Sonríe, te están grabando

La Haine
17/02/10

Todas estas cámaras así cómo quien las gestiona, se adhieren al control social formando parte del entramado para-policial.

“El ojo que tú ves no es ojo porqué tú lo veas, es ojo por que él te ve”
Antonio Machado

“Si estás haciendo algo que no quieres que nadie más sepa, es que estás haciendo algo malo.”
Eric Schmidt
(Director general de Google)

“La telecámara recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido que sobrepasara por encima del nivel de un tenue susurro, sería recogido por ella, además, siempre que permanecía en el campo de visión de la pantalla, podía ser visto y así mismo escuchado. Por supuesto, no había manera de saber en qué momento se era vigilado. No era más que una conjetura saber cuan a menudo, o de qué forma, la Policía del Pensamiento captaba la comunicación del individuo. Era incluso concebible que observara a todo el mundo todo el tiempo. Pero de cualquier manera ellos podían conectar tu cable cuando quisieran. Había que vivir – vivir desde el hábito que se convirtió en instinto- en la concepción de que cada sonido que emitías era oído y, a menos de estar en la oscuridad, cada movimiento estudiado.”
1984, George Orwell

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Sonríe, te están grabando - Cámaras, cámaras y más cámaras

El año 1997 se aprobaba la llamada Ley de Videovigilancia (1), que permitía la colocación de cámaras para uso policial en los espacios públicos y en el 2001, en Barcelona, las primeras se instalaban paradójicamente en la plaza George Orwell (2), así como en la calle Escudellers. Pero la colocación de cámaras de Videovigilancia, que tiene un proceso lento debido a los pasos jurídicos y burocráticos, es sólo la punta de lanza del sistema de control visual. En este tiempo han proliferado mucho más otro tipo de cámaras no sujetas a esta ley, pero que pueden ser igualmente utilizadas por los cuerpos policiales, la mayoría sin necesidad de autorización judicial: cámaras de tráfico en calles y carreteras, circuitos cerrados de TV dentro y fuera de edificios públicos, administrativos y privados, cómo hoteles, bancos y cajas, centros comerciales, fábricas y talleres y cada vez más empresas y comercios. Y evidentemente en la práctica totalidad de los transportes públicos: Ferrocarriles de la Generalitat, Metro, tranvías, autobuses, así cómo en los nuevos modelos de trenes de cercanías. Tampoco podemos olvidarnos de los porteros automáticos con cámara, los teléfonos móviles, o las cámaras de video y fotos de cualquier transeúnte. O los anuncios publicitarios con cámara integrada que ya se están extendiendo en algunas ciudades francesas: La RAPT, compañía de metro de Paris a través de su firma publicitaria Metrobus y la empresa tecnológica Majory Report ha empezado a instalar unos paneles publicitarios llamados numeriflash, que incorporan a parte de la pantalla multimedia, una mini cámara con detectores faciales y tecnología biométrica, capaz de, no solo detectar las reacciones de quien les pasa por delante y distinguir por edad, sexo y etnia, sino también de mandarles mensajes a sus teléfonos móviles (3).

Todas estas cámaras así cómo quien las gestiona, se adhieren al control social formando parte del entramado para-policial.

Hace ya bastantes años que las grandes empresas empezaron a poner cámaras para espiar a trabajadoras y trabajadores, después se añadieron también las medianas y pequeñas y aunque en algún caso aislado ha habido quien se ha rebelado, -cómo el de un profesor de Alicante que harto de sentirse observado, hizo desaparecer las cámaras de las instalaciones del instituto donde trabajaba (4)- al final se acaban por asimilar cómo una parte más del decorado. Es entonces cuando se puede introducir un eslabón más en la cadena, ya sea un lector de iris, de huella, o cualquier otro dispositivo biométrico. Y no tardaremos demasiado en ver cómo se nos obliga a llevar un chip RFID (5) bajo la piel desde que nazcamos. Cada vez hay más gente dispuesta a someterse a esta nueva sensación.

