Los Derechos Humanos como arma de agresión imperial

CEPRID / Rebelión
04/05/10

Tribunal Dignidad, soberanía, paz contra la guerra

Estados Unidos, por intermedio del Departamento de Estado, en su calidad de potencia imperial, cada año decide juzgar a más de 190 países por supuestas violaciones a los derechos humanos, según consta en sus manipulados informes, pero ¿quién le ha conferido esa potestad? ¿Acaso alguna divinidad que también le habría dicho que es un país con una “raza superior” destinada a gobernar al mundo y, en especial, a los pueblos inferiores y subdesarrollados?

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Luego de la propaganda inflada por el poder mediático, los delicados problemas que se derivan de la aplicación, vigencia y respeto de los derechos humanos, devienen en una dolorosa y dramática realidad: Los derechos humanos han sido convertidos por el imperio en otra arma de agresión, penetración y subyugación en nuestros pueblos, naciones y Estados, mas con verdadero cinismo calla y esconde la situación de los derechos humanos dentro de Estados Unidos y las violaciones groseras de los derechos fundamentales perpetradas contra de sus propios ciudadanos y de los demás pueblos del orbe.

Las guerras desatadas por Estados Unidos, las invasiones militares, la imposición de dictaduras militares fascistas y neofascistas con el deber de defender los intereses imperiales, irrefutablemente, son la negación absoluta de los derechos humanos de personas y pueblos. Estados Unidos en su condición de superpotencia mundial invadió con todo su poderío militar y en diferentes instancias y niveles, a todas las naciones latinoamericanas desde México hasta la Tierra del Fuego e invadió con la ayuda de la OTAN y sus aliados a Yugoslavia, Afganistán e Irak y en cada guerra imperial violó los derechos humanos al asesinar a hombres, mujeres, niños y ancianos ajenos al conflicto, al torturar, ejecutar extrajudicialmente, desaparecer personas o someterlas a tratos crueles, inhumanos y degradantes condenados por el Derecho Internacional Humanitario y por una serie pactos y convenios patrocinados por las Naciones Unidas.

Como se dijo en un documento anterior elaborado por el Tribunal Dignidad, Soberanía, Paz contra la Guerra, los agresores le han dicho al mundo que quien tiene el poder está facultado para quedar en la impunidad por los crímenes cometidos con saña, cinismo, crueldad, impudicia, alevosía y premeditación. Son miles los asesinados con bombas y metrallas, que volaron en pedazos a seres humanos; pero en el silencio de la muerte apuntan con sus dedos sin carne al matador: Estados Unidos de Norte América.

Los sobrevivientes, torturados y vejados, en su ira de dolor e impotencia acusan a los Truman, Einsenhawer, a los Kennedy, a los Nixon, a los Johnson, a los Reagan, a los Bush, Cheney, Rumsfeld y Obama por todos los martirios que padecieron y sus heridas que jamás cicatrizarán. Ellos y los halcones imperiales son reos de muerte y destrucción, de violación de los derechos humanos, sin que falte ni uno solo.

Sin embargo, en el colmo del cinismo, Estados Unidos se atreve a condenar a otros países y Estados por violaciones a los derechos humanos. El discurso de doble moral del dueño del poder comienza a ser cuestionado por los débiles, por los millones de víctimas y millones de seres humanos solidarios y de clara conciencia humanista. Las voces de protesta se multiplican y pronto, quizá mañana, el imperio prepotente quedará en total evidencia con todas sus debilidades a flor de piel. Su derrumbe final es irremediable.

Estados Unidos es el autor material principal, es además, cómplice y encubridor de crímenes de lesa humanidad, de genocidios, de toda clase crímenes de guerra, de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, de secuestros y desaparición forzada de personas, de todo tipo de asesinatos y magnicidios, de violación pertinaz a las normas del Derecho Internacional y desacato a las resoluciones de las Naciones Unidas, pero ¿quién juzga al imperio?

Néstor García Iturbe, defensor de los derechos humanos, escritor y periodista afirmaba que el gobierno de Estados Unidos, por medio del Departamento de Estado, anualmente confecciona listas de países que según ellos violan los Derechos Humanos. Esta función, que nadie le ha otorgado a dicho país, la realiza sin consultar con otros países o con los organismos internacionales que se ocupan del tema. Sencillamente, estas listas son una muestra más de la prepotencia imperial, la manipulación y la injerencia en los asuntos internos de otros países. Esto además es una vieja táctica diversionista de culpar a otros de los problemas y situaciones que confronta Estados Unidos para atacar antes de ser atacados.

