“Israel nos castiga por negarnos a morir”, declara un parlamentario palestino

Khalid Amayreh
The Palestinian Information Center
Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández
23/06/08

Un parlamentario palestino recientemente liberado de las cárceles israelíes ha acusado a Israel de “adoptar tácticas nazis” y aplicárselas a los prisioneros palestinos. Bassem al Za’arir, de 45 años, que vive en la ciudad de Sammou, al suroeste de Hebrón, ganó un escaño en las elecciones para el Consejo Legislativo Palestino de enero de 2006.

Sin embargo, pocos meses después, Za’arir y docenas de parlamentarios, ministros de gabinete, alcaldes y otros funcionarios elegidos de orientación islámica fueron violentamente secuestrados por soldados israelíes como parte de un conjunto de actuaciones generalizadas contra los seguidores y simpatizantes de Hamas.

Israel manifestó que los secuestros eran una respuesta a la captura de un soldado del ejército ocupante israelí por parte de los combatientes palestinos por la libertad. Sin embargo, Hamas sostiene que la enemistad judía frente al Islam fue el principal motivo que impulsó esas actuaciones, que implicaron también el arresto de miles de supuestos activistas islámicos así como el cierre y confiscación de numerosas instituciones educativas y asistenciales islámicas.

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Absurdo sistema judicial

Al-Za’arir calificó su detención de 24 meses de “inmensa experiencia traumática”.

“Si cualquier tribunal de cualquier lugar del mundo hubiera llevado mi caso, no habría permanecido en la cárcel ni un solo día. Pero Israel y Justicia son un escandaloso oxímoron. Y creo que los israelíes mismos son conscientes de ese escándalo”.

El parlamentario palestino dijo que, en un determinado momento, el fiscal del ejército israelí le confundió con otra persona y pretendió castigarle por las violaciones perpetradas por otro.

“No sé cómo describir el sistema judicial israelí. Imagine que querían culparme por las declaraciones hechas por Mahmoud al Zahhar (otro dirigente de Hamas de Gaza) a la cadena de televisión Al Yasira, como si yo fuera responsable de todas las palabras pronunciadas por personas y dirigentes que no le gustan a Israel”.

Al-Za’arir dijo que la principal razón tras la encarcelación colectiva de docenas de parlamentarios, alcaldes y ministros de gabinete fue “castigar al pueblo palestino por haber elegido a todas esas personas”.

“Su mensaje fue muy claro, nosotros estamos por encima de vosotros y por encima de vuestra voluntad nacional y que Israel, y sólo Israel, tenía la última palabra, y que es Israel, no el pueblo palestino, quien decide quién representa a los palestinos”.

Al Za’arir dijo que las acusaciones presentadas en contra de casi todos los secuestrados eran absolutamente parecidas.

“Me acusaron de pertenecer a una organización anti-israelí que actúa en contra de los intereses de Israel y de suponer una amenaza para la seguridad de la región en que vivimos”.

Describió las acusaciones como “preparadas, imprecisas y falsas”.

“Cuando le dije al juez que yo participé en unas elecciones que el gobierno israelí había aprobado y que si la participación en esas elecciones iba contra la ley, Israel debía haber aclarado previamente que pensaba a arrestar a todos los que participaran en ellas”.

“Sin embargo, el fiscal general del ejército israelí sostuvo que el gobierno israelí tenía derecho a cambiar retrospectivamente de opinión. Entonces nos dijo que nos habían arrestado como represalia por la captura de Gilad Shalit”.

Extendida violencia

Al-Za’arir definió el trato aplicado a los prisioneros palestinos de “esencialmente bestial”.

“Nos trataron exactamente como los nazis trataron a los judíos durante la II Guerra Mundial. Sí, no había cámaras de gas, pero la mentalidad, el rencor y la virulenta hostilidad eran las mismas. La forma en que tratan a los prisioneros palestinos está planeada para humillar, insultar, atormentar y causar tanto dolor psicológico y emocional como sea posible”.

Citó, como ejemplo, los registros de los prisioneros desnudos que de vez cuando llevan a cabo.

Señaló que incluso a Aziz Duweik, portavoz del Consejo Legislativo Palestino, le colocaron grilletes como si fuera un peligroso criminal.

Dweik, profesor de Planificación Urbana, formado en EEUU, fue violentamente secuestrado de su casa en Ramala hace casi veinte meses. Las tropas israelíes arrasaron y saquearon también su hogar.

“No hay justicia ni decencia ni civismo en el sistema de justicia israelí en lo que respecta a los no judíos en general y a los palestinos en particular. Sí, tratan a su propio pueblo (judíos) de acuerdo con la ley, pero el imperio de la ley termina en cuanto empiezan los derechos palestinos. Estamos fuera de la protección de la ley, nuestras vidas y derechos dependen casi completamente del humor y capricho del Shin Bet (la principal agencia de inteligencia interior de Israel).

Al parlamentario palestino se le castigó con la técnica de tortura del “viaje de la muerte”, por el que se hace viajar a los prisioneros cientos de kilómetros por todo Israel confinados en una cámara de metal que parece un horno y va sujeta encima de un coche.

“Imagine la agonía que supone estar metido hasta 24 horas en una cámara mugrienta a altas temperaturas y casi sin oxígeno. Es un auténtico calvario”.

Israel retiene en la actualidad a unos 12.000 prisioneros políticos y de la resistencia palestino, la mayoría sin acusaciones ni juicio.

Muchos de los detenidos son profesionales de alto nivel, como profesores de facultad, doctores, maestros y periodistas, que fueron arrestados por su oposición, no violenta, a la ocupación israelí.

En los últimos años, Israel ha venido aplicando cada vez más la denominada detención administrativa, por la cual un determinado activista político palestino y crítico de la ocupación israelí puede estar encarcelado hasta nueve años sin acusación ni juicio.

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