Pero lo más preocupante no es que cada vez haya más sectores que vean necesaria la vigilancia ajena, si no el hecho, posiblemente inculcado a través de programas de tele-evasión cómo Gran Hermano y otros reality shows, de asumir el papel protagonista y querer estar en el centro del objetivo. En el momento de poner una webcam encima del monitor, si no es que ya viene integrada, se produce un acto de aceptación-simisión al estado policial; es la señal inequívoca de la integración de las cámaras en nuestras vidas cómo una herramienta indispensable, cómo una amiga o cómo un juego. Actualmente es totalmente posible acceder remotamente al interior de cualquier ordenador con conexión a Internet (y otros dispositivos cómo teléfonos móviles, agendas electrónicas…) y no sólo ver su contenido, si no que con el programa adecuado también se puede manipular, modificarlo y/o activar controladores sin que su usuario o usuaria se dé cuenta6; y el omnipresente ojo del cíclope, o sea la webcam, es lo primero que nos viene a la mente: ¿habrá alguien observándonos al otro lado? Por si acaso, no está de más girarla hacia la pared o sencillamente lanzarla por la ventana.

Llegado este punto, es cuando el Estado puede hacer el siguiente paso i forzarnos a aceptar la profecía de Orwell: las telecámaras dentro de casa. Esto es lo que ha empezado a hacer el gobierno del Reino Unido que, con un presupuesto de 400 millones de libras para los “Proyectos de Intervención Familiar” -dentro del “Crime Action Plan” que traducido vendría a ser algo así cómo Plan de Acción contra el Crimen- destinados en principio a familias “problemáticas”. Este proyecto consiste entre otras cosas en instalar telecámaras (pantallas con cámara integrada) en los domicilios de estas familias, desde las que podrán ser observadas constantemente por unos servicios sociales y una policía paralela, que vigilará que se eduque correctamente la mano de obra del futuro y que cumplan con sus obligaciones en virtud de un contrato firmado previamente (7). Hasta el momento “sólo” han instalado 2.000, pero el plan prevé que sean 20.000.

Programas parecidos se están preparando en otros lugares cómo por ejemplo Houston, EEUU, donde su jefe de policía Jefe Hurtt lo ve así: “yo conozco mucha gente preocupada con el gran hermano, pero mi respuesta es: si tú no estás haciendo nada malo, ¿porqué deberías preocuparte?” Quizás le deberíamos preguntar a él, si estaría dispuesto a que su vida intima fuera vista minuto a minuto por gente desconocida y que las imágenes grabadas pudieran terminar quien sabe dónde.

Si alejamos el objetivo para tener una visión más global, veremos que el Reino Unido es el país europeo que más cámaras de circuito cerrado de televisión tiene en sus calles: 4 millones. Y se calcula que una persona puede ser grabada unas 300 veces en un solo día de vida normal por las calles de Londres.

Pero controlar tantas cámaras requiere demasiadas policías con sus sueldos correspondientes, por eso, o más bien con esa excusa, se ha desarrollado un sistema de detección de “comportamientos sospechosos” que alerta automáticamente al centro de control. Se trata de extensa red de cámaras “inteligentes” programadas para ponerse en alerta y activar a otras en momentos que pase algo fuera de los parámetros que se consideran “normales”: vehículos o personas a gran velocidad, aglomeraciones de gente en la calle, o simplemente si alguien se queda más rato de lo que los programadores (y programadoras) societarios creen necesario en el radio de visión de alguna de ellas, o actúa de forma no convencional (8). Si estás por Londres y has quedado con alguien que no aparece al poco rato, mejor que te vayas si no quieres ver como aparece una patrulla policial para identificarte por sospechosa. Con este sistema, que puede incluir parámetros biométricos preestablecidos, capaces de distinguir entre diferentes etnias, edades o “sexos” y detectar personas a las que previamente se hayan “fichado biométricamente”, también se pueden hacer seguimientos de personas y vehículos, que serán rastrados a medida que se vayan desplazando por las calles monitoreadas. Así mismo pueden llevar incorporados micrófonos y altavoces de gran alcance (9).