García sostiene que Estados Unidos:

* Violando la cuarta enmienda de la Constitución de Estados Unidos, el juez Alex Kozinski, de la Corte de Apelación del Noveno Circuito aprobó que la policía entrara en la residencia de un ciudadano sin tener una orden judicial, una causa probable o sospecha sobre el mismo, solamente por la curiosidad de ver que encontraban en la misma. La penetración en una residencia sin orden judicial es una seria violación de los Derechos Humanos. (Undernews Service, Feb 24, 2010.)

* Autoridades del Pentágono están analizando la forma en que pudieran proceder para quitarles la ciudadanía estadounidense a personas que consideren terrorista. Por lo regular estas personas han sido incluidas en listas de ciudadanos sobre los que existe orden de quitarles la vida. El que una institución gubernamental confeccione listas de personas a las que de localizarlas debe quitarles la vida, sin que esa persona haya sido sometida al correspondiente juicio, además de ser considerado un asesinato, es una violación muy seria de los Derechos Humanos. (Steve Clemons, Washington Note: Dana Priest, Washington Post. Feb 27/2010)

* Un juez federal declaró ilegal y violatorio de la Ley de Vigilancia de Inteligencia en el Extranjero al programa de escucha telefónica sin orden judicial, llevado a cabo por la Agencia Nacional de Seguridad durante el gobierno de George Bush y mantenido por el de Barack Obama. La actual administración estadounidense ha continuado con esa práctica por considerarla vital para la Seguridad Nacional de Estados Unidos.

Esto es una violación de las propias leyes de Estados Unidos que protegen la privacidad de la persona, lo cual es parte de sus Derechos Humanos. (Democracy Now Abril 2/2010)

* Estudiantes de la Universidad de Berkeley en California pudieran ser suspendidos por un término de siete meses por haber realizado una manifestación de protesta contra el aumento de la matrícula, los despidos de profesores y los recortes presupuestarios a la universidad. Los estudiantes acusan a la administración de la universidad de coartar su libertad de expresión, asegurada en la Constitución de Estados Unidos.

* Otros doce estudiantes de la propia universidad serán llevados ante un juez quien podrá condenar a los mismos por haber manifestado brevemente en una autopista de Oakland el 4 de marzo, como protesta durante el Día de Acción para Defender la Educación Pública. Las autoridades también presentarán cargos contra dos “periodistas independientes” que estaban cubriendo la protesta para el boletín informativo Democracy Now. Los periodistas son, Brandon Jourdan, acusado de cinco delitos menores, entre ellos amotinamiento y David Martínez, acusado de cuatro infracciones a la ley. Ambos fueron arrestados.

* Aquí se están violando varias enmiendas de la Constitución de Estados Unidos, entre ellas la de la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de asociación. (Democracy Now. Abril 6/2010)

Colonización, militarismo… y cinismo

El poder imperial de Estados Unidos se sostiene gracias a las fuerzas militares con las que imponen sus políticas económicas y sus concepciones sobre democracia, libertades y derechos humanos, concepciones de falsas democracias que han servido para oprimir y subyugar a nuestros pueblos.

Estados Unidos y sus aliados de Europa se han caracterizado por violar los derechos humanos con sus intervenciones militares y colonizadoras en los cinco continentes de la tierra, siempre con la excusa de la democracia, las libertades y la protección de derechos. La conquista de América, de África y de Asia son ejemplos claros de políticas imperialistas que no pueden entenderse sólo encasilladas en el pasado.

Con el pretexto de la guerra santa contra el terrorismo internacional, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN declaran la guerra a otras naciones, y el imperio con ese justificativo y con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico instala bases militares e impone políticas de terror en cualquier parte del mundo. Con guerras y bases militares mantiene el régimen imperial y al invadir naciones y Estados con toda clase de armas dotadas de sofisticadas tecnologías, acaban con la vida de millones de seres humanos y destruyen ciudades, aldeas y villorios. Espantosa es la realidad de violación sistemática y cruel de los derechos humanos en cualquier parte del mundo por Estados Unidos y, sin embargo, con todo cinismo elabora informes sobre violaciones de derechos humanos, en especial, en países con gobiernos antiimperialistas como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia, en América Latina y en cualquier país del mundo desafecto al imperio como China o cualesquiera otros que resulten molestos a los intereses y objetivos geopolíticos de la Casa Blanca.

