India y sus relaciones con Israel y las naciones árabes
Ramananda Sengupta
Al-Zaytouna Centre for Studies and Consultations
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
27/08/10
India camina por la cuerda floja en sus relaciones con Israel y las naciones árabes
"Tenemos una relación de defensa con India, lo que no es un secreto. Por otra parte, lo que sí es un secreto es en qué consiste esta relación de defensa. Y con todo el debido respeto, la parte secreta de ello seguirá siendo secreta”, Mark Sofer, embajador de Israel en India, en una reciente entrevista concedida a OutlookIndia.com.
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India e Israel nacieron con pocos meses de diferencia. Mientras que el primero se convertía en un Estado independiente el 15 de agosto de 1947, el segundo nació el 14 de mayo de 1948, tras la decisión de la ONU de la partición del Mandato británico en Palestina.
India, que se había opuesto a esta partición, permaneció oficialmente fría ante el Estado judío. En mayo de 1949 votó (en vano) en contra de la admisión de Israel en la ONU. A principios de la década de 1950, tras reconocer al Estado de Israel, una Nueva Delhi visiblemente reacia le autorizó a establecer una “oficina de inmigración” en la ciudad portuaria de Mumbai. Finalmente ésta se metamorfoseó en una “oficina comercial” y después en un consulado. Pero Nueva Delhi vaciló en conceder un pleno reconocimiento diplomático a Israel hasta principios de 1992, cuando ambas naciones abrieron formalmente sus respectivas embajadas en Tel Aviv y Nueva Delhi.
La política exterior india en los primeros años posteriores a su independencia fue fuertemente pro árabe en parte debido al hecho de que India tenía una enorme cantidad de población musulmana que simpatizaba con el mundo árabe y miraba a Israel con recelo y desconfianza. Pero ésta no era la única razón. Casi una década antes de la independencia, el padre del movimiento indio por la libertad, Mohandas Karamchand Gandhi, había articulado claramente su postura al respecto. En un editorial en el semanario indio de amplia difusión The Harijan Gandhi declaró el 11 de noviembre de 1938: “Mis simpatías están con los judíos...pero mi simpatía no me ciega ante las exigencias de justicia. El grito por el hogar nacional para los judíos no me dice mucho… ¿Por qué no iban a convertir, como los demás pueblos de la tierra, en su hogar el país en el que han nacido y donde se ganan la vida? Seguramente serían un crimen contra la humanidad reducir a los orgullos árabes de modo que se pueda restituir parcial o totalmente Palestina a los judíos como su hogar nacional”.
El primer primer ministro que tuvo India, Jawaharlal Nehru, estaba de acuerdo. Nehru era uno de los miembros fundadores de Movimiento de los No Alineados (NAM, en sus siglas en inglés), junto con los presidentes Josip Broz Tito de Yugoslavia y Gamal Abdul Nasser de Egipto. Sus relaciones con Nasser y con otros miembros árabes del movimiento hicieron difícil a Nehru alinearse abiertamente con Israel. Además, mientras que el NAM era un intento de permanecer no alineado durante la Guerra Fría, se consideraba que Israel estaba estrechamente alineado con Estados Unidos. Otra razón de la frialdad de India respecto a Israel era que tras la independencia muchos trabajadores indios emigraron al Golfo. El dinero que enviaban a India era una parte importante de la entrada de moneda extranjera.
Sin embargo, partidos de la oposición de India a ambos extremos del espectro politico desafiaron la postura en política exterior establecida por Nehru y Gandhi y defendían sistemáticamente unas mejores relaciones diplomáticas con Israel.
Aunque las relaciones formales entre India e Israel no se establecieron hasta 1992 cuando era primer ministro de India Narasimha Rao, unas relaciones informales en las áreas de defensa e inteligencia habían comenzado mucho antes. Es interesante señalar que Rao, que fue primer ministro desde junio de 1991 a mayo de 1996, también cortejó insistentemente a Irán, una nación que no reconoce al Estado de Israel y prefiere denominarlo “régimen sionista”.
