John F. Kennedy y los Cerdos de la Guerra

Laura Knight-Jadczyk
20/11/2006
Traducción: El Averiguador

El Presidente Kennedy recibe la bandera de los exiliados de Cuba (Brigada 2506) en Miami el 29 de diciembre de 1962 y declara: “Prometo devolver esta bandera en una Habana libre”. Kennedy fue mal informado sobre los detalles exactos de la invasión cubana.


Comentario: Esta es la octava entrega de una serie de artículos escritos en el año 2006 en conmemoración del 43 aniversario del asesinato de JFK.

El presidente George Bush fue rápido al premiar el nombramiento de Barack Obama para la Casa Blanca. Felicitó a Barack Obama por su histórica victoria y le prometió una "completa cooperación".
"Anoche tuve una cálida conversación con el presidente electo Barack Obama. Lo felicité a él y al senador Biden por su impresionante victoria, [...] Le dije al presidente electo que podía contar con la completa cooperación por parte de mi administración a medida que realice la transición hacia la Casa Blanca”.
Esto le recordó a un miembro del foro las palabras de salida de Margeret Thatcher a Tony Blair:
Puedo recordar cuando Tony Blair fue elegido como premier británico (luego de la conveniente muerte de John Smith, el entonces líder del Partido Laboral) y de cómo Margaret apoyó su nombramiento. Las palabras que utilizó fueron; "Disfrutaré estar en el asiento trasero del auto”. Eso es de una mujer que es el equivalente británico de un neoconservador, hablando de un hombre que debía haber sido Socialista; es decir, del lado de los pobres, los desposeídos y los que no tienen derecho a voto.

Esa fue una impresionante pista, ¡y NADIE se dio cuenta!
Como todos sabemos, Tony Blair fue un entusiasta partidario de las guerras ilegales de los neoconservadores, de la destrucción de la economía y de la prohibición de las libertades civiles.
¿No deberíamos estar perturbados ante similares afirmaciones por parte del peor presidente en la historia de EEUU? Un hombre que se ha abierto camino para llevar al mundo al borde de la destrucción y que va en contra de todos los principios que JFK representaba…

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John F. Kennedy y los Cerdos de la Guerra

El 18 de noviembre de 1962, JFK predijo que el mes de abril de 1963 traería “la más duradera y fuerte expansión económica en toda la historia de nuestra nación”. Y agregó: “La firme conquista de los enemigos de la miseria, desesperación, hambre e injusticia es la tarea principal para la América de nuestro tiempo... ‘Nada es verdad excepto un hombre u hombres que se adhieran a ella, que vivan para ella, que luchen por ella, que mueran por ella…’”.

El tiempo se le escapaba de las manos…tenía cuatro días de vida.

Y hoy en día estamos tan lejos de su sueño que la mayoría de los ciudadanos americanos no pueden siquiera imaginar que casi lo consigue. Nunca antes en la historia registrada de la humanidad, hemos estado tan precariamente al borde de una guerra global total (una guerra de la que la humanidad podría no salir viva) que solo podemos pensar que esas son las fuerzas que llevaron la vida de JFK a un espantoso e intencional resultado. Pero, ya llegaremos a ello.

La predicción de JFK (sus esperanzas para el futuro abril, el abril que nunca llegó a ver) podría estar relacionada en una manera indirecta a ciertas declaraciones que había realizado en un previo abril de 1961. El título del discurso era “El presidente y la prensa” y fue entregado a la Asociación de Publicaciones de Periódicos Americanos en el Hotel Waldorf-Astoria de Nueva York. Es un curioso discurso por varias razones y he transcripto parte de él aunque puedes descargarlo y escucharlo completo, con su propia voz, aquí. Creo que serás capaz de detectar en su voz la maniobra mortalmente seria que estaba realizando en su discurso, que estaba diciendo cosas que tenían que decirse muy cuidadosamente, ya que el mensaje estaba siendo entregado a varios niveles.

Luego de algunos humorísticos puntos de apertura, JFK se introduce en terreno escabroso; identifica no solo al “enemigo”, sino la forma de derrotar a ese enemigo:
Pero nuestra forma de vida esta bajo ataque. Aquellos que declaran ser nuestros enemigos están avanzando alrededor del globo. La supervivencia de nuestros amigos esta en peligro. Y todavía no se ha declarado ninguna guerra, ninguna frontera ha sido cruzada por tropas, ningún misil se ha disparado.

Si la prensa todavía esta esperando una declaración de guerra antes de imponerse la auto-disciplina de las condiciones de combate, entonces solo puedo decir que ninguna guerra anterior supuso una gran amenaza a nuestra seguridad. Si Uds. están buscando una definición del "claro y presente peligro," entonces solo puedo decirles que el peligro nunca ha sido mas claro y su presencia nunca ha sido más inminente. Se requiere un cambio de perspectiva, un cambio en tácticas, un cambio en las misiones del gobierno, por la gente, por cada ejecutivo o líder sindical, y por todos los periódicos.

Dado que estamos alrededor del mundo en contra de una monolítica y cruel conspiración que reside principalmente en el ocultamiento de los hechos, en expandir su esfera de influencia, en la infiltración en lugar de la invasión, en la subversión en lugar de las elecciones, en la intimidación en lugar de la libre decisión, en las guerrillas nocturnas en lugar de los ejércitos a la luz del día. Es un sistema que ha acumulado vastos recursos humanos y materiales, anudado herméticamente, una verdadera máquina altamente eficaz que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas.

La preparación de estas actividades son secretas, no públicas. Sus errores son soslayados y enterrados bajo un manto de silencio, y no publicados en la prensa. Sus disidentes son silenciados, nunca elogiados. Ninguna inversión es cuestionada, ningún rumor es informado, ningún secreto revelado. Lleva adelante la Guerra Fría en forma sistemática, con disciplina de guerra, que ninguna democracia esperaría, ni querría enfrentar…

Quizás no haya respuesta al dilema enfrentado por una sociedad libre y abierta en una Guerra Fría y secreta. En tiempos de paz, cualquier discusión de este tema, y cualquier acción que resulte de ella, son ambas nefastas y sin precedentes. Pero estos son tiempos de paz y peligro, que no conoce otros precedentes en la historia.

Es la naturaleza sin precedentes de este desafío, que da origen a vuestra segunda obligación - una obligación que comparto. Y es nuestra obligación informar y alertar al ciudadano americano -para tener certeza de que posee todos los detalles de los hechos que necesita, y comprende también - los peligros, las posibilidades de paz, los motivos de nuestro programa y las alternativas que enfrentamos.

Ningún Presidente debería sentir temor por las críticas de la opinión pública a sus programas. Porque de esas criticas nace el entendimiento; y del entendimiento nace el apoyo o la oposición. Y ambos son necesarios. No estoy pidiendo a vuestros periódicos que apoyen a esta administración, pero estoy pidiendo su ayuda en la formidable tarea de informar y alertar al ciudadano Americano. Tengo total confianza en que Uds. responderán y se dedicaran a informar completa y debidamente a nuestros ciudadanos. Yo no podría ser árbitro de la controversia, que se desataría entre vuestros lectores - es más, le doy la bienvenida. Esta administración intenta ser honesta acerca de sus errores; porque, como una persona inteligente dijo "Un error no se convierte en una equivocación hasta que uno se rehúse a corregirlo". Nosotros intentamos aceptar toda la responsabilidad por nuestros errores; y esperamos que Uds. nos adviertan, cuando éstos se produzcan.

Sin debate, sin crítica, ninguna administración y ningún país puede tener éxito y ninguna república puede sobrevivir. Por eso el creador de las leyes atenienses, Solon decretó como crimen, el negarse a discutir, por parte de cualquier ciudadano. Y es por esto que nuestra prensa está protegida por la 1ra Enmienda.

El único negocio en América específicamente protegido por la Constitución- no solamente para divertir o entretener, no solo para enfatizar lo trivial y lo sentimental, no solamente para "darle al público lo que el público quiere" sino informar, despertar al público, de reflejar, de exponer nuestros peligros y oportunidades, de señalizar nuestras crisis y alternativas, de conducir, moldear, educar, e incluso publicar la opinión pública desfavorable. Esto significa una gran cobertura y el análisis de las noticias internacionales -dado que esa información no está tan lejos, sino todo lo contrario, muy cerca y al alcance de la mano. Significa prestar gran atención y mejorar la comprensión de los hechos como también mejorar su transmisión. Y significa, finalmente, que el Gobierno en todos sus niveles, debe cumplir con su obligación de proveer al ciudadano con la mejor información, dentro de los estrechos límites de la política y procedimientos de la "seguridad nacional", y eso intentamos hacer.

Fue al comienzo del siglo 17 que Francis Bacon puso énfasis en remarcar tres recientes inventos transformadores del mundo: el compás, la pólvora y la imprenta. Los lazos entre las naciones que primero forjaron el compás, nos han hecho a todos ciudadanos del mundo, las esperanzas y amenazas de uno se transformaron en las esperanzas y amenazas de todos. En ese esfuerzo del mundo por vivir juntos armoniosamente, la evolución de la pólvora llevada al extremo, ha advertido a la humanidad de la terrible consecuencia de su fracaso.