En el nuevo informe anual de Amnistía Internacional, se denunció que la guerra liderada por Estados Unidos en Afganistán e Irak o con el apoyo al genocida gobierno de Israel, viola todos los derechos humanos. Las políticas del gobierno de Washington son ambiguas, y mientras intenta construir una imagen de Estado ejemplar, se encarga de organizar y financiar una red para el abuso y la violación de derechos humanos, en todo el mundo, sostiene esa ONG.

El mundo es el escenario de Estados Unidos para organizar guerras. El planeta es el campo de batalla en el que su maquinaria bélica y sus tropas de aire, mar y tierra matan, violan a mujeres, torturan, desaparecen personas, depredan los recursos naturales, liquidan pueblos y etnias, El mundo está dividido según los intereses de Estados Unidos y para Norteamérica, todos aquellos que no son aliados, son enemigos. Con estas políticas imperialistas, pensar en la paz, defender y practicar los derechos humanos es solamente una utopía.

Las pruebas sobre violaciones de los derechos humanos por Estados Unidos son irrefutables. Granma, informaba desde el 2005, que los prisioneros que mantiene Estados Unidos en la cárcel de la base naval de Guantánamo, ocupada contra la voluntad del pueblo cubano, están en peligro de muerte.

Según testimonios divulgados por el periódico Newsday, los presos "enflaquecidos vomitan sangre o caen inconscientes en el suelo", mientras el hospital militar del enclave "esta inundado de huelguistas, a quienes se intenta nutrir por la fuerza a través de sondas nasales", informaba Prensa Latina.

"Nosotros estamos agonizando una muerte lenta aquí", denunció el preso de origen británico Omar Deghayes, tras recordar que la inmensa mayoría de las personas, detenidas a raíz de la invasión a Afganistán a fines de 2001, aún no han sido acusadas de delito alguno. La situación de los detenidos en las cárceles imperiales es desesperante. En Guantánamo por ejemplo, los prisioneros carecen de atención médica y de medicinas, continuamente son torturados, no disponen de agua ni productos para lavar y hasta el sol les es negado. Más de 200 presos no saben por qué están detenidos, tan sólo son torturados, permanecen sin fórmula de juicio, en el limbo judicial, sin derecho a la defensa, incomunicados y tratados peor que animales por parte de la soldadesca guardiana.

En el enclave de Guantánamo, territorio cubano ocupado por el Pentágono ilegalmente, estuvieron recluidas más de 500 personas, etiquetadas de combatientes enemigos, término utilizado por Washington para mantenerlos al margen de toda asistencia legal. "Un compromiso con los derechos humanos empieza con normas universales y con responsabilizar a todos ante esas normas, incluyéndonos a nosotros... Cuando la injusticia se ignora en algún lugar, se niega la justicia en todo lugar. El reconocer y remediar errores no nos hace más débiles, sino que reafirma la fortaleza de nuestros principios e instituciones." Éstas no son palabras de Amnistía Internacional, sino de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, en un discurso, pronunciado en enero de este año y que versaba sobre la “agenda de derechos humanos para el siglo XXI” de la administración Obama.

Según sus palabras, la rendición de cuentas era fundamental en la estrategia de la administración y que, en aplicación de este principio, el presidente Barack Obama ordenó que se terminasen las torturas de la CIA y que se cerrase el centro de detención de Guantánamo. Hasta esta fecha, no se ha cerrado la cárcel de Guantánamo. “El hecho es que un año después del inicio de la nueva administración, casi 200 personas permanecen retenidas en el centro penitenciario de Guantánamo sin haber tenido un juicio justo; mientras, sigue siendo un mito más que una realidad, la rendición de cuentas y el ejercicio de un recurso por las violaciones de derechos humanos cometidas contra éstas y otras personas detenidas en el marco de lo que Estados Unidos denominó como "guerra contra el terrorismo".

“Han pasado casi ocho años desde que, por ejemplo, Abu Zubaydah fuera detenido en Pakistán. Durante los cuatro primeros años y medio, la CIA lo mantuvo escondido bajo custodia secreta y fue objeto de tortura y de desaparición forzada, crímenes recogidos por el derecho internacional y por los que nadie ha sido llevado ante la justicia. Durante los tres últimos años ha estado en Guantánamo, detenido sin cargos y sin la posibilidad de presentar recursos. La administración Obama sigue sin querer dar a conocer qué le sucedió a él y otros que estuvieron bajo custodia secreta de la CIA.

Este mismo mes se hizo pública en un tribunal federal, en el caso de Ahmed Khalfan Ghailani, información que la administración hubiese querido mantener clasificada. Concretamente, que había sufrido “técnicas de interrogatorio mejoradas” durante cinco días, a lo largo de 14 horas, en algún lugar bajo custodia secreta de la CIA. En un documento escrito al Tribunal, la administración Obama indicó que su predecesor había tratado “con razón” a Ghailani como “una persona de importancia para el servicio de inteligencia” en vez de considerarlo un acusado, a pesar de que existía una acusación formal previa de un tribunal federal de Estados Unidos contra él en el momento en que fue detenido en Pakistán en 2004. Añadía que la administración Bush había tomado la decisión “totalmente lógica” de mantener a Ghailani detenido sin cargos considerándolo como un “combatiente enemigo”. Ahmed Ghailani fue retenido bajo custodia secreta de la CIA durante dos años y estuvo en Guantánamo durante casi tres, antes de ser trasladado en junio de 2009 a Nueva York para ser juzgado. Nadie ha rendido cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas en su contra.”

“La impunidad va mucho más allá de los abusos de los programas de la CIA. Poco antes de la toma de posesión del presidente Obama, la Autoridad Convocante para las comisiones militares de la administración Bush confirmó que el ciudadano de Arabia Saudí Mohamed al Qahtani había sido torturado cuando se encontraba bajo custodia militar en Guantánamo. A pesar de esto, un año después, y mientras Mohamed al Qahtani continúa detenido, sin cargos, en Guantánamo, no se tienen noticias de que se haya abierto una investigación criminal sobre las denuncias de torturas.

Este mismo mes, un juez federal de Estados Unidos ha considerado “creíbles” las denuncias de que el ciudadano yemení Musaab al Madhwani había sufrido acciones que podían considerarse torturas y otros malos tratos en una instalación secreta de Estados Unidos en Kabul antes de ser trasladado a Guantánamo, donde continúa detenido sin cargos más de siete años después ¿Qué cuentas se van a rendir por estos abusos? Ninguna, según parece, a no ser que la actual administración vuelva a considerar si quiere que la rendición de cuentas y el cumplimiento de las obligaciones internacionales de derechos humanos contraídas por Estados Unidos estén realmente entre sus principios rectores.

El discurso mojado de Obama

En litigios en los que intervienen las obligaciones internacionales de Estados Unidos para garantizar la rendición de cuentas y el ejercicio de un recurso por anteriores violaciones de derechos humanos, la administración Obama ha adoptado, en demasiadas ocasiones, una actitud que promueve la impunidad e impide que se presenten recursos. Por ejemplo, durante su primer año:

• Se ha acogido al privilegio de secreto de Estado para desestimar una demanda interpuesta por cinco detenidos por violación de sus derechos humanos, incluidos crímenes recogidos en el derecho internacional, y de los que dicen fueron objeto en el programa de “entregas extraordinarias” de la CIA;
• Se ha opuesto a una demanda interpuesta por cuatro ciudadanos británicos por la tortura y la detención arbitraria de la que fueron objeto en Guantánamo. La administración Obama sostuvo que en el momento en que estos hombres fueron detenidos “no estaba claramente definido” si tenían los derechos que dicen les fueron violados y que, por tanto, los funcionarios implicados estaban “protegidos” frente a la responsabilidad civil. En diciembre, la Corte Suprema de Estados Unidos se puso de lado de la administración.
• Ha tomado parte en una petición a un tribunal federal para que desestimara una demanda interpuesta contra John Yoo, el que fuera ayudante adjunto del fiscal general del Departamento de Justicia de Estados Unidos, por la implicación que según la demanda tuvo en condiciones de detención y técnicas de interrogatorio ilegales. La administración Obama declaró que en el marco de “la detención y el trato de aquellas personas consideradas enemigas durante un conflicto armado [...] en el que intervienen asuntos de seguridad nacional y poderes de guerra” se desaconseja “la creación judicial de un remedio económico de daños y perjuicios”;
• Ha mantenido la negativa y el rechazo de la administración Bush a que aquellas personas detenidas en la base aérea de Bagram, en Afganistán, tengan acceso a abogados y a tribunales, lo que refuerza la falta de rendición de cuentas por los abusos cometidos allí y la imposibilidad de que los detenidos puedan presentar recursos efectivos;
• Ha rechazado hacer públicas fotografías y otro material documental relacionado con los abusos de los detenidos. Cuando Estados Unidos se convirtió en miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en 2009, la administración Obama declaró: “Que no quepa la menor duda, Estados Unidos no va a ignorar graves violaciones de derechos humanos. Se debe decir la verdad, deben salir a la luz los hechos y hay que enfrentarse a las consecuencias”. Un año después, la administración Obama sigue haciendo la vista gorda a la hora de desvelar por completo y de ofrecer remedios legales por las violaciones de derechos humanos cometidas por Estados Unidos en nombre de la “lucha contra el terrorismo”.

