Con estrategia "blanda" Obama coincide con Mac Cain sobre Cuba y Venezuela

IAR Noticias
25/05/08

Acusado por MacCain y los republicanos de "debilidad y de falta de experiencia" para conducir la política USA de "seguridad" y "guerra contra el terrorismo", y a su vez puesto en la mira conservadora por sus raíces musulmanas, Barack Hussein Obama, el casi virtual candidato demócrata a la presidencia de EEUU, decidió dar un giro a sus estrategia de campaña y adoptar una posición de "mano dura" con el demonizado "eje del mal" representado por Irán, Cuba y Venezuela. Las evidencias marcan claramente que gane quien gane en EEUU, el único ganador es el Imperio y sus corporaciones.

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El 2008, año de elecciones presidenciales en EEUU, está marcado por un show mediático internacional destinado a hacer creer a las mayorías mundiales que la primera potencia capitalista, empantanada en Irak y Afganistán y al borde de una recesión económica de efectos imprevisibles, se puede regenerar a sí misma y producir nuevas expectativas y cambios de política a nivel mundial con la nueva administración que asuma en enero de 2009.

Sólo se trata de ilusionismo para incautos, ya que asuma quien asuma el timón del Imperio - y como sucede en cada turno presidencial- una vez terminados los comicios, republicanos y demócratas cerrarán filas, desde la Casa Blanca y el Congreso, para encarar la continuidad de las políticas que dejó el predecesor en el sillón presidencial, en este caso Bush.

La voltereta discursiva de Barack Hussein Obama, al que el lobby judío liberal ya está inventando como la "octava maravilla", y que reemplazó a Hillary Clinton en el favoritismo de los grupos financieros superconcentrados del sionismo de Wall Street, es una clara evidencia de que las diferencias con su posible rival republicano, John McCain, son prácticamente inexistentes.

Esta semana, y en un giro sorprendente, el senador "blanquinegro" Obama abandonó sus anteriores posiciones que lo diferenciaban del republicano en materia de política exterior y de seguridad, y adoptó una línea de "tolerancia cero y mano dura" que lo mimetiza con las posiciones de MacCain.

En su nueva estrategia, motivada por su proximidad a la candidatura demócrata, Obama ofrece y plantea lo mismo que MacCain respecto de Cuba, Venezuela y Irán, pero en versión "más suave" y edulcorada especialmente marketinizada para el consumo del electorado demócrata norteamericano, y para la "izquierda democrática" que ya empieza a comprarlo a escala planetaria.

Así por ejemplo, Obama dijo el viernes que de ganar la Presidencia de EEUU mantendrá el embargo económico a Cuba, impuesto hace 46 años, aunque permitirá los viajes familiares y el envío de remesas a la isla.

El senador por Illinois justificó su posición diciendo que cree que "no hay mejores embajadores para la libertad que los cubanos y los cubanoamericanos" y porque el dinero estadounidense podrá hacer que "el pueblo cubano sea menos dependiente de (Fidel) Castro".

También señaló que de ser elegido presidente de EEUU hablará con toda América Latina, aunque le pedirá explicaciones a Venezuela por su relación con las FARC.

Entre sus principales objetivos, Obama apunta a "superar las promesas vacías de los políticos" y tener una nueva estrategia para "lograr la libertad en la isla caribeña y la instauración de la democracia".

La propuesta de Obama ante la influyente Fundación Cubanoamericana busca trazar diferencias sutiles con la del candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, que se comprometió ante la comunidad de exiliados cubanos en Miami aun posible procesamiento ante tribunales norteamericanos de altos dirigentes cubanos, entre ellos Fidel y Raúl Castro.

No obstante, el candidato demócrata volvió a mostrar las uñas (y sus verdaderas intenciones), acusando insólitamente a la administración Bush de haber dañado la imagen de Estados Unidos en la región "ayudando a enemigos de Washington" como el presidente Hugo Chávez.

El misma línea de Bush y de MacCain, Obama acusó a Chávez de degradar las instituciones democráticas en el país y dijo que la Casa Blanca no tolerará el presunto apoyo de Venezuela a los rebeldes de las FARC en Colombia.

"Arrojaremos luz sobre cualquier apoyo que provenga de gobiernos vecinos", indicó.

Según el precandidato demócrata, los "torpes intentos" de la administración Bush de socavar la influencia de Chávez en Sudamérica sólo fortalecieron al líder venezolano, señaló citado por la agencia DPA.

Durante su alocución, Obama advirtió que su gobierno llamará la atención "a cualquier apoyo que reciban las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que provenga de gobiernos vecinos" y dijo que ese tipo de comportamiento debe ser denunciado internacionalmente y "aislado a nivel regional (...) porque esta situación no puede seguir así".