Y también sucede lo mismo con el proceso de impresión - al registrar la escritura del hombre, el guardián de su conciencia, el correo de sus noticias - en la que buscamos fortaleza y asistencia , y confiamos que con vuestra ayuda el hombre, sea lo que debe ser cuando fue creado: libre e independiente.
Ahora, el discurso de arriba fue el 27 de abril de 1961, unos diez días después del fiasco de Bahía de Cochinos que, en retrospectiva, fue informado como la mayor “vergüenza” de la administración Kennedy. Esto de la “Bahía de Cochinos” casi se ha convertido en cierta clase de “eslogan”. Justo el otro día, algún ignorante desinformante de la Net lo publicó como las palabras finales de JFK. “¡Recuerden Bahía de Cochinos!” ¿¡Cómo dices?! Solo un fascista entusiasta del Reich de Bush (la misma pandilla que estuvo detrás de Bahía de Cochinos) podría decir algo semejante.

Wikipedia nos cuenta sobre Bahía de Cochinos:
Como resultado de la falla, el Director de la CIA, Allen Dulles, el segundo en el mando de la CIA, el director Charles Cabell, y el Director de Operaciones Segundo, Richard Bissell todos fueron obligados a renunciar. Todos fueron responsabilizados por la planificación de la operación en la CIA. La responsabilidad de la administración Kennedy y del Departamento de Estado por las modificaciones de los planes no fue aparente hasta tiempo después…
Eso quiere decir, que la supuesta responsabilidad de Kennedy por el desastre de Bahía de Cochinos no fue fabricada sino tiempo después. El hecho es que, tanto la Mafia como la CIA enfrentaron la pérdida de millones de millones de dólares luego que Castro los golpeara y expulsara sus apuestas, drogas y esclavitud blanca de Cuba. Hasta la llegada de Castro, Cuba había sido virtualmente un “estado cliente” de la Mafia y la CIA, ¡y lo querían recuperar! De eso se trataba realmente Bahía de Cochinos.

Zack Shelton, agente retirado del FBI e investigador del asesinato de Kennedy dice: “La mafia estaba en la cama de la CIA”.

La operación para asesinar a Castro y retomar Cuba fue una operación conjunta de la Mafia/CIA. Un apologista de la Mafia/CIA, y obvio vector desinformante, John Hughes, dijo en una entrevista:
Y luego tenemos Bahía de Cochinos. La Bahía de Cochinos (por supuesto, fue un desastre) fue un desastre gracias a John Kennedy quien, el 16 de abril a las 1:30hs, dio el OK para que aviones volaran desde Nicaragua para que se encargasen de la invasión de Bahía de Cochinos. Y luego, a las 9:30, esa noche, lo revocó.
Hughes está efectivamente horrorizado por la mención del número de soldados anti-Castro que fueron capturados o muertos. No parece afectarle en lo más mínimo el destino del pueblo cubano una vez que el régimen de la CIA/Mafia fuera reinstalado.

Una pregunta interesante es: ¿Qué aprendió JFK en ese período entre la autorización de la invasión de Bahía de Cochinos para luego echarse atrás? ¿Tenemos ciertos indicios en el discurso que brindó a la prensa diez días después? Si relees cuidadosamente el extracto del discurso, y luego lo comparas con lo siguiente en Wikipedia, creo que te darás cuenta que Kennedy comprendió que Bahía de Cochinos era una trampa tendida a EEUU, diseñada para involucrarla en los comienzos de una guerra global:
Wikipedia: la casi certeza de la CIA de que el pueblo cubano se levantaría y se uniría a ellos estaba basada en la extremadamente débil presencia de la agencia en territorio cubano. La contra-inteligencia de Castro, entrenada por especialistas del Bloque Soviético, incluyendo a Enrique Lister, habían infiltrado la mayoría de los grupos de resistencia. Debido a esto, casi toda la información que llegó de los exiliados y desertores estaba “contaminada”. El oficial de la CIA, E. Howard Hunt, había entrevistado a cubanos en la Habana antes de la invasión; en una futura entrevista a la CNN, dijo: “…lo único que pude encontrar fue muchísimo entusiasmo por Fidel Castro”.

El 29 de abril del 2000, el artículo del Washington Post, “Los soviéticos sabían la fecha de la invasión a Cuba”, informó que la CIA poseía información que indicaba que la Unión Soviética estaba al tanto que la invasión iba a suceder y no informó a Kennedy. Radio Moscú transmitió un programa en inglés el 13 de abril de 1961 prediciendo la invasión como “un complot perpetrado por la CIA”, utilizando “criminales” pagos en menos de una semana. La invasión sucedió cuatro días después. Según el ministro británico, David Ormsby-Gore, las estadísticas de la inteligencia británica, que habían sido puestas a disposición de la CIA, demostraron que el pueblo cubano apoyaba ampliamente a Castro y que no existían probabilidades de insurrecciones luego de la invasión.
Aparentemente, Kennedy estaba haciendo un rápido trabajo detrás de escenas y poniéndose al día sobre esto que había surgido como casi un hecho consumado. Las pistas están sobre lo que dijo diez días después:
Tenemos la oposición alrededor del mundo de una conspiración monolítica y despiadada, que confía sobre todo en los medios secretos para extender su esfera de influencia, a través de la infiltración, en lugar de la invasión, a través de la subversión, en lugar de elecciones, con intimidación, en vez de opción libre, con guerrillas por la noche, en lugar de ejércitos de día. Es un sistema que ha reclutado extensos recursos humanos y materiales en la construcción de un tejido hermético, una máquina altamente eficiente, que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son encubiertos, no publicados. Sus errores se entierran, no se anuncian con titulares. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. Ningún gasto se cuestiona, ningún rumor se imprime, ningún secreto es revelado. Lleva adelante la guerra fría, con una disciplina que ninguna democracia podría igualar.
Creo que JFK estaba seleccionando sus palabras muy cuidadosamente con el objetivo de expresar su mensaje, su declaración de guerra contra esta “monolítica y despiadada conspiración”. También he sugerido en un capítulo anterior de esta serie que John y Bobby Kennedy habían planeado utilizar el sistema establecido para introducirse en sus cargos y luego hacer limpieza; ellos sabían que no había otra manera de hacerlo. Y, como se menciona arriba, para el sistema de corrupción de este país está lleno de apologistas, tales como John Hughes opina:
Joseph Kennedy enseñó a sus hijos a que podían salirse con la suya respecto a cualquier cosa, sin importar lo que fuera. Y en consecuencia, tenemos adicción a las drogas por parte de algunos de los chicos de Kennedy (bueno, podemos salirnos con la nuestra, resolveremos todo). John Kennedy cree que puede tener relaciones con cualquier mujer del mundo y que puede salirse con la suya; y entonces, creo que existía la sensación entre los Kennedy de que cualquier cosa que hicieran, sin importa qué, podían salirse con la suya. Creo que esa era la actitud Kennedy.

Y, si Bobby fuera realmente inteligente, hubiera sabido (y estoy seguro que lo sabía) acerca de la promesa que su padre hizo a la Mafia (si fuera realmente inteligente no hubiera ido detrás de la Mafia de la manera que lo hizo). Pero fue muy egoísta (quería hacerse famoso) de su parte deshacerse de la Mafia. Por supuesto, se dice que Bobby Kennedy se dio cuenta que (de manera interesante) que él era la razón por la cual su hermano fue asesinado.
Lo de arriba es la clase de basura psicopática; propagada por parte de entrenados artistas de la desinformación que están desviados hasta la médula. ¡Qué pobreza en su alma debe existir en una persona que tiene semejante punto de vista para tornar y distorsionar la realidad de esa manera!

Pero era verdad que la Mafia ayudó a Kennedy a ser elegido. También es posible que John y Bobby Kennedy no supieran de ningún trato entre su padre y la Mafia, y que John honestamente creía que fue su arduo trabajo lo que le ayudó a obtener la presidencia. En cualquier caso, es típicamente psicopático acusar a la víctima de ser la responsable de su propia muerte. “Deberías haber sabido que si te parabas contra el mal, ¡el mal iría detrás de ti y te merecerías lo que te pasara!”. Eso es exactamente lo que Hughes está diciendo.

El agente retirado del FBI, Zack Shelton confirma la conexión con la mafia:
Básicamente, Joe Kennedy prometió la Casa Blanca a la Mafia: “elijan a mi hijo y la Casa Blanca es de ustedes”.

¿Entonces que hicieron? Pensaron que habían elegido a su hijo porque Illinois es el estado que dio vuelta la elección (y Virginia Oeste). Creyeron que habían elegido a Kennedy. Entonces, cuando Bobby entra al juego, se sintieron traicionados.
El autor David Scheim agrega a la leyenda de la Mafia como aquella que está detrás de los asesinatos de los Kennedy:
En la primavera y el verano de 1963, de acuerdo a testigos federales confiables, 3 personajes mayores de la Mafia discutían ideas para asesinar a John y a Robert Kennedy. (Marcello, Trafficante, Hoffa.)
Y no podemos olvidarnos que la Mafia estaba en la cama con la CIA. Zack Shelton señala:
La CIA no respondía a nadie y Kennedy estaba cerca de desarmarla. No estaba contento con Bahía de Cochinos, no estaba feliz con todas las operaciones que estaban en marcha para asesinar a Castro. Más bien estaba avergonzado por algunas de las operaciones. Despidió a Dulles, despidió al General Cabell y, extrañamente, el alcalde de Dallas, Texas, era el hermano del General Cabell.
Pero obviamente, incluso aunque hubiera despedido a algunos de los principales sujetos y estuviera preparándose para ir detrás de otros y situar a hombres decentes en posiciones administrativas, todavía estaba ocurriendo algo.

