Gaza sigue esperando la ayuda
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La Locura del Medio Oriente
Mel Frykberg
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
19/06/10
Tras intensas presiones internacionales, Israel declaró la pasada semana que suavizaría su inmisericorde bloqueo contra Gaza permitiendo que entraran a diario nuevos, aunque escasos, artículos en el enclave costero y que algunos de ellos serían productos alimenticios. Tras el letal asalto de Israel contra la Flotilla de la Libertad para Gaza de hace unas semanas en aguas internacionales, durante la cual murieron asesinados nueve activistas y hubo docenas heridos cuando la flotilla trataba de entregar en la asediada Franja la ayuda humanitaria desesperadamente necesitada, las autoridades israelíes se han visto sometidas a enormes presiones para que levanten el bloqueo.
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Israel cedió finalmente después de que se le asegurara que a cambio de suavizar el asedio, la comunidad internacional aceptaría que Israel estableciera su propia investigación sobre el asalto en vez de que la llevara a cabo una comisión independiente como se le exigió al principio. [*]
No obstante, van a permitir que dos observadores internacionales supervisen la investigación. Pero las voces críticas que exigían una comisión con mayor credibilidad han descartado ya el propósito israelí por considerar que va a limitarse a encubrir los hechos.
Uno de los observadores va a ser David Trimble, antiguo dirigente del derechista Partido Unionista del Ulster y ex primer ministro de Irlanda del Norte. Trimble es también lord vitalicio del Partido Conservador británico. El día en que se produjo el sangriento asalto israelí contra la flotilla, Trimble formó un grupo de apoyo a Israel llamado “Amigos de Israel”.
Sin embargo, la suavización del asedio no se ha materializado aún y, si algún día llega a hacerse realidad, no tendrá en cuenta las cuestiones subyacentes que han reducido al millón y medio de seres que constituyen la población de Gaza, la mayoría de ellos civiles, a la más abyecta pobreza y que han convertido el enclave en un caso desesperado a nivel humanitario.
“Permitir que entre en Gaza mayonesa y patatas fritas [dos de los artículos que Israel está pensando autorizar] es realmente irrelevante respecto a las causas que están en la raíz de la crisis”, dice Maxwell Gaylard, coordinador adjunto humanitario especial de las Naciones Unidas para Oriente Medio.
“Lo que necesitamos ver es una mejora en los sectores relacionados con la sanidad, la educación, el saneamiento, el agua y la energía. La economía de Gaza está destrozada y su infraestructura es extremadamente frágil. Si no se reconstruye a fondo Gaza en todos los sectores, algo muy dramático está a punto de suceder”, dijo Gaylard a Inter Press Service (IPS)
Actualmente se permite que entren en Gaza 80 artículos. Hace un año sólo se permitían 40. Antes de junio de 2007, cuando Hamas asumió el control de Gaza, se permitía que entraran 4.000 tipos de productos al mes en 10.400 camiones. Ahora sólo se permite que entren mensualmente 2.500 camiones.
Israel sostiene que el bloqueo está motivado por razones de seguridad. Pero tras una demanda presentada por Gisha, organización israelí por los derechos humanos, el gobierno israelí se vio obligado a reconocer que el asedio respondía a objetivos políticos.
“Un país tiene derecho a decidir no implicarse en relaciones económicas o en dar prestar ayuda económica a la otra parte en el conflicto, y si lo desea puede actuar haciendo uso de la ‘guerra económica’”, dijo el gobierno.
Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja dice que el asedio contra Gaza es una violación del derecho internacional porque representa una forma de castigo colectivo contra civiles.
Cecelia Goin, de la Cruz Roja en Jerusalén, dice que cualquier suavización del bloqueo es un paso en la buena dirección, pero añade que lo que hay en juego son cuestiones mucho más trascendentales.
“La única forma de que los gazatíes puedan reconstruir sus vidas y sus medios de vida es levantando totalmente el bloqueo”, dijo Goin a IPS. “Actualmente hay una media de siete horas al día sin electricidad. Los cortes de electricidad suponen un serio riesgo para el tratamiento de los pacientes y para sus propias vidas.”