Asimismo, Obama aseguró que no levantará el embargo a Cuba hasta que la isla no lleve a cabo elecciones libres, pero admitió que podría mantener conversaciones con el líder cubano Raúl Castro, tras una "cuidadosa preparación".

El senador por Illinois añadió que podría reducir el embargo tras un análisis caso por caso, si Cuba muestra signos de cambio democrático y libera a más de 200 presos políticos.

"Mantendré el embargo", aseguró Obama en Miami. "Nos da la influencia necesaria para presentarle al régimen una opción clara", añadió en su discurso citado por todas las agencias internacionales.

McCain adoptó la política de la administración del presidente George W. Bush, que se niega a mantener conversaciones con Cuba hasta que se realicen "elecciones democráticas" que permitan la libertad de prensa y que todos los presos políticos sean liberados.

En un acto de campaña realizado el lunes en Miami, lugar de residencia de una gran población de cubanos-norteamericanos que prefieren una postura dura con el régimen de la isla, el candidato republicano manifestó que las conversaciones con Castro "animarían al régimen".

"Estos pasos enviarían la peor señal posible a los dictadores de Cuba, (de que) no hay necesidad de implementar reformas fundamentales, sino que simplemente pueden esperar por un cambio unilateral en la política estadounidense", dijo McCain el martes.

Obama, traza su línea de "diferenciación" con MacCain con su postura de "no eludir el diálogo" con los enemigos (lease Cuba, Venezuela e Irán) pero manteniendo la firmeza en los contenidos que no difieren con los del candidato republicano.

"Después de ocho años de políticas desastrosas de George Bush, ha llegado la hora para avanzar en la "diplomacia directa", con amigos y enemigos, sin precondiciones'', manifestó el senador de Illinois, que concluyó el viernes una visita de tres días por la Florida. "Jamás dejaré de defender la libertad'', aseveró.

Refiriéndose a su estrategia con Cuba, Obama negó que haya intentado reunirse con el actual presidente de la isla Raúl Castro, como habría manifestado su rival republicano McCain, y dijo que alentará una "diplomacia directa'' con el gobierno cubano.

"Es hora de permitir a los cubano-americanos ver a sus madres y padres, sus hermanas y hermanos. Es hora de dejar que el dinero cubano-americano disminuya la dependencia de sus familiares del régimen de Castro", sostuvo.

Sus declaraciones fueron aplaudidas por los dirigentes de la Fundación Cubanoamericana, refugio de anticastristas y antichavistas declarados, que expresaron su "satisfacción" con los planes del precandidato demócrata.

"Estamos extraordinariamente satisfechos", dijo José Hernández, presidente de la fundación, en una improvisada rueda de prensa realizada tras el almuerzo.

"Es el compromiso más grande que ha hecho Obama", declaró y de inmediato aclaró que no se opone a que Obama hable directamente con Raúl Castro porque "es mejor hablar antes que quedarse de brazos cruzados".

Asimismo, refiriéndose a la Iniciativa Mérida que procura combatir el narcotráfico, el crimen organizado y el "terrorismo" en México y Centroamérica (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá), admitió que no dedica suficientes recursos, y destacó que Estados Unidos tiene que trabajar "aún más al sur".

Luego de dejar claro su alineamiento con la "guerra contra el terrorismo" emprendida por Bush en la región, Obama le dio un matiz de "justicia social" a su discurso agregando que destinará más recursos económicos a la región para "combatir la pobreza".

Estados Unidos no puede "ignorar el sufrimiento a nuestro sur, ni permitir la globalización de los estómagos vacíos'', consideró, y anunció que entre sus planes figura el de aumentar "de manera significativa nuestra ayuda para las Américas''.

Hasta aquí el juego marketinero, diferencia de forma pero no de contenido con MacCain, que seguramente Obama seguirá desarrollando si le gana la candidatura demócrata a Hillary Clinton.

Pero terminada la campaña presidencial, y gane quien gane, la estrategia "blanda" (Obama) y la estrategia "dura" (MacCain) desaparecerán y el único ganador será la continuidad del Imperio legitimado por elecciones.

Y como lo demuestra la experiencia histórica, terminada las luces artificiales de la campaña electoral, demócratas y republicanos dejarán de agredirse y se complementarán en un diseño de política estratégica de Estado en defensa de los intereses de las grandes corporaciones económicas que marcan el accionar de las políticas internas y de la conquista de mercados encubierta en las "guerras preventivas" contra el "terrorismo".

Como diría un experto: El Imperio siempre cambia para que nada cambie.

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