Ejército de Kenia secuestra y tortura a cientos de niños

Associated Press
28/06708

Decenas de niños ingresaron silenciosamente al salón, mirando al suelo. Uno tras otros, en tono apenas audible, relató cómo fue torturado por el ejército keniano porque sospechaba que habían ayudado a los rebeldes. Hablaron de las golpizas que recibieron y dijeron que les hacían darle la mano a cadáveres. Contaron que los hacían arrastrarse por túneles de alambre de púas y que les apretaban los genitales con tenazas.

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Luego se sacaron sus camisas y mostraron las profundas cicatrices que surcaban sus espaldas. Algunas heridas todavía sangraban.

Estos son algunos de los cientos de niños del occidente de Kenia que han sido aterrorizados por las milicias de sus pueblos o por los soldados del gobierno. Varios fueron maltratados por ambos. La milicias incorporaban a niños de tan solo diez años a sus filas y el gobierno lanzó una feroz campaña de represión, en la que torturó a miles de adultos y de menores de edad, según organizaciones de derechos humanos.

En marzo, el gobierno envió al ejército a combatir la guerrilla Fuerza de Defensa de la Tierra Sabaot, en la región de Sabaot.

Los militares detuvieron a miles de hombres y niños, y desde entonces circulan informes de asesinatos y torturas.

La propia comisión de derechos humanos del gobierno pidió que se juzgue al ministro de defensa y a los principales jefes militares y policiales por esa campaña.

Representantes de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, que suministran cierta asistencia militar a Kenia, le dejaron saber al gobierno keniano que están muy preocupados por las versiones de abusos.

El gobierno keniano dice no tener ninguna denuncia de malos tratos.

La milicia de Sabaot surgió como consecuencia de un conflicto por tierras, el mismo que desató una ola de violencia luego de las elecciones de diciembre. El gobierno desalojó a las personas que habían ocupado ciertas tierras del estado y las labraban desde hacía años, y las entregó a terratenientes.

La milicia floreció en las densas selvas del Monte Elgon, donde viven unas 166,000 personas en poblados a lo largo de un volcán inactivo. Algunas familias empujaron a sus hijos a que se plegasen a la guerrilla, mientras que a otras se les dio una alternativa: o pagaban el equivalente a 830 dólares para eximir a su hijo de sumarse a sus filas, o eran asesinadas. El gobierno niega toda clase de abuso.

Un chico de 15 años se unió a la guerrilla el año pasado para proteger a su familia, luego de que un tío suyo fuera asesinado.

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