España: Golpean a menor en centro de reforma (Video)
Hoy
28/10/09
La madre del joven agredido en el Marcelo Nessi no creía a su hijo hasta que ha visto las imágenes de la paliza propinada por cuatro vigilantes, que HOY.es publicaba hoy en exclusiva. Los padres han asegurado que no es la primera vez que ocurre, incluso que fueron "amenazados por el anterior director del centro". La madre ha relatado después de los hechos su hijo se encuentra bajo tratamiento psiquátrico.
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¿Qué ocurrió el 28 de julio en la unidad de contención del Marcelo Nessi?
Ésa es la pregunta que se hacen los padres de un joven de 19 años ingresado desde hace más de un año en el único centro de reforma para menores delincuentes existente en la región. Según les contó el interno, que cumple pena por delitos cometidos cuando no había cumplido los 18, varios vigilantes de seguridad le propinaron aquella mañana una paliza brutal; según dijo la Junta de Extremadura tres semanas después, esos guardias jurados se limitaron a reducirlo utilizando «medidas legales».
Las versiones de las partes resultan contradictorias, pero el caso podría entrar en una nueva fase después de conocerse el contenido parcial de la grabación realizada por la cámara de seguridad instalada en la unidad de contención del centro. Un vídeo en poder de HOY muestra con bastante claridad una secuencia de los hechos.
En la primera parte se observa a cuatro vigilantes de seguridad rodeando a un interno. Tres lo sujetan mientras uno de ellos le propina varios golpes con su defensa reglamentaria (porra). En el segundo se ve al interno sentado en la cama, esposado. En esa situación, un trabajador de seguridad lanza su mano con fuerza contra su mejilla izquierda.
La grabación termina ahí y podría ser fundamental en la instrucción de la denuncia presentada por el interno. De su contenido se supo a través de un informante anónimo a mediados de agosto, pero ha sido ahora cuando los padres del denunciante han confirmado que no era la primera vez que le pegaban. «Nosotros fuimos a verlo el domingo siguiente y tenía las piernas y uno de los brazos llenos de negrales. La pierna izquierda estaba completamente amoratada», asegura Ceferino Vázquez, el padre, antes de ofrecer más detalles. «Nos dijo que lo mandaron al cuarto, pero nuestro hijo se negó. Entonces lo redujeron entre dos o tres vigilantes, lo engrilletaron de pies y manos, y allí se hincharon de pegarle».
Visi Guerrero, la madre del joven, certifica que también lo golpearon en el rostro. «Mamá, me pegó por la cara -nos contó-. Me quedó toda la cara señalada. Y no paraba de insultarme, que si tu puta madre, que si maricona...».
Alarmados por lo que estaban escuchando, pensaron que debían presentar la denuncia ellos mismos, pero el joven les comentó que tenía previsto hacerlo directamente. En cualquier caso, ambos se dirigieron a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, donde les informaron de sólo se podía hacer una denuncia. En ese momento desistieron.
Días después, HOY tuvo conocimiento de la presentación de esa denuncia y se dirigió a la Junta de Extremadura para saber qué había sucedido. La respuesta no se hizo esperar y la Consejería de Igualdad y Empleo, responsable del centro de menores, confirmó que ya había puesto los hechos en conocimiento de la Fiscalía y del Juzgado.
La Junta reconoció entonces que no había tomado ninguna medida y que estaba pendiente del resultado de la investigación judicial que se pudiera llevar a cabo. Sí dejó claro que en la reducción del interno «se usaron medidas legales» y que, con el fin de lograr la máxima transparencia, había trasladado los hechos al juzgado competente.
Desde entonces, Ceferino y Visi no han tenido noticias de la evolución del proceso. Tan sólo disponen de la información que les facilitó el director del centro cuando se dirigieron a él para pedirle explicaciones. «En unas cosas estaba de acuerdo y en otras no. Decía que sí, que allí se podía hacer eso, que no había sido una paliza, que lo habían reducido».
Diametralmente opuesta es la opinión del interno y de sus padres. Los tres están convencidos de que lo sucedido en el Marcelo Nessi no es admisible y piden que se investigue lo ocurrido para que no vuelva a repetirse. «Los educadores del centro son muy buenos y el psiquiatra también. El verdadero problema está en los guardias, que son unos indígenas».
A pesar de la acusación, admiten que entre la plantilla de 30 vigilantes que se encarga de controlar la seguridad en el Marcelo Nessi también hay profesionales respetables. «Eso no lo hacen en la cárcel», asegura un hermano del interno.
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