se suman cuatro identificados individualmente por varios estados), 45 están localizados en la ciudad. Y el núcleo de los contagios es el St. Francis Preparatory Academy, un instituto católico ubicado en el este del barrio de Queens.
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Ocho estudiantes de ese colegio, que lleva dos días cerrado y lo seguirá varios más, según anunció ayer el alcalde, Michael Bloomberg, regresaron el pasado lunes a clase después de pasar seis días de vacaciones en Cancún. A finales de semana empezaron las colas en las puertas de la enfermería del centro, donde numerosos estudiantes y algunos profesores presentaban síntomas similares: fiebre, tos, diarrea... En las aulas empezaron a hacerse palpables las ausencias por la enfermedad. Y ayer las autoridades confirmaron que 45 alumnos y profesores del centro constituyen el total de los afectados confirmados.
Calma en el Ayuntamiento
"No nos sorprendería comprobar que tienen la gripe centenares más de alumnos, y varios profesores que tienen los síntomas", dijo Bloomberg, que ayer insistió repetidamente en una rueda de prensa en recordar que, de momento, la gripe mexicana en Nueva York no está siendo virulenta. "No está siendo más severa que una temporada de gripe normal, los efectos son suaves y todos los pacientes se recuperan", aseguró.
El alcalde recurrió también a estadísticas habituales de la gripe común para restar alarma sobre el nuevo virus. "Lo que estamos viendo --declaró-- es lo que solemos ver con la gripe: se contagia una de cada cinco personas en contacto con un afectado". La gripe corriente y la neumonía provocan anualmente unas 2.000 muertes al año en la ciudad (y unas 36.000 en todo el país), y el primer edil opinó que, si la porcina sigue extendiéndose, no sería ilógico anticipar que habrá también fallecimientos.
Bloomberg detalló también las sospechas sobre la presencia del nuevo virus en otras dos escuelas de Nueva York. En la de la Ascensión, situada en el Upper West Side de Manhattan, se investigan cinco posibles casos. En PS 177, un centro para alumnos discapacitados situado en Queens, a solo unas manzanas de St. Francis, los posibles casos son más, y se decidió clausurar temporalmente el centro. De los 380 estudiantes de esa escuela pública, 82 han llamado declarándose enfermos. En 12 de los casos se ha documentado fiebre. Uno de los afectados tiene dos hermanos que estudian en St. Francis.
Acción a nivel local
La respuesta en Nueva York ejemplifica lo que está ocurriendo en todo el país. Aunque es el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) la agencia federal que centra las operaciones y coordina nacional e internacionalmente el seguimiento y la respuesta ante la expansión del virus, son las autoridades estatales y locales las que ejecutan las intervenciones.
El domingo, el CDC decretó la emergencia de salud pública, un paso que abrió las puertas al envío a los estados de 11 de los 50 millones de dosis de antivirales que constituyen las reservas estratégicas de EEUU. El lunes empezaron también a salir hacia distintos estados desde la sede central de la agencia en Atlanta equipos médicos para realizar las pruebas sobre gripe porcina, con lo que se puede calcular que aumentará el número de casos detectados.
Además, la agencia federal que controla y supervisa los medicamentos (FDA) eliminó el lunes algunas restricciones en el uso de antigripales como Tamiflu y Relenza, suspendiendo, por ejemplo, límites habituales sobre la edad a la que se pueden empezar a usar los medicamentos y permitiendo también incrementos de las dosis.
Efectos de la crisis
De momento, la respuesta de las autoridades federales en la primera emergencia doméstica a la que se enfrenta la Administración de Barack Obama ha sido bien recibida por muchos expertos en salud pública, que también han alabado al anterior Gobierno de George Bush por mejorar el sistema de emergencias y reforzarlo después de aprender la lección del huracán Katrina. Sin embargo, se advierte de los riesgos de que una epidemia pueda superar las capacidades sanitarias estadounidenses. A causa de la crisis económica, numerosos estados y ciudades, los más golpeados por la recesión, han realizado o planteado serios recortes en sus sistemas públicos de salud. Y como advierte Jeffrey Koplan, exdirector del CDC, "si esto se agrava, comprobaremos las debilidades del sistema".
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