Exterminando las escuelas públicas

Steven Millar y Jack Gerson, Educador en mesas redondas
Traducción de Señales de los Tiempos
30/03/08

El reporte de la Comisión nacional de destrezas en el trabajo titulado “Decisiones difíciles o Tiempos difíciles” financiado principalmente por la fundación Bill y Melinda Gates y firmado por una colección de prominentes políticos de los dos partidos, personas de negocios y superintendentes de escuelas urbanas, pide una serie de medidas que incluyen:

(a)Reemplazar las escuelas públicas con lo que el reporte llama “escuelas de contrato” las cuales serían las “Charter School” (N.T: Escuelas elementales o superiores liberadas de ciertos estatutos o regulaciones a cambio de producir cierto resultado expresado en el acta constitutiva de la escuela);
(b)Eliminar casi todos los poderes de las agrupaciones de escuelas locales. Su rol sería escribir y firmar los acuerdos de autorización para las “escuelas de contrato”;
(c)Eliminar las pensiones de los profesores y recortar drásticamente las prestaciones de salud; y
(d)Forzar a todos los graduados del décimo grado a tomar un examen final basado en las habilidades del décimosegundo grado, y finiquitar la educación de aquellos que fallen (es decir tirar a las calles millones de estudiantes cuando alcancen los 16 años)

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Estas medidas, si se aplican juntas, invalidarían efectivamente el control público de la educación pública. Debilitarían peligrosamente el poder de los sindicatos de profesores, facilitando así ataques posteriores al sector público. Dejarían las políticas educativas en manos de una red de comités asesores empresariales , empresas corporativas, y ejércitos de “lobbystas” cuyas prioridades son los beneficios del ya enorme mercado educativo mientras recortan la financiación pública de escuelas y estudiantes.

De hecho, sus medidas significarían la privatización de la educación, terminando efectivamente con el derecho a la educación pública, tal como la conocemos.
Muchas de las fuerzas más poderosas en el país quieren que EEUU, el primer país en garantizar la educación pública, sea el primero en acabar con ella.

En los últimos cincuenta años, la educación pública fue uno de los únicos dos mandatos públicos garantizados por el gobierno que fue accesible a toda persona, sin tener en cuenta sus ingresos. La seguridad social es la otra. Ahora ambos sistemas están amenazados bajo los esquemas de privatización. Hoy el gobierno define abiertamente su misión como la protección de los derechos de las corporaciones por encima de todo. Así, la educación pública es un espacio público extraño que está bajo ataque.
El mismo guión se está implementando en la mayoría de los servicios que el gobierno provee gratuitamente o a un bajo coste: electricidad, parques nacionales, cuidados de salud y agua. En cada caso la metodología es la misma: dotar con fondos insuficientes a los servicios públicos, crear un alboroto y declarar la crisis, anunciar que la privatización puede funcionar mejor, desregular o frenar el control público, desviar el dinero público a las corporaciones y entonces subir los precios.

El año pasado se hizo evidente que la ola corporativa contra las escuelas públicas es solo parte de un asalto mucho mayor contra el sector público, contra los sindicatos y, de hecho, contra los derechos públicos y el control público de las instituciones. Esto ha sido evidente desde hace tiempo en Nueva Orleáns, donde la devastación del huracán Catrina se usó como excusa para privatizar permanentemente la infraestructura de una de las principales ciudades estadounidenses: arrasando la vivienda pública y entregando la tierra a los promotores inmobiliarios; reemplazando el sistema de escuelas públicas de la ciudad con una combinación de “escuelas charter” y escuelas patrocinadas por el estado; dejando al ejército de mala fama Blackwater Army (N.T: una corporación de auto defensa) desatarse entre la población civil, y al final, forzando a decenas de miles de familias a marchar de la ciudad permanentemente. Los ciudadanos de Nueva Orleáns han sido despojados violentamente de sus derechos.

Así como el choque del huracán era la excusa para la terapia de shock aplicada a Nueva Orleáns, de la misma manera, el bajón económico disparado por la crisis hipotecaria del subprime es ahora la excusa para un asalto nacional sobre el sector público y sobre los derechos humanos.

En la educación pública la ola corporativa ha crecido tanto cuantitativamente como cualitativamente. Donde hace dos años los agentes del cambio a la educación corporativa estaban operando principalmente en un número relativamente pequeño de áreas urbanas, han salido ahora a la superficie por todas partes. La corporativización de la educación pública es la punta de lanza de la privatización. Esto tiene el efecto de silenciar la voz pública en cada aspecto de la situación.

