Escala la crisis en España: Rajoy exige la salida de Zapatero

Juan Carlos Algañaraz
Clarín
18/02/10

El jefe de Gobierno pidió a todos los partidos acordar un pacto de estado para enfrentar la debacle económica. El líder del opositor Partido Popular reclamó al presidente una rectificación del rumbo económico o, de lo contrario, la disolución del Parlamento y el llamado a elecciones. Exigió además a los socialistas retirarle la confianza al mandatario.

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En el parlamento, José Luis Rodríguez Zapatero llamó a la unidad de los partidos para concertar un pacto que permita superar la crisis económica. Pero el líder de la oposición, Mariano Rajoy, le exigió una rectificación "a fondo de su política económica", o de lo contrario, la disolución del parlamento y la inmediata convocatoria a elecciones generales.

La tercera alternativa que planteó el titular del Partido Popular desató una tormenta de protestas entre los diputados del PSOE ya que Rajoy les pidió que le retiren su confianza al líder socialista y voten a otro jefe de Gobierno.

Zapatero, enfurecido, acusó a Rajoy de "poco elegante" e intentar ganar con los diputados socialistas lo que no pudo hacer en las dos elecciones generales que perdió en 2004 y 2008. "Tenga coraje y presente una moción de censura", propuso el líder socialista a Rajoy que no contestó al envite.

El titular del PP dejó bien claro que no habrá ningún consenso ni pacto de Estado con los socialistas. "Yo no me hago corresponsable de sus políticas", proclamó.

Zapatero reconoció la gravedad de la situación económica y social española pero confió en que al final de este trimestre se salga de la recesión y al finalizar el año se comience a generar empleo. En este momento la desocupación, el peor problema de España, supera los 4.300.000 parados y roza el 19% del total de la mano de obra ocupada, casi el doble de la media europea.

En su discurso, que abrió un largo debate, Zapatero proclamó: "Es necesario extender los acuerdos y ampliar el consenso sobre el conjunto de las reformas. El gobierno lo pide y lo ofrece. Pide el consenso con su mejor voluntad a todos los grupos de la Cámara". Para superar esta coyuntura se comprometió a "echar toda la carne en el asador" y superar la crisis.

Para concretar el debate y los consensos con todos los partidos, Zapatero anunció la creación de una comisión encabezada por la vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, para formalizar un diálogo con todos los partidos. Además, integrarán la comisión los ministros de Fomento, José Blanco, y de Industria, Miguel Sebastián.

El objetivo final de esta negociación es forjar un gran pacto para mejorar la competitividad de la economía española y favorecer la creación de empleo, reactivar el sistema productivo industrial, reformar el sistema financiero y asegurar la reducción del déficit público.

El titular del PP acusó a Zapatero por el "nerviosismo de los mercados y la inquietud del panorama económico de España por su improvisación y falta de rumbo".

"No es España la que inspira desconfianza: es usted, es la forma que tiene este Gobierno de llevar la economía", sentenció Rajoy que, además, invitó a Zapatero a que "no busque conspiraciones ni chivos expiatorios". Los populares exigen que los socialistas den marcha atrás en su anuncio de un aumento de impuestos para afrontar el déficit fiscal que ya llega al 11,4 por ciento.

Hay que recordar que la recaudación impositiva en España ha caído del 37% al 30,4% debido al impacto de la crisis en el consumo, la inversión y la producción, lo que se suma al gran gasto público para inyectar fondos que estimulen la economía y atender las prestaciones del Estado de bienestar, sobre todo los subsidios a los más de cuatro millones de desocupados.

Mientras tanto, prosigue una ronda de contactos en el parlamento del grupo socialista con otras fuerzas políticas para tratar de lograr los consensos necesarios que posibiliten un pacto de Estado. Las expresiones de ayer convierten este acuerdo en un imposible entre los dos principales partidos, socialistas y conservadores.

Pero también la izquierda ha anunciado su tenaz oposición a las reformas del régimen de pensiones que propone el gobierno. Se trata de una ampliación de 65 a 67 años en la edad para jubilarse y la extensión a diez años de los plazos que ahora se utilizan para promediar el monto de la pensión.

Los sindicatos han manifestado su más tajante rechazo a estas iniciativas e iniciarán el próximo 23 de febrero un plan de movilizaciones que planteará nuevos problemas al gobierno.

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