Uno de cada 79 niños es celíaco en la Argentina

Noticias del 6
05/05/10

La celiaquía es una enfermedad intestinal crónica que se caracteriza por la intolerancia al gluten, una proteína que contienen el trigo, la avena, la cebada y el centeno. El principal problema para quienes sufren esta inflamación intestinal frecuente causada por la intolerancia al gluten es el diagnóstico. Este miércoles, al celebrarse el “Día del Celiaco”, el Ministerio de Salud de la Nación publicará guías para su detección y tratamiento y prevención. Si bien se desconoce la causa exacta que la genera, la enfermedad celíaca puede presentarse en cualquier etapa de la vida –aunque especialmente en la niñez–.

Comentario SDLT: La enfermedad celíaca representa una minoría de los intolerantes al gluten. Otros no tienen la "suerte" de tener una manifestación tan marcada, si no que tienen manifestaciones mas sutiles que a la larga contribuyen a enfermedades crónicas como la obesidad, las enfermedades autoinmunes (lupus, enfermedad de Sjögren, etc), cáncer, esquizofrenia, autismo, etc. De hecho, la intolerancia al gluten se ha relacionado a 55 enfermedades diferentes y una de las terapias de primera línea para el autismo y la esquizofrenia es la eliminación del gluten y la caseína.

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Se trata de una afección hereditaria y autoinmunitaria, que debilita la capacidad del intestino para absorber los nutrientes en forma adecuada.

Para promover el conocimiento de esta afección, el Programa Nacional de Detección y Control de la Enfermedad Celíaca del Ministerio de Salud de la Nación entregó kits para pruebas de sangre en todo el país. En la Argentina , 400 mil personas sufren la enfermedad, según la prevalencia del 1 por ciento que se estima

internacionalmente. Sin embargo, un estudio reciente de la Comisión Nacional Salud Investiga, que depende de la cartera sanitaria, determinó que la presencia de la patología en niños es mayor: 1 de cada 79 chicos es celíaco, lo que representa una prevalencia del 1,20 por ciento.

Así surge del Primer Estudio Multicéntrico Poblacional de Prevalencia de la Enfermedad Celíaca en Pediatría, realizado a niños y adolescentes de todo el país de entre 3 y 16 años durante 2008 y el año pasado. La investigación descubrió además que la enfermedad está significativamente más presente en las mujeres y que el 90 por ciento de los casos se halló en niños mayores de 6 años.

Si bien se desconoce la causa exacta que la genera, la enfermedad celíaca puede presentarse en cualquier etapa de la vida –aunque especialmente en la niñez– y sobre ella influyen factores ambientales, genéticos e inmunológicos.

Por eso, quienes tienen un familiar celíaco poseen mayor riesgo de desarrollar la patología.

El principal problema para los celíacos muchas veces no es el tratamiento sino el diagnóstico. Al presentarse como un cuadro clínico complejo (ver recuadro sobre síntomas) la celiaquía puede remitir a otras enfermedades que producen dificultades para un diagnóstico temprano.

Acciones para tratar una enfermedad sin cura

Para contribuir a la detección y el tratamiento de la enfermedad, favorecer la prevención y el control de los alimentos, el Ministerio de Salud de la Nación creó, en 2007, el Programa Nacional para la Detección y Control de la Enfermedad Celíaca.

“Perseguimos dos grandes metas: una, lograr que todos los equipos de salud sepan cuándo hay que pensar en la enfermedad celíaca, una tarea de divulgación; y la otra vinculada al apoyo a las jurisdicciones para que puedan realizar el diagnóstico a través de estudios serológicos –muestras de sangre–, que consiste en un análisis de los anticuerpos, para determinar si se trata de un paciente celíaco”. Así lo explicó Nora Luedicke, referente del programa.

Para alcanzar ese objetivo el Programa de la Enfermedad Celíaca trabaja la difusión en dos niveles: por un lado, con afiches y folletos destinados a la población general y, por otro, con los equipos de salud. “El Comité de Expertos, que integramos junto a la sociedades científicas –de nutrición, gastroenterología y la Sociedad Argentina de Pediatría– elaboramos las Guías Nacionales para el Diagnóstico y Tratamiento de la Enfermedad Celíaca, que serán publicadas mañana, en el marco de la celebración del Día del Celíaco”.

La promoción del diagnóstico en los hospitales es otra de las políticas del Programa, que lleva entregados 180 kits de diagnóstico en 95 hospitales de todo el país, a partir de los cuales se realizaron 3.500 pruebas a pacientes celíacos.

Para la especialista, una vez diagnosticada la enfermedad, el celíaco enfrenta otro problema vinculado al tratamiento. “Este es otro de los grandes temas porque no hay un abordaje farmacológico de la celiaquía. El único tratamiento posible es una dieta estricta libre de gluten y esto que parece sencillo no lo es para el paciente y su familia”.

Este aspecto también está contemplado en el Programa, que procura fortalecer el Sistema Nacional de Control de Alimentos, control que actualmente realizan el Instituto Nacional de Control de Alimentos –que depende de la cartera sanitaria–, la provincia de Buenos Aires y la de Santa Fe. “El objetivo es equipar laboratorios regionales para mejorar el control de gluten y verificar las buenas prácticas en la elaboración de los alimentos”, dijo Luedicke.

Permitido, casi todo

Ser diagnosticado celíaco tiene un fuerte impacto sobre la persona, que debe modificar su dieta de por vida. Por eso, desde el Ministerio de Salud se insiste en la idea de que casi todos los alimentos están permitidos: desde carnes de diverso tipo hasta legumbres y huevos. Lo importante es –como en el resto de la población– alimentarse de manera saludable.

A su vez, los alimentos libres de gluten, los denominados Sin T.A.C.C –trigo, avena, cebada y centeno–, son publicados en la página web de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnologías Médicas (ANMAT) o en la página del Ministerio de Salud de la Nación : www.msal.gov.ar/celiacos.

Los síntomas

Pueden variar de una persona a otra y manifestarse en diversas etapas de la vida. Entre los más frecuentes se cuentan:

En la infancia: vómitos, diarrea, náuseas, anorexia, retraso en el crecimiento, irritabilidad, introversión, anemia, defectos en el esmalte dental y corta estatura.
En la adolescencia: anemia, dolor abdominal, diarrea, estreñimiento, estomatitis, dermatitis, cefaleas, retraso puberal y menarca tardía.

En la adultez: diarrea, irritabilidad, cambios del comportamiento (apatía, depresión), disminución del apetito, pérdida de peso, anemia, osteoporosis, fracturas, estreñimiento, abortos, infertilidad, convulsiones, migrañas y miocardiopatías.

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