La crisis de Grecia pone a prueba la flexibilidad del FMI
IAR Noticias
01/04/10
A medida que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional afinan su participación en un posible rescate financiero a Grecia, un gran interrogante se cierne en torno hasta qué punto podrá presionar el FMI para que se produzcan reformas económicas en un país de la zona euro.
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Si Grecia acude al FMI en busca de ayuda, cualquier rol de préstamo que la entidad pueda adoptar podría verse complicado debido a que el país es uno de los 16 miembros de la zona euro, que opera bajo la jurisdicción y políticas del Banco Central Europeo.
Responsables del FMI, que pidieron no ser identificados, dijeron que cualquier ayuda financiera a Grecia tendrá que ser un "monto sustancial" y deberá incluir tanto al FMI como a los países de la zona euro. Más allá de eso, los papeles de ambas partes respecto a Grecia siguen siendo poco claros.
El FMI ya ha señalado que las medidas de austeridad de Grecia para 2010, diseñadas para cumplir con las normas de presupuesto de la UE, son lo suficientemente fuertes. Grecia y la UE probablemente no quieran revisar estas metas en un programa del FMI, dijo un responsable del Fondo.
"Hay otras áreas en las que podríamos ver un acuerdo entre la UE y el FMI en lo referente a medidas estructurales necesarias para superar las dificultades económicas en Grecia", dijo el responsable del FMI.
Entres estas medidas podría haber reformas y medidas en los sistemas de impuestos, pensiones y salud para aumentar la competitividad de la economía griega.
Aunque Grecia no ha solicitado la ayuda del FMI y no está claro si lo hará, el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, aseguró la semana pasada a los países miembros que Grecia será tratada como cualquier otro país que pide ayuda financiera.
Hasta el momento, el FMI ha mantenido su posible entrada a Grecia en términos muy vagos, y Strauss-Kahn se ha limitado a decir: "Nos vamos a mover y a decir algo sólo cuando Grecia nos lo pida".
En el pasado, el prestamista internacional ha sido criticado por demandar drásticas medidas de austeridad como condición para mejorar las líneas de crédito a los países en crisis.
Pero bajo la gestión de Strauss-Kahn, ex ministro de Economía francés, la entidad ha entregado sumas de dinero mayores que en el pasado sin muchas condiciones para ayudar a que los países afronten los efectos de la crisis financiera global.
Para los países sumidos en problemas fiscales crónicos, el FMI ha presionado para establecer metas de déficit que impliquen que la nación viva bajo sus posibilidades financieras.
En paquetes de rescate recientes para países de la UE como Hungría, el FMI y la UE coordinaron la asistencia financiera y las condiciones de ayuda se enmarcaron bajo las nuevas normas de préstamo del Fondo.
Ninguno de los países respaldados por el Fondo recientemente se encuentra dentro de la zona euro, a diferencia de lo que sucede con Grecia.
"Grecia es más complicada para el FMI debido a que no es habitual entrar en una situación en la que no se les puede asesorar en política cambiaria o política monetaria, y esa es una tarea difícil", dijo Simon Johnson, antiguo economista jefe del FMI que actualmente trabaja en el Instituto Peterson en Washington.
"Hay un peligro real de repetir la experiencia de Argentina en la década de 1990, donde por varias razones el FMI creía que la tasa de cambio estaba fuera de los límites", añadió.
Johnson indicó que un tema difícil es que, aunque el FMI tiene experiencia, no tiene procedimientos claros sobre reformas estructurales para ayudar a que un país con problemas reestructure su economía para evitar que su deuda siga creciendo.
"El fuerte del FMI es la política fiscal y por supuesto política monetaria, y a veces política cambiaria. El tema estructural debería ser algo que los europeos estén practicando por su cuenta con ayuda del FMI", añadió.
Respuesta a miembros del FMI
El Fondo podría enfrentarse con la presión internacional para asegurarse de que la ayuda a Atenas cuente con las condiciones que establezcan que el país viva dentro de sus necesidades.
El FMI responde a una junta ejecutiva de 24 miembros que está dominada por países europeos pero incluye también a Estados Unidos, Japón, y a algunas naciones en desarrollo. Cualquier acuerdo de préstamo con Grecia requerirá el consenso de la junta.
Además, Grecia es un tema políticamente controvertido para el FMI.
La participación del prestamista internacional, una condición impuesta por la canciller alemana Angela Merkel a cambio del dinero de la UE, fue acordada a pesar de la oposición del Banco Central Europeo y la reticencia de otros estados de la UE, como Francia.
Grecia ha reiterado que primero quiere recaudar dinero en los mercados financieros antes de acudir al FMI y la UE en busca de ayuda. El lunes, el país retornó a los mercados por primera vez después de que los líderes de la zona euro acordaran entregar una red de seguridad financiera, pero sus costes de endeudamiento siguen siendo elevados y el dinero del FMI es más barato.
La confianza en la capacidad de pago de Grecia ha sido sacudida por una deuda que asciende a los 300.000 millones de euros, que excede la producción económica anual del país de 240.000 millones de euros.
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