Súper-rescate estatal: Un negocio "privado" de los bancos que controlan la Reserva Federal

IAR Noticias
29/09/08

Cómo funciona el "gran fraude"

A la sombra del Estado USA, el sistema bancario privado que controla la Reserva Federal está a punto de consumar un desfalco billonario con los impuestos públicos (el dinero de los contribuyentes que abonará el "mega-rescate") lo que hará que el costo de la crisis financiera privada sea pagado por todo el pueblo norteamericano.

El Sistema de Reserva Federal es un consorcio público/privado (presentado como estatal) compuesto por una Junta de Gobernadores, el Comité Federal de Mercado Abierto, doce Bancos de Reserva Federal regionales, y una red de bancos privados miembros.

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Los más grandes bancos de EEUU son miembros del Banco de la Reserva de Nueva York y, en la práctica, el Banco de la Reserva de Nueva York es la Reserva Federal, ya que los cien bancos más poderosos de EEUU se encuentran en ese distrito.

La Junta de Gobernadores es una agencia gubernamental independiente, y cada uno de los bancos de la Reserva Federal es un cuasi-público (parte privada, parte del gobierno), con una red de bancos comerciales privados en el distrito que son miembros del Sistema.

Como muchas de las agencias independientes, sus decisiones no tienen que ser aprobadas por el Presidente o por alguna persona de la rama ejecutiva o legislativa del gobierno.

Los integrantes de la Junta y su presidente (el llamado titular de la Reserva Federal) son designados por el Presidente de EEUU y confirmados por el Senado, pero su función en la práctica está orientada -antes que nada- a servir a los intereses privados que controlan la Reserva Federal.

El actual presidente de la Junta de Gobernadores (Reserva Federal) es Ben Bernanke, que antes de ser designado por el Presidente de EEUU (en este caso, Bush) contó con el consenso de la red bancaria privada sionista, la que se vale del Sistema de Reserva Federal como de una herramienta para regular y controlar la actividad monetaria y financiera imperial.

El Sistema de Reserva Federal fue creado el 23 de diciembre de 1913 por la Ley de Reserva Federal (Federal Reserve Act). Todos los bancos nacionales tuvieron que unirse al sistema. Y un dato clave: En junio de 1963, John Kennedy, entonces presidente de EEUU, ordenó al Departamento del Tesoro emitir el dinero del país, lo que de hecho eliminaría a la Reserva Federal en esa función. En noviembre de ese mismo año Kennedy fue asesinado.

Aunque ocultado oficialmente, el problema de la propiedad privada de los bancos miembros de la Reserva Federal ha sido cuestionado varias veces en los tribunales federales, como en el caso de Lewis contra USA, que fue decidido por el 9º Circuito de la Corte de Apelaciones la que dictaminó que los bancos de la Reserva son corporaciones independientes, de propiedad privada y controladas localmente.

El Sistema (privado) de la Reserva Federal de EEUU es el máximo nivel de decisión y ejecución del Imperio financiero global con sede central en Wall Street por dos razones centrales:

A) El dólar es la moneda de cambio y de reserva internacional, y los países de todos los continentes (Europa, Asia, Latinoamérica y África) la utilizan en sus transacciones comerciales y tienen la mayoría de sus reservas en dólares.

B) Un 80% de las transacciones internacionales, un 70% de las importaciones y exportaciones mundiales y la casi totalidad del comercio petrolero se realizan en dólares.

Esto lleva a que, en un escenario de economía mundial "dolarizada" el Sistema Reserva Federal ("privado") de EEUU (responsable de la emisión del dólar y de la regulación del mercado financiero USA ) adquiera hegemonía centralizadora de todo sistema capitalista a escala global.

Este es el principal punto que explica porque EEUU y el dólar (controlado por la Reserva) constituyen el "centro hegemónico" de la red del sistema capitalista a escala planetaria.

En términos reales, la Reserva Federal es un prestador de "servicios financieros" al Estado norteamericano, con cuatro funciones principales: Emisión de moneda (dólar), fijación de tasas y regulación monetaria, prestación de dinero al Estado y regulación y control del mercado financiero.

El sistema (público/privado) de la Reserva Federal provee servicios financieros (presta dinero) a las instituciones de depósito, al gobierno y a instituciones oficiales extranjeras (incluyendo la operación del sistema de pagos nacional).

Mediante operaciones llamadas de "mercado abierto", la Reserva Federal autoriza a los bancos privados a intervenir en operaciones financieras en el área de las decisiones estatales.

El banco JP Morgan Chase (uno de los grandes ganadores de la crisis), por ejemplo, fue autorizado para el rescate del gigante Bear Stearns, intervino en la "liquidación" del gigante Lehman Brothers, y actuó en el "rescate" (compra) de Washington Mutual (WaMu), la mayor caja de ahorro de EEUU con más de US$ 140.000 millones.

En la misma línea operatoria, autorizado y con aval del Sistema de la Reserva Federal, este lunes, el conglomerado Citigroup compró las operaciones del banco Wachovia , otro de los gigantes en problemas a raíz de la crisis financiera global.

