Avergonzados y denunciados

Khaled Amayreh
Al Ahram Weekly
Traducido para Rebelión por Loles Oliván
16/10/09

La Autoridad Palestina (AP) se enfrenta a una situación extremadamente embarazosa a raíz de su decisión a principios de esta semana de aprobar el aplazamiento de la ratificación del Informe Goldstone en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra.

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El informe, elaborado por el juez sudafricano Richard Goldstone, acusa a Israel de cometer a sabiendas y deliberadamente, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante su ofensiva del invierno en la Franja de Gaza, en la que murieron más de 1.400 palestinos, la mayoría de los cuales eran civiles inocentes, incluidos más de 300 niños, y otros miles de heridos abrasados por bombas de fósforo. Miles de hogares, mezquitas y edificios públicos fueron destruidos en los 22 días de arrase.

La adopción del informe por el CDH probablemente habría conducido a la petición de remisión a la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya y, eventualmente, podría haber llevado a la persecución de los presuntos criminales de guerra israelíes. Sin embargo, la inexplicable decisión de la AP de apoyar la paralización de la discusión del informe hasta marzo ha permitido eficazmente a Israel eludir su culpabilidad al enterrar y neutralizar el informe, al menos de momento.

Condena palestina y árabe

En Palestina ocupada y en gran parte del mundo árabe el escandaloso paso en falso de la AP ha provocado la condena universal desde la derecha política a la izquierda, derivando en que los funcionarios de la AP, incluido el presidente Mahmud Abbas, se encuentran sumidos pensando en cómo protegerse de una avalancha de condenas y acusaciones virulentas que van desde la comisión de traición a las [muestras de] debilidad, incompetencia e impotencia ante Israel y EE.UU.

De hecho, ningún otro acto de la AP/OLP (Organización para la Liberación de Palestina) desde la firma de los Acuerdos de Oslo hace más de 16 años ha conocido un rechazo tan unánime, lo que explica las reacciones de perplejidad y confusión de los funcionarios de la AP y sus portavoces. Además, la mayoría de las críticas han venido de los grupos laicos incluidas organizaciones asociadas a la OLP en sí, lo que refuta la afirmación de que la indignación generalizada forma parte de la confrontación de las relaciones públicas entre Al Fatah y el campo islamista.

Incluso Fatah, el propio partido de Abbas, que es la columna vertebral política tanto de la OLP como de la AP, tuvo que "seguir la corriente", al menos públicamente, y criticar el "gesto irresponsable" en Ginebra. Fatah está preocupada de que el fracaso de Ginebra pueda hacerle perder popularidad antes de las elecciones palestinas que podrían tener lugar en la segunda mitad de 2010.

El presidente de la AP, Mahmud Abbas, dispuesto a limitar los daños, ha ordenado una investigación sobre lo ocurrido. Sin embargo, muy pocos palestinos se toman tal medida en serio, ya que se cree que fue el propio Abbas quien pidió al embajador de Palestina ante NNUU que recomendara la congelación del Informe Goldstone hasta marzo.

Hamas utilizó fuertes calificativos para denunciar la decisión de la AP de aplazar el debate sobre el Informe Goldstone. Los dirigentes de Hamas en Gaza y Damasco calificaron la decisión como una muestra de "servidumbre y sumisión total a la voluntad sionista”. Ismail Haniyeh, el primer ministro del gobierno de Hamas en Gaza, ha culpado a Abbas de la debacle afirmando que fue Abbas quien tomó la decisión. "La decisión de abandonar el Informe Goldstone vino de las altas instancias de la Autoridad en Ramallah," ha afirmado.

Palabras más duras vinieron de Sami Abu Zuhri, portavoz de Hamas en Gaza. "El pueblo palestino querría saber si la dirección de Ramallah es la defensora del pueblo palestino y de su justa causa o si es un abogado de Israel. No estaríamos exagerando si decimos que este comportamiento irresponsable raya con la traición", dijo.

