Todos contra el "eje del mal" - "Guerra justa": Obama elogiado desde la "derecha" y la "izquierda" imperial
IAR Noticias
11/12/09
Filosóficamente (en el plano del discurso) Obama la arregló muy bien: Hay "guerras justas", dijo fundamentando la ocupación imperial en Afganistán. La estupidez (muy difícil de combatir) fue celebrada tanto por por la usinas de la "derecha" como de la "izquierda" USA que celebraron en Internet y en las grandes cadenas mediáticas la superficial explicación que hizo el presidente imperial para justificar la recepción del Premio Nobel de la Paz.
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"El mal existe en el mundo", dijo el apóstol negro de la paz que comanda (como presidente USA) la fuerza militar nuclear más poderosa de la tierra.
"Un movimiento no violento no podría haber detenido al Ejército de Hitler (por extensión compara a la resistencia de Irak y Afganistán con los nazis). Unas negociaciones no pueden convencer a los líderes de Al Qaeda de que depongan las armas", añadió fijando el objetivo de la "guerra contraterrorista" empezada por Bush.
Después de defender la necesidad de recurrir a la fuerza en ciertos supuestos, Obama explicó cuáles son, desde su punto de vista, las maneras de intentar "construir una paz justa y duradera" con el fin de evitar guerras.
En el decálogo discursivo de Obama (un pastiche disfrazado de la "doctrina Bush") para construir una "paz duradera", primero hay que terminar con los países (de "eje del mal") que "infringen las normas y las leyes". "Es necesario desarrollar alternativas a la violencia que sean lo suficientemente duras como para modificar comportamientos, y entre ellas citó las "sanciones" y la "presión" de la comunidad internacional, que debe estar unida para ser eficaz", señaló invocando a sus socios sionistas del eje UE-Israel.
Además, Obama reconoció que, en parte, la polémica que ha generado la decisión del Comité Nobel noruego se debe a que es el comandante en jefe de un país que está "en medio de dos guerras", la de Irak y la de Afganistán (y se olvidó de un agregado: Irak y Afganistán no lanzaron ninguna "guerra", sino que fueron invadidos por EEUU) .
"No existe una fórmula sencilla. Pero debemos hacerlo lo mejor que podamos para equilibrar el aislamiento y el compromiso, la presión y los incentivos, para que los Derechos Humanos y la dignidad avancen con el tiempo", añadió con total impunidad el gerente eventual de la Casa Blanca.
La combinación de genocidio militar con "democracia y derechos humanos" de Obama concitó adhesiones por "derecha" y por "izquierda" en el espectro político y comunicacional del Imperio.
“Creo que el discurso fue realmente muy bueno”, declaró el político ultraconservador Newt Gringich a la radio WNYC. “Entendió claramente que había recibido el premio de forma prematura, pero lo utilizó para recordar a la gente que, por encima de todo, como dijo, existe el mal en el mundo”, añadió.
Una opinión muy parecida la expresó el bloggero Thomas Lifson en Commentary. Según Lifson, el discurso fue “sorprendente”, y señala que “debe haber dejado a las bases progresistas preocupadas”.
En varios blogs de derecha se apuntaba a que el discurso de Obama, con su referencia a la “existencia del mal” se asemejó a los que pronunciaba el presidente Bush.
Las opiniones de "izquierda" y "derecha" imperial coincidieron en general en que el presidente fue capaz de defender con persuasión sus argumentos sobre la necesidad de utilizar "excepcionalmente" la fuerza contra algunos "enemigos brutales" (leáse: los combatientes que resisten las invasiones militares USA-OTAN).
En la trinchera ideológica de los "progres" imperiales, en general, se aplaudió el estilo y el discurso de Obama. John Nichols, en el portal progresista Nation.com calificó el discurso del presidente de “excepcionalmente bien razonado, y apropiadamente humilde”. Nichols coincidió con el Dalai Lama, que quiso ver de forma positiva la entrega del Nobel, y señaló que “le dará valor, y una mayor responsabilidad moral”.
Otro "cerebro analítico", Joe Klein, uno de los más influyentes analistas políticos de la revista Time, también elogió “un discurso intelectualmente riguroso, y moralmente lúcido que equilibró la lógica de ir a la guerra con la de construir un mundo más equitativo y pacífico”.
Hasta la estupidez de la "guerra justa", vamos bien, pero en el terreno de las operaciones militares contra la resistencia taliban el escenario se pone cada vez más negro para las tropas invasoras.
Curiosamente, no son los analistas "progresistas" o "conservadores" los que destacan la posibilidad de una derrota militar sino los propios jefes del Pentágono quienes vienen advirtiendo sobre la imparable ofensiva de los talibanes que ya acampan cada vez más cerca de Kabul, de donde su gobierno fue expulsado tras la invasión USA-OTAN en el 2001.
Según sus propios comandantes, EEUU va perdiendo la guerra militar de ocupación en Afganistán, y esta situación no solamente tensiona el enfrentamiento interno entre los sectores ultra conservadores y la administración demócrata que maneja la agenda exterior, sino que también desacomoda a sus aliados de la OTAN, que no saben cómo escapar del pantano.
La nueva escalada militar anunciada por Obama a su vez dispara el "síndrome Vietnam" en EEUU y Europa cuyas sociedades profundizan cada vez más el rechazo a la guerra de ocupación en Irak y Afganistán.
Por otra parte, la "guerra justa" de Obama y el anuncio del presidente imperial de enviar 30.000 soldados adicionales a Afganistán, no intimidó a los rebeldes talibanes, que amenazaron con incrementar su escalada mientras advertían que habrá muchos más militares invasores muertos en las operaciones que se se avecinan.
"Obama verá desfilar muchos ataúdes de soldados estadounidenses muertos en Afganistán", auguró el portavoz del movimiento talibán afgano, Qari Yusuf Ahmadi. "Se verán obligados a una retirada vergonzosa", agregó, en diálogo con la agencia AFP.
La advertencia talibán apunta a la opinión pública estadounidense -y europea- cada día más reticente a que las tropas occidentales permanezcan en el polvorín afgano, donde los ataques de los talibanes se multiplican y han dejado cientos de muertos y heridos, civiles y militares, en los últimos meses.
En los ocho años que lleva la guerra de ocupación lanzada por Washington en octubre de 2001, ya murieron más de 926 soldados estadounidenses en el país centroasiático (unos 300 este año).
El temor es que una ofensiva indefinida, como en Irak, termine demostrando que algunas guerras (como la sangría estadounidense en Vietnam, entre 1958 y 1975) son imposibles de ganar, incluso para la maquinaria bélica de EEUU.
Ese es el punto en que la "guerra justa" de Obama (destinada a licuar y disfrazar la ocupación militar) solo queda en la estupidez del discurso mediático sin sentido.
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