In 1962, el Líder de la Junta de Jefes de Personal, General Lyman Lemnitzer, apoyó la Operación North Woods, un complot para generar apoyo público a una intervención militar en Cuba. El complot describía acciones de terrorismo contra EEUU, incluyendo el desarrollo de una “campaña de terrorismo”. Comenzamos a darnos cuenta que Kennedy no solo estaba hablando de comunistas “por allí” cuando indicó que enfrentábamos a una “monolítica y cruel conspiración que descansa primeramente en el ocultamiento de los hechos, en expandir su esfera de influencia, en infiltración en lugar de invasión, en subversión en lugar de elecciones, en intimidación en lugar de libre decisión, en guerrillas nocturnas en lugar de ejércitos diurnos. Es un sistema que ha acumulado vastos contingentes humanos y materiales, anudado herméticamente, una verdadera maquina altamente eficaz que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas”.

Muchas personas han intentado mantener los secretos del asesinato de Kennedy incluyendo a hombres del aparato militar, mafiosos y agentes de la CIA en los más elevados niveles, por lo tanto es claro que la cima de esta pirámide de poder no se encuentra entre los militares, la Mafia o la CIA. Todos ellos son solo herramientas para la “monolítica y cruel conspiración”. Efectivamente es probable que la CIA y la Mafia tuvieran equipos de personas armadas en Dallas ese día. También es obvio que el FBI miró hacia el costado acerca de la aprobación tácita de Hoover para el asesinato, incluso si el FBI no estaba directamente involucrado. Pero allí hay más de lo que se alcanza a ver.

Como JFK señaló en su discurso citado arriba, creía que un error no era una equivocación hasta que rechazaras corregirlo, y él estaba encontrando montones de errores en la política exterior americana y se propuso corregirlas. Estos, en sí mismos, se convirtieron en “actos de guerra” contra los conspiradores que Kennedy había identificado. Entre esos errores estaba la guerra de Vietnam. Poco después de asumir su cargo, había sido confrontado con una crisis en Laos donde los comunistas estaban luchando contra la fuerza de oposición apoyada por la CIA. Al igual que la situación de Bahía de Cochinos, los Jefes Conjuntos de Personal le aconsejaron “enviar más tropas”.

Kennedy se negó.

Se volvía más y más claro que JFK no se tomaba la pérdida de vidas americanas tan a la ligera como aquellos que conducían las guerras y las corporaciones que obtenían ganancias y los conspiradores que movían los hilos detrás de escenas.

Justo antes de su muerte, John Kennedy firmó un Memorando de Seguridad Nacional (el N°263) que efectivamente llamaba de regreso a todas las tropas americanas de Vietnam a finales de 1965. Su orden de traer a las tropas fue rebatida días después de su asesinato por el Memorando de Seguridad Nacional N°273, autorizado por Lyndon B. Johnson. Lo más particular es que el borrador inicial de esta orden firmado por Johnson estaba fechado 21 de noviembre de 1963 – un día antes que John Kennedy se encontrara con su destino en Dallas. Como mínimo, eso es casi evidencia irrevocable de que LBJ estaba al tanto de la conspiración.

Por lo tanto, no solo se estaban complicando las cosas para la CIA y la Mafia bajo el mandato de John Kennedy, sino que las cosas se estaban poniendo incómodas para el Complejo Militar-Industrial cuyo negocio principal era la guerra y la muerte.

La pregunta es: ¿de quién hablaba realmente Kennedy cuando dijo: “Dado que estamos alrededor del mundo en contra de una monolítica y cruel conspiración que reside principalmente en el ocultamiento de los hechos, en expandir su esfera de influencia”.

Hoy, queremos observar a una de las caras de esa bestia en otro capítulo de Farewell America.
“Existe poca educación, entrenamiento o experiencia en la mayoría de los oficiales militares para equiparlos con el balance y juicio necesarios para encontrar las soluciones apropiadas…en la perspectiva apropiada en la estrategia del presidente para una total era nuclear”. Senador J. William Fulbright
Tres días antes que Kennedy ingresara a la Casa Blanca, el 17 de enero de 1961, el presidente Eisenhower, en su discurso despedida a la nación, señaló una advertencia al pueblo americano:
“Nuestra organización militar hoy tiene poca relación con la que conoció cualquiera de mis predecesores en tiempos de paz, o incluso los que lucharon en Corea o en la Segunda Guerra Mundial. Hasta el último de los conflictos de nuestro mundo, los Estados Unidos no tuvieron industria armamentista. Los que hacían rejas en este país pudieron, con el tiempo y la necesidad, hacer espadas también. Pero ahora ya no podemos arriesgarnos a la improvisación en pos de la defensa nacional, hemos sido obligados a crear una industria armamentística permanente de vastas proporciones. Sumado a esto, tres millones y medio de hombres y mujeres están directamente comprometidos en la institución militar. Anualmente gastamos más en seguridad militar que el ingreso neto de todas las empresas de Estados Unidos. (1)

“Esta conjunción de una institución militar inmensa y una gran industria armamentística es nueva en la experiencia estadounidense. La influencia total (económica, política, incluso espiritual) se siente en cada ciudad, en cada municipalidad, en cada oficina del gobierno federal…

“En los congresos del gobierno, debemos cuidarnos contra la adquisición de influencia que no esté garantizada, sea buscada o no, por el complejo militar-industrial. El potencial para un ascenso desastroso de poder desde un lugar equivocado existe y seguirá existiendo…

“Nunca debemos dejar que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades o nuestros procesos democráticos…”
Durante las dos presidencias de Eisenhower, los gastos militares federales alcanzaron los $350 mil millones, $182 mil millones más que los gastos de defensa bajo Truman, dejando de lado el hecho que su presidencia coincidió con el final de la Segunda Guerra y el conflicto de Corea. (2) Si el costo de los beneficios para veteranos y la porción de la deuda nacional aplicable a los gastos militares se agregan a este número, puede decirse que el 77% del presupuesto de EEUU en 1960 fue utilizado para pagar las guerras del pasado y preparar las del futuro.

El Pentágono no solo era el comprador de armas más importante del mundo, sino también la corporación más grande del mundo. En 1960, el Pentágono poseía propiedades por $60 mil millones. (3) Era propietario de más de 32 millones de hectáreas de tierra en EEUU, y 2.5 millones en el exterior. Sus propiedades eran el doble que las de General Motors, AT&T, Metropolitan Life, y de Standard Oil de New Jersey juntos. Pocos estados en la unión – y pocos países del mundo – tenían un presupuesto tan grande como el del Departamento de Defensa. (4)

En 1941, el Secretario de Defensa, Charles Wilson, había declarado que la economía de guerra debía ser una institución permanente, y no el resultado de una situación de emergencia. Las industrias de defensa, dijo, no deberían tener sus actividades limitadas a cazarías de brujas políticas, ni sacrificadas por un puñado de aislacionistas que las catalogaron como “comerciantes de muerte”. Con el regreso de la paz en 1945, James W. Forrestal, Secretario de la Marina en 1944, fundó la “Asociación de Industrias para la Seguridad Nacional”.

El presupuesto militar de 1960 incluía $21 mil millones para la compra de bienes. Tres cuartos de este monto fueron a parar a menos de cien corporaciones. Los contratistas más grandes del Pentágono en aquel momento eran General Dynamics ($1260 millones en 1960), (5) Lockheed y Boeing ($1000 millones cada una), General Electric y North Aviation ($900 millones cada una). Sesenta y ocho por ciento de estos contratos de defensa no fueron entregados mediante licitaciones. Los Consejos de Directores de los contratistas más favorecidos incluían a varios oficiales militares retirados de alto rango. General Dynamics, el mayor contratista de la armada, contaba con 187 oficiales militares retirados, incluyendo a 27 generales y almirantes entre su personal.

Las actividades de relaciones públicas de los fabricantes de armas eran particularmente amistosas con el Pentágono. En 1959, el Departamento de Relaciones Públicas de Martin Aviation de Baltimore ofreció un “largo fin de semana de relajación” con las apropiadas actividades recreacionales para 27 oficiales de alto rango, incluyendo al General Nathan F. Twining, Director de la Junta de Jefes de Personal. En 1960, Martin Aviation fue galardonado con $800 millones en contratos de defensa. Compañías como Hughes Aircraft, Sperry Gyroscope, y Chesapeake y Potomac Telephone emplearon técnicas similares.

Desde el fin de la guerra de Corea, la existencia y la expansión de la industria armada en general y de la industria aeronáutica en particular han estado cercanamente conectadas con la continuación de la Guerra Fría, la cual era vital para numerosos intereses industriales. (6) El vicepresidente Nixon había declarado: “Más que permitir que los comunistas nos acaben con pequeñas guerras en todo el mundo, en el futuro deberemos confiar en nuestro poder de respuesta masiva y móvil”. El Pentágono estaba preparado para todas las contingencias. Incluso realizó un detallado estudio sobre “como preservar una sociedad viable luego de un conflicto nuclear”.

En el curso de su campaña electoral, John Kennedy había prometido un aumento en los gastos militares. El candidato demócrata declaró después de su elección a la presidencia que había sido mal informado en aquel momento acerca del verdadero alcance de las fuerzas americanas y soviéticas. Había creído la imaginaria información lanzada por la Fuerza Aérea y el Pentágono y reimpresa en los periódicos acerca de que la Unión Soviética poseía entre 500 y 1.000 misiles nucleares intercontinentales (en realidad tenían 50). Una vez llegado a la Casa Blanca y teniendo acceso a las estadísticas (aunque aún infladas) más acertadas de la Agencia Central de Inteligencia, no solo descubrió que la fortaleza soviética había sido exagerada, sino que esta exageración era parte de la estrategia del Pentágono.

