Refugiados iraquíes: Muchachas obligadas a prostituirse

Muhammad Al Tamimi, Niqash.org (22-10-2007)- Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández

El Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) ha advertido que, desde finales del año pasado, casi se ha duplicado la cifra de refugiados iraquíes, añadiendo que Iraq es ahora el lugar de Oriente Medio donde se registra la mayor crisis de refugiados desde la creación de Israel en 1948.
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Las Naciones Unidas imploraron a la comunidad internacional que proporcionaran 60 millones de dólares en donaciones de urgencia para controlar la crisis. Un especialista de la organización afirmó que uno de cada ocho iraquíes ha escapado ya de su hogar, añadiendo que medio millón lo han hecho en los últimos seis meses. Aproximadamente dos millones de personas han dejado el país, mientras 1,7 millones están desplazadas internamente. Las autoridades están clamando por ayuda de emergencia para los refugiados iraquíes en Siria y en Jordania. Al mismo tiempo, las organizaciones iraquíes de mujeres han culpado al actual gobierno del aumento de la prostitución entre las mujeres iraquíes refugiadas.

Los árabes representan el 93% de los refugiados iraquíes, y de éstos, 64% son chiíes, 32% sunníes, 4% cristianos y un 1% de sabeanos y yesidíes.

La prostitución como fuente de ingresos y alojamiento

Varias personas que han regresado a Iraq han confirmado que las mujeres iraquíes se han visto forzadas a entrar en la prostitución para poder sobrevivir e incluso para poder obtener permisos de residencia en Siria, donde el desempleo es muy alto; la misma situación se da en Jordania. Muhammad Nur al-Din Issa señaló que las mujeres iraquíes se han visto obligadas a huir de sus hogares a causa de la limpieza sectaria para acabar teniendo que convertirse en prostitutas en otros países. Issa, que ha vuelto a Iraq con intención de llevarse a su familia a Lataquia, en Siria, donde ha podido encontrar un puesto de trabajo en un restaurante iraquí, añadió que “los proxenetas están haciendo su agosto abriendo clubes nocturnos con empresarios sirios y cuerpos iraquíes”. Informó que “el club Nejma, frecuentado por turistas del Golfo, emplea a 25 mujeres iraquíes cuyas edades van de los 12 a los 20 años. Algunos clubes emplean incluso un mayor número de mujeres”. Un conductor de camiones confirmó esas afirmaciones, diciendo que “el aumento de prostitutas iraquíes ha hecho que los clientes abandonen a las rusas y marroquíes y que el precio de una noche con una mujer iraquí es de 50-70 dólares cuando se trata de niñas.” Dijo también que muchas mujeres están manteniendo a tres o cuatro familias con los ingresos de la prostitución, y que todas ellas se han visto forzadas a entrar en ese infierno.

En una conversación telefónica con Niqash, Salwa, una mujer iraquí que consiguió huir a Siria, nos dijo que “después de que mi marido fue asesinado en su barbería por hombres armados a comienzos de este año, tuve que trabajar como prostituta, al no poder encontrar otro empleo. Hago 330$, a veces 500$ a la semana en mi nuevo trabajo”. En un informe sobre el estatuto de los refugiados iraquíes, Naciones Unidas confirma que: “Hay chicas muy jóvenes implicadas en la prostitución, todas ellas obligadas para poder alimentar a sus familias”. Los activistas de derechos humanos informan que miles de refugiados en Jordania y Siria, completamente desesperados por la situación en que se encuentran, hacen cola en el exterior de las embajadas iraquíes para reclamar sus derechos. Otros repiten historias sobre deportaciones al no poder cumplir los requisitos para obtener la residencia, lo que ha convertido a los iraquíes en “mendigos a las puertas de las embajadas”.

El New York Times publicó un largo informe sobre la prostitución entre las refugiadas iraquíes, describiendo la tragedia de las mujeres refugiadas y cómo se ven forzadas a entrar en la prostitución después de tener que huir de su país ante el peligro de ser asesinadas. El periódico afirma que el suburbio damasceno de Sedanayah es un centro de prostitución de las refugiadas debido a sus numerosos clubes nocturnos, añadiendo que muchas han sido engañadas y violadas allí y en otros muchos lugares

160.000 refugiados en el Kurdistán

El gobierno kurdo ha anunciado que 160.000 iraquíes han escapado hacia el Kurdistán a causa de la creciente violencia sectaria en el resto del país, una cifra que ha sido corroborada por un informe preparado por un grupo internacional que hace seguimiento del estatuto de los refugiados. Refugees International, con sede en Washington, informa que los refugiados iraquíes que han huido hacia el norte se enfrentan a condiciones durísimas de vida, que la inflación y las escasas oportunidades de empleo no ayudan a aliviar. Los grupos encargados de la ayuda no proporcionan mucha asistencia a estos refugiados –ni tampoco a otros que están por otras zonas de Iraq- porque tanto el gobierno estadounidense como el iraquí, así como las Naciones Unidas no han querido apercibirse de la gravedad de la crisis.

La Media Luna Roja Iraquí confirmó los hechos del informe. Uno de sus empleados, Rasul Abd al-Jaleq, declaró a Niqash que casi 1.000 familias árabes se han trasladado a Suleimaniya desde agosto de este año, y que miles de familias más están luchando por conseguir alimentos tras encontrar alojamiento en pensiones baratas. 72 familias se han visto obligadas a vivir en tiendas, en un campo que se encuentra entre los distritos de Suleimaniya y Yumyumal, debido a la terrible situación económica en que se hallan inmersas.

Los refugiados se quejan del abandono de las autoridades iraquíes y kurdas, así como también del de Naciones Unidas. Anwar Saber al-Ali, un refugiado, pide que “el gobierno iraquí destine a los refugiados un porcentaje de sus ingresos del petróleo, tanto a los que se encuentran en el interior como en el exterior del país”, añadiendo: “no nos han dejado nada con lo que vivir y nos hemos convertido en refugiados en nuestro propio país con sólo unos colchones por toda posesión”. Otra refugiada, Munira Jaled, insiste en que ella y los otros refugiados “son víctimas de la situación actual en el país, a causa de las contiendas políticas y militares”.

Como todas las ciudades iraquíes que están fuera del Kurdistán han sido el escenario de guerras sectarias que provocaron dos millones de refugiados seis meses después del atentado a la mezquita de Samarra, Iraq es ahora considerado el país más violento del mundo. Las cifras de Naciones Unidas dicen que 727.000 personas se han desplazado internamente desde ese atentado de febrero de 2006. El Ministerio iraquí para los Refugiados afirma que aproximadamente 470.000 refugiados han registrado su estatus en el ministerio desde el derrocamiento de Saddam, pero admite que esa cifra no refleja la realidad de la situación, que empeora cada día. Los refugiados en el Kurdistán, especialmente los árabes, se enfrentan a muchos más problemas que los kurdos (que huyen de las ciudades árabes en Iraq) o que los refugiados cristianos, ya que las autoridades kurdas les exigen nuevas condiciones para su estancia, que incluyen la necesidad de un avalista kurdo para que puedan conseguir un permiso (renovable) de un mes de estancia.

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