Citigroup asumirá hasta US$ 42.000 millones en pérdidas en un fondo de préstamos por 312.000 millones de dólares en manos de Wachovia.

Por medio de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), el Sistema federal absorberá el resto de las pérdidas y, en compensación, tomará una participación en Citigroup.

De la misma manera, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, (FDIC), tomó el control de Washington Mutual e inmediatamente le vendió las operaciones bancarias a JPMorgan Chase por 1.900 millones de dólares, convirtiendo una operación estatal en privada.

En términos simples y reales, el Sistema de la Reserva Federal toma el "salvataje" de las entidades y se lo "deriva" a las red de bancos privados que hacen negocio con los intereses y el proceso de compras y fusiones.

Esto indica claramente que el Estado norteamericano, desde el punto de vista económico-financiero, es "nacional" en la recaudación de impuestos públicos (aportados por el conjunto de la población), y "privado" en la utilización, control y regulación de esos fondos públicos propiedad del pueblo estadounidense en su conjunto.

Este concepto es central para entender la manipulación deformadora (oficial y privada) que se hace cuando se presenta el "mega-salvataje" como exclusivamente "estatal".

En este caso, el Estado norteamericano y sus instituciones (Congreso, Tesoro, etc) solo actúan como "reguladores políticos" de un préstamo entre instituciones privadas ( la banca quebrada y los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal que le prestan el dinero al Estado norteamericano.

Por ejemplo, cuando la Reserva Federal acude al rescate financiero de AIG por US$85 000 millones, no es una "estatización" sino un préstamo bancario (con intermediación del Estado) de una entidad privada (los bancos miembros de la Reserva) a otra (el gigante quebrado AIG).

En el caso de los US$ 700.000 en discusión del "súper-rescate" emprendido por la Casa Blanca y el Tesoro, se trata de una macro operación financiera en la cual los bancos (privados) que integran el Sistema de la Reserva Federal prestarán ese dinero al Estado norteamericano a tasas de interés vigentes.

Ese interés (esa es la trampa fraudulenta) será pagado con dinero de los impuestos públicos (el dinero de toda la ciudadanía) en una maniobra que transforma la deuda privada en deuda nacional.

Con un dato: A los intereses del macro préstamo (equivalente a casi un cuarto del presupuesto anual de EEUU), no lo fijan el Gobierno Federal ni el Congreso de EEUU, sino la Reserva Federal controlada por el Sistema de bancos privados.

De manera tal, que el "mega-rescate estatal" no es otra cosa que un monumental desfalco al pueblo norteamericano (que paga los intereses a través de los impuestos) y un fabuloso y multimillonario negocio de un sector de la banca privada (el Sistema de la Reserva Federal) que se vale del Estado USA para hacer negocios con el sector más rentable de las crisis: Los préstamos a las entidades quebradas.

Esto implica que, y con garantía del Estado norteamericano, el conjunto de bancos privados que conforman la Reserva Federal actuarán en la práctica (y dentro del esquema funcional del "súper-rescate" emprendido por el Gobierno federal) como una supra-entidad prestataria que manejará un fondo billonario orientado a hacer negocios (también billonarios) con los cadáveres dejados por el colapso financiero en EEUU.

Y aquí volvemos axioma central: Las "crisis" del sistema capitalista (que aprovecha tanto las "burbujas" como las "crisis" para generar rentabilidad y concentración del capital ) permiten la consolidación de un puñado de conglomerados financieros "ganadores" de la crisis que se degluten a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas.

En este caso, y a la sombra del Estado norteamericano, el conglomerado financiero privado que controla la Reserva Federal está a punto de consumar un desfalco billonario con los impuestos públicos (el dinero de los contribuyentes que abonará los intereses del "mega-rescate") que hará que el costo de la crisis bancaria privada sea pagado por todo el pueblo norteamericano.

Pero el negocio no termina ahí: Según analistas y medios especializados en Wall Street, los US$700.000 millones solo cubren una parte de la operación para "sanear" el sistema financiero estadounidense.

A la larga o la corta, y si quiere cortar el colapso financiero de raíz, señalan especialistas en Wall Street, el Estado norteamericano tendrá que auxiliar a la totalidad de las entidades quebradas para restaurar la "liquidez faltante" (robada por las "burbuja" especulativa) y normalizar la actividad del sistema financiero.

Se estima que la cifra final de la operación puede rondar los US$ 5 billones (cerca de dos presupuestos anuales de EEUU) para rescatar todos los títulos de derivados "tóxicos".

Se calcula que la debacle inmobiliaria dejó en circulación préstamos hipotecarios sin respaldo por más US$1billón, al que se agregarían más de US$ 2 billones en hipotecas a propietarios de vivienda privados, y US$1,6 billones en hipotecas a empresas que operan en el mercado.

Esto da una idea de las cifras que hoy rondan por la cabeza de los miembros del Congreso y del Gobierno estadounidense que deben poner en marcha el que probablemente se convierta en el mayor desfalco financiero de todos los tiempos con el Estado imperial como herramienta de ejecución.

Y con la población estadounidense como la "gran pagadora" de la crisis capitalista privada.

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