EEUU le hace la guerra del hambre a Somalia

Glen Ford
Blackagendareport
Traducido para Rebelión por Mariola y Jesús García Pedrajas
13/03/10

En Somalia, los EEUU han vuelto a las antiguas tácticas de asedio para rendir al pueblo por inanición. EEUU intenta evitar que la ayuda de alimentos llegue a las áreas controladas por las fuerzas de la resistencia de Shabab. De todos modos, “si la ayuda internacional se restringiera a las zonas controladas por el gobierno títere apoyado por EEUU, sólo unos pocos barrios en Mogadiscio, la capital, serían alimentados.”

“La conformidad de las Naciones Unidas con las condiciones de EEUU significaría la muerte por inanición de alrededor de tres millones de personas.”

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Mientras que casi la mitad de la población de Somalia se tambalea al borde de la muerte por hambre, EEUU está impidiendo a las Naciones Unidas el reparto de los alimentos que se necesitan desesperadamente. Según documentos obtenidos por el New York Times, los estadounidenses exigen a las agencias de ayuda que garanticen que no se pagan tasas de ningún tipo en “controles de carretera, puertos, almacenes, aeropuertos y otros puntos de tránsito” controlados por las fuerzas de la resistencia de Shabab. Dado que Shabab y otras milicias controlan más de la mitad del área en conflicto, la conformidad de las Naciones Unidas con las condiciones de EEUU significaría la muerte por inanición de alrededor de tres millones de personas. De hecho, si la ayuda internacional se restringiera a las zonas controladas por el gobierno títere apoyado por EEUU, sólo unos pocos barrios en Mogadiscio, la capital, serían alimentados.

Las marionetas somalíes de EEUU son incapaces de defenderse incluso a si mismas, mucho menos de mantener un gobierno y una infraestructura que funcionen. Cinco mil soldados de la Unión Africana (UA) - formados en su mayor parte por ugandeses, la fuerza de choque de EEUU en África – mantienen el control del aeropuerto, el principal vínculo del régimen con el mundo exterior. Según las Naciones Unidas, soldados de la UA están involucrados en “el bombardero indiscriminado” de civiles.

Mientras que la posición de las marionetas somalíes de EEUU se hace cada vez más insostenible, EEUU exprime el sistema de reparto de comida de la ONU, castigando de hecho a todo el pueblo de Somalia. La ayuda alimentaria de EEUU a las operaciones de la ONU en territorio somalí fue en 2.009 sólo la mitad que en 2.008. En 2.007, los funcionarios de las Naciones Unidas declararon a Somalia “la peor crisis humanitaria en África…peor que Darfur,” como resultado de la invasión etíope de 2.006, apoyada por EEUU. Es decir, EEUU ha estado haciendo la guerra continuamente al pueblo de Somalia, directamente o por medio de sus agentes, durante más de tres años con la excusa de “la guerra contra el terror.”

El funcionario de las Naciones Unidas encargado de la misión humanitaria en Somalia, Mark Bowden, afirma que las acusaciones de EEUU de que los militantes de Shabab están desviando la ayuda de la ONU son “infundadas.” Un portavoz de la Casa Blanca declaró que no es EEUU, sino Al-Shabab los que están denegando el acceso de los somalíes a la ayuda alimentaria, con su guerra contra el “gobierno” de Mogadiscio. Se trata de una macabra variación de la excusa que EEUU ofrece de manera rutinaria cuando masacra civiles: que los “insurgentes” usan a los civiles como “escudos humanos,” forzando a los americanos a matarlos.

“EEUU ha estado haciendo la guerra continuamente al pueblo de Somalia, directamente o por medio de sus agentes, durante más de tres años.”

Cuando Mark Bowden, de la ONU, se quejó ante los funcionarios de Washington de que se estuviera reteniendo la ayuda alimentaria a Somalia, le dijeron, “Esto está más allá de nuestras atribuciones.” Es decir, que las órdenes venían de mucho más arriba, probablemente de la embajadora ante la ONU, Susan Rice, la más prominente acólita dentro de la administración de la “intervención militar humanitaria” - una doctrina que Rice ha convertido en la obscenidad definitiva en el Cuerno de África.

La “intervención militar humanitaria” sostiene que es tarea de las grandes potencias – esto es, EEUU y sus aliados – intervenir en los asuntos de los países más débiles si sus gobiernos no pueden, o no quieren, atender las necesidades de su pueblo. También conocida como la “responsabilidad de proteger” – o “R2P”– la doctrina no requiere, por definición, el consentimiento de las poblaciones que serán sometidas. R2P puede ser invocado inmediatamente contra los “estados fallidos,” según los designios del “protector” y “humanitario” interviniente. De hecho, una vez que un estado ha sido declarado “fallido,” las grandes potencias tienen la obligación de intervenir, de acuerdo con la lógica del R2P. Esto es de lo más conveniente cuando han sido los EEUU los que han causado que “falle” dicha débil nación.

Éste fue el caso en 2.006, cuando un estado en ciernes surgió finalmente en el centro y el sur de Somalia, organizado por un movimiento llamado las Cortes Islámicas. Cuando las Cortes Islámicas derrotaron a los señores de la guerra apoyados por EEUU y consiguieron traer un mínimo de paz, ley y orden a esta región de Somalia, EEUU instigó y financió la invasión por parte de Etiopía, sumiendo a Somalia en una “crisis humanitaria.”

“Una vez que un estado ha sido declarado ‘fallido,’ las grandes potencias tienen la obligación de intervenir, de acuerdo con la lógica del R2P.”

Como una Demócrata en la oposición, Rice estuvo vociferando por una mayor intervención militar en el Cuerno de África, incluyendo un bloqueo naval y aéreo de Sudan. Los desvaríos de Rice, modulados por propósitos diplomáticos, se convirtieron en la política de EEUU después de la elección de Obama. Miles de personas en Kenia de etnia somalí fueron reclutados por las fuerzas del gobierno títere somalí, a todo lo largo de su frontera común (puede leerse en “EEUU siembra las semillas de una guerra total en África Oriental”) - a pesar de todo, parecía que estos movimientos no tenían apenas efecto en Somalia. De todos modos, estos reclutamientos no podían menos que ayudar a minar la cohesión nacional de Kenia, al animar a las minorías étnicas somalíes a identificarse, no con Kenia, sino con el estado vecino. De manera más inquietante, EEUU ha presionado al Consejo de Seguridad de la ONU para que impongan sanciones a Eritrea, bajo las acusaciones de que está proporcionando apoyo a los somalíes de Shabab, una acusación que Eritrea niega de manera vehemente (ver en “¿Quién demoniza a Eritrea y por qué?”).

Cada acción que EEUU realiza en el Cuerno de África parece calculada para minar la estabilidad de alguno de los estados emergentes en la región o, en el caso de Somalia, impedir totalmente que surja un estado nacional, a no ser que haya sido elegido por EEUU. (En Sudán, EEUU y Israel han trabajado durante mucho tiempo por la fragmentación del estado más grande de África.)

Incapaz de encontrar o crear un líder somalí capaz de derrotar a Shabab, EEUU mantiene el asedio al pueblo de Somalia, para rendirlo por inanición. Negándose a autorizar el reparto de la gran cantidad de grano apilado en almacenes de Mombasa, Kenia, el régimen de EEUU se muestra a si mismo como, de alguna manera, menos humanitario que Gengis Khan.

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