El 28 de marzo de 1961, Kennedy declaró ante el Congreso,
“En enero, mientras ordenaba ciertos cambios necesarios de forma inmediata, instruí al Secretario de Defensa a que rediseñara completamente nuestra estrategia de defensa, capacidad, compromisos y necesidades a la luz de presentes y futuros peligros. El Secretario de Estado y otros habían sido consultados sobre este rediseño, y yo mismo revisé cuidadosamente sus informes y consejos”.
Esta nueva política requería la cooperación y control de todos los hombres responsables de llevarla a cabo. El Secretario de Defensa de Kennedy, Robert McNamara, recién había completado una exitosa reorganización de la Ford Motor Company. “América produce pocos hombres del calibre de McNamara…un hombre con voluntad de diamante y mente de titanio”, escribió Time sobre él. McNamara tenía 45 años, no muy socializado, interesado en problemas raciales y urbanismo, disfrutaba escalar montañas y de la poesía (Yates, Frost y Yevtochenko). Llegaba a su oficina a las 7:15 AM y trabajaba hasta las 8 PM. En el Pentágono generaba “una emoción casi de horror Calvinista, una reverencia justificada casi mística. Era el primer Secretario de Defensa con la habilidad, experiencia, y agallas para conducir el vasto y horriblemente burocrático aparato de Defensa estadounidense bajo un efectivo control civil”. (7)

Para el 21 de enero de 1961, la Junta de Jefes de Personal comprendió que de aquí en adelante serían gobernados. En su primera semana en el Pentágono hizo 96 preguntas básicas. Dejó bien en claro que desde ese momento en adelante, la estrategia básica sería definida por el presidente y por él. Abolió 500 comités (de los 4.000) y coordinó las actividades de aquellos que mantuvo. Superó la inactividad y la incompetencia con la ayuda de computadoras, planificadores de contingencias, y coordinadores. Su objetivo era aliviar a los militares y la necesidad de ser inteligente. Él y sus adjuntos proveerían la inteligencia en los momentos y lugares necesarios. “La guerra es un arte simple, y todo está en la ejecución”, dijo Napoleón. Los oficiales militares e incluso los civiles de alto rango en el Pentágono fueron obligados a aprender un nuevo lenguaje tridimensional para lo cual no estaban nada preparados.

El nuevo Secretario de Defensa sustituyó revolución por evolución. Se introdujo el concepto y práctica de sistemas de análisis. El objetivo: evaluación científica y mayores desarrollos de armas y otros costosos proyectos para determinar de la forma más objetiva posible el retorno de una inversión propuesta, comparado con su alternativa. McNamara no estaba interesado en las opiniones, recomendaciones o conclusiones de los oficiales del Pentágono. Demandó respuestas escritas a preguntas específicas. Con respecto a cualquier problema administrativo con repercusiones políticas o financieras, solo preguntaba una cosa: “¿Cuál es la alternativa? ¿Cuáles son las opciones?”. Prohibió a los Generales asistir a reuniones con uniforme (un General de dos estrellas es de cierta forma intimidado ante un General de tres estrellas, especialmente cuando las tiene puestas). En 1961 hizo una lista de 131 medidas urgentes y la presentó a sus subordinados. Hacia el final del año, 112 de estas sugerencias habían sido llevadas a cabo. Nunca antes los Generales habían sido llamados a contestar tantas preguntas. El Pentágono se mantuvo detrás del postulado de la Fuerza Aérea, “La exterminación del sistema soviético debe ser nuestro principal objetivo nacional, nuestra obligación con la gente libre del mundo. Debemos comenzar la batalla de un solo golpe”.

Luego del desastre de Bahía de Cochinos, McNamara dejó entrever que el Pentágono ya no ocuparía el rol de cómplice pasivo de la CIA y del Departamento de Estado. Había contratado a Charles J. Hitch y a Paul H. Nitze como adjuntos. En 1960, Hitch había escrito un libro titilado La economía de Defensa en la Era Nuclear, que introdujo un nuevo concepto en la estrategia militar. Sugirió que los requerimientos de la armada y de defensa deberían estar subordinadas a la economía nacional basándose en cortos y largos plazos. Paul H. Nitze, antiguo director del Personal de Planificación Política en el Departamento de Estado, sintió que el presidente debía considerar a su Secretario de Estado como el director conductor de una política exterior en la que “los aspectos diplomáticos, militares, económicos y psicológicos necesiten ser llevados juntos bajo un concepto político básico”.

Esta teoría se convirtió en la base de la política de Kennedy. Tenía la intensión de reemplazar la estrategia de respuesta masiva de John Foster Dulles con una estrategia de respuesta flexible. Ordenó una revisión de todos los planes existentes y de todos los conceptos estratégicos sacrosantos. Kennedy sintió que la estrategia de conflicto nuclear debía basarse en algo más que la intuición. Dijo al Congreso:
“Nuestras armas deben ser sujeto de control y orden civil en todo momento, tanto en tiempos de guerra como de paz. Las decisiones básicas sobre nuestra participación en cualquier conflicto y nuestra respuesta a cualquier amenaza serán realizadas por las autoridades civiles regularmente constituidas. Esto requiere de una organización efectiva y protegida, procedimientos, instalaciones y comunicaciones en el caso de un ataque dirigido hacia este objetivo, así como también medidas defensivas diseñadas para considerar serias y selectivas decisiones por parte de las autoridades civiles. Este mensaje y presupuesto también reflejan este principio básico…

“El objetivo principal de nuestras armas es la paz, no la guerra – para asegurarnos que nunca tendrán que ser utilizadas – para disuadir todas las guerras, generales o limitadas, nucleares o convencionales, grandes o pequeñas – para convencer a todos los potenciales agresores que todo ataque será inútil – para proveer apoyo a discusiones diplomáticas – para asegurar las negociaciones adecuadas para el fin de la carrera armamentista. Los problemas básicos que hoy enfrenta el mundo no son susceptibles de una solución militar. Ni nuestra estrategia ni nuestra psicología como nación – y ciertamente no nuestra economía – debe ser dependiente sobre la permanente manutención de una gran organización militar. Nuestra postura militar debe ser lo suficientemente flexible y estar bajo control para que sea consistente con nuestros esfuerzos para explorar todas las posibilidades y tomar cada paso para alivianar las tensiones, para llegar a soluciones pacíficas y para asegurar la limitación de las armas. La diplomacia y la defensa ya no son alternativas diferentes, una debe ser utilizada donde la otra falla – y ambas deben complementarse…

“Nuestras armas nunca serán utilizadas en el primer impacto de cualquier ataque. Esta no es una confesión de debilidad sino de fortaleza. Es nuestra tradición nacional. Debemos contrarrestar cualquier ventaja para nuestro agresor incrementando la capacidad de nuestras fuerzas para responder rápida y efectivamente a cualquier movimiento agresivo como para convencer a cualquier agresor que semejante movimiento será inútil y costoso de llevar a cabo”.
Kennedy propuso un aumento de $650 millones para gastos militares, pero este nuevo presupuesto fue adaptado para eliminar “desechos, duplicaciones, y obsoletos o injustificables elementos de gastos”. El presidente justificó su pensamiento en las siguientes palabras:
“Esta es una responsabilidad ardua y duradera, resistida por argumentos especiales y por intereses económicos, militares, técnicos y otros grupos específicos. Existen cientos de formas, algunas con cierto mérito, para gastar miles de millones de dólares en defensa, y es entendible que cada crítico de este presupuesto tendrá una fuerte preferencia para economizar ciertos gastos en comparación con aquellos que afectan su rama del servicio, o su planta, o su comunidad.

“Pero deben tomarse fuertes decisiones. Instalaciones o proyectos innecesarios deben ser disueltos. El aparato de defensa debe ser liviano y ágil, eficiente y efectivo, siempre ajustándose a nuevas oportunidades y avances, y planificación a futuro. El interés nacional debe ser balanceado contra intereses especiales o locales”. (8)
Sin embargo, Kennedy pidió al Congreso que aprobara la construcción de diez submarinos nucleares más, y solicitó una considerable expansión del programa Polaris, que describió como “una inteligente inversión a futuro”. También recomendó el desarrollo del misil estratégico Minuteman, continuación del misil aéreo Skybolt, un aumento en el presupuesto del Comando Aéreo Estratégico, la expansión de proyectos de investigación militar y transporte aéreo para acabar con el equipamiento obsoleto (el Titán, el B47, el Snark), y solicitó la cancelación de los proyectos para el bombardero internacional B70 y el misil naval Eagle. Ambos programas ya estaban desactualizados, pero sus fabricantes así como también el Pentágono tenían sus razones para querer continuarlos. (9)

El Pentágono estaba a favor del programa antimisiles Nike-Zeus, que debía ser llevado adelante por Western Electric. La administración Eisenhower ya había ordenado el congelamiento de los fondos aprobados por el Congreso, y cuando se votó nuevamente la administración Kennedy hizo lo mismo. También congeló los fondos para el bombardero B70. (10) Pero el Pentágono ya había gastado $1000 millones en este proyecto, y los cálculos más cautelosos en aquel momento daban un costo total aproximado de $10 mil millones. (11)

Esas políticas presidenciales, y la inteligencia y eficiencia con la que McNamara y su equipo intentaron llevar a cabo, constituyeron una revolución en el Pentágono. “Al establecer el control civil del Pentágono como un hecho corriente, así como también en la teoría, McNamara quizás fue demasiado lejos al alienar a oficiales del servicio. No solo dejó de lado a grandes potentados como el General Curtis LeMay, sino que a veces los humillaba también”, escribió Time.