El cambio que la administración Obama ha incluido en el tono de los discursos de Estados Unidos sobre derechos humanos fue acogido con agrado, pero sus discursos solo quedan en palabras sin compromisos que cumplir.

Por eso, el famoso informe del Departamento de Estado sobre violaciones de los derechos humanos en la República Popular China, tuvo respuestas contundentes como las publicadas por el "Registro de los Derechos Humanos de Estados Unidos en 2009". "Como en años anteriores, los documentos están plagados de acusaciones sobre la situación de los derechos humanos en más de 190 países y regiones, incluyendo a China, pero hacen caso omiso, ignoran e incluso cubren las violaciones de estos derechos en su propio territorio", sostuvo la Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular de Chuna.

El documento "tiene como objetivo ayudar a que los pueblos de todo el mundo logren entender mejor la situación real de los derechos humanos en Estados Unidos". El informe revisa los registros de los derechos humanos de Estados Unidos en 2009 desde seis perspectivas: la vida, la propiedad y la seguridad personal; los derechos civiles y políticos; los derechos económicos, sociales y culturales; la discriminación racial; los derechos de las mujeres y los niños; y las violaciones de los derechos humanos cometidas por Estados Unidos contra otros países.

El Registro, con dignidad, crítica el Informe de Estados Unidos por utilizar los derechos humanos como "herramienta política para difamar e interferir en los asuntos internos de otras naciones, y buscar sus propios intereses estratégicos", enfatiza Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular China

China con todo rigor sugirió al gobierno estadounidense que aprenda sus lecciones de la historia, se coloque en la posición que le corresponde, que trabaje para mejorar su propia situación en cuanto a los derechos humanos, y rectifique sus actuaciones en este campo. Es el undécimo año que la Oficina de Información del Consejo de Estado de China ha publicado un Registro de los derechos humanos de Estados Unidos en respuesta al informe anual del Departamento de Estado norteamericano.

"En un momento en el que el mundo entero está sufriendo de un serio desastre de derechos humanos causado por la crisis financiera mundial inducida por la crisis hipotecaria "subprime" de Estados Unidos, su gobierno continúa ignorando sus propios problemas sobre derechos humanos, y sigue acusando a otros países", se dice en el documento difundido por la agencia de noticias Xinhua.

El gobierno estadounidense que, por una parte aboga por la “libertad de expresión”, la “libertad de prensa” y la “libertad de internet”, monitoriza y restringe sin escrúpulos los derechos de los ciudadanos a la libertad cuando estos interfieren con sus propios intereses y necesidades, sostiene el documento.

La libertad de los ciudadanos norteamericanos a obtener y distribuir informaciones está bajo estricta supervisión.

Según los medios de comunicación, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) comenzó a instalar material de escucha oculto en el país para poder pinchar teléfonos, faxes, correos electrónicos y acumular comunicaciones domésticas en 2001. Este programa se destinó en principio a los americanos de origen árabe, pero se expandió luego a otros estadounidenses. Después de los atentados del 11 de septiembre en 2001, el gobierno norteamericano, bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, autorizó a las agencias de inteligencia para que supervisaran los correos electrónicos y borraran las informaciones que pudieran amenazar a los intereses nacionales, mediante medidas tecnológicas. Las estadísticas muestran que entre 2002 y 2006, el FBI reunió miles de registros telefónicos de ciudadanos estadounidenses vía correo, notas y llamadas telefónicas.

En septiembre de 2009, Estados Unidos estableció un órgano de supervisión de seguridad de internet, lo que incitó una mayor preocupación pública de que el gobierno podría tomar la seguridad de internet como excusa para monitorear e intervenir en los ordenadores personales.