Sistemas de este tipo ya funcionan, como mínimo, en las calles de de algunas ciudades europeas y norteamericanas cómo Londres y Portsmouth en Reino Unido, o Nueva York, Washington y Chicago en los EEUU.

En Shenzen, ciudad china con 12 millones de habitantes, tienen el triste honor de ser la metrópolis con más Videovigilancia del planeta: 220.000 cámaras en sus calles, de las cuales las últimas 20.000 tienen la capacidad de identificar a cualquier ciudadano o ciudadana a través de un programa que compara las facciones del rostro con las fotos del carné de identidad electrónico (10). Este es un claro ejemplo de que poder y control es un binomio inseparable, y una muestra de cómo la metamorfosis del régimen comunista ha ido acompañada de una metamorfosis en el control: antes se imponía una estructura familiar y social de acuerdo a la ideología del Partido; ahora se impone en base a la economía capitalista, pero manteniendo el aparato y la apariencia del Partido.

Son centenares de miles los sistemas de vigilancia con cámaras que puede tener una ciudad española, pero en el 2007 sólo 3.500 habían sido notificadas a la Agencia de Protección de Datos de España, y de estos, si ponemos por ejemplo el del metro de Madrid, ese año tenia por sí solo más de 3.000 cámaras. “Solo han llegado dos o tres expedientes. Nadie cumple los requisitos. Los ayuntamientos hacen lo que les da la gana”, decía en el año 2000 un responsable de la Agencia de Valencia. Entendemos por sistemas de videovigilancia todos aquellos que dispongan cómo mínimo de una cámara conectada a un aparato donde se visualice la imagen. Pero la mayoría de estos sistemas, cómo el de la panadería de la esquina, no están ni notificados ni regulados, y por lo tanto pueden hacer con las imágenes todo lo que se les antoje. De hecho hay algunas leyes que nos “protegen” de un “uso inadecuado” de nuestra imagen (la “Ley de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen”, la “Ley de Protección de Datos de Carácter Personal”, la “Ley de Seguridad Privada”… o el “Estatuto de los Trabajadores”, en el ámbito laboral), pero no hay ninguna con la que podamos evitar que nos graben. No nos sorprende, sabemos perfectamente a quién benefician las leyes.

También sabemos que algunas de estas cámaras, pocas por desgracia, son sólo parte de la escenografía panóptica del miedo: son de mentira, están vacías o simplemente no funcionan. A veces basta con fijarse un poco para ver que de ellas no sale ningún cable o que dentro hay un nido de ratas. Pero hacen su trabajo, inducen al miedo, la paranoia y la sumisión.

Los defensores del estado policial nos dirán que todo esto es por el bien común y que la custodia de las imágenes registradas está garantizada por la ley y la responsabilidad de quien las gestiona. Es entonces cuando nosotras y nosotros, que nunca hemos confiado en la honradez de nuestros opresores, sean políticos, policías o empresarias, nos conectaremos a la página www.opentopia.com y les enseñaremos imágenes en tiempo real, si, si, en directo de todo el mundo, de escuelas y institutos, taxis, urbanizaciones, hoteles, piscinas, aparcamientos, garajes privados, supermercados, bancos, el metro, el tren, el autobús, la empresa en la que trabajas… incluso las imágenes registradas por cámaras de tráfico, custodiadas por la incorrupta policía municipal de cualquier localidad del planeta.