“Con la mente de una computadora y voluntad de poder, McNamara rediseñó la máquina de guerra de EEUU desde la espástica rigidez de una masiva respuesta nuclear, a la exquisita calibración de una respuesta flexible. Recortó costos, golpeó cabezas de oficiales de alto rango, matones aliados en línea, intimidó a sátrapas congresistas, se hizo enemigos casi en todos lados”, agregó Newsweek.

Los días y los meses pasaron febrilmente. Enfrentado a imperiosas órdenes desde la cima, los generales y almirantes cedieron en un primer momento, luego se rebelaron. Una especie de guerra de guerrillas estalló entre las 7.000 oficinas, 22 kilómetros de pasillos y 150 escaleras del Pentágono. Declaraciones anti-administración por parte de oficiales de alto rango se multiplicaron en la primavera de 1961. El General Edwin Walker declaró, “Debemos echar a los traidores, y si eso no es posible, debemos organizar una resistencia armada para derrotar los diseños de los usurpadores y contribuir al regreso de un gobierno constitucional”. (12) Era apoyado por el General P. A. del Valle y el Almirante Arthur Radford.
“Algunos de los asesores que ahora rodean al presidente tienen filosofías respecto a asuntos exteriores que aterrorizarían al americano promedio”, declaró el Almirante Chester Ward (retirado). “La Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado y estamos profundamente involucrados”, dijo el Almirante Félix Stunny. El almirante Ward acusó a los asesores de la Casa Blanca de dar prioridad “no a la libertad, sino a la paz”, y agregó, “no estoy a favor de las guerras preventivas, pero estoy a favor de los ataques preventivos”. (Sic).
El General White, principal de los Jefes de Personal de la Fuerza Aérea, declaró,
"Estoy profundamente preocupado por los llamados intelectuales profesionales que fuman pipa y se paran en los árboles como búhos que han sido traídos a esta capital de la nación. No creo que estos sobre-confianzudos, y a veces arrogantes jóvenes profesores, matemáticos y otros teóricos tengan suficiente mundo o motivaciones para hacer frente al tipo de enemigo que afrontamos”.
El New York Times (13) escribió,
“El Pentágono está teniendo sus problemas con derechistas uniformados. Un número de oficiales de alto y medio rango están adoctrinando a sus comandos y a la población civil cerca de sus bases con teorías políticas que recuerdan a aquellas de la Sociedad John Birch. También están criticando y ridiculizando algunas políticas oficiales del gobierno norteamericano. El ejemplo más conspicuo de algunos de estos oficiales es el Maj. Gen. Edwin A. Walker…”
El Senador Stuart Symington de Missouri se levantó en el Senado para condenar las actividades extracurriculares de ciertos oficiales militares, y el Senador J. William Fulbright de Arkansas, declaró que al proclamar que EEUU estaba involucrado en una desesperada lucha y que su único objetivo en la Guerra Fría no sería una coexistencia pacífica, sino una victoria total, los líderes militares estaban brindando apoyo a los más irresponsables elementos de la extrema derecha. Como resultado de estas denuncias, el General Walker fue relevado de sus obligaciones por extremismo y propaganda en la armada.

McNamara fue lo suficientemente fuerte para resistir las presiones combinadas de sus asesores militares y del Congreso. Con la aprobación de Kennedy, optó por la expansión del programa de misiles balísticos intercontinentales a expensas de los bombarderos convencionales tan estimados por los militares y los círculos industriales.

El Pentágono ha sido su propio amo durante veinte años – luego de la Segunda Guerra Mundial, durante el conflicto de Corea, y finalmente bajo la comprensiva administración del General Ike. Los guerreros se dieron cuenta que las buenas épocas se habían terminado. No solo temían por sus privilegios, sino que consideraban su deber intentar y “salvar la nación”. Durante la guerra de Corea, la armada se había sorprendido por el éxito de las técnicas de lavado de cerebro aplicadas a prisioneros de guerra americanos. Con la bendición de Eisenhower, el Consejo de Seguridad Nacional había establecido un programa de educación civil para estimular al público sobre la “amenaza de la Guerra Fría” y la necesidad de la supervivencia nuclear. Sintiéndose perseguido por el presidente y su Secretario de Defensa, los guerreros decidieron avalarse a sí mismos para informar al público civil acerca de la conspiración antiamericana de los hombres de la Nueva Frontera.

En la primavera de 1961, las “alertas públicas”, los “foros de la libertad”, la “estrategia para las conferencias de supervivencia”, y los “seminarios de la guerra de la cuarta dimensión” proliferaron. Los objetivos declarados de estos programas eran “alertar a todos los presentes acerca de los objetivos específicos del comunismo internacional”, “revelar áreas de influencia comunista sobre la juventud americana”, “reorientar el pensamiento americano hacia ideales antiamericanas”, y a “identificar oficiales y políticas públicas que mostraran ‘suavidad hacia el comunismo’”. Los discursos presentados tenían títulos como “Lo que tú puedes hacer en la lucha contra el Comunismo” y “No es de sorprender que estemos perdiendo”. En resumen, operaciones psicológicas.

El almirante Ward era el disertante presentado en un seminario sobre la guerra cuatri-dimensional que tuvo lugar el 15 de abril en Pittsburgh. El 14 y 15 de abril, se llevaron a cabo conferencias en Arkansas sobre “Estrategia para la supervivencia” patrocinadas por el General Mayor William C. Bullock, comandante del área. ¡Las invitaciones para un seminario sobre “Educación para la seguridad americana” fueron enviadas en sobres franqueados oficialmente! El “Proyecto Alerta” en Pensacola, Florida, fue autorizado por los cuarteles locales de la Marina, y los participantes del “Proyecto Acción” llevado a cabo el 28 y 29 de abril en Minneapolis fueron acomodados en la Estación Aérea de la Marina en las afueras de la ciudad. Un seminario organizado por el cruzado anticomunista Dr. Fred Schwarz fue patrocinado en Nueva Orleans por el Almirante W. S. Schindler, y el Almirante Louis J. Kirn, Jefe del Entrenamiento Avanzado de la Marina Aérea, diseñó el programa.

El Senador Fulbright señaló que
“Sin dudas, el contenido ha variado de programa en programa, pero a través de todos ellos existe un tema central respecto a que el principal, sino exclusivo, peligro para este país es la infiltración comunista. La tesis sobre la naturaleza de la amenaza comunista se desarrolla comúnmente al igualar la legislación social con el socialismo, y a este último con el comunismo. Gran parte del programa legislativo local de la administración, incluyendo la continuación del impuesto a los ingresos, la expansión de la seguridad social (particularmente el cuidado médico bajo la seguridad social), ayuda federal a la educación, etc., bajo esta filosofía sería caracterizada como un paso hacia el comunismo.

“Esta visión de la amenaza comunista considera a la ayuda externa, los intercambios culturales, las negociaciones de desarme, y otros programas internacionales, como extremadamente inútiles, y subversivos…

Existen muchas indicaciones que la filosofía de los programas es representativa de un sustancial elemento del pensamiento militar, y tiene un gran atractivo para la mente militar…

Hay muy poco en la educación, entrenamiento, o experiencia de la mayoría de los oficiales militares para equiparlos con el balance de juicio necesario para aplicar sus propias soluciones…en la apropiada perspectiva en la estrategia total del presidente para una era nuclear…”
Y concluyó con una advertencia:
“Se puede esperar que el radicalismo tenga un gran atractivo popular. Ofrece la simple solución, fácilmente comprensible, de expulsar a los demonios que están dentro del cuerpo político, o, en el extremo, azotar al enemigo.

“Si el aparato militar es infectado con este virus del radicalismo de derecha, vale la pena prestarle atención al peligro. Si cree que el publicó lo está, el peligro aumenta. Si, por el proceso educativo de los militares con el público, la fiebre de ambos grupos aumenta, el peligro es verdaderamente grande.

“Quizás es exagerado llamar a que los Generales franceses se rebelen (14) como ejemplo del peligro. Sin embargo, oficiales militares, franceses o americanos, poseen ciertas características comunes propias de su profesión y hay numerosos militares con sus ‘dedos sobre el gatillo’ a lo largo del mundo”.
En julio, una orden del Departamento de Defensa salió a restringir el derecho de los oficiales militares a expresar sus opiniones políticas en público y participar en programas de información similares. (15) Hubo una violenta reacción por parte de los conservadores. El Senador Strom Thurmond, un republicano de Carolina del Norte y General en la Reserva Militar, atacó la movida como un “infame intento por intimidar a los líderes de la Fuerza Armada de EEUU: y prevenirles de informar a sus tropas acerca de la exacta naturaleza de la amenaza comunista”. (16)

El 8 de julio, Khrushchev anunció que el gobierno de la Unión Soviética se vio obligado a posponer la reducción de sus fuerzas armadas. Kennedy se preocupó lo suficiente por la información que recibió de la CIA brindando un discurso televisivo el 25 de julio de 1961 pidiendo al país que se prepare para defender la libertad en Berlín y en cualquier lugar. Anunció un aumento suplementario en defensa que incluyó duplicar y triplicar las llamadas de reservistas a la actividad. Finalmente, recomendó la construcción de refugios atómicos.

Estas declaraciones pesimistas elevaron los espíritus de los militares, pero atemorizó al pueblo americano.

El gobierno federal imprimió panfletos describiendo cómo construir un refugio atómico de tamaño familiar. Los periódicos y TV discutían las consecuencias de un ataque nuclear. El científico atómico Dr. Edward Teller señaló, “Si no nos preparamos, 100 millones de americanos podrían morir en los primeros días de una guerra nuclear. Entre 30 y 40 millones más podrían morir de hambre y enfermedades. Los EEUU dejarían de existir…”. Un sacerdote jesuita, Padre McHugh, declaró por su parte que los dueños de refugios tenían el derecho moral de mantener a raya a sus atemorizados vecinos. Un folleto publicado por la Oficina de Defensa Civil aconsejó a los dueños de embarcaciones a que se dirijan a mar abierto una vez que sonara la alerta.