La llamada “libertad de prensa” de Estados Unidos fue de hecho subordinada completamente a los intereses nacionales y fue manipulada por el gobierno estadounidense. A finales del año pasado, el Congreso de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que impuso sanciones a varios canales por satélite árabes por transmitir contenidos hostiles contra Estados Unidos e instigar a la violencia. Así como respondió la República Popular China al Informe del Departamento de Estado, los presidentes de la República del Ecuador, Rafael Correa Delgado y de la República Bolivariana de Venezuela, Coronel Hugo Chávez Frías también rechazaron el Informe que, con infamia y mala fe, señala que en esos países se violan los derechos humanos.

El periodista venezolano Nahum Gabriel V, informaba que el presidente Rafael Correa anunció que Ecuador hará un informe acerca de los derechos humanos en Estados Unidos, en respuesta al documento acerca del mismo tema presentado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Correa hizo el anuncio en presencia del mandatario venezolano Hugo Chávez, de visita en Ecuador, y quien también fustigó a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, además de criticar a la Organización de Estados Americanos, OEA, y a Colombia. Correa dijo que "la secretaría de Estado de Estados Unidos nos hizo un informe sobre los derechos humanos, todavía se creen los gendarmes del mundo, los jueces supremos, los árbitros". El presidente del Ecuador, ante periodistas ecuatorianos e internacionales anunció que ha “ordenado a la Cancillería, hacer también un informe sobre la situación de los derechos humanos en Estados Unidos y denunciar que allá hay presos políticos, cinco cubanos a los que le hicieron una pantomima, una mamarrachada de juicio". Correa destacó que en el Ecuador no hay presos políticos. Dijo: "aquí no tenemos ningún preso político...allá hay pena de muerte, que es el mayor atentado a los derechos humanos; mientras que acá no existe pena de muerte, allá existe legalizada la tortura, acá está prohibida la tortura". "Presentemos lo más rápido ese informe de derechos humanos de Estados Unidos, porque así como ellos nos juzgan, nosotros creo que podemos juzgar a ese país", señaló.

A su turno, Chávez dijo que Hillary Clinton "se cree todavía la dama imperial; está desfasada en el tiempo, ella cree todavía que Estados Unidos es el dueño de este continente, se le acabó su tiempo, se le acabó su cuarto de hora al imperio yanqui, pero ellos insisten". "Esta dama que cada vez más se parece a Condoleezza Rice, una Condoleezza blanca, esta señora imperial, la dama del imperio, dijo hace poco una amenaza que aquellos países que tienen relación con Irán se atendrán a las consecuencias", dijo Chávez en alusión a Rice, ex secretaria de Estado.

Acerca de la OEA, Chávez comentó que es una entidad "que solo sirve para hablar y desde allí atacar a algunos miembros de la OEA". "Es un cadáver insepulto, es un signo del imperio que se va", señaló. Sobre Colombia, comentó que "ha habido un gran irrespeto del gobierno de Colombia a sus países vecinos, sobre todo contra Venezuela, también contra Ecuador", aseveró. Manifestó que Colombia tiene problemas que han desbordado sus fronteras como "el narcotráfico, el paramilitarismo, secuestro, hampa común, sicariato...".

Violación permanente de los derechos humanos

La violación de los derechos humanos en Estados Unidos es persistente contra todos. El periodista Nicanor León Cotayo denunciaba que una gran parte de los niños y adolescentes que residen en los Estados Unidos solo pueden estar en las calles hasta una hora determinada de la noche y no pueden regresar a ellas hasta las 6 de la mañana del día siguiente.

La capital de ese país, donde en 1998 fueron denunciados 46 300 actos delictivos, el pasado 8 de septiembre volvió a imponer el toque de queda a los menores de 16 años, polémica medida que había sido llevada a los tribunales por violar derechos humanos. Luego de tres años de disputas judiciales, un tribunal de apelaciones autorizó a la Alcaldía de Washington que lo ejecutara, al igual que sucede, comentó la agencia EFE, en "casi 300 ciudades en todos los Estados Unidos", que tratan de reducir la delincuencia juvenil. Los muchachos detenidos por infringir la ordenanza pueden ser obligados a prestar 25 horas de servicio en un barrio, pero cuando trasladan la culpa de los hijos a sus padres, entonces la multa se eleva a 500 dólares o incorporarse a labores que les asignen. Cuando en 1989 esa Alcaldía trató de imponer un toque de queda parecido, no fue aprobado, después que el juez Charles Richey estimara que ello "sometería a los menores del distrito a un virtual arresto domiciliario cada noche".

Antes de que esas fuertes disposiciones se extendieran por numerosas urbes, estadísticas oficiales indicaron que en los Estados Unidos la principal causa de muerte hasta los 23 años de edad era el asesinato con armas de fuego”. En otras palabras, en Estados Unidos se impone una especie de Ley Marcial para mancillar el honor de niñas, niños y adolescentes a quienes se les viola sus derechos esenciales. Una investigación divulgada en abril último por la emisora televisiva CNN contribuyó a explicar lo anterior, al exponer que entre las 36 naciones más ricas del mundo, los Estados Unidos poseen la mayor tasa de muertes provocadas por armas de fuego.

Un ejemplo lo brindó New England Journal of Medicine, al informar que durante 1991, por ejemplo, debido a reyertas de grupos, en la ciudad de Los Ángeles fueron tiroteados desde automóviles en marcha 667 niños y jóvenes, en su mayoría pandilleros, con un saldo de 465 muertos y heridos.

Esa publicación del mundo médico norteamericano estimó que la causa del sostenido crecimiento de esas pandillas juveniles hay que buscarla en el desempleo, la falta de educación, el racismo y la crisis de las instituciones sociales y culturales”. Cabe preguntar: ¿Quién viola los derechos humanos?

“Cada año el gobierno de los Estados Unidos emite un documento en el que juzga la situación de los derechos humanos en el mundo, excepto en su propio territorio, y constantemente ruge a manera del más ardiente defensor de esos derechos sobre el planeta. Lo hace caminando sobre un piso muy frágil, porque en ese tema, como ha sido denunciado entre otros por muchos norteamericanos, organizaciones internacionales y Relatores Especiales de la ONU, Washington tiene mucho más de acusado que de fiscal.

En ese contexto hace 40 años que fustigan duramente a Cuba en todos los escenarios del planeta. ¿Tienen un átomo de moral para hacerlo?” Es necesario recordar lo que Amnistía Internacional afirmaba respecto de la situación de los derechos humanos en Estados Unidos y señalar que “Resulta inquietante ver cómo los dirigentes estadounidenses se contradicen en torno a la cuestión de la tortura. Por un lado, el presidente afirma que su país lidera la lucha global contra la tortura. Por otro, autoriza un programa de detención secreta que permite recluir a los detenidos durante años en régimen de incomunicación total y someterlos a técnicas de interrogatorio "mejoradas". Entretanto, otros altos cargos se apresuran a promover los "valores estadounidenses", pero no se muestran tan dispuestos a reconocer la tortura cuando ésta se le describe, ni a condenarla como una cuestión de principios. Parece que en la actualidad las cimas de la moral están rodeadas de terrenos especialmente resbaladizos.

Debería ser muy simple: se prohíben la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes; punto. No existe ninguna circunstancia (guerra o amenaza de guerra, emergencia o amenaza de emergencia) que justifique la violación de esta prohibición. Todo ser humano tiene derecho a no ser sometido a tortura u otros malos tratos, ya sea ciudadano de un país o extranjero, sospechoso de haber cometido un delito o no, considerado "enemigo" o no. La tortura es inadmisible, al margen de los motivos que se esgriman para utilizarla o de la persona que la autorice. El argumento de la "bomba de relojería", con el que se trata de justificar un caso excepcional de tortura para extraer información sobre un ataque inminente, es una burda improvisación concebida para manipular el miedo de la opinión pública. No existen casos excepcionales de tortura; la tortura cruza con demasiada facilidad las fronteras de la ley y la moral. Si se utiliza para obtener información, y no simplemente para humillar a una persona o para infundir miedo a la comunidad, dicha información no será digna de crédito y todavía menos de ser utilizada en un juicio justo. La tortura es una injusticia, no un camino hacia la justicia. Es una amenaza para la seguridad a largo plazo, y no una forma de ganar adhesiones.

El último escándalo sobre el uso estadounidense de la tortura ha girado de nuevo en torno a la técnica de waterboarding, que consiste en hacer sentir a la persona que se está ahogando. Si bien son motivo de satisfacción las denuncias públicas de algunas personalidades políticas sobre el waterboarding y otras técnicas y condiciones de reclusión ilegales, no deja de ser cierto que su condena no es, en absoluto, universal.

