Israel cierra investigación: Los asesinatos de civiles en Gaza son "rumores"

IAR Noticias
31/03/09

El ejército de Israel cerró el lunes una "investigación" sobre denuncias de matanzas militares de civiles, incluidos niños y mujeres embarazadas, en la Franja de Gaza, en enero último, cuya difusión causó un escándalo internacional. Como conclusión, el brigadier general Avichai Mendelblit dijo que los informes sobre conductas inapropiadas de los soldados estaban basados en "rumores" y no en relatos de testigos presenciales.

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Hace poco menos de dos semanas, el diario israelí Haaretz reprodujo conversaciones y testimonios de militares que participaron en la operación militar de 22 días consecutivos en Gaza, conocida como "Plomo Sólido", y en la cual fueron asesinados casi 1500 palestinos, entre ellos 400 niños y 250 mujeres, y destruida casi en su totalidad la infraestructura del país que hoy permanece "cercado" por mar, tierra y aire, por las tropas israelíes.

El informe publicado por el diario Haaretz, con confesiones de soldados israelíes que intervinieron en la operación Plomo Sólido, la última masacre militar de Israel en Gaza, reveló cómo las tropas judías asesinaron a civiles, mujeres y niños y destruyeron y propiedades de manera intencionada siguiendo órdenes de combate permisivas de sus superiores.

Una ola de indignación mundial surgió a raíz de las camisetas que encargan los militares invasores para celebrar, por ejemplo, la conclusión de un cursillo, con caricaturas y lemas tan crudos como "Un disparo, dos muertes" escrito bajo un dibujo de un punto de mira que apunta al vientre de una mujer embarazada vestida con la típica túnica islamista.

Según denuncia el diario israelí Haaretz, soldados de diversas unidades, en especial los francotiradores, encargan camisetas con inscripciones y dibujos espeluznantes sobre sus víctimas en Gaza.

La clausura de la "investigación, que formalmente ordenó el Estado judío, se produce a menos de dos semanas de publicados los testimonios de soldados israelíes en servicio y en la reserva.

La fiscalía militar justificó la decisión en que no se encontraron pruebas delictivas y que los testimonios no fueron de "testigos directos".

Soldados israelíes habían denunciado los asesinatos de civiles durante una reunión a puertas cerradas en una escuela militar.

Sus relatos, junto con informes de vandalismo en hogares de palestinos, provocaron una gran reacción y polémica en la sociedad israelí. Un caso involucró el presunto asesinato de una anciana palestina por parte de un francotirador que estaba subido en un techo. Un segundo episodio incluyó a otro francotirador que habría asesinado a una embarazada.

Uno de los soldados citados describió cómo un francotirador le disparó a una mujer y a sus dos hijos. Otro dijo que se ordenó matar a una anciana.

No obstante, el informe del Ejército concluyó que se trataba sólo de versiones no comprobadas y dijo que su difusión había causado un daño considerable a la imagen del ejército israelí.

El brigadier general Avichai Mendelblit criticó a los soldados que testimoniaron, acusándolos de haber atentado contra la imagen y la moralidad de las fuerzas armadas israelíes.

Con anterioridad, el Jefe de las fuerzas armadas, general Gabi Ashkenazi, había declarado en un encuentro con nuevos reclutas: "No puedo creer que soldados israelíes hayan puesto en la mira de su fusil a una mujer o un niño palestino". Y agregó: "Nuestro ejército es el más moral del mundo".

La decisión del fiscal militar fue repudiada por las organizaciones de derechos humanos, cuyos voceros exigieron desde el primer momento la creación de una comisión de investigación independiente que revise los testimonios y las pruebas.

Grupos de derechos humanos criticaron duramente la conclusión de la investigación sobre lo ocurrido en la Franja de Gaza, a la que calificaron de "sesgada" y "precipitada".

Al conocerse el cierre de la investigación de la policía militar, Sarit Mijaeli, de la ONG de Betzelem, comentó a la prensa: "La investigación militar no tuvo como objetivo la verdad sino el deslindar responsabilidades. No se tomaron en cuenta pruebas que verifican los testimonios de los soldados y, por supuesto, tampoco las declaraciones de los palestinos mismos. Sólo una comisión independiente podrá llegar a la verdad."

Uno de los principios fundamentales del Estado de Israel es que su Ejército no comete crímenes de guerra y opera según los "más altos estándares éticos", aun en tiempos de guerra.

A este principio los doctrinarios judíos lo llaman "pureza de armas".

El informe con los relatos de los soldados israelíes fue entregado hace tres semanas al jefe del Estado Mayor, general Gaby Ashkenazi. El ejército declaró que las acusaciones iban a ser investigadas a fondo, pero nada de eso sucedió.

Como primera reacción al informe, Israel rechazó las acusaciones provenientes de organizaciones de derechos humanos y desvió nuevos pedidos para investigar denuncias de crímenes de guerra, con el argumento de que constituían mera "propaganda anti-israelí".

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