Los mismos defensores del estado policial (y de derecho) nos dirán entonces, que esto es un delito previsto por la ley y que mano dura contra quien la infrinja, o que hay que endurecer las leyes y las condenas, o que son casos aislados. Pero lo cierto es que endureciendo las leyes, el control y la represión no se ha terminado ni se terminará nunca con la delincuencia. Bien al contrario, la ecuación es fácil: a más prohibiciones, más infracciones. Sólo hay que fijarse en el aumento del número de personas que cada año pasan a formar parte de las rentables instituciones penitenciarias. O las estadísticas del Partido Liberal Demócrata inglés, que demuestran que la Videovigilancia en Londres, ciudad pionera en la implantación a gran escala de esta forma de control, no ha servido de nada para resolver los delitos.

Paralelamente al aumento del control y la vigilancia, hay asociado un endurecimiento de las leyes para evitar que nadie escape al Panóptico (11), cómo las que prohíben taparse o sencillamente llevar una pieza de ropa que dificulte la identificación, si se está en una manifestación o simplemente cerca. El Estado alemán fue el pionero en este aspecto en el año 1985, quizás al verse impotente frente a las manifestaciones autónomas de miles de personas vestidas de negro y con casco atacando a la policía y a los nazis durante los años ’80, pero otros cómo el inglés o el francés no se quieren quedar atrás y atemorizados por que se puedan repetir hechos cómo los disturbios de Octubre y Noviembre de 2005 iniciados en Clichy-Sous-Bois, las protestas contra los CPE (12) en el 2006, o los de 2009 en Estrasburgo contra la OTAN, han aprobado leyes similares (13). Allí, llevar gafas de sol, gorra o una bufanda que te tape la boca puede ser considerado un delito y razón para obligarte a dar una muestra de tu ADN a los cuerpos de inseguridad estatales, bajo la amenaza de juicio y multa (14).

La forma en la que nos hacen ser cómplices de nuestro propio encarcelamiento es vendiéndonos la moto de qué es lo que la sociedad quiere, ¡lo que nosotras queremos!

De esta manera, agencias de producción de noticias cómo EFE venden informaciones manipuladas, cómo por ejemplo que según una encuesta del CIS de Febrero del 2008, el 73% de los españoles está a favor de la videovigilancia en los espacios públicos (15). Sin embargo cuando se matiza qué son espacios públicos nos damos cuenta de la falacia del titular, al comprobar que si se pregunta espacio por espacio (calles, transportes públicos, bancos, comercios, lugares de trabajo, comunidades vecinales, hospitales, escuelas, institutos y universidades…), más de la mitad de las personas encuestadas están en contra de que se instalen cámaras en ellos. En cambio no se pregunta, en dicha encuesta, si se estaría de acuerdo con la implantación de videovigilancia en comisarías, cuarteles, bases militares o despachos de políticos y empresarias. Quizás no se quieran arriesgar a obtener una respuesta desagradable.

Así es cómo día a día, encuesta a encuesta, noticia a noticia se van formándolas mentes del público que sigue el espectáculo mediático: “lo que una generación percibe cómo represión, la siguiente lo acepta cómo parte necesaria de la compleja vida diaria (16).”

Finalmente hay que mirar hacia arriba y aunque nos ciegue el sol o la ignorancia y no veamos nada, tomar conciencia que a nosotros y nosotras sí que nos ven. Podríamos hablar de los helicópteros o aviones, pilotados o no, con potentes equipos de visión y captación de imagen (17), o de los últimos prototipos de nanorobots, más pequeños que un grano de sal, capaces entre muchas otras cosas de sobrevolar por encima de una reunión en un espacio cerrado sin ser vistos y grabar todo lo que allí pasa, o de insectos híbridos con implantaciones informáticas conectadas en su sistema nervioso y controlados remotamente des de un ordenador (18), o de satélites equipados para reconocer un objeto de dos centímetros, presentarlo en tres dimensiones e identificarlo, capaces de fotografiar a cada una de las personas participantes en una manifestación o concentración, identificarlas en tiempo real y determinar quienes son las líderes, neutralizarlas o directamente eliminarlas físicamente. Estos satélites también pueden prever las posibles maniobras y salidas de la manifestación. De hecho, ya ha habido participantes en manifestaciones de EEUU que dicen haber visto extraños insectos que les observaban. La eliminación de personas a distancia no es algo nuevo, bien que lo saben en Palestina, Chechenia o Afganistán, donde en más de una ocasión algún supuesto jefe rebelde ha reventado por un misil dirigido por satélite, mientras hablaba por teléfono.