El Congreso demandó un programa armamentista más extenso, cuyo dinero debía provenir de los aberrantes proyectos del estado de bienestar. Los senadores Jackson y Keating declararon que el Congreso garantizaría al presidente y a las fuerzas armadas todo el dinero que pidieran, y en particular $500 millones para el Boeing B70. El Pentágono era optimista una vez más. Los generales y almirantes multiplicaron sus declaraciones provocativas. Pero el 2 de agosto, el senador Fulbright habló nuevamente:
“Los oficiales militares no son elegidos por el pueblo y no tienen responsabilidad por la formulación de políticas más que las políticas militares. Su función es llevar adelante políticas formuladas por oficiales que son responsables ante el electorado. Esta tradición está arraigada al principio constitucional de que el presidente es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y por lo tanto, el personal militar no puede participar en actividades que perjudique sus políticas”.
El 16 de noviembre de 1961 en Seattle, el presidente Kennedy declaró,
“Debemos aceptar el hecho de que EEUU no es omnipotente ni omnisciente – que no podemos imponer nuestra voluntad sobre el otro 94 por ciento de la humanidad – que no podemos aceptar cualquier equivocación o revertir cada adversidad – y por lo tanto ello no puede ser una solución americana a cada problema del mundo”.
Por primera vez en la historia de EEUU, un presidente se había atrevido a atacar el mito de la infalibilidad nacional. Tres días después, en una cena del Partido Demócrata en Los Ángeles, Kennedy continuó,
“Concentrémonos más en mantener a los enemigos y misiles lejos de nuestras costas, y concentrémonos menos en alejar a nuestros vecinos de nuestros refugios. Dediquemos más energía a organizar a las naciones libres y amigas del mundo…y dediquemos menos energía a organizar bandas armadas de guerrillas civiles que seguramente beneficiarán a los vigilantes locales en vez de a la vigilancia nacional”.
Esta declaración apuntó a las organizaciones paramilitares tales como la Sociedad John Birch, la Minutemen y el Ku Klux Klan. (17) En el momento que Kennedy habló, estos grupos extremistas estaban compuestos en gran parte por visionarios, especuladores y fanáticos. Pero el General Walker y otros oficiales de alto rango comenzaron a entrenar nuevos líderes en 1962. Las organizaciones se fortalecieron, y para el año 1963 ellos y otros grupos, como los Amigos del General Walker y la Asociación Patrick Henry se habían convertido en fuerzas a considerar.

Individuos de la extrema derecha soñaban un mundo sin comunismo, sin extranjeros, sin Naciones Unidas, sin el gobierno federal, sin sindicatos, y sin negros. Su objetivo era una América sin Corte Suprema que pudiera invadir o destruir Cuba, abolir en impuesto a los ingresos de los graduados y detener las importaciones de jamones polacos. Para estas personas, incluso Eisenhower era un agente activo de la conspiración marxista. Cuando Kennedy llegó a la Casa Blanca, estaban seguros que los rusos habían llegado. “Dios, extraño a Ike. Incluso extraño a Harry”, dijo un hombre de Cincinnati a US News y a World Report en 1962.

Los movimientos de derecha no solo contaban con el apoyo del liderazgo militar, sino también de importantes patrocinadores privados. La Universidad Harding en Arkansas (18) nutrió a la mayoría de los oradores en los foros de extremistas. Su presidente, el Dr. George S. Benson, (19) poseía el apoyo financiero de compañías como Lockheed, Boeing, US Steel, Lone Star Cement, Olin Mathison Chemical, Instituto Americano del Hierro y Acero, y Aceros Acme. En 1961, estas compañías contribuyeron con más de $6 millones a Harding. General Electric y la CIA estaban entre sus más importantes benefactores.

Sin embargo, la situación internacional continuó deteriorándose. En agosto, se construyó el Muro de Berlín, y en septiembre, primero los soviéticos, y luego los EEUU comenzaron nuevamente las pruebas nucleares. El 28 de octubre, el mismo día que la Asamblea General de Naciones Unidas solicitó que no lo hagan, la Unión Soviética detonó una bomba de 50 megatones. El 31 de octubre, el senador Jackson criticó a Kennedy por tomar riesgos en la defensa nacional al demorar la construcción del Boeing B70, rebautizado RS70 para mejorar su imagen. Ese mismo mes, la Armada patrocinó el “Proyecto Alerta” en San Francisco, y en diciembre la Marina hizo lo mismo.

Kennedy intentó suavizar la Guerra Fría con diplomacia, (20) pero las exageradas declaraciones de los guerreros del Pentágono no estaban calculadas para ayudarlo. McNamara, que ahora estaba “constantemente abandonado”, y odiado por el Congreso, que lo consideraba “arrogante e incluso desdeñoso”, continuó haciendo uso de su poder autoritario, para demostrar su repugnancia hacia el favoritismo, (21) y para construir un sistema racional de defensa. Señaló,
“Ahora la tecnología nos ha circunscripto a todos en un probable horizonte de horror que podría hacer parecer pequeña cualquier catástrofe que haya sucedido al hombre en su más de un millón de años sobre la tierra.

“El hombre ha vivido por más de 20 años en lo que hemos denominado la era atómica. Lo que no tenemos en cuenta es que toda era futura del hombre será una era atómica”. Si el hombre tiene futuro, tendrá que ser un futuro ensombrecido con la permanente posibilidad de un holocausto termonuclear. Con respecto a ello, ya no somos libres.

“Nuestra libertad en este aspecto consiste más en enfrentar el problema de forma racional y realista y debatir la acción para minimizar el peligro. Ningún ciudadano cuerdo; ningún líder político cuerdo; ninguna nación cuerda desea una guerra termonuclear. Pero con solo no quererla no alcanza.

“Debemos comprender la diferencia entre las acciones que aumentan el riesgo, aquellas que lo reducen, y aquellas que, siendo costosas, apenas influyen. La estrategia nuclear es excepcionalmente compleja en sus aspectos técnicos. A menos que estas complejidades sean bien comprendidas, la discusión racional y la toma de decisiones simplemente no son posibles”.
La crisis de los misiles cubanos de octubre de 1962 fue el punto de inflexión en la Guerra Fría. El 22 de octubre, Kennedy declaró,
“Insté al Jefe Khrushchev a detener y eliminar esta clandestina, despiadada y provocativa amenaza a la paz mundial y para estabilizar las relaciones entre nuestras dos naciones. Le pedí que abandone este rumbo de dominación mundial, y se sume a un esfuerzo histórico para terminar la peligrosa carrera armamentista y para transformar la historia del hombre…

“No vamos a arriesgarnos prematuramente o innecesariamente a los costos de una guerra nuclear mundial en la cual incluso los frutos de la victoria serían cenizas en nuestra boca – pero si alguna vez enfrentamos ese riesgo debe ser aceptado…

“El camino que hemos elegido para el presente está lleno de peligros, como lo están todos los caminos – pero es el más consistente con nuestro carácter y coraje como nación y nuestros compromisos alrededor del mundo. El costo de la libertad siempre es alto – pero los americanos siempre lo han pagado. Y un camino que nunca elegiremos es el camino de la rendición o de la sumisión.

“Nuestro objetivo no es la victoria de la fuerza, sino la reivindicación del derecho – no de la paz a expensas de la libertad, sino tanto paz como libertad aquí en este hemisferio y, esperamos, en todo el mundo. Si Dios quiere, este objetivo será logrado”.
Los soviéticos dieron marcha atrás.

Para el año 1963 la detención se había vuelto una realidad, y el Pentágono sabía que había perdido el juego. Esa primavera, el Jefe de Personal de la Marina, Almirante George W. Anderson, renunció. (22) El presidente Kennedy declaró el 1ro de marzo que el Almirante podía continuar sirviendo al país en un puesto importante. (23) El 26 de julio de 1963, el presidente anunció la firma inminente del Tratado de Moscú:
“Este tratado no es el milenio. No resolverá todos los conflictos ni ocasionará que los comunistas abandonen sus ambiciones, o que se elimine el peligro de la guerra. No reducirá nuestra necesidad de armas o aliados o programas de asistencia a otros. Pero es un importante primer paso – un paso hacia la razón – un paso que nos aleja de la guerra”.
Notando la satisfacción pública, el Pentágono cambió sus tácticas. Contrató Generales retirados tales como el ex Mayor General Johnson para que exprese su punto de vista en nuevos y suaves términos. El General Johnson no previó ningún otro problema que “retirarse o derrotar” hasta que los líderes de la administración hubieran “determinado sus objetivos”.

Notó que EEUU tenía tratados firmados que los obligaba a defender a 45 naciones (24) alrededor del mundo, y que el país no solo necesitaba continuar la Guerra Fría, sino que debía “ganar la guerra caliente”, si llegaba a suceder. Expresó su arrepentimiento de que la nación no estuviera tomando la iniciativa en ningún lugar del mundo, ni siquiera en Cuba, donde cada mes que pasaba Castro estaba más profundamente aferrado al poder. Remarcó que la armada había reducido su tamaño en más de un millón de hombres desde el fin de la guerra de Corea. Estimó que una invasión a Cuba requeriría 22 divisiones, más de las que se encontraban estacionadas en suelo americano, y concluyó que EEUU no estaba preparado ni para una guerra muy limitada (como Vietnam) (25) ni para una limitada guerra (como Cuba o Berlín). Reconoció que EEUU estaba relativamente bien “cubierto” para una guerra total, con reservas de 40.000 armas nucleares de 30 tipos diferentes que eran muy costosas de mantener, pero que mientras los “civiles en el gobierno continuaran depositando su fe en el diálogo”, la utilidad de este arsenal atómico todavía estaba por probarse. El ex Mayor General admitió francamente que tenía miedo que los industriales “no estuvieran satisfechos con la indefinida manutención de esta montaña atómica”.