También se han citado las históricamente hostiles relaciones de India con Pakistán como una razón clave de las relaciones de defensa e inteligencia entre India e Israel. Pero la ayuda militar de Israel (en su mayoría en forma de proyectiles de artillería) la recibió India durante la guerra de 1962 en la frontera entre India y China, que sólo acabó cuando los chinos se retiraron unilateralmente a sus posiciones anteriores al ataque.
Antes de que Rao reconociera oficialmente a Israel en 1992, agentes de inteligencia indios e israelíes se reunían con frecuencia y a escondidas en terceros países, particularmente después de la guerra entre India y Pakistán de 1971. Durante esta guerra, que llevó al nacimiento de Bangladesh a partir de la parte oriental de Pakistán, Israel ayudó de nuevo a India suministrándole mortero y munición. Uno de los héroes indios de esta guerra fue el entonces jefe de Comando Oriental el general JFR Jacob, un judío. Entonces, durante la guerra Kargil de mayo-julio de 1999, cuando India intentó repeler a los intrusos paquistaníes que había tomado posiciones en las altas cumbres de las montañas Kargil, Israel rápidamente envió vehículos no tripulados Heron y Searcher, o UAV (en sus siglas en inglés), para localizar e identificar las posiciones paquistaníes. También suministró municiones para los rifles de campo Bofors y equipos de visión nocturna, que desempañaron ambos un papel clave en el conflicto.
Paradójicamente, al mismo tiempo India también se adhirió y defendió la causa palestina. En su página web el ministerio indio de Asuntos Exteriores afirma respecto a sus relaciones con el pueblo palestino: “La empatía de India con la causa palestina y su amistad con el pueblo palestino se ha convertido en una parte integral de su política exterior a prueba del tiempo. En 1947 India votó en contra de la partición de Palestina en la Asamblea General de la ONU. India fue el primer Estado no árabe en reconocer en 1974 a la OLP [Organización para la Liberación de Palestina] como el único y legítimo representante del pueblo palestino. India fue uno de los primeros países en reconocer el Estado de Palestina en 1988. En 1996 India abrió su Oficina Representativa ante la Autoridad Palestina en Gaza. La oficina se trasladó a Ramala en 2003”.
El fundador y jefe de la OLP, Yasser Arafat, había hecho muchas visitas a India, donde fue recibido calurosamente. En abril de 1984, la primer ministro india Indira Gandhi visitó el cuartel general de Arafat en Túnez tras una visita de Estado a Libia. Cuando unos meses después sus guardaespaldas la asesinaron en Nueva Delhi, un conmocionado Arafat lloró en público.
Podríamos preguntarnos cómo reconcilió Nueva Delhi estas posturas aparentemente irreconciliables. Lo hizo acudiendo a la Autoridad Palestina. Zikrur Rahman, el representante indio ante la Autoridad Palestina en Ramala, declaró el 12 de mayo de 2007 al diario Al-Haqeq editado en Londres: “Cuando reconocimos a Israel y normalizamos relaciones con él, lo hicimos después de obtener la aprobación del dirigente palestino; dijimos, cuando ustedes estén de acuerdo, lo reconoceremos a (Israel)… El dirigente palestino nos dijo: Se han firmado acuerdos entre nosotros (e Israel) y ahora estamos hablando con los israelíes; el que ustedes establezcan relaciones nos ayuda”.
India también ha concedido sistemáticamente enormes cantidades de dinero a la Autoridad Palestina como subsidios para el presupuesto y ayuda al desarrollo. Un ejemplo reciente tuvo lugar durante la visita del presidente palestino Mahmoud Abbas a India en febrero de 2010. En aquella ocasión el primer ministro indio Manmohan Singh anunció la concesión de un subsidio de 10 millones de dolares como ayuda al presupuesto de la Autoridad Nacional Palestina. Esto siguió a varios subsidios anteriores por cantidades similares así como a ayudas para el desarrollo de escuelas, estadios, carreteras y hospitales. India también forma a los diplomáticos palestinos.
Sin embargo, a lo largo de los años la relación entre India e Israel ha ido floreciendo hasta una situación en la que Israel se ha convertido en el principal suministrador de artículos de defensa a India, puesto que antes tenía Rusia. Israel también adiestra a las fuerzas especiales indias que están desplegadas en la problemática región de Cachemira y en la zona noreste de India. Aparte de las interacciones estratégicas y militares entre ambas naciones, los sensores y satélites israelíes se usan exhaustivamente para controlar la frontera cachemir para detectar infiltraciones de los insurgentes de Cachemira y Pakistán.