Hamas había atenuado su guerra de propaganda contra Al Fatah, al parecer, con el fin de ayudar a crear el ambiente propicio para la posible reconciliación entre ambos grupos. Sin embargo, parece que Hamas ha encontrado el último desastre de relaciones públicas realizado por Abbas demasiado valioso como para dejarlo pasar en silencio —especialmente porque el paso en falso de la AP se considera ampliamente como una gran traición para las víctimas de la guerra y para todo el pueblo de la Franja de Gaza.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), una facción de la OLP también ha denunciado enérgicamente el aplazamiento del informe Goldstone como "irresponsable, derrotista" y que representa una "afrenta a la gran lucha de nuestro pueblo por la justicia". "Este comportamiento sospechoso", continúa, "es una receta para corroer una herramienta importante de nuestra lucha contra la ocupación israelí". La declaración del FPLP rechaza como "mentirosas y estúpidas" las justificaciones de la AP para "este acto irresponsable" que sólo sirve a los objetivos e intereses de Israel.

De la Yihad Islámica han surgido palabras incluso más fuertes al condenar enérgicamente a la AP de "connivencia con el enemigo". "El comportamiento de la AP en Ginebra es una vergüenza y un deshonor para la dirección de Ramallah y pone de relieve el grado en que esa dirección está conspirando con el régimen sionista contra los intereses de nuestro pueblo". Según Mohamed al-Hindi, un prominente líder de Yihad Islámica en la Franja de Gaza, "es lamentable que mientras el pueblo palestino está celebrando la liberación de sus honorables presas de las cárceles israelíes, la AP esté conspirando con Israel para encubrir sus crímenes contra nuestro pueblo en Gaza ".

El sector de las ONG también ha denunciado enérgicamente la “retirada” palestina en Ginebra. En un llamamiento difundido ampliamente bajo el título "Justicia demorada, justicia denegada", 16 organizaciones civiles y de derechos humanos exponen que el consentimiento de la AP para aplazar la ratificación del Informe Goldstone hasta marzo "niega de hecho al pueblo palestino el derecho a la tutela judicial efectiva y la protección igualitaria de la ley. Igualmente, representa el triunfo de la política sobre los derechos humanos. Es un insulto a todas las víctimas y un rechazo a sus derechos ".

La misma declaración sostiene que el derecho a la justicia de las víctimas de la guerra israelí en Gaza no debe ser objeto de maniobras políticas. "Estos derechos son universales, no están sujetos a consideraciones políticas. En los nueve meses [transcurridos] desde la operación “Plomo Fundido”, no se ha llevado a cabo ninguna investigación judicial sobre el conflicto".

Todavía no está claro por qué la AP ha adoptado una decisión tan impopular. Algunos funcionarios no identificados de la AP han revelado que la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, amenazó a Abbas para que aplazase la discusión del Informe Goldstone argumentando que la ratificación del informe en la CDH avergonzaría a Israel y socavaría gravemente los esfuerzos estadounidenses para reiniciar el estancado proceso de paz. Las mismas fuentes han indicado que el gobierno de Obama había amenazado con suspender su papel como agente de los esfuerzos de paz en Oriente Medio y con congelar la ayuda financiera al gobierno de la AP si éste no hacía caso a los "consejos" de EEUU.

Israel también amenazó a la AP con que se denegaría la licencia para una nueva compañía de telefonía móvil palestina, en parte propiedad de uno de los hijos de Abbas, si la AP presionaba para la adopción del Informe Goldstone en Ginebra. Sin embargo, la razón más probable para la decisión de la AP puede que tenga que ver con la amenaza israelí de hacer públicas las grabaciones de las conversaciones entre israelíes y funcionarios de la AP que revelan como estos últimos solicitaban a los primeros que prosiguieran la guerra contra Gaza hasta el final para aplastar a Hamas [durante la ofensiva de la operación Plomo Fundido”].

La AP se ha mostrado reservada respecto a estas acusaciones específicas, lo que únicamente mueve a la especulación sobre rumores públicos.

Lo que está claro es que el último escándalo, o "Goldstonegate", como algunos periodistas palestinos están empezando a referirse a los acontecimientos de Ginebra, es probable que mine gravemente la posición de la AP entre el público palestino. La debilitada popularidad, el fracaso evidente de EEUU para obligar a Israel a congelar la expansión de los asentamientos para judíos en Cisjordania y Jerusalén Oriental, y la creciente tensión en torno a Al-Aqsa, podrían constituir un disparador incendiario que eventualmente podría explotar en una nueva ola de violencia: una tercera Intifada.

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