A lo último, la administración de Kennedy contestó que el desarme sería limitado y progresivo, y que las reducciones serían parcialmente compensadas por usos civiles para los programas atómicos y espaciales de la NASA. Agregó que planeaba luchar contra las consecuencias de una rápida conversión de la economía reforzando el seguro de desempleo, aumentando la información sobre nuestras oportunidades de empleo, organizando programas vocacionales, estableciendo nuevas industrias, y reorientando programas de investigación hacia la química, exploración espacial, enfermedades, transporte urbano, construcción, educación, purificación del agua, control de población, enfermedades tropicales y explotación de recursos del mar.

Pero este programa demoraría mucho en comenzar, y no sería suficiente. Los críticos de la administración predijeron una recesión: los consumidores fueron colmados por sus obligaciones crediticias, la competencia internacional era cada vez más fuerte, y el dólar continuaba débil. La paz trajo consigo el riesgo de serias perturbaciones de la economía. (26) Ya en 1962, cuando Republic Aviation amenazó con cerrar su planta de Long Island, dejando 20.000 personas en la calle, el presidente había liberado $1300 millones de fondos de defensa votados por el Congreso, aunque la Fuerza Aérea y el Comité de la Cámara de las Fuerzas Armadas había solicitado $10.000 millones.

El 30 de marzo de 1963, McNamara decidió cerrar 52 instalaciones militares ubicadas en 25 estados diferentes, además de 21 bases en el extranjero. Esta reorganización debía suceder en un período de tres años. Su anuncio tuvo importantes repercusiones en todo el país. Los ejecutivos de Del Río, Texas, contribuyeron con $50 cada uno para enviar una delegación a Washington a protestar por el cierre de la Base de la Fuerzas Aérea de Laughlin. Los delegados indicaron que la base era la única industria importante en Del Río (18.612 habitantes), que los salarios militares y civiles pagados por la base sumaban un total de $10.5 millones al año, y que las 1.700 familias de la base hacían sus compras en Del Río.

En Benecia, California (6000 habitantes), la alcaldía de la ciudad se enteró que el depósito militar situado allí iba a ser cerrado. Se estimó que la ciudad perdería más de $200.000 al año en impuestos a la venta, gasolina y bebidas, así como también los negocios de los 2.400 empleados del depósito, mientras que el sistema de cañerías había sido renovado a un costo de $1.6 millones. El Representante John Baldwin (Republicano) protestó a Washington, indicando que el depósito de Benecia era el mismo tipo de instalación militar que el país necesitaba si deseaba tener (como Kennedy había prometido) una fuerza armada entrenada capaz de hacer frente a cualquier situación.

En Tacoma, Washington, un vendedor de zapatos había vendido un par de zapatos. El cliente le entregó un billete de $20 y un panfleto que decía, “Acabas de hacer una venta a un empleado del depósito de Mount Rainier. ¿Cuánto dinero perderás cuando los $14 millones en salarios pagados por el depósito sean transferidos a Utah? Escribe a tu congresista, a tu senador, a tu gobernador”. Y América escribió.

Sumado a los tres millones y medio de personas directamente empleadas por el Departamento de Defensa (27) siete millones y medio de otros debían sus trabajos a contratos de defensa. Las consecuencias del desarme afectarían a todo el país. Estudios realizados por la Comisión de Control de Desarme Americano reveló que las industrias de defensa nacional aportaban más del 10% del producto nacional total, y empleaban a casi 10% de todos los trabajadores del país. Una reducción anual de $5.000 millones en el programa militar desaceleraría la economía nacional de $10 a $12 mil millones al año. (28)

El presidente de Standard Oil de California, la compañía más directamente involucrada en la Guerra de Corea, había declarado en 1953:
“Pueden imaginar dos clases de paz. Una permitiría a EEUU continuar su rearme y a mantener sus importantes fuerzas militares en el Lejano Este; apenas tendría efecto alguno sobre la industria, ya que el mantenimiento de una armada pacífica requiere casi la misma cantidad de combustible que en tiempos de guerra. Pero si existiera un gran mejoramiento en las relaciones entre EEUU y la Unión Soviética, y en particular un acuerdo de desarme, el impacto sobre la industria del petróleo y el resto de la economía sería desastroso”.
Ni los industriales ni los militares estaban preparados en 1963 para reverenciar decisiones políticas o simplemente razonables. Los Generales se dieron cuenta que el tratado de prohibición para pruebas nucleares constituía un paso hacia el desarme general.

El General Thomas D. White, ex líder del Personal de Jefes de la Armada, remarcó,
“La verdadera seguridad reside en la ilimitada superioridad nuclear”.
El Almirante Lewis Strauss agregó,
“No estoy seguro que sea necesariamente positivo bajar las tensiones”.
El Almirante Radford, ex líder del Personal de Jefes Adjuntos, declaró,
“Me uno a todos mis antiguos colegas para expresar mi ansiedad respecto a nuestra seguridad en el futuro”.
El General Thomas Power, Comandante del Comando Estratégico Aéreo, incluso atacó el tratado de prohibición ante el Comité de Servicios Armados del Senado.
El 4 de abril de 1962, el General Walker testificó ante el comité. Al abandonar la habitación, el periodista Tom Kelly del Washington Daily News le preguntó si tenía algún comentario. La respuesta del General fue un puñetazo a la nariz.


NOTAS

1. En 1957, Fortune escribió: "Debemos obtener una reducción en el gasto de las carreteras, ayuda a la comunidad negra, y otras extravagancias no militares”.

2. El 1ro de Julio de 1944, el presupuesto militar de EEUU sumaba un total de $81.000 millones. Tres años después bajó a $11.800 millones, pero la industria privada se estaba expandiendo rápidamente para cubrir las necesidades del sector civil de la economía - automóviles, hogar, electrodomésticos, y toda clase de cosas. La Guerra de Corea tensó la cuerda, y en 1953 el presupuesto militar aumento a $50.400 millones. Para 1954, este número cayó a $40.700 millones, pero recortes en los impuestos proveyeron otro boom en 1955, que marcó un récord en la demanda de nuevos automóviles y en las compras. Desde el comienzo de la recesión en 1960, el presupuesto militar había aumentado desde $47.500 millones (1960-1961) a $51.100 millones (1961-1962) y a $52.700 millones (1962-1963).

3. Los activos de General Motors en 1966 sumaban $12.900 millones.

4. En diciembre de 1967, el Departamento de Defensa controlaba un presupuesto de $76 mil millones, y empleaba a 4.500.000 personas.

5. En los primeros nueve meses de 1967, General Dynamics invirtió $1.570 millones, un aumento de 24% respecto a 1966. Este aumento es indicativo del boom en la industria de la aviación como resultado de la Guerra Vietnamita.

6. Luego de fallar en encuentro Kennedy-Khrushchev en Viena en la primavera de 1961, Los Angeles Mirror News publicó un aviso de página entera que decía, "El gran encuentro ha fallado. ¿Qué significa eso para ti? Un fantástico boom de la electrónica. Miles de millones de dólares, una saludable industria en el Sur de California empleando a 110.000 personas”.

7. Stewart Alsop.

8. 29 de marzo de 1961.

9. En 1967, 17 militares expertos estimaron que las fuerzas nucleares de EEUU y la Unión Soviética evolucionarían de la siguiente manera en la próxima década:

EEUU Unión Soviética
1962: 25 a 50,000 megatones 1962: 6 a 12,000 megatones
1971: 6 a 15,000 megatones 1971: 30 a 50,000 megatones

Los expertos utilizaron estas cifras para sostener su pedido de aumento en el potencial nuclear Americano, pero también notaron que bajo la presidencia de Kennedy, la superioridad nuclear era del orden del 4 a 1.

10. El 25 de febrero de 1962, la Fuerza Aérea y la Boeing Corporation presentaron el bombardero B 70 a la prensa una vez más, aunque Kennedy persistió en su rechazo a la entrega de los fondos bloqueados.

11. Este sistema sería obsoleto hasta que esté en funcionamiento, y ese ha sido el caso hasta el momento con todos los programas antimisiles.

En 1967, idénticos argumentos y presión industrial llevó al Pentágono a restaurar un proyecto para la construcción de misiles antibalísticos ABM. McNamara intentó reducir este programa, sabiendo que los rusos mismos admitieron que su sistema Tallin de misiles antibalísticos Galosh y Griffon eran obsoletos. Gracias al progreso en la electrónica y las técnicas de microcircuitos, el sistema americano, que no estaría en funcionamiento hasta 1974, y que el Pentágono considera insuficiente, también es obsoleto. La nueva técnica LSI (para circuitos integrados a gran escala) posibilita en ensamblado diez veces más denso y multiplica la sensibilidad (velocidad de reacción) de misiles por cinco. Electronics escribe que “los radares y computadoras que guiarán nuestros misiles antimisiles serán antiguos como un Ford junto a la última Ferrari”.