Y las guerras mediáticas son otro ejemplo de cómo las imágenes vistas a través de una pantalla nos ayudan a asimilar la represión, el dolor y el sufrimiento ajenos, desproveyéndolos de sentimientos. El primer gran reality show bélico fue la masacre de Golfo Pérsico en el año 1991, cuando por primera vez asistíamos des de las butacas de nuestros comedores a las imágenes en directo de los bombazos sobre Bagdad y el resto de Iraq.

Esto no es ciencia-ficción. Si bien aun, en algunos casos, está en fase de prueba, el hecho que tengamos acceso a esta información de manera dispersa y difusa, personas no implicadas en el mundo tecnológico y militar, demuestra, como siempre que nos “enteramos” de secretos de Estado, que hace años que se están aplicando y que se han superado las capacidades aquí descritas; y que su divulgación no es otra cosa que ostentación de cara a posibles “enemigos”.

Toda esta tecnología existe y es aplicable cada vez en mayor medida.

Otro mundo no es posible, es inevitable, la homogenización hace años que ha empezado y es imparable… ¡o no!

Porque no queremos ser espectadoras pasivas de la ignominia, ni actuar con un guion preestablecido. No queremos que nos obliguen a formar parte de este espectáculo mediático, ni de un circo televisado con domadores de conciencias incluidos; no queremos una vida virtual, ni que nos la creen ni que nos la podamos crear: nos cagamos en el Faceboock y en el Secondlife.

No queremos sentirnos observadas, observados continuamente. Sabemos que las cámaras son un instrumento de control social y producción de disciplina.

La normalidad en la que vivimos es una normalidad que nos enfermiza. Moviéndonos entre el trabajo precario y el consumo obsesivo, nos quedamos cada vez más vacíos y angustiadas. Como si esto no bastara, ahora tenemos que soportar estar continuamente vigiladas. ¿Donde está la salida? El mundo que nos rodea nos ofrece sólo el derecho de elegir entre diferentes tipos de drogas -publicidad y moda, consumo informático y televisión, pastillas legales e ilegales.- Con este panorama, no existe ninguna salida. La salida tenemos que crearla nosotros.

Ateneu Llibertari al Casc Antic
Enero del 2010 Era Cristiana
Año 26 Era Orwell

NOTAS

[1] Ley Orgánica 4/1997, de 4 de Agosto, por la que se regula la utilización de videocámaras por las fuerzas y cuerpos de seguridad en lugares públicos. BOE

[2] George Orwell, escritor que ya auguraba en la década de los ’50 cómo podría ser la sociedad futura si seguía el mismo camino que ya habían iniciado estados totalitarios como la Unión Soviética o el mismo Reino Unido, en su novela futurista 1984. Y fue precisamente ese año décadas después de escrita, que se instaló la primera cámara de vigilancia en Bournemouth, Reino Unido, país donde vivió y mirió y fuente de inspiración del escritor antifascista y militante del POUM.

