El sufrimiento de los niños de Gaza
Saleh Al Naami
Al Ahram Weekly/Rebelion.org
05/04/08
De vez en cuando, Ibrahim Hawash, de 42 años, llama a su mujer, Noha, desde su trabajo nocturno para asegurarse que está siguiendo el tratamiento prescrito por el doctor de la familia ante la incontinencia urinaria de sus cuatro hijos, que están todos cursando estudios primarios. El doctor dice que los cuatro niños perdieron el control de esfínteres por el miedo que pasaron cuando los aviones del ejército israelí bombardearon una casa cercana a la suya en el campo de refugiados de Yabalia, al norte de la Franja de Gaza, durante la campaña militar de hace tres meses denominada “Invierno Caliente”.
Los cuatro niños siguen recordando la espantosa noche en que se despertaron aterrados por el sonido de una explosión atronadora en la zona y se encontraron con que los cristales de las ventanas de su casa habían caído sobre sus camas. Hawash, que trabaja en una de las agencias de seguridad palestinas, dice que sus niños se niegan a dormir solos e insisten en dormir en la misma habitación que sus padres porque les espanta la llegada de la noche. Añade que ha hecho grandes esfuerzos para convencer a dos de los niños para que vuelvan al colegio, porque tenían miedo a morir asesinados en el camino o durante su estancia allí en el transcurso de una de las operaciones de bombardeo israelíes.
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Miles de niños palestinos han experimentado lo mismo que los niños de Hawash. Mohamed Jarsa, de diez años, vive en la barriada de Tufah, al noroeste de la Ciudad de Gaza, que ha sido objeto de intensos ataques israelíes, y corre hacia su casa cada vez que escucha por el cielo el estruendo de los aviones israelíes. “En cuanto oigo el sonido de un avión, siento que viene a bombardearme”, dijo a Al Ahram Weekly.
Aish Samour, director de Hospital Psiquiátrico de Gaza, dice que el 30% de los niños palestinos menores de diez años sufren incontinencia urinaria debido al miedo tan arraigado que sienten, y menciona otros problemas nerviosos, como comerse las uñas, pesadillas, dolores corporales de causa desconocida, llanto e introversión.
“Un niño expuesto a tanta violencia se convierte en violento en sus interacciones con sus iguales y hermanos, y esa situación reduce su nivel educativo y debilita su capacidad para concentrarse”, dijo Samour al Weekly, añadiendo que los niños palestinos que están sufriendo experiencias traumáticas durante las invasiones y los bombardeos israelíes son menos obedientes con sus padres y familias.
Samour informa que su hospital viene recibiendo a unos 33 niños al mes, cifra que supone un aumento de un 30% sobre el año anterior. Samour indica que hay un 47% de los niños que sufren traumas psicológicos sin que sus familias se den cuenta. “Los niños de Gaza no son niños que vivan vidas normales. Viven con sufrimientos psicológicos inmensos derivados de las prácticas de la ocupación israelí, y esto tiene un impacto negativo en sus existencias, en su bienestar psicológico y en su adaptación a la vida”, dijo.
Samour añade que las escenas e imágenes de muerte, destrucción, tanques, ambulancias, niños bombardeados, bulldozer arrancando árboles, funerales de asesinados y aviones que lanzan misiles sobre las casas, junto al humo que se eleva después –todo lo cual ven tanto por televisión como en los hechos que presencian a su alrededor-, afectan gravemente la situación nerviosa y psicológica de los niños palestinos.
Samour mantiene que la única esperanza para aliviar a los niños de Gaza de esta realidad “espantosa” es el fin de la ocupación. Según un estudio dirigido por el Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza, cada niño palestino se ha visto expuesto a más de nueve situaciones traumáticas. El estudio dice que el 95,6% de los niños han visto imágenes de heridos y asesinados, y que el 95% se han visto afectados gravemente por el sonido de las explosiones tras el lanzamiento de misiles.
Además, un total de un 60% de niños han sufrido traumas psicológicos moderados, el 6,7% traumas psicológicos menores, y el 33,3% han experimentado traumas psicológicos importantes. El estudio señala que un 15% sufren síndromes de desorden post-traumático menores, mientras que un 62,2% los sufren de forma moderada y un 20% de forma grave.
Eyad Al-Sarraj, director del Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza, dice que los niños palestinos han perdido los dos pilares más importantes que había en sus vidas: el sentido de seguridad, perdido a causa de los ataques, bombardeos y destrucción, y el sentido de alegría y felicidad que es fundamental en la infancia. Dice que cuando un niño ve a su padre “impotente e incapaz de proporcionarle seguridad”, el niño siente inmediatamente hostilidad y alejamiento hacia él. Añade que, según los datos reunidos en un estudio que emprendió esa institución, el 45% de los niños estudiados dijeron que habían visto a los soldados de la ocupación golpeando e insultando a sus padres ante sus ojos.
“El hecho de que los niños palestinos se refugien en organizaciones palestinas refleja su anhelo de conseguir una identidad nueva y fuerte que pueda protegerles”, dice Al Sharjah.
Al Sharjah señala que todo esto se complica por el hecho de que, debido al bloqueo y asedio de Gaza, los niños palestinos sufren un estado crónico de desnutrición que afecta a su intelecto. Esto se refleja en el hecho de que el 15% de los niños de Gaza sufren mermas en sus capacidades intelectuales a causa de la desnutrición. Añade que la represión y violencia acumuladas en las vidas de los niños palestinos afectan también a sus capacidades creativas y les empujan a recurrir a actos extremos que reflejan el dolor y la frustración que sienten.
Al Sharjah añade que casi el 36% de los niños de sexo masculino comprendidos en las edades de entre ocho y doce años, y el 17% de las niñas, desean morir en los ataques del ejército ocupante.
Faten Shekshek, consejera-guía social que trabaja en un programa que ofrece apoyo psicológico a los niños afectados por los bombardeos, dice que las escenas de violencia, muerte y destrucción que los niños han sufrido en el norte de la Franja de Gaza, especialmente durante la campaña “Invierno Caliente”, han dejado graves secuelas psicológicas, de conducta y físicas en la mayoría de ellos. Esto se ve muy claro en la conducta de los niños en la etapa educativa de primaria.
Shekshek dice que las escenas de violencia se gravan firmemente en las mentes de los estudiantes y que esto aflora en sus dibujos, la mayoría de los cuales representan aviones, tanques, bulldozer, mártires y hogares y árboles destruidos.
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