España: Puja de poder en el PP por un escándalo de corrupción

Juan Carlos Algañaraz
Clarín
14/10/09

Uno de los líderes de la derecha española implicados se niega a renunciar

La dirección nacional del Partido Popular comunicó anoche que el partido en Valencia había acordado suspender temporalmente a Ricardo Costa, secretario general y vocero parlamentario de los conservadores, en una profundización del escándalo sobre corrupción que afecta a la oposición.

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La versión sobre la suspensión contradijo los anuncios formulados poco antes por el presidente de la comunidad, Francisco Camps, y el propio Costa, quien había asegurado que iba a dejar "temporalmente" su cargo solo si se formaba una comisión investigadora sobre su desempeño (en relación con la trama corrupta "Gürtel") y sus finanzas personales. Ayer, sin embargo, Costa dejó bien claro que continúa ejerciendo sus cargos como secretario general y portavoz en el parlamento regional.

La dirección nacional del PP había citado, como fuente de su comunicado, al propio Camps. El principal líder de la derecha valenciana respondió, avanzada la noche, con otra nota desmintiendo al PP nacional y lamentando el "malentendido". Costa no ha sido suspendido como secretario general sino que mantendrá su puesto hasta que se decida investigar la financiación del partido. Costa anunció, para aumentar la confusión general, que esta mañana estará presente en el parlamento para actuar como vocero del PP pese a que la dirección de su partido lo da como cesado.

Desde el viernes pasado se desarrolla un tenaz forcejeo en torno a la situación de Costa comprometido por grabaciones y declaraciones sobre su vinculación con la trama de corrupción "Gürtel" que podría haber derivado algunas de sus operaciones ilegales para operaciones de financiación ilegal del PP.

Por la mañana, Costa leyó un dramático comunicado en donde exige que la dirección del PP liderada por Mariano Rajoy le explique por qué ha estado exigiendo que se lo destituya del cargo. "No he cometido nada ilegal", proclamó Costa, ocasión en la que reivindicó su derecho a defenderse y se negó a dimitir y a que se lo utilizara como "chivo expiatorio o cabeza de turco".