“Se necesitan entre dos y tres minutos para poder activar un generador y durante ese lapso de tiempo los dispositivos electrónicos no funcionan. Como consecuencia hay que reactivar manualmente los respiradores artificiales, el tratamiento de diálisis se interrumpe y se suspenden las operaciones mientras todo queda sumido en la oscuridad”, declara el CICR.
“Además, nos llevó cinco meses conseguir permiso para traer un aparato para hacer mamografías en el Hospital de Shifa, el principal hospital de Gaza. Tuvimos que esperar otros cinco meses hasta conseguir que los israelíes permitieran una máquina de diálisis y nos llevó ocho meses más conseguir que entraran piezas de repuesto para las ambulancias”, dijo Goin a IPS.
“Hay carencia de medicinas fundamentales, como fármacos antiepilépticos y también de equipamiento sanitario, como, por ejemplo, tubos de ventilador. Más de 110 de los 700 artículos desechables de los que deberíamos disponer están también agotados. La situación sanitaria es crítica.”
La vida es obviamente mejor para los palestinos de Cisjordania, pero la continuada ocupación israelí del territorio está destruyendo también la estructura vital de la zona.
“Las posibilidades de movimiento han mejorado porque Israel ha reducido algunos controles y bloqueos de carretera. Pero para los palestinos sigue siendo muy dificultoso moverse desde el norte al sur de Cisjordania porque el territorio está de hecho dividido en cantones”, dijo Gaylard a IPS.
“Ha habido algunas mejoras en la economía de Cisjordania motivadas por estímulos fiscales, limitadas inversiones y pago regular de salarios. Pero para que todo esto sea sostenible, los palestinos tienen que poder acceder y manejar sus propios recursos productivos, como la agricultura”, añadió Gaylard.
El muro de separación de Israel ha separado a los granjeros de sus campos agrícolas y confiscado grandes extensiones de tierra palestina en aras a favorecer el desarrollo y la “seguridad” de los ilegales asentamientos.
“La ausencia de una distribución equitativa del agua es otro de los problemas graves porque los israelíes se llevan casi todo el suministro de agua de la zona y los palestinos tienen que sobrevivir con lo que queda, que es bien escaso”, dijo Gaylard.
Los cisjordanos pueden también disponer del petróleo que necesiten y la limitada cantidad de agua que les llega se dedica al consumo, al contrario que los gazatíes cuyos recursos hídricos subterráneos se han visto contaminados por las aguas residuales, los pesticidas, las sustancias químicas y el agua del mar.
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Israel cedió finalmente después de que se le asegurara que a cambio de suavizar el asedio, la comunidad internacional aceptaría que Israel estableciera su propia investigación sobre el asalto en vez de que la llevara a cabo una comisión independiente como se le exigió al principio. [*]
No obstante, van a permitir que dos observadores internacionales supervisen la investigación. Pero las voces críticas que exigían una comisión con mayor credibilidad han descartado ya el propósito israelí por considerar que va a limitarse a encubrir los hechos.
Uno de los observadores va a ser David Trimble, antiguo dirigente del derechista Partido Unionista del Ulster y ex primer ministro de Irlanda del Norte. Trimble es también lord vitalicio del Partido Conservador británico. El día en que se produjo el sangriento asalto israelí contra la flotilla, Trimble formó un grupo de apoyo a Israel llamado “Amigos de Israel”.
Sin embargo, la suavización del asedio no se ha materializado aún y, si algún día llega a hacerse realidad, no tendrá en cuenta las cuestiones subyacentes que han reducido al millón y medio de seres que constituyen la población de Gaza, la mayoría de ellos civiles, a la más abyecta pobreza y que han convertido el enclave en un caso desesperado a nivel humanitario.
“Permitir que entre en Gaza mayonesa y patatas fritas [dos de los artículos que Israel está pensando autorizar] es realmente irrelevante respecto a las causas que están en la raíz de la crisis”, dice Maxwell Gaylard, coordinador adjunto humanitario especial de las Naciones Unidas para Oriente Medio.
