Asoma el iceberg del fraude en Wall Street

Público.es
27/04/10

Responsables de bancos de inversión admiten que las prácticas de Goldman son habituales en el sector

El juicio contra los que provocaron o al menos multiplicaron los efectos de la crisis puede haber empezado. La Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) considera que el banco de inversión más poderoso del mundo, Goldman Sachs, un intocable a ojos de Wall Street, pudo cometer fraude en la comercialización de uno de sus productos.
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Se trata de una señal de que los especuladores siguen haciendo trampas. Es un caso concreto, pero podría ser el comienzo del proceso que demuestre que la economía mundial no se cayó sola por el barranco. Unos cuantos la empujaron para enriquecerse. Goldman no fue el único que hizo lo que ha llevado a la SEC a acusarlo, según coinciden diversas fuentes del sector financiero conocedoras de la operativa habitual de las entidades. Sus prácticas eran "lo normal" entre los grandes bancos de inversión.

La desregulación puso más fácileslas operaciones de los especuladores

La SEC acusa a Goldman de haber creado un producto de inversión (Abacus 2007 AC1) ligado a hipotecas subprime (basura) que estaba condenado a despeñarse y de haberlo ofrecido como una gran oportunidad para atraer todo el dinero posible. Era una partida tramposa porque al otro lado del tapete esperaba para recoger su ganancia la única persona que pujó por la caída de Abacus: John Paulson, el hombre que ganó 15.000 millones de dólares apostando por el hundimiento de las subprime.

Lo que la SEC denuncia es que Paulson fue también el que diseñó Abacus y escogió para su cartera las hipotecas con más riesgo de impago. La ganancia era tan fácil como organizar una carrera de caballos, elegir los más enfermos, dejar que el mejor hipódromo publicite la carrera y ser el único que apuesta a que ninguno terminará. Dinero directo al bolsillo. Paulson logró exactamente los 1.000 millones de dólares que invirtieron IKB y ABN Amro (propiedad ahora de Royal Bank of Scotland) creyendo que Abacus era una buena inversión. Ambos tuvieron que ser rescatados con dinero público.

Ese tipo de operaciones amañadas son las que están en la raíz de la crisis que ha desarbolado las economías occidentales en los últimos dos años. Y Goldman no era el único que las hacía. La SEC admite que está investigando a otros bancos de inversión para comprobar la extensión de estas prácticas irregulares. Uno de los posibles focos de fraude son los productos ligados a subprime que aseguró AIG, la firma que necesitó un rescate de 85.000 millones de dólares por dar cobertura a operaciones de derivados ligadas a hipotecas subprime, entre las que se incluían 6.000 millones de Goldman.

De lo que se acusa a Goldman es de mentir a los inversores

Pero las sospechas de la SEC son certezas para los que están al tanto de los entresijos de las complejas operaciones financieras de los bancos de inversión. "Todos operábamos con Paulson. Eso de lo que acusan a Goldman lo hacíamos todos los grandes", asegura a Público un ex ejecutivo de uno de los principales bancos de inversión de EEUU.

"Lo de Abacus es lo que hacen los hedge fund (fondos de alto riesgo). Paulson tenía claro que el mercado inmobiliario americano se iba a caer. Llamó a Goldman y a Merrill, y dijo que quería derivados ligados a créditos (CDO) para apostar contra ellos", añade.

"Lo que pasó es el resultado de una demanda, probablemente de IKB y RBS, que ha tenido éxito. Habrá más pero la SEC tendrá que demostrar muchas cosas porque Goldman tiene los mejores abogados y todo lo que hizo seguro que era legal", comenta.
Por la desregulación

¿Cómo es posible que lo fuera? Desregulación. "En los años ochenta, cuando las bolsas empezaron a tener auge, se vio que a la capacidad de crédito que tenía la banca se le podía sacar mucho más partido. Los tipos de interés empezaron a bajar y los bancos, que ya no podían sacar la rentabilidad que obtenían antes por prestar a unos clientes los depósitos de otros, empezaron a utilizar masivamente derivados. La desregulación se lo puso fácil. La informática permitió apostar masivamente a corto, medio y largo plazo. Se ganó mucho dinero y se empezaron a mover cantidades superiores a la solvencia de los bancos. Algunos aún tienen parte tóxica en sus balances", afirma el ex ejecutivo.

El director financiero de una importante escuela de negocios española roza el enfado cuando se le pregunta sobre la nueva regulación contra los derivados que se está planteando a nivel mundial. "Las subprime las compró quien quiso, ya está bien de crucificar a Paulson. El mercado es libre. Hay muchos que hacen estructuras mariposa en las que se apuesta a dos cosas contrarias (la caída y la revalorización) y se logra una ganancia segura. Es legal".

Crimen imperfecto

Pero el problema no es si el mecanismo era legal, sino si Goldman mintió a los inversores o no les informó adecuadamente de la naturaleza del fondo. La SEC asegura que ni el banco ni el responsable de la comercialización de Abacus (Fabrice Tourre) informaron de que Paulson estaba tras el diseño del producto y al mismo tiempo invirtiendo en su desplome.

Ese puede ser el talón de Aquiles, la evasión de impuestos de Capone en su versión subprime. Pero también puede ser el argumento para convertir a la entidad en "cabeza de turco, en un caso ejemplarizante" que se solucione con una multa que ya se ha estimado en 700 millones de dólares (el beneficio que logra Goldman en 15 días). "Si se ponen, pueden coger en lo mismo a cualquier banco", comenta un experto en derivados de una entidad europea que se vio afectada por las hipotecas basura.

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