La crisis de los medios de comunicación - Los colosos de la prensa se tambalean en EEUU
Martin Beech
Gara
10/12/08
El grupo Tribune, uno de los gigantes mediáticos, con bases en Chicago y Los Ángeles, y «The New York Times», uno de los buques insignia de la prensa escrita internacional, están viendo en peligro su línea de flotación. El primero de ellos se ha declarado en bancarrota y el segundo ha iniciado una arriesgada maniobra inmobiliaria para mantenerse a flote.
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La crisis que sacude a los medios de comunicación no es consecuencia directa del terremoto financiero que ha estallado este verano en las principales bolsas del mundo, ni de la explosión de las burbujas inmobiliarias a un lado y otro del Atlántico Norte. Evidentemente, las empresas editoriales no son ajenas al devenir de los indicadores macroeconómicos, pero los problemas de fondo vienen de más lejos en este sector, marcado en los últimos años por la revolución tecnológica y comunicativa que ha supuesto la universalización de Internet en los países occidentales, con el consiguiente impacto que esto ha tenido en los ingresos por publicidad.
A ello se ha sumado el descenso del número de compradores de prensa provocado por la aparición en la red de nuevos medios y por la expansión de las propias ediciones digitales de las cabeceras más consolidadas. Aunque en un principio estas últimas quisieron trasladar a Internet la tradicional suscripción -diaria, mensual o anual-, al poco tiempo se vieron obligadas a «liberalizar» la mayor parte de sus contenidos digitales para evitar ver cómo su audiencia quedaba comparativamente bajo mínimos.
Observando la evolución financiera de los grandes grupos mediáticos y teniendo en cuenta que se cuentan por decenas las cabeceras «locales» -algunas con más de un siglo de existencia- que desaparecen cada año tanto en Europa como en EEUU, parece que nadie ha logrado todavía poner freno a este declive, sino que, al contrario, la crisis va imponiendo medias más drásticas entre los grandes colosos de la prensa: desde importantes recortes de plantilla y reducción de sueldos a trabajadores y colaboradores hasta el arriesgado «salto» a Internet al mismo tiempo que desaparece la edición en papel, operación que en ocasiones lleva acarreada la sustitución de la antigua empresa por una nueva sociedad mercantil.
Dificultades crediticias
Si en Europa la crisis ha hecho temblar los cimientos de cabeceras como las francesas «Le Monde» y «Libération», las británicas «The Times» y «The Guardian» o las españolas «El País» y «el Mundo», no está siendo menor su impacto en los emblemáticos rascacielos de la prensa estadounidense.
Esta última metáfora está más que justificada: la empresa propietaria del «The New York Times» tiene previsto pedir un préstamo de 225 millones de dólares (174 millones de euros) y utilizar su propia sede, ubicada en Manhattan, para respaldarlo, aunque aún no ha decidido si lo hará a través de una hipoteca o de su venta. El diario informaba este lunes de que se ha contratado a la firma Cushman & Wakefield para que sea su agente en la operación, con la que pretende aumentar su liquidez, mermada por la caída de beneficios y la actual dificultad para acceder al mercado crediticio. Según recogía la agencia Efe, aún no se ha decidido si la operación consistirá en la solicitud de una hipoteca sobre el edificio o en la venta del inmueble bajo la condición de que el nuevo dueño se la alquile posteriormente al grupo mediático, para que éste pueda seguir utilizándolo.
The New York Times Company (NYTCo) es dueña del 58% del rascacielos de 52 pisos diseñado por el arquitecto Renzo Piano, que se terminó de construir el año pasado. El resto es del promotor Forest City Ratner. El área del edificio no está hipotecada y, según detalló el rotativo, algunos grandes inversores han advertido reiteradamente que la compañía tiene una proporción demasiado grande de su capital atada al inmueble.
NYTCo cuenta en la actualidad con dos líneas de crédito renovables de 400 millones de dólares cada una que le aseguran su liquidez, pero una de ellas vence en mayo de 2009. Los responsables de la compañía temen que la difícil situación de los mercados financieros y la disminución de los ingresos del grupo de comunicación hagan muy difícil conseguir una nueva línea de crédito. La agencia Standard & Poor's rebajó recientemente la calificación crediticia de la empresa y Moody's sopesa adoptar una acción similar.
Las acciones de NYTCo han perdido este año la mitad de su valor. Ayer, a media sesión, cotizaban a 7,53 dólares (5.81) cada una en la Bolsa de Wall Street.
Una deuda muy pesada
Más grave aún es la coyuntura por la que atraviesa el grupo Tribune, propietario entre otros activos del «Chicago Tribune» y «Los Angeles Times», que arrancó la semana acogiéndose a la protección de las leyes de bancarrota del país. Intentando mantener la confianza de sus clientes y lectores, la compañía informó en un comunicado de que durante el periodo de reestructuración de su deuda seguirá publicando sus periódicos y gestionando sus canales de televisión y propiedades interactivas sin interrupción.
En la nota emitida el lunes, Tribune aseguraba que tiene «suficiente efectivo» para garantizar la continuidad de sus operaciones mercantiles. La empresa de Chicago ha contratado al banco de inversión Lazard y a la firma de abogados Sidley Austin para que la asesoren.
«La caída en picado de los ingresos y el difícil ambiente económico se ha unido a la crisis crediticia, lo que ha hecho que sea extremadamente difícil hacer frente a nuestra deuda (...). Todas nuestras categorías publicitarias se han visto afectadas de forma dramática», comentó Sam Zell, el magnate inmobiliario propietario del grupo, en un comunicado recogido por Efe.
El grupo dejó de cotizar en Bolsa y pasó a propiedad privada el año pasado tras la adquisición de la compañía por parte de Zell. La compañía tiene préstamos por unos 12.000 millones de dólares y este año tendrá que hacer frente a un pago de 1.000 millones de dólares (770 millones de euros) en intereses. Además, tendrá que desembolsar otros 512 millones de dólares de ese importe en junio del próximo año.
El británico «Times» se hacía eco de la noticia recordando que Zell «se hizo el año pasado con el grupo Tribune por 8.200 millones de dólares, pero la deuda ha resultado ser demasiado pesada».
En la notificación presentada ante un tribunal de bancarrotas, los responsables del grupo admiten que sus activos suman 7.600 millones de dólares mientras que sus deudas alcanzan los 12.970 millones. Entre los acreedores sin garantías se incluyen dos de los grandes nombres que protagonizan la crisis financiera en Estados Unidos: el banco JPMorgan Chase, con un reclamación de 8.570 millones de dólares por una facilidad de crédito senior, y Merrill Lynch Capital, con una reclamación de 1.600 millones por una facilidad de crédito puente.
Mientras, los accionistas de Tribune -entre quienes se encuentran sus empleados, que poseen 56,52 millones de títulos- miran el futuro con recelo pese a que Chicago es la ciudad de Barack Obama, quien tanto énfasis ha puesto en trasladar un mensaje de esperanza para superar la crisis: «Yes, we can (Sí, podemos)».
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