“Lo que necesitamos ver es una mejora en los sectores relacionados con la sanidad, la educación, el saneamiento, el agua y la energía. La economía de Gaza está destrozada y su infraestructura es extremadamente frágil. Si no se reconstruye a fondo Gaza en todos los sectores, algo muy dramático está a punto de suceder”, dijo Gaylard a Inter Press Service (IPS)
Actualmente se permite que entren en Gaza 80 artículos. Hace un año sólo se permitían 40. Antes de junio de 2007, cuando Hamas asumió el control de Gaza, se permitía que entraran 4.000 tipos de productos al mes en 10.400 camiones. Ahora sólo se permite que entren mensualmente 2.500 camiones.
Israel sostiene que el bloqueo está motivado por razones de seguridad. Pero tras una demanda presentada por Gisha, organización israelí por los derechos humanos, el gobierno israelí se vio obligado a reconocer que el asedio respondía a objetivos políticos.
“Un país tiene derecho a decidir no implicarse en relaciones económicas o en dar prestar ayuda económica a la otra parte en el conflicto, y si lo desea puede actuar haciendo uso de la ‘guerra económica’”, dijo el gobierno.
Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja dice que el asedio contra Gaza es una violación del derecho internacional porque representa una forma de castigo colectivo contra civiles.
Cecelia Goin, de la Cruz Roja en Jerusalén, dice que cualquier suavización del bloqueo es un paso en la buena dirección, pero añade que lo que hay en juego son cuestiones mucho más trascendentales.
“La única forma de que los gazatíes puedan reconstruir sus vidas y sus medios de vida es levantando totalmente el bloqueo”, dijo Goin a IPS. “Actualmente hay una media de siete horas al día sin electricidad. Los cortes de electricidad suponen un serio riesgo para el tratamiento de los pacientes y para sus propias vidas.”
“Se necesitan entre dos y tres minutos para poder activar un generador y durante ese lapso de tiempo los dispositivos electrónicos no funcionan. Como consecuencia hay que reactivar manualmente los respiradores artificiales, el tratamiento de diálisis se interrumpe y se suspenden las operaciones mientras todo queda sumido en la oscuridad”, declara el CICR.
“Además, nos llevó cinco meses conseguir permiso para traer un aparato para hacer mamografías en el Hospital de Shifa, el principal hospital de Gaza. Tuvimos que esperar otros cinco meses hasta conseguir que los israelíes permitieran una máquina de diálisis y nos llevó ocho meses más conseguir que entraran piezas de repuesto para las ambulancias”, dijo Goin a IPS.
“Hay carencia de medicinas fundamentales, como fármacos antiepilépticos y también de equipamiento sanitario, como, por ejemplo, tubos de ventilador. Más de 110 de los 700 artículos desechables de los que deberíamos disponer están también agotados. La situación sanitaria es crítica.”
La vida es obviamente mejor para los palestinos de Cisjordania, pero la continuada ocupación israelí del territorio está destruyendo también la estructura vital de la zona.
“Las posibilidades de movimiento han mejorado porque Israel ha reducido algunos controles y bloqueos de carretera. Pero para los palestinos sigue siendo muy dificultoso moverse desde el norte al sur de Cisjordania porque el territorio está de hecho dividido en cantones”, dijo Gaylard a IPS.
“Ha habido algunas mejoras en la economía de Cisjordania motivadas por estímulos fiscales, limitadas inversiones y pago regular de salarios. Pero para que todo esto sea sostenible, los palestinos tienen que poder acceder y manejar sus propios recursos productivos, como la agricultura”, añadió Gaylard.
El muro de separación de Israel ha separado a los granjeros de sus campos agrícolas y confiscado grandes extensiones de tierra palestina en aras a favorecer el desarrollo y la “seguridad” de los ilegales asentamientos.
“La ausencia de una distribución equitativa del agua es otro de los problemas graves porque los israelíes se llevan casi todo el suministro de agua de la zona y los palestinos tienen que sobrevivir con lo que queda, que es bien escaso”, dijo Gaylard.
Los cisjordanos pueden también disponer del petróleo que necesiten y la limitada cantidad de agua que les llega se dedica al consumo, al contrario que los gazatíes cuyos recursos hídricos subterráneos se han visto contaminados por las aguas residuales, los pesticidas, las sustancias químicas y el agua del mar.
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