Argentina: Ex generales sin conciencia moral condenados a cadena perpetua

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4/9/08

Con lágrimas en los ojos pero sin muestras de arrepentimiento recibió el ex general Antonio Domingo Bussi la condena a cadena perpetua por el secuestro, tortura y desaparición en 1976 del senador provincial Guillermo Vargas Aignasse.

También fue condenado por este mismo caso el ex general Luciano Benjamín Menéndez, quien ya había sido sentenciado en julio pasado a prisión de por vida por la desaparición y ejecución en 1977 de cuatro opositores políticos en Córdoba, en el centro del país.

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Bussi, de 82 años, estuvo a cargo de la represión en Tucumán durante la dictadura militar (1976-83). Entre 1995 y 1999 fue gobernador electo de esa provincia norteña.

Menéndez, de 81 años, fue jefe del Tercer Cuerpo del Ejército con jurisdicción en 10 provincias noroccidentales, entre ellas Tucumán, y tuvo a su cargo varios centros clandestinos de detención y tortura.

Ambos pudieron eludir a la Justicia gracias a las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, promulgadas en 1987 por el ex presidente Raúl Alfonsín (1983-89). Luego que en el 2005 la Corte Suprema de Justicia declarara ambas normas inconstitucionales se iniciaron los procesos contra ex represores.

Lejos de arrepentirse, Bussi defendió sus acciones señalando que se habían tratado de “hechos de guerra” para “aniquilar la agresión marxista-leninista”, mientras que Menéndez lamentó que Argentina ostente “el dudoso mérito de ser el primer país en la historia del mundo que juzga a sus soldados victoriosos en una guerra [interna]. Las Fuerzas Armadas, al vencer al enemigo y acortar el tiempo de la guerra, ahorraron sufrimientos a la patria”.

El fiscal general federal Alfredo Terraf señaló durante su exposición ante los jueces que el secuestro de Vargas Aignasse fue parte de un plan preconcebido.

“Está acreditado que lo que le ocurrió a Vargas Aignasse no fue un hecho aislado. Lo que le pasó fue consecuencia de un plan tenebrosamente planificado, un plan que quería instaurar una tiranía y una dictadura por todos los tiempos”, dijo. “Ellos [Bussi y Menéndez] fueron los jefes absolutos, supremos de un plan sistemático destinado a instalar una tiranía, una organización del terror, que tenía como objetivo eliminar al que pensaba distinto a quienes ejercían el poder”.

Amnistía Internacional manifestó su satisfacción por las condenas impuestas a los dos ex militares, señalando que “son un testimonio más de que los crímenes como la tortura y la desaparición forzada no tienen cabida en el mundo de hoy”.

Más de 9,000 personas fueron víctimas de desaparición forzada en Argentina durante la dictadura, según fuentes oficiales, aunque grupos de derechos humanos elevan la cifra a 30,000.

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