Los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 y la subsiguiente “guerra contra el terrorismo” sirvieron para fortalecer esta relación, lo mismo que el ataque terrorista pakistaní a Mumbai del 26 de noviembre de 2009. La ordalía de tres días dejó unos doscientos muertos y más de trescientos heridos. Seis de los muertos eran judíos del Centro Chabad, un centro judío cerca del cabo de Nariman, que era un objetivo específico.
Pero India e Israel no sólo colaboran en defensa y seguridad, aunque estos sectores forman una parte descomunal y en la mayoría de las veces secreta de las relaciones bilaterales. India también está utilizando cada vez más la sofisticada tecnología israelí de riego por goteo para aumentar su producción agrícola. El comercio no militar se sitúa en los 4.200 millones de dólares, un aumento considerable en relación a los 200 millones de dólares de 2001. La tecnología de la información, las telecomunicaciones, la energía, la química, la agricultura e incluso el ámbito inmobiliario son áreas en las que hay intercambios significativos. Recientemente India puso en órbita un satélite israelí.
Ambas partes ya tiene varios grupos de trabajo, comités y otros mecanismos institucionales bilaterales. Entre ellos son clave las consultas de Asuntos Exteriores, antiterrorismo, cooperación de defensa, cooperación comercial y económica, agricultura, ciencia y tecnología, y las conversaciones entre asesores de seguridad nacional. Aunque ambos países son oficialmente herméticos acerca de la proliferación nuclear, comparten claramente la profunda preocupación tanto por la posibilidad de la proliferación nuclear de Pakistán como por las ambiciones nucleares de Irán.
En septiembre de 2003, durante la visita a India del primer ministro israelí Ariel Sharon (la primera visita de este tipo de un primer ministro israelí), su vice-primer ministro, el difunto Yosef Lapid declaró a los periodistas que se había un eje “abstracto y no escrito” entre Israel, India y Estados Unidos. Aunque no había “un acuerdo triangular formal, […] en los tres países existe un interés mutuo en convertir el mundo en un lugar más seguro para todos nosotros. Hay apoyo estadounidense para el desarrollo de este eje no escrito”, declaró Lapid a los periodistas en Nueva Delhi. Por consiguiente, “en sentido abstracto, estamos creando ese eje”. En una conferencia pronunciada ese mismo día en el Consejo Indio para Asuntos Mundiales advirtió de que ambas naciones se enfrentan a amenazas de musulmanes terroristas y “fanáticos”, y afirmó que “en cuanto los terroristas pongan las manos en armas nucleares cambiará la faz del mundo”.
Tras señalar que Israel había aceptado la posible existencia de un Estado palestino, Lapid afirmó que esto podría convertirse en realidad “en cuanto los árabes dejen de aterrorizarnos”. Al mismo tiempo, el fortalecimiento de las relaciones entre India e Israel no debería se un “factor alarmante” para los países árabes y añadió que “el gobierno indio tiene derecho a establecer relaciones con cualquier país”.
“¿Qué ha hecho a India cambiar de idea y arrojarse en brazos de un país que ocupa tierra palestina y árabe, hasta el punto de que ha sido anfitrión de Ariel Sharon?”, preguntó en un artículo de Al-Ahram Weekly Mustafa El-Feki, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento egipcio y ex-embajador egipcio en India.
“India e Israel tienen sus propias agendas políticas diferentes. India desea tener acceso a la tecnología estadounidense e israelí, en particular en el desarrollo de armamento. Israel, por su parte, desea tener el respaldo político de una nación poderosa”, escribió. El-Feki señaló varias razones de la excelente relación entre India e Israel.
En primer lugar, cometimos el error de ver el conflicto entre India y Pakistán desde una perspectiva islámica. Hemos tratado de “islamizar” el actual conflicto en el sur de Asia y plantearnos como protectores del Islam y custodios de la comunidad internacional. Y hemos pasado por alto el papel regional de India, con unos dirigentes árabes que se dejan ver en Nueva Delhi con mucha menos frecuencia que antes.
