Turquía atacó en Irak y advirtió a EE.UU.
La Nación 15/10/2007
El ejército turco bombardeó pueblos kurdos de la frontera; según un jefe militar, la relación con la Casa Blanca está en riesgo
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ANKARA.- En un clima de máxima tensión en la región, Turquía bombardeó ayer pueblos kurdos en el norte iraquí, mientras reforzaba los preparativos para una inminente incursión militar en el país vecino, una iniciativa que amenaza con desestabilizar aún más a Irak y que ocurre en medio de una grave crisis diplomática con Estados Unidos.
Los bombardeos, que no dejaron víctimas mortales, pero sí graves daños materiales, se produjeron en momentos en que el gobierno turco se prepara para pedir al Parlamento autorización para realizar una amplia operación militar contra los separatistas kurdos, que atacan a las fuerzas de seguridad en Turquía y, según Ankara, se refugian en el norte de Irak, donde reciben armas y apoyo financiero. Estados Unidos se opone a esta operación, que podría desestabilizar la única zona relativamente tranquila de Irak y afectar a toda la región.
La escalada de tensión en la frontera entre Turquía e Irak ocurre en medio de una inusual crisis diplomática entre Washington y Ankara, que se desató la semana pasada después de que una comisión del Congreso norteamericano aprobara una resolución que califica de "genocidio" la matanza de miles de armenios a manos del Imperio Otomano a principios del siglo XX.
Turquía, que se considera heredera de ese imperio, rechazó la resolución y advirtió que esa iniciativa afectará su apoyo logístico a las tropas norteamericanas en Medio Oriente. Ankara es un aliado estratégico de la Casa Blanca, que depende de las bases aéreas turcas para trasladar la mayor parte de los suministros para las tropas desplegadas en Irak y Afganistán.
En un indicio de la gravedad de la crisis, el jefe de las fuerzas armadas turcas, general Yasar Buyukanit, advirtió ayer que si la moción sobre el genocidio es aprobada por el Congreso norteamericano, las relaciones militares con Washington no volverán a ser las mismas. "Estados Unidos es un aliado importante, pero un aliado no se comporta de este modo", dijo el jefe militar. "En este asunto, Estados Unidos se ha disparado a sí mismo en el pie."
En este contexto de creciente nerviosismo, el ejército turco bombardeó ayer pueblos del Kurdistán iraquí con artillería pesada. Las bombas provocaron pánico en la población y muchos huyeron, abandonando sus casas y animales. El gobierno turco afirmó que los bombardeos contra los pueblos fronterizos habían sido en respuesta a ataques lanzados por guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) infiltrados desde Irak.
El PKK, un grupo separatista considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, lanzó en 1984 una lucha armada contra Ankara que ya dejó más de 37.000 muertos. El ejército turco ya había bombardeado bases de los rebeldes en Irak la semana pasada, después de una ola de ataques en Turquía que dejaron por lo menos 30 muertos en las últimas dos semanas.
El gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, que tiene unos 60.000 soldados desplegados en la frontera con Irak, pedirá entre hoy y mañana al Parlamento autorización para lanzar una ofensiva militar a gran escala contra las bases rebeldes en territorio iraquí. El oficialismo cuenta con la mayoría absoluta en el recinto legislativo, por lo que se descuenta la aprobación de la moción.
El gobierno de Erdogan tomó esta decisión bajo una fuerte presión de la opinión pública turca, cansada de los ataques del PKK, y después de acusar al gobierno iraquí y a Estados Unidos de no hacer lo suficiente para impedir las actividades de los rebeldes.
La amenaza de un ataque turco al norte iraquí, donde hay importantes plantas de petróleo, impulsó, en parte, el aumento de los precios del crudo el viernes pasado a un récord de 84 dólares el barril, ante los temores a una eventual interrupción del suministro desde el país.
En un indicio de las graves consecuencias que podría tener una ofensiva turca en Irak, el jefe del ala militar del PKK, Murat Karayilan, advirtió ayer a Ankara que encontrará una feroz resistencia y enfrentará una guerra de desgaste "como la de Vietnam", si envía tropas al país vecino.
Los preparativos para la ofensiva militar ocurren en momentos en que las relaciones entre Ankara y Washington atraviesan un muy mal momento.
Turquía llamó a consultas a su embajador en Estados Unidos el jueves pasado, después de que una comisión de la Cámara de Representantes, dominada por la oposición demócrata, aprobara la declaración que reconoce el genocidio armenio, ocurrido entre 1915 y 1917.
Pelosi, desafiante
La medida enfureció a Ankara, que amenazó con bloquear el acceso norteamericano a sus bases militares y que, según fuentes turcas, incluso podría prohibir a los aviones de Estados Unidos ingresar en su espacio aéreo. El 70 por ciento de las cargas aéreas para las tropas norteamericanas en Irak llegan a través de bases en Turquía.
El presidente George W. Bush había intentado en vano persuadir a los legisladores para que votaran en contra de la resolución, con el argumento de que ésta perjudicaría gravemente las relaciones con un importante aliado en la guerra contra el terrorismo.
Pero, pese a las advertencias de Bush y a las amenazas de Turquía, la demócrata Nancy Pelosi, titular de la Cámara baja, confirmó ayer que llevará la moción al recinto para que sea votada en pleno, algo que ocurriría a mediados del próximo mes.
Agencias AP, ANSA, AFP, DPA y Reuters
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