Patocracia en el Perú - Urgente vacancia presidencial

Juan Zegarra Macedo
27/04/10

Una “PATOCRACIA” es un sistema de gobierno creado por una minoría patológica (psicópatas) que toma control de una sociedad de personas normales. Esta minoría patológica, cargada de individuos psicopáticos definitivamente tiene, un número de efectos sobre las personas normales: puede fascinar, traumatizar, causar desarrollo patológico de personalidad, o inspirar emociones de venganza, odio, represión, genocidio, etc.; todo esto como resultado de ver el MAL como una simple “opción” de gobierno.
...Siga leyendo, haciendo click en el título...

Estos factores psicológicos limitan la habilidad de los sujetos para controlar sus acciones. En este sentido, una interpretación moralista para la conducta psicopática del presidente es fundamentalmente errada. De lo que se trata en este artículo es aclarar la diferencia entre moralidad y patología; de tal manera que se reformule la vacancia presidencial por razones de incapacidad mental en lugar de incapacidad moral. Es resumen, García Pérez debe de ser removido de su cargo no por ser solo un inmoral sino porque fundamentalmente es un enfermo mental incapaz de reconocer y controlar el proceso específico que da surgimiento a ignorar su propia conciencia.

La conducta maligna se basa en dos creencias cruciales:

-La primera es una situación en la cual se acepta la suposición de que la víctima es débil, o incompetente, o inferior y en base a esto se le trata como a un objeto.

-La segunda creencia se basa en la suposición de que la víctima es una amenaza para la seguridad física o psicológica del perpetrador y por ende cualquier acción destructiva en contra de la víctima está justificada. Esta definición presupone que el agente de maldad o perpetrador tiene la capacidad de comprender las consecuencias de sus acciones. Considerado así, se puede definir el mal como la imposición deliberada de un sufrimiento cruel y doloroso a otro ser humano.

Sui (1998) argumenta que la inflicción de sufrimiento o su amenaza han sido denunciados a lo largo de la historia. Pero también ha sido ignorada, soslayada, camuflada, e incluso refinada, amplificada y enaltecida. Jamás ha sido eliminada de un grupo grande de personas ni siquiera por un período corto de tiempo. Es uno de los medios más comunes, frecuentemente el único decisivo, para la obtención de fines personales e institucionales.

Lamentablemente, nuestra cultura carece de un marco adecuado para entender las causas y procesos de lo que comúnmente se refiere al mal en nuestra historia. La conquista, el colonialismo, el entreguismo derechista y burgués, el catolicismo, el fujimontesinismo, el aprismo, el toledismo, el senderismo, el periodismo prostituido, etc. Nuestro cuerpo literario, las ciencias sociales y nuestro sentido común de moralidad solamente rascan la superficie de una verdadera comprensión de la naturaleza patológica del mal.

Por ejemplo, durante la dictadura fujimontesinista, alguna alta autoridad ofrecía explicaciones de la realidad política que invocaba una supuesta distinción entre los seres humanos y los 'humanoides' o ‘terroristas’, donde se suponía que éstos a pesar de tener forma humana, carecían de naturaleza humana. Los males que padecía el Perú eran exclusiva responsabilidad de los 'terroristas´. Esto, que equivale a una teoría del mal, ha sido llamada teoría unificada del mal (M. Orellana B, 1995). Claro está que este tipo de formulación de un aspecto tan importante de la convivencia humana -- considerada por muchos como caricaturesca, primitiva y simplista -- no es la que comparte la mayoría del pueblo peruano, quienes componen el único cuerpo abstracto que obra de opositor al gobierno patocrático de García Pérez; vale decir esa comunidad política desarticulada aun y conocida como la ‘oposición silenciosa.’

El objetivo central de la ‘oposición silenciosa’ es el crear conciencia en la ciudadanía sobre los peligros a los que nos exponemos en una PATOCRACIA PONEROGÉNICA -- como la que se vive actualmente en el Perú -- aproximándose lo más posible a las raíces del mal en el entendido que al no conocerlo, nos hacemos cómplices e incluso favorecemos su provocación a partir de la ignorancia.

Partiendo de la base que todos tenemos un lado oscuro que aparece como potencial para la maldad y nosotros como todos los humanos no nos escapamos de esta posibilidad. Nuestra forma de abordar el tema, por lo tanto, es descriptiva y desde el punto de vista de la psicología, en particular de la psicología humanista y no desde una perspectiva moralista.
Los grupos Ponerogénicos son aquellos con un número estadísticamente alto de individuos patológicos, hasta el punto en que el grupo como un todo, practica una conducta egotista y patológica. Estas personas actúan como líderes y hechizadores ideológicos, y mientras que la gente normal pudiera actuar como miembros, ellos han típicamente acumulado varias deficiencias psicológicas. Aquellos que no son susceptibles a tales influencias son excluidos del grupo. Estos grupos pueden, ya sea infiltrarse en gobiernos existentes, o ejercer su influencia desde “detrás del telón”. Soborno, chantaje, asesinato y actos de terror son utilizados para alcanzar estos fines.

Miembros normales de tales grupos ingenuamente protegen tal conducta desviada, y no se dan cuenta que es el trabajo de desviados. Su patología permanece escondida para aquellos que no desean verlo objetivamente. Se promulgan justificaciones e ideologías preparadas; toma lugar una selección subconsciente y una sustitución, y la patología es efectivamente disfrazada detrás de una máscara de sanidad. Aquellos que pertenecen al ‘partido’ etiquetarán la oposición como pacifistas, socialistas, liberales o terroristas, o cualquier otra etiqueta que sea más efectiva para poder invalidar su crítica.

Desafortunadamente, el gobierno liderado por García solo se volverá más patológico, egotista, y malvado en su conducta hacia la protesta legitima del pueblo, hasta que sean purgados los aspectos psicológicos retorcidos del presidente; lo cual solo se puede conseguir con la vacancia presidencial por incapacidad mental. Investiguemos científicamente los antecedentes psicológicos y psiquiátricos de García; que se obtengan, de acuerdo a ley, los archivos de todos los psicólogos y psiquiatras que en algún momento de su vida profesional atendieron a García ya sea medicándolo y/o psicoanalizándolo.

Documentemos con precisión las causas y efectos de esas decisiones presidenciales, que hasta ahora nos van costando más de 120 vidas humanas (40+ peruanos normales asesinatos por año); sin contar las ejecuciones extrajudiciales de campesinos en el Vrae y de pájaros fruteros en el norte del Perú y el aniquilamiento sistemático de líderes comunales llevado a cabo por el grupo Canela. Sometamos luego esta información al escrutinio de reconocidos eruditos/expertos internacionales en salud mental cuyo informe debe de sustentar la solicitud de vacancia. Manos a la obra antes de que el psicópata presidente siga asesinando a peruanos normales y decentes que solo hacen uso de sus derechos constitucionales en busca de mejores condiciones de vidas.

Referencias:

Andrew M. Lobaczewski, 1984. Political Ponerology: A science on the nature of evil adjusted for political purposes.Red Pill Press.

Robert D. Hare, 2003. Sin Conciencia: El Inquietante Mundo de Los Psicópatas Que Nos Rodean. Ediciones Paidós Ibérica; ISBN: 8449313619.

0 comentarios: