Israel vulnera la Hoja de Ruta con nuevas colonias en Cisjordania

El periódico
10/03/08

RICARDO MIR DE FRANCIA

Otro revés al proceso de paz en Oriente Próximo.

Algunos analistas ven en la decisión una réplica al atentado del jueves en Jerusalén.

Cuanto más gestos hacen falta para restablecer la confianza dinamitada por los últimos acontecimientos, menos mano izquierda se aplica. El Gobierno israelí aprobó ayer la construcción de 750 nuevas viviendas en el asentamiento de Givat Zeev, situado en la Cisjordania palestina, al noroeste de Jerusalén.
La decisión contraviene sus compromisos adquiridos en la Hoja de Ruta, el plan de paz reactivado en la conferencia de Annápolis, donde israelís y palestinos se comprometieron a intentar alcanzar un acuerdo antes de febrero del 2009. Ante este nuevo desafío, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) acusó a Israel de poner "palos en las ruedas" a las negociaciones y aseguró que "socavará los esfuerzos de EEUU por reavivar el diálogo".


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POSIBLE RESPUESTA AL ATENTADO
Algunos analistas interpretaban ayer el beneplácito del Gobierno de Ehud Olmert al engorde de los asentamientos como una concesión a los colonos, tres días después de que un terrorista palestino masacrara en Jerusalén a ocho estudiantes ligados a este movimiento. Otra posibilidad podría ser la presión del partido ultraortodoxo sefardí, Shas, aliado del Ejecutivo. Según la radio israelí, Shas, había amenazado con abandonar la coalición a menos que se aprobara la expansión de Givat Zeev, donde viven 10.000 colonos. Pero el Gobierno israelí apuntó que la decisión se tomó antes de los últimos acontecimientos. "Lo hemos autorizado porque está en consonancia con nuestra política de construir en los grandes bloques de asentamientos, que quedarán dentro de Israel en cualquier acuerdo", señaló el portavoz Mark Reguev.
Sea como fuere, los hechos vuelven a evidenciar las promesas de los políticos israelís. Poco después de la conferencia de Annápolis, Olmert se comprometió a congelar la expansión de las colonias en Cisjordania, donde viven 280.000 judíos, y pidió además que se le informara antes de validarse cualquier nuevo plan en Jerusalén Este, ocupado por 180.000 colonos y reivindicado por los palestinos como la sede de su futura capital. Pero en uno y otro territorio continúa la expansión. En Cisjordania, se construye en Eli, cerca de Ramala, y Maskiot, en el valle del Jordán. En el primero, según Paz Ahora, las tierras son de propiedad privada palestina, expoliadas por los colonos. Lo mismo sucede en el Jerusalén árabe, donde los andamios florecen en Har Homa y el barrio palestino de Ras al Amud.
Hace unas semanas, Israel dio otro portazo en la cara de la ANP y la hoja de Ruta al extender la prohibición contra la reapertura de las sedes institucionales palestinas en Jerusalén. Tampoco ha cumplido Olmert su reiterada promesa al presidente Abbás de reducir las barreras a la libertad de movimiento en Cisjordania. Según la ONU, han aumentado últimamente hasta alcanzar un total de 563.

ACOSO A HAMÁS
Por parte palestina, el cuadro tampoco es prometedor. La ANP sigue sin desarmar a las milicias, aunque en Cisjordania ha arrestado a centenares de miembros de Hamás y ha clausurado sus oenegés y medios de comunicación.
Tampoco contribuye al optimismo la bicefalia de los territorios palestinos y la hostilidad al proceso de paz planteada por los islamistas en Gaza. "En estos momentos", dijo ayer la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, "la creación de un Estado palestino no se adapta a las necesidades de Israel en términos de seguridad". Un picotazo más al proceso. Livni es, nada menos, la encargada de negociar con los palestinos.