[3] “en el caso del reconocimiento facial, el algoritmo básico en juego se llama algoritmo de Viola & Jones, y es un viejo conocido de quienes trabajan en ese mundo, como el ingeniero Fabien Moutarde, del laboratorio CAOR de la escuela nacional superior de minas de París. "Es algo muy generalizado hoy en día, y funciona muy bien. Detecta una cara, en cualquier entorno de imagen, y en tiempo real, con una tasa de éxito de entre el 90% y el 95%. Hay hasta simples webcam cuyo programa lleva incorporado ese algoritmo para poder enfocar las caras, o darles una luminosidad superior en el marco de una imagen", explica.”
“El algoritmo de Viola & Jones es abierto y sirve para conseguir que los robots aprendan, gracias a las imágenes de miles y miles de caras, no sólo a detectarlas, sino a distinguir entre hombres y mujeres, edades y etnias.”
Este cartel te está observando, Andrés Pérez, Público, 18/03/2009

[4] Agencia EFE, 5/03/09

[5] RFID (Radio Frequency IDentification), o chips espía, es una tecnología de captura de datos, compuesta por unos microchips con antena incluida, cada vez más pequeños y cómo mínimo un emisor/receptor des del cual se puede rastrear el chip que puede ir insertado en cualquier producto des de su fabricación. También, y cada vez más se está implantando en personas y otros animales, en las primeras, de momento de forma voluntaria, pero ya se ha pensado en los presos y presas para empezar a extender su uso.

Para más información: www.portuseguridad.org, www.kriptopolis.org, o www.nocards.org, entre otras.

[6] El 1999 el FBI desarrolló un programa llamado Carnivore, que a su vez era parte del sistema Dragonware Suite. El Carnivore básicamente era un capturador de paquetes (packet sniffer), capaz de “mirar” dentro del tráfico de correos electrónicos viajando por una ISP específica, capturando los e-mail de una fuente concreta, guardándolos en un centro de almacenaje o directamente imprimiéndolos en tiempo real. Así podía monitorear las páginas web que visitaba la persona investigada, qué miraba o buscaba en cada página, a quien mandaba correos y que había en ellos, que se descargaba de Internet y que servicios multimedia usaba… http://www.intelpage.info/index.htm

En España, junto con Italia y Francia se trabaja desde hace unos años en el proyecto Infraestructura de Inteligencia Semántica Operacional (OSEMINTI). Elpais.com, 22/02/2007

El 2005, Carnivore dejó de funcionar cómo tal, para dar paso al dcs-1000. A finales del 2001 la cadena de televisión yankee MSNBC destapaba que el FBI estaba usando el virus Linterna Mágica para espiar dentro de los ordenadores. Este virus troyano y otros cómo Back Orifice, Netbus, o Sub7 se pueden introducir en la máquina a través de cualquier operación en la red: bajarse una canción, recibir un correo, abrir una foto… una vez instalado, el aparato queda a disposición del dueño o dueña del virus, que puede no sólo ver lo que en él pasa, sino incluso intervenir y usurpar la identidad de sus usuarias, contraseñas incluidas.

El País, 2/12/2001

Echelon, una de las mayores redes internacionales de espionaje y control total, también usa este tipo de virus y programas, combinados con motores de búsqueda por palabras clave o por visitas a páginas determinadas.

[7] Estas familias serían entonces objeto de “intervenciones”. padres e hijos también se ven obligados a firmar un “contrato de comportamiento” con el gobierno conocido como acuerdos hogar-escuela antes del comienzo de cada año, con el cual el estado dictará las obligaciones que espera ver satisfechas.

[8] Las cámaras apuntan a los terroristas. http://us.terra.wired.com/wired/politica/0,1156,24711,00.html

[9] “la tecnología actual permite acoplar micrófonos de alta sensibilidad y gran alcance a cámaras de videovigilancia. Gracias a estos micrófonos se puede alertar a la policía sobre conflictos en las calles, mediante la medición del tono, volumen y velocidad del habla. Los micrófonos servirían para obtener pruebas de cara a juicios o también, porque no, para escuchar conversaciones de personas participantes en manifestaciones legales de carácter político. En el soho londinense ya se han hecho varias pruebas con este tipo de micrófonos, y que varias conversaciones privadas han sido escuchadas. Tras estas pruebas, ya se están instalando estos dispositivos en el distrito de westminster.”