En segundo lugar, escribió, estaba el rechazo de la solicitud de ingreso en la OIC por parte de India. “Un país con 120 millones de ciudadanos musulmanes solicita el ingreso y ¿qué ocurre? Con su típica ingenuidad, los país islámicos rechazan la solicitud india imaginando que esto puede complacer a Pakistán y enseñar una lección a India”, afirmó. En tercer lugar, según El-Feki, tras el colapso de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría, India se acercó a Estados Unidos, tanto por razones políticas como económicas. El-Feki argumentó: “No me sorprendería ver a India asumir el papel de policía en el océano Índico y en los alrededores del Golfo, con la bendición de Estados Unidos y el objetivo de rodear a la llamada violencia islámica. Esto estaría en armonía con la agenda israelí y puede preparar el camino para un esquema de control conjunto del Gran Oriente Medio”.
Exponiendo los fuertes argumentos a favor de un enfoque árabe imparcial hacia India y Pakistán, el ex-embajador en India recordó que durante su estancia en India, el embajador palestino en Nueva Delhi tuvo el privilegio de reunirse con el primer ministro indio siempre que quisiera. Pero a medida que se extendió el fenómeno islámico y algunas políticas árabes adquirieron un tinte religioso, India se volvió claramente suspicaz respecto a los mundos árabe e islámico. Para empeorar las cosas, en las dos últimas décadas la diplomacia árabe en India ha sido indolente...
Yo diría que hasta el momento hemos perdido India sin una buena razón… Es el momento de enmendar este error. Es el momento de acercar a los países árabes tanto a India como a Pakistán, en vez de ponerse del lado de uno o de mantener distancias en general. Creo que los árabes sólo se pueden culpar a sí mismos por el cambio de actitud de India en relación a la cuestión palestina.
Sin embargo, a pesar de la sinergia con Israel que aumenta rápidamente, India sigue gozando de unas relaciones razonablemente cordiales con la Liga Árabe y el Consejo de Cooperación del Golfo. India ha estado asistiendo en calidad de observador a las cumbres de la Liga Árabe desde 2007 y en 2008. En una declaración publicada la víspera del 65 aniversario de la Liga Árabe el pasado 27 de marzo, la Liga declaró: “Es necesario hacer un esfuerzo colectivo y entregado para fortalecer las relaciones indo-árabes construyendo mejores relaciones entre India y el mundo árabe, incluyendo los campos de ciencia y tecnología, educación, sanidad, telecomunicaciones y energía”.
Por lo que se refiere a la cooperación con el Consejo de Cooperación del Golfo (Emiratos Árabes Unidos, Bahrain, Arabia Saudí, Omán, Kuwait y Qatar), aunque Nueva Delhi goza de unas relaciones razonablemente cordiales con cada Estado individualmente (que le suministran casi el 70% del petróleo y energía que necesita), los intentos de forjar un acuerdo de libre comercio con el Consejo se han visto entorpecidos debido a cuestiones relacionadas con si el petróleo debería ser parte del acuerdo.
Con frecuencia el actual primer ministro de India, Manmohan Singh, ha descrito tanto las crecientes relaciones del país con Estados Unidos como el reciente apoyo a las sanciones por parte de Estados Unidos/la ONU contra su durante mucho tiempo aliado, Irán, como actos de “ interés propio inteligente”. Muchos miembros de su gobierno utilizan las mismas palabras para describir la relación con Israel.
India – e Israel – ha tenido dificultades have taken pains para explicar en detalle que esta relación no es a expensas de las relaciones de India con los Estados árabes. Los diplomáticos y políticos indios siguen señalando el hecho de que India ha condenado públicamente la Operación Plomo Fundido, el nombre que dio Israel al virulento ataque durante tres semanas contra la Franja de Gaza entre finales de 2008 y principios de 2009.
India también se unió a la condena internacional del ataque israelí antes del amanecer del día 31 de mayo de 2010 contra el barco turco Mavi Marmara, que encabezaba la “Flotilla de la Libertad a Gaza” llevando ayuda humanitaria para los habitantes de la bloqueada Franja de Gaza. Nueve personas murieron en el ataque de los comandos israelíes.
