México: aceptan queja por tortura contra militares y policías
Luis Santiaguillo
La Jornada Morelos
5/9/08
Cuernavaca, México.- La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) aceptó la queja contra militares y policía federales por la detención arbitraria, tortura, allanamiento de morada, entre otros delitos, cometidos en agravio de Pedro Ramírez Flores.
En la denuncia promovida por la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDH), Graciela García Chimal narra la brutal aprehensión de su marido, Pedro Ramírez Flores, por parte de elementos de la Agencia Federal de Investigación, Policía Federal y elementos de la 24 zona militar.
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El testimonio establece que Graciela García acudía a su domicilio, ubicado en Colotepec número 3 de la colonia Santa María Ahuacatitlán, en Cuernavaca, cuando escuchó los gritos de sus hijas: Anahí Karina Ramírez García y Marlen Giovana Ramírez García, debido a que los agentes policíacos detenían a su marido en la vivienda. Al momento que lo sacaron de la casa, Pedro Ramírez iba con las manos atadas a la espalda y lo subieron a una camioneta en la parte de atrás, donde lo dejaron caer boca abajo.
Cuando la mujer les cuestionó el hecho, los uniformados le aseguraron que contaban con una orden de aprehensión, pero la tenía un “licenciado”, que nuca apareció en el lugar. Además, le informaron que los trasladarían a la colonia Antonio Barona, donde se ubica la Unidad Antinarcóticos,
Luego de constatar que su hogar se encontraba en completo desorden con ropa tirada, documentos personales esparcidos por el suelo, sus hijas le comentaron que “los policías y militares se metieron sin permiso y que cuando empezaron a golpear a su papá, le sacaron una credencial de elector y le preguntaron por El Bombillo, quien era a quien buscaban.
“Por ello, lo empezaron a golpear contra los barrotes de la ventana con las manos atrás y cuando sus hijas quisieron defenderlo a ellas también las aventaron con lujo de violencia en los sillones de la sala del domicilio, hasta que se llevaron (...) sin sacar en ese momento paquete o droga alguna como ahora quieren hacer aparecer en la acusación que le están formulando en la Procuraduría General de la República (PGR)”.
Ante tales anomalías, Graciela García se dirigió al sector de la Antonio Barona y solicitó ver a su esposo, a quien pudo observar con serios golpes en el lado izquierdo de la cara, ya que cuando fue traslado seguían los golpes por parte de los agentes. Hasta ese momento, supo que lo acusaban de venta de droga e, incluso, el comandante le señaló que su esposo había confesado, lo que sólo pudo haber hecho por medio de tortura.
Por todo lo anterior, la CIDHM solicita que el caso sea también atraído por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, por tratarse de agentes federales, así como formular las recomendaciones pertinentes para exigir castigo a los agresores.
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