The Observer, Henry Porter, 3/12/2006 www.guardian.co.uk/commentisfree/2006/dec/03/comment.homeaffairs

[10] “las imágenes tomadas en el espacio público son enviadas a una base central que conecta esa información con chips que las autoridades están incorporando a los carnés de identidad de uso obligatorio y que contienen información sobre el pasado, el presente y el futuro de cada persona. la previsión es que, en el futuro, ningún ciudadano pueda disfrutar del anonimato.

Nada escapa al régimen: el nombre, la raza, la edad y el estado civil aparecen en primer lugar. También el número de hijos, para comprobar si el individuo investigado cumple con la ley de natalidad que prohíbe tener más de un descendiente. ¿Ha pagado sus impuestos? el sistema creado por la empresa china Public Security Technology desvela los pagos y los compara con los datos aportados por la empresa que ha contratado a la persona. ¿Multas pendientes o antecedentes penales? el gobierno chino tiene ahora la capacidad de saberlo con sólo mirar a los monitores de una central informática cuya localización no ha sido desvelada.

La «vigilancia total», integrada dentro de un plan del ministerio público de seguridad, pone en manos de los dictadores de pekín la posibilidad de averiguar de forma automática si una persona que camina por una calle de Shenzhen es un inmigrante irregular, si tiene alguna enfermedad infecciosa -el programa da acceso a los datos del seguro médico-, si tiene deudas con su banco o si va retrasado en el pago de su cuenta de la tarjeta de crédito. Los expedientes laborales y los datos de localización del individuo -incluida su dirección y el teléfono de su casero- también forman parte de la información incorporada a los chips.”

El laboratorio chino. Un gran hermano para 12 millones de chinos. David Jiménez. El Mundo 10/12/2007

[11] El británico Jeremy Bentham creó en 1791 un sistema de vigilancia carcelaria: el panóptico. La idea era que desde el centro de una estructura radial el vigilante pudiera controlarlo todo, pero sin embargo los presos nunca supieran si les estaban vigilando o no en ese momento, para que tuvieran siempre la sensación de estar siendo observados/as.

[12] CPE: Contrat Première Embauche (contrato de primer trabajo), destinado a menores de 26 años, tiene un periodo de prueba bianual, durante el cual te pueden despedir sin necesidad de justificación alguna. Aunque su nombre indique lo contrario, también pueden entrar a formar parte de este régimen laboral personas que ya hayan trabajado anteriormente.

[13] “El decreto del primer ministro François Fillon castiga con una multa de 1.500 euros «el hecho de que una persona, en el seno o en las inmediaciones de una manifestación en la vía pública, disimule voluntariamente su rostro para no ser identificado en circunstancias que hagan temer atentados al orden público».El decreto prevé que, en caso de reincidencia en un plazo de un año, la multa pueda elevarse a 3.000 euros.

La publicación de este decreto llega antes de que la asamblea nacional (cámara baja del parlamento francés) comience a examinar a partir del martes una proposición de creación de un delito de «participación en banda violenta» agravado en caso de cubrimiento del rostro.”
larepublica.es, 27/06/09

[14] En las últimas semanas ha salido la información de que la policía británica tomaría muestras de ADN no sólo de todas las personas culpables de un crimen sino también de todas las que han sido investigadas o que se les ha acusado de un acto ilegal.

Asimismo se ha acusado a las autoridades de racismo ya que la base de datos de ADN de la policía británica, la más grande de Europa con 5,1 millones de personas, tiene registrados al 27% de la población negra, aunque ésta sólo suma el 2.9% de la población total. Y sólo el 6% de la población blanca aparece en la base de datos.

[15] El 70% de los españoles, a favor de la videovigilancia en lugares públicos. EFE, Madrid, 13/10/2009

[16] Bienvenidos a la máquina. Derrick Jensen y George Draffan, p.211

[17] “Las comunicaciones en una red numérica sin hilo permiten también el control de campos de batalla. La transmisión de imágenes en tiempo real entre un drone (avión a control remoto) Predator, un AC130 (bombardero) y las unidades terrestres confieren una ventaja táctica indiscutible. De la misma manera que la transmisión de informaciones entre varios elementos de una unidad blindada gracias al sistema Force 21 Battel Comand Brigade and Below (FBCB2). Los sistemas de percepción de presencia (presence awarness) permiten espiar y localizar a cada persona que lleve un aparato conectado a una red.”