Puede sumergirse a la víctima en agua, introducírsele agua por la nariz y la boca o verter agua sobre algún material colocado encima de su rostro, de forma que inhale o trague el líquido [...] La víctima experimenta lo que se siente al ahogarse: tiene dificultades respiratorias, le invade el pánico, contiene la respiración, traga, vomita, introduce agua en los pulmones y acaba con esa sensación de no poder respirar que experimenta uno cuando le dan un puñetazo en el estómago [...] Según las personas que han estudiado los efectos del waterboarding, esta técnica puede causar traumas psicológicos graves, como ataques de pánico, que pueden durar años.

Estados Unidos, según su propia propaganda es el paradigma de las democracias, del respeto a los derechos humanos y libertades públicas. En nombre de estos insustituibles principios rectores de la civilización humana, el imperio ha cometido espantosos crímenes en contra de la humanidad. A Estados Unidos se les puede imputar crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra, desaparición forzada de personas, ejecuciones extrajudiciales, asesinatos, magnicidios, genocidios, torturas, tratos crueles y denigrantes, secuestros de personas cometidos por la CIA en cualquier parte del mundo, para luego encerrarlas sin fórmula de juicio en numerosas cárceles clandestinas que mantiene en Europa del Este, Asía y África. No hay crímenes, ni violación de derechos humanos que no hayan sido perpetrados por Estados Unidos ya sea directamente con agresiones militares a pueblos débiles e indefensos o por intermedio de la tenebrosa Agencia Central de Inteligencia -CIA- y de otros agentes asesinos de su tristemente célebre “comunidad de inteligencia”.

La “clase superior” gobernante del imperio, integrada por los anglosajones que le permitieron llegar al poder al afroamericano Obama, se creen dueños del “destino manifiesto” que les habría otorgado Dios para regir los destinos del mundo. En ese papel de gendarmes universales se atribuyen la tarea de elaborar informes sobre violaciones de derechos humanos en el mundo, en tanto tratan de esconder las crueles, infames y groseras violaciones a los derechos fundamentales contra sus ciudadanos perpetradas dentro de su propio territorio.

Según el educador puertorriqueño residente en Boston, Roberto Torres Collazo, “la violación de los derechos humanos es un problema que muchos sectores estadounidenses no aceptan que tengamos ese problema o al menos minimizan el mismo en el plano local” Se permite la violación sexual en las cárceles de los hombres. Hombres que violan a otros hombres y las autoridades penitenciarias a lo largo y ancho del país lo desmiente, no lo reconocen y no hacen nada para evitar dichas violaciones.

Cada año miles de empleados son despedidos o se toman represalias por intentar sindicalizarse. Hay 45 millones de personas que no tienen seguro médico. Estados Unidos es uno de los pocos países en el mundo que tiene la pena capital, que en ocasiones ha aplicado a enfermos mentales, jóvenes; especialmente a afroamericanos y Latinos. También en sus cárceles, tiene presos políticos o por motivos ideológicos como el caso de los cinco presos cubanos, un afroamericano, un aborigen y cinco puertorriqueños. Hay 45 millones de analfabetos funcionales; es decir, personas adultas que leen y escriben a nivel escolar de secundaria. Hasta hace muy pocas décadas, los negros eran segregados y muchos ejecutados extrajudicialmente sin consecuencias legales para los culpables. Especialmente, después de la tragedia del 11 de Septiembre, las leyes como la Ley Patriótica es un instrumento que permite violar el derecho a disentir y la privacidad de grupos o personas que denuncian la política de Estados Unidos. Roberto Torres Collazo, sostiene que el gobierno de Estados Unidos habla mucho de violación a los derechos humanos en otros países, pero no se trata mas que pura hipocresía, porque aquí mismo se violan los derechos humanos así como en su política exterior. El autoproclamado líder del mundo quiere supuestamente la paz y el respeto de los derechos humanos para el planeta, en cambio hace la guerra, viola tratados internacionales, pisotea los derechos humanos hasta de sus mismos ciudadanos y de otros países”.

El famoso informe del Departamento de Estado causa indignación en las conciencias de hombres y mujeres que ven pisoteados sus derechos fundamentales por el imperio depredador que, en sus tropelías por el mundo, sólo deja huellas profundas de muerte, destrucción, desolación, sangre y lágrimas. Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com

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