«Las probabilidades de un ataque militar son ya del 60%»
ABC
MANUEL ERICE. MADRID. 30/09/07
Analistas de EE.UU. prevén que el conflicto contra Irán desembocará en «una operación selectiva» en el tercer trimestre de 2008.
Ni el endurecimiento del discurso de Sarkozy, con la exigencia de sanciones al margen de la ONU, ni la peripatética sobreactuación de su canciller Kouchner irrumpiendo en escena con términos tan poco diplomáticos como una amenaza de guerra, son gratuitas. Los tambores de una intervención militar en Irán, que hace meses sonaban inciertos y lejanos, retumban cada vez con mayor fuerza en el entramado político y financiero mundial. Patrick Esteruelas, analista de Eurasia Group -multinacional que se dedica a adelantar a grandes inversores la evolución económica, política y militar de todos los países del mundo-, se suma con detalle a la que empieza a ser casi una convicción en las élites norteamericanas: «Nuestros sondeos entre clientes apuntan a un 60% de probabilidades de que se produzca un ataque a Irán, el doble que hace unos meses, y lo situamos en el tercer trimestre de 2008», es decir, todavía con Bush al frente de la Administración.
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Se da la circunstancia de que aunque Eurasia Group trabaje fundamentalmente con compañías privadas, el Gobierno estadounidense posee un 10% de su accionariado, a través del Consejo Nacional de Inteligencia, lo que además aporta a sus predicciones información de primera mano y, en última instancia, una mayor capacidad de acierto.
Un desafío doble
Esteruelas, que pasó por España esta semana de la mano de Citi Banca Privada, recuerda a ABC que hace unos pocos meses su previsión de probabilidades del uso de la fuerza en el país persa no superaba el 30%, pero los acontecimientos se han desbordado. El permanente desafío de Ahmadineyad, pese a las sanciones, con el enriquecimiento de uranio para obtener la bomba nuclear, y la cada vez más evidente presencia persa detrás de los ataques de la insurgencia contra las tropas de EE.UU. como «factor de desestabilización en Irak», han elevado considerablemente las opciones de una solución militar.
A su entender, de producirse, el ataque norteamericano sería «muy selectivo y preciso, alejado de cualquier intervención sobre el terreno».
El cerco internacional en torno a Irán dura ya dos años. En este tiempo el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado por unanimidad medidas de presión de carácter económico y de aislamiento político y diplomático, por dos veces, bajo la supervisión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), aunque en el caso de Rusia, su cumplimiento ha sido muy cuestionado.
Tras la última escalada verbal, sobre todo entre Francia e Irán, el pasado viernes las principales potencias (EE.UU., Rusia, Francia, Reino Unido y China, más Alemania y la UE) y el director del organismo, Mohamed el Baradei, acordaron retrasar hasta noviembre la aprobación de nuevas sanciones. En ese empeño, ante los continuos incumplimientos iraníes, han redoblado esfuerzos EE.UU. y Francia. El pasado agosto, la secretario de Estado Condoleezza Rice criticó con dureza a El Baradei por «extralimitarse» en sus labores de supervisión y aceptar como positiva la petición iraní de contar con más tiempo para cumplir las exigencias de la comunidad internacional.
El giro de Sarkozy
Con los protagonistas crecientemente enconados sobre el tablero, muchos analistas cada vez ven menos obstacúlos en los procesos electorales en ciernes -que tanto condicionaron las posturas ante el conflicto iraquí- para que una intervención militar termine siendo un hecho. A juicio de Patrick Esteruelas, el nuevo primer ministro británico, Gordon Brown, a pesar de su palpable distanciamiento de Estados Unidos sobre Irak desde la marcha de Blair, se muestra contundente en el asunto iraní, sin descartar ninguna vía. «Y no digamos Sarkozy, cuyo giro exterior ha eliminado de un plumazo el particular escollo que suponía Chirac en las relaciones entre ambos y ha alineado plenamente a su país con EE.UU.».
Tampoco ve un impedimento decisivo Esteruelas en la campaña electoral norteamericana, cuando fija el posible bombardeo de Irán en el tercer trimestre del año: «Podría ser una de las últimas decisiones de Bush, que, además, a juzgar por lo que han afirmado todos los candidatos demócratas, no encontraría un rechazo decisivo de ninguno de ellos».
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