A lo largo de los Estados Unidos, las escuelas públicas no están del todo privatizadas, aunque los servicios privados se están beneficiando cada vez más de este mercado. Sin embargo, el incremento del control corporativo de los programas- una mezcla diferente en cada localidad- está teniendo una influencia escalofriante sobre las cosas más importantes que las personas (aunque no las corporaciones) quieren de los profesores: la habilidad de relacionarse y enseñar a cada uno de los niños; un enfoque nutritivo que impulse a cada niño a ir hacia delante, evaluaciones humanas que pongan a las personas antes que el desempeño en las pruebas estandarizadas.

Quizás el desarrollo singular más dramático del enfoque de las corporaciones fue el lanzamiento de 60 millones de dólares en la iniciativa “Ed in 08- Strong American Schools”, patrocinada por el multimillonario Bill Gates y Eli Broad. Este es un esfuerzo evidente por hacerse con la política educativa de la nación, no importa quién sea elegido presidente, comprando su intención en cada foro electoral.

Ed in ’08 tiene un programa de tres puntos: pago al mérito (basando la compensación de los profesores en los promedios de los estudiantes en pruebas de intereses superiores); los estándares nacionales de educación (dando fuerza a la conformidad y al aprendizaje repetitivo); y alargar el día y año escolar (aún más tiempo para el aprendizaje repetitivo, menos tiempo para los niños ser niños…)

Mientras que hace dos años las “charter Schools” eran todavía vistas como experimentos y afectaban a un número relativamente pequeño de estudiantes, en 2007 las corporaciones privatizadoras- llevadas por Broad y Gates- extendieron groseramente su financiación hasta el punto en el que ahora amenazan con una mayor presencia.

En marzo, la fundación Gates anunció una donación de 100 millones de dólares a las escuelas charter KIPP, lo que las habilitaría para expandir sus operaciones de Houston a 42 escuelas (desde 8). Efectivamente, KIPP será un sistema escolar alternativo bien dotado en Houston. También el año pasado, Eli Broad y Gates dieron aproximadamente unos 50 millones de dólares a KIPP y a las escuelas charter Green Dot en los Ángeles con el objetivo de inscribir al doble de estudiantes en este tipo de escuela. Oakland es otro de los objetivos del combo Broad/Gates, ahora con más de 30 escuelas charter de 92. Y como vamos a ver más abajo, la misma tendencia se mantiene a lo largo de todo el país.

La NCLB en el 2008 es todavía un problema mayor. Continúa teniendo un efecto corrosivo en las escuelas públicas. Se diseña un mandato no financiado, lo cual quiere decir que las escuelas deben exigir estándares cada vez más rígidos, cada año, aunque no se asigne ningún dinero adicional para apoyar este esfuerzo. Esto significa que las escuelas tienen que tomar más dinero que nunca fuera de las aulas de clase para cumplir con los requerimientos federales cuando las escuelas con bajos resultados de desempeño se encuentran en “Programa de mejora”. Una vez las escuelas están en PM durante 5 años, se pueden ver forzadas a la privatización.

La NCLB es la responsable de diezmar la “gratuidad” de las escuelas públicas.
En California, más de 2000 escuelas están ahora en “Programa de mejora”. Esto significa que tienen que alcanzar estándares específicos y en su mayoría imposibles, o deben desviar cantidades cada vez mayores de dinero fuera de las aulas de clase y en programas privados.

Por ejemplo, las escuelas en el 3er año del programa PM deben tomar dinero de los programas que son útiles para la escuela con la consecuencia de una alta proporción de fracasos escolares y por tanto haciéndolas disponibles a los tutores privados…

La privatización de las escuelas públicas lleva inevitablemente al incremento masivo de la desigualdad social. A las corporaciones privadas nunca se les ha requerido reconocer los derechos civiles, ya que, por definición, estos son derechos públicos. Si las corporaciones privatizadoras tienen éxito en asimilar nuestras escuelas, no habrá ninguna educación de calidad ni derechos civiles.

El sistema de educación pública de los Estados Unidos está profundamente agrietado. Mientas las escuelas suburbanas están entre las mejores del mundo, la educación pública en las ciudades ha sido deliberadamente sub-financiada y está en el caos.
La solución no es pelear hacia atrás para mantener el viejo sistema. Más bien se debe pelear hacia delante hacia un nuevo sistema que garantice verdaderamente la educación y los derechos civiles para todos.

Lo central de esto es poner en entredicho la idea de que todo en la sociedad humana debería ser controlado por corporaciones, que solo las corporaciones o sus hachas políticas tienen el derecho o el poder de discutir cual política pública debería ser…

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