12. El General Walker comenzó su carrera política en el Teatro Arie Crown en Chicago el 9 de febrero de 1962, ante una multitud de 5000 personas. Había pasado tres décadas uniformado, y había sido condecorado como héroe por la Guerra de Corea. En 1959 se unió a la Sociedad John Birch. A Walker le gustaba decir, “En patriotismo, lealtad y combate, no existen los moderados”. Aconsejaba a su audiencia “atacar en todos los frentes” y a “blandir las armas y hablar valientemente”.

13. 18 de junio de 1961.

14. Una referencia al golpe de los Generales franceses de abril de 1961 en Algiers.

15. McNamara fue llamado a presentarse ante el Comité de Servicios Armados del Senado para explicar su accionar. Cuando llegó al capitolio, fue recibido por 70 amas de casa llevando botones de la Sociedad John Birch.

16. El Senador Barry Goldwater escribió:

“Hoy existe una nueva literatura de la estrategia militar que de ninguna manera es el trabajo de oficiales de carrera, sino de filósofos nucleares, como se han comenzado a autodenominarse, y que exponen su desagrado humanitario a favor de la bomba en todas sus escrituras.

“Los generales y almirantes de la actualidad no son piratas sedientos de sangre con parches negros en sus ojos.. Son inteligentes, competentes, hombres bien educados que intentan duro, al igual que nuestros diplomáticos, de encontrar soluciones pacíficas a los problemas internacionales. Nuestros generales y almirantes son estrategas de la paz así como también expertos en cuestiones militares.

“Creo que algo nuevo y antiguo está sucediendo en nuestro país, y que las grandes tradiciones de la historia americana encontrará su verdadero lugar.

17. La Sociedad John Birch, fundada por Robert Henry Winborne Welch, Jr., nacido en 1899, un alumno de la Academia Naval del Anápolis y de la Escuela de Leyes de Harvard, vicepresidente de una fábrica de caramelos en Belmont, Mass., a favor, entre otras cosas, de la inmediata liberación de Cuba, de la abolición de ayuda extranjera, y de la reinstitución de la segregación generalizada. En 1961, la sociedad decía tener unos 100.000 miembros. Tenía archivos sobre "Comsymps" (cualquiera cuyas ideas fueran consideradas demasiado liberales) e intentó infiltrar universidades y al gobierno. Tenía una genuina influencia en la armada.

La sociedad es nombrada luego que el Capitán John Morrison Birch, un joven misionero que fue asesinado a la edad de 27 años por los comunistas chinos mientras estaba en una misión al norte de China 10 días después del fin de la segunda guerra mundial. Según Welch, Birch fue la primera víctima de la tercera guerra mundial.

Los Minutemen, una milicia de combate clandestina, está liderada por Robert Bolívar DePugh, que maneja un negocio farmacéutico que obtiene $400,000 de ganancias al año. Sus 25,000 miembros realizan entrenamientos diarios con cualquier cosa desde pistolas a armas antitanque para estar listos para hacer frente a una invasión comunista, y organizan seminarios de guerra de guerrillas a lo largo del país. Aunque están poco organizados, varios cientos de estos grupos están armados y son peligrosos, y son capaces de hacer cualquier cosa en apoyo a su ideología o los intereses de sus líderes. Su lema es “Acción ahora” y su programa llama al asesinato de comunistas peligrosos.

El KKK, conducido por Robert Shelton, un antiguo vendedor de aire acondicionado, solo acepta como miembros a “ciudadanos leales nacidos en EEUU, cristianos, blancos, con elevada moral, de fe Protestante, creyentes en el Americanismo y la supremacía de la raza blanca”. Pero detrás de este credo relativamente moderado reside una plétora de folklore y un grupo de gente salvaje.

18. Que recibió su primer presente, $300,000 de General Motors, en 1949. La decisión fue tomada por Alfred P. Sloan, presidente de GMC en aquel momento.

19. El Dr. Benson declaró una vez, “Si quieres obligar a Washington a hacer lo que se necesita hacer, primero debes alcanzar a la opinión pública. Mi objetivo es impactar en la profundidad de sus raíces para reorientarlo hacia la piedad y al patriotismo”.

También proclamó que “Cualquier americano que ame a la libertad y que esté dispuesto a trabajar, trabajar, trabajar para protegerla puede encontrar dirección y compañerismo en un grupo de la Sociedad John Birch”.

20. El 25 de noviembre, Kennedy brindó una entrevista a Aleksei Adzhubei, editor de Izvestia, quien le dijo, "Su elección trajo una gran esperanza al pueblo de su país”. El 28 de noviembre, la conferencia de prohibición de pruebas nucleares, que había sido suspendida desde el 9 de septiembre, re-abrió en Génova. El 21 de diciembre, Kennedy se reunión con MacMillan en Bermuda para examinar las relaciones Occidentales con USSR.

21. En octubre de 1963, McNamara pidió al secretario de la marina, Fred Korth, que renuncie. Fue acusado de mostrar favoritismo hacia el Banco Nacional Continental de Fort Worth, del cual había sido presidente previo a su cargo en 1961. (el Banco Nacional Continental fue uno de los 20 bancos que había entregado $200 millones a General Dynamics para permitirle comenzar con la construcción del TFX, ahora F111.)

22. Principalmente porque McNamara pasó por encima de su cabeza para entrar en comunicación directa con los comandantes de las unidades de la marina norteamericana durante la crisis cubana. Sumado a eso, al almirante desaprobó el hecho de que el Secretario de Defensa se había opuesto al consejo de la Marina y la Fuerza Aérea y designó el contrato del TFX a General Dynamics en lugar de Hoeing. La Fuerza Aérea también estaba muy disgustada con la cancelación del proyecto Skybolten mayo de 1962. Eisenhower había firmado un acuerdo para suministrar 100 misiles aire-aire Skybolt a Inglaterra, pero como resultado de la crisis de la OTAN, Kennedy decidió cancelar este proyecto, al que consideraba demasiado costoso y superfluo.

23. El 30 de Julio, el almirante Anderson fue nombrado Embajador en Portugal, “un país marítimo, un país de gran importancia en el año 1963 y en los años siguientes”, en palabras del presidente. El almirante llegó a los titulares nuevamente al declarar que las cosas iban mal en el Pentágono y recomendaba que los miembros de la Junta de Jefes de Personal sean designados por un período de 4 años en lugar de 2. Kennedy se opuso, y el almirante abandonó Lisboa, donde Lyndon Johnson lo había dejado.

24. Canadá, Islandia, Dinamarca, Noruega, Alemania Occidental, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Inglaterra, Francia, Portugal, Italia, Grecia, Turquía, Irán, Pakistán, Haití, Costa Rica; República Dominicana, Panamá, Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, México, Honduras, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, Tailandia, Formosa, Japón, Corea del Sur, Cambodia, Laos, Vietnam del Sur, etc.

25. Esto, por supuesto, fue en 1962. En aquel momento el General Harkins estaba prediciendo que la guerra de Vietnam sería ganada hacia fines del año siguiente y describió a la oposición local como hecha de “intelectuales neutralistas y unos pocos miembros del Vietcong”.

26. Ocho meses antes, la Agencia de Control de Armas y Desarme de EEUU había publicado sus predicciones de lo que podría suceder a la economía si la Guerra Fría llegara a terminar. Pronosticó un aumento de los gastos militares hasta 1965, seguido por una progresiva pero importante reducción hasta 1977:

1962-63: $52.7
1963-64: $54.0
1964-65: $56.1
1968-69: $38.9
1971-72: $27.0
1974-75: $17.3
1977-78: $10.2

(en miles de millones de dólares por año fiscal)

En 17 años, la porción del presupuesto asignado a la construcción de aviones caería de 6.9 a $0.5 mil millones. El monto para misiles caería de $5.1 a $0.1 mil millones, el programa espacial militar sería reducido de $0.5 a $0.0 mil millones, la construcción naval caería de $1.9 a $0.2 mil millones, y el monto de otros equipamientos disminuiría de $3.6 a $0.7 mil millones (El Impacto Económico del Desarme, 1962).

En febrero de 1962, las revistas US News y World Report publicaron una gráfica mostrando el porcentaje de contratos militares en las ventas industriales. Para el equipamiento de la aviación y aeronáutico, este porcentaje fue del 94%, para la construcción naval 61%, para el equipamiento de radio y telecomunicaciones 38%, para el equipamiento eléctrico 21%, para hierro y acero 10%, y petróleo 10%.

27. 4.600.000 en 1968.

28. California, Texas, Florida, Alaska, Hawai, el distrito de Columbia, Nueva México, Nueva Hampshire, Georgia, Alabama, Oklahoma, Maryland, Nueva York State, Ohio, Nueva Jersey y Massachusetts no serían los únicos estados en sufrir. La fabricación en Defensa era responsable del 30% de todos los empleos febriles en Kansas, 28% en el distrito de Columbia, 24% en Nueva México, 23% en California, 21% en Connecticut y Arizona, 20% en Utah, 18% en Colorado, 14% en Florida, 12% en Maryland, y 10% en Missouri y Texas. Diez estados eran responsables de dos tercios de todos los contratos militares (por un total de $17 mil millones): California $5.8 mil millones, Nueva York $2.5 mil millones, Ohio $1.3 mil millones, Nueva Jersey $1.2 mil millones, Massachusetts, Texas, Washington y Connecticut $1.1 mil millones cada uno, Pensilvania $0.9 mil millones, y Missouri $0.7 mil millones.

1 comentarios:

Podenco dijo...

Juer, me gusta tanto vuestro blog que os voy a publictar en el mio.

No es que sea de gran ayuda jajaj recibo unas 30 visitas al dia xd pero os lo mereceis sin alguna duda

Gracias =)

http://citizenrules.blogspot.es/