Las nuevas tecnologías, una apuesta de poder y de seguridad nacional. Patrick Barriot. Octubre 2003

[18] “Gracias al microscopio de barrido de efecto túnel (puesto a punto por Gerd Binning y Heinrich Rohrer en 1982) y al microscopio de fuerza atómica, finalmente es posible manipular los componentes de la materia, igual que un juego de Lego molecular o de Mecano atómico. (...) El motor más pequeño del mundo acaba de ser construido en la universidad de Berkeley (California). El rotor eléctrico, movido por una micro corriente, está compuesto por un eje formado por nanotubos de carbón (de diámetro inferior a 40 nanómetros 2.000 veces menor que un pelo) y de una lamina de rotor rectangular en oro, de 300 nanómetros de longitud. Las aplicaciones de las nanotecnologías abarcan todos los dominios de la industria, y por supuesto aquellos que tratan de la defensa y la seguridad. Citando, entre otros, la puesta en marcha de robots de vigilancia minúsculos...”

“Los robots actuales, sin ser aun inteligentes, poseen extraordinarias capacidades “sensoriales” y de tratamiento de la información. Tienen captores visuales, auditivos, olfativos, táctiles. Los investigadores en robótica se inspiran en la naturaleza y reproducen el bioradar del murciélago, el ojo de la mosca o el pelo de la langosta. Las funciones de estos robots se multiplican: robots de vigilancia, robots exploradores, robots espías (...) pronto los micro-drones de vigilancia, auténticos pequeños robots, estarán dotados de alas batientes y serán capaces de vuelo estacionario, de despegue y aterrizaje vertical. Estarán equipados con todos los medios de interceptación de comunicaciones y de captura de imágenes, tanto de día como de noche.”

“(...) El objetivo de una nueva disciplina, la biónica, es el de realizar una fusión entre materia viviente y los circuitos electrónicos, en particular a nivel cerebral. La creación de híbridos e interfaces entre neuronas y silicio es posible en laboratorios. (...) Un equipo estadounidense ha desarrollado un animal artificial compuesto por un cerebro de lamprea que controla un pequeño robot móvil. Los investigadores han injertado el cerebro de lamprea en los circuitos de un robot dotados de sensores de luz, todo sumergido en suero fisiológico. El cerebro de lamprea ha dirigido el robot hacia la fuente de luz como si se tratara de su propio cuerpo.”

“las experiencias con animales se multiplican en el marco de los “sistemas biológicos controlados”. Una rata biónica o rata-robot, portadora de electrodos implantados en su cerebro, puede ser dirigida gracias a señales producidas por un micro procesador y emitidas a partir de un ordenador portátil. Las futuras generaciones de drones incluirán probablemente insectos instrumentalizados o drones biónicos.”

Las nuevas tecnologías, una apuesta de poder y de seguridad nacional. Patrick Barriot. Octubre 2003

Ya hace años que la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Defensa (DARPA por sus siglas en inglés), está trabajando en un proyecto llamado Sistemas Microelectromecánicos de Insectos Híbridos, con el objetivo que los nervios de los insectos crezcan dentro de los chips que les implantan en su estado embrionario o siendo aún larvas, y así poderlos controlar.

Pero si los híbridos están aún en fase de experimentación, los insectos-espía totalmente mecánicos ya son un hecho: el Departamento de Defensa de los EEUU reconocía hace ya un par de años, que tenía más de un centenar de modelos de robots voladores, y sus usos van desde los seguimientos a personas hasta guiar misiles, pasando por volar en ambientes hostiles.”

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