“India deplora la trágica pérdida de vidas humanas y las informaciones de asesinatos y daños hacia las personas que navegaban en los barcos que llevaban suministros a Gaza. No puede haber justificación para este uso indiscriminado de la fuerza, que condenamos. Extendemos nuestras simpatías a las familias de los muerto y heridos. Estamos firmemente convencidos de que una paz duradera y la seguridad de la región sólo se pueden lograr por medio del diálogo pacífico y no por medio del uso de la fuerza”, afirmaba la declaración del Ministerio de Exteriores.
Pero aunque los sucesivos gobiernos en Nueva Delhi ha tratado discretamente de mantener y desarrollar las relaciones de India con Israel sin enemistarse excesivamente con el mundo árabe, a veces surgen las tensiones. Tomemos, por ejemplo, el artículo escrito en enero de 2009 por el recientemente cesado ministro de Estado de Asuntos Exteriores, Shashi Tharoor. Tharoor era el candidato de India para el puesto de Secretario General de la ONU en 2006. Cesó tras perder ante Ban ki-Moon y se dedicó a la política india. Su artículo, que tuvo difusión mundial, se publicó en el diario israelí Haaretz con el título de “India’s Israel Envy”. El artículo, que coincidió con la Operación Plomo Fundido, causó un gran revuelo, tanto interno como internacional.
Durante la campaña electoral en marzo de 2009 la oposición utilizó el artículo para sugerir que Tharoor apoyaba la operación militar israelí. Antes de ello, varios diplomáticos árabes destinados en Nueva Delhi también habían expresado esta preocupación y preguntado si el artículo de Tharoor reflejaba la postura acerca de Israel del Partido del Congreso, en el poder. De este modo Tharoor se vio obligado a escribir otro artículo defendiéndose y aclarando que no había apoyado la campaña militar israelí en Gaza y señalando lo que él consideraba su larga y consecuente postura en favor de Palestina durante su periodo en la ONU.
Otro factor crítico en las cambiantes relaciones indio-israelíes es las relaciones que se desarrollan rápidamente entre India y Estados Unidos. Dada la firme relación entre Estados Unidos e Israel, Nueva Delhi no desea alterar las cosas enfrentándose abiertamente a Israel. Además, la diáspora india en Estados Unidos, que cada vez es más activa políticamente, admite considerar como modelos de conducta al Consejo Judío Estadounidense (AJC) y al Comité de Acción Política Estados Unidos Israel (AIPAC, ambos en sus siglas en inglés). Como afirmó un analista, cada vez que se intensifica el conflicto entre India y Pakistán, las relaciones entre India e Israel se estrechan.
Oficialmente, Nueva Delhi insiste en que sus relaciones no significa un cambio en su postura acerca de Palestina o sus relaciones con el mundo árabe. Sin embargo, en privado los diplomáticos indios señalan el hecho de que a pesar de los muchos intentos de acercamiento, el mundo árabe ha apoyado sistemáticamente la postura de Pakistán en relación a Cachemira, mientras que Israel apoya la postura india.
En 2003, tras la visita de Ariel Sharon a India, el entonces ministro de Exteriores indio Yashwant Sinha había tratado de disipar los temores árabes declarando al periódico paquistaní The News, que “el hecho de que Sharon visitara Nueva Delhi no nos hace en modo alguno cómplices de lo que Israel está haciendo o diciendo. Hemos explicado en unos términos muy claros nuestra postura en relación a Palestina como también lo hemos hecho repetidamente en relación a Israel”.
Respondiendo a la pregunta sobre las relaciones de India con el mundo árabe, especialmente en el contexto de la expulsión del líder de la OLP Yasser Arafat, Sinha afirmó: “No creo que los palestinos tengan la menor duda respecto a la política india. El problema surge sólo con estas personas dentro y fuera de India que son más palestinos que los propios palestinos”.
Recientemente un alto cargo indio del Ministerio de Exteriores (que pidió permanecer en el anonimato) señaló cuando se le preguntó por las relaciones indo-árabes: “Estamos deseando mantener relaciones amistosas tanto con el mundo árabe como con Israel. Pero nos ayudaría si el mundo árabe adoptara una postura más matizada en relación Pakistán y Cachemira”.
Ramananda Sengupta es director de la página web india de información www.sify.com
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