Operaciones cruzadas: Los escenarios del "plan de salida" en Honduras
IAR Noticias
12/11/09
Primer escenario: El sector de Micheletti y los ultraconservadores republicanos (Pentágono) rechazan y van a resistir cualquier fórmula que contemple la restitución de Zelaya (aunque sea por unas horas) en el gobierno.
Segundo Escenario: Obama, los demócratas y el Departamento de Estado (Tom Shanon y el embajador USA en Honduras) pilotean un plan A para restituir (sin poder, y por pocos días) a Zelaya en la presidencia mediante un acuerdo parlamentario con el candidato presidencial Porfirio Lobo, jefe de una de las mayorías en el Congreso.
Tercer escenario: Micheletti y los republicanos pilotean un Plan B (como respuesta al Plan A del Departamento de Estado) con la creación de una "crisis institucional" para impedir que Zelaya se calce la banda presidencial.
Veamos el desarrollo secuencial de los dos principales escenarios que marcan el desenlace del culebrón hondureño.
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A) La salida sin Zelaya
La operación de ruptura del frente golpista en el Congreso hondureño (división entre legisladores "zelayistas" y "anti-zelayistas") y la presión del Departamento de Estado (Obama y Clinton) condicionando un apoyo al proceso electoral obligó al sector de Micheletti a aceptar un acuerdo de "reconciliación" donde el Congreso será quien decida la restitución de Zelaya.
El gobierno golpista, según la cadena BBC, aceptó el pacto de "reconciliación" como una estrategia para ganar tiempo y preparar un plan para boicotear e impedir la reasunción de Zelaya por una decisión del Congreso.
El propio Zelaya ya advirtió sobre la maniobra denunciando el domingo la existencia de "juegos oscuros y manipulaciones" para impedir que el Congreso vote en los próximos días su restitución, y señaló al sector de Micheletti detrás de la operación. "Es el propio Micheletti el que está haciendo un juego doble respecto al acuerdo auspiciado por la comunidad internacional", agregó.
Según la BBC, los aliados del gobierno de facto dirigido por Roberto Micheletti esperan "dilatar al máximo la votación del Congreso", precisamente, porque el acuerdo firmado entre las partes no establece una fecha para la decisión parlamentaria.
"Tengo indicios racionales de que algunos diputados del Congreso Nacional están tratando de impedir que se cumpla este acuerdo", denunció Zelaya en una entrevista a la cadena Telesur.
La Comisión de Dictamen del Congreso deberá enviar un documento a la Corte Suprema, para que ésta emita una recomendación respecto a la restitución de Zelaya.
Micheletti y los golpistas juegan una carta: El casi seguro rechazo de la Corte Suprema de Justicia hondureña a la restitución de Zelaya cuya comunicación al Congreso determinará el debate sobre la decisión final.
Las opciones son: 1) Que el Congreso restituya a Zelaya, o 2) que el Congreso rechace la restitución.
En la variable 1 (la restitución de Zelaya), el sector de Micheletti la rechazaría planteando una crisis institucional y un conflicto de poderes entre la Corte Suprema y el Congreso.
Esta situación marcaría un salto cualitativo favorable a los golpistas, ya que el nuevo cuadro (posibilitado por el acuerdo firmado) no se enmarcaría en la figura ilegal de "Golpe de Estado" sino en el status de "crisis institucional", que le permitiría al gobierno de Micheletti sortear la presión internacional y seguir desgastando a Zelaya.
Al respecto señala la corresponsal (pro-golpista) de The Wall Street Journal en Honduras: "La interpretación que se la ha dado al acuerdo es que Zelaya regresará al poder. Pero será el Congreso hondureño el que lo decida, tras evaluar las opiniones de la Corte Suprema, el fiscal general y otros expertos legales. Puesto que la Corte Suprema y el Congreso echaron a Zelaya, esto es positivo. De todos modos, si la Corte Suprema, que tiene el poder legal, se mantiene firme y el Congreso respalda el regreso de Zelaya a la presidencia, habrá una crisis institucional".
"De todos modos, es probable que el gobierno interino decidiera asumir el reto (del pacto de "reconciliación") porque cree que la Corte Suprema y el Congreso, que en su momento votaron ampliamente a favor de sacar a Zelaya del poder, se mantendrán firmes", señala la corresponsal del Journal.
Según la vicepresidenta alterna del Congreso hondureño, Marcia de Villeda, la Corte Suprema va a emitir una resolución contraria a Zelaya y el Congreso ratificará esa misma postura, de tal forma que el mandatario depuesto sea alejado de su cargo, ya no por la fuerza de las armas, sino con la legitimidad del acuerdo firmado por las partes en conflicto bajo la tutela de EEUU.
En resumen, la salida sin Zelaya apunta a dos variables: Presionar una votación de rechazo en el Congreso, y si ésta falla promover una "conflicto de poderes" entre la Corte y el Congreso.
De cualquier manera, en cualquiera de las dos variables, el sector golpista adquiriría "status legal" rompiendo el aislamiento internacional que sufre desde el 28 de junio pasado.
Esta es la esencia del "segundo golpe de Estado" que denuncian los zelayistas.
B) La Salida con Zelaya
Según la cadena BBC, hay un pacto secreto, un acuerdo tácito del Departamento de Estado (Obama, Hillary Clinton) con un sector del poder hondureño para que el Congreso restituya en el poder a Zelaya.
La clave de ese acuerdo es Porfirio Lobo, candidato presidencial del Partido Nacional, la segunda fuerza parlamentaria, y a quien las encuestas señalan como ganador de las elecciones planeadas para el 29 de noviembre.
Según The Wall Street Journal, Porfirio Lobo, el embajador de EEUU en Honduras, Hugo Llorens, y Thomas Shannon, el subsecretario de Estado enviado por Obama para solucionar el conflicto, se reunieron a solas en Tegucigalpa.
Shannon les adelantó que los representantes de Zelaya y de Micheletti se habían puesto de acuerdo para que fuese el Congreso Nacional el que decidiera en votación abierta, a mano alzada, la restitución o no del presidente depuesto. "Pero la gente de Zelaya me pide una garantía de que la restitución se lleve a cabo. Así que necesito", le planteó directamente Shannon, "que tus diputados voten sí a la restitución". Lobo sonrió, hizo cuentas y su respuesta fue: "De acuerdo", según la descripción del Journal.
El Partido Nacional de Porfirio Lobo cuenta con 54 diputados y el Partido Liberal (de Micheletti y Zelaya), cuenta con 62. De acuerdo con las versiones parlamentarias, 20 de los 62 diputados liberales ya se han mostrado de acuerdo con que Zelaya regrese aunque de forma simbólica, con los poderes mutilados, al gobierno del que fue expulsado por un comando militar el domingo 28 de junio.
Según las estimaciones de los promotores del plan de salida con Zelaya, si se tiene en cuenta que el Congreso está formado por 128 diputados, los 54 de Porfirio Lobo más los 20 liberales que apoyan la restitución son suficientes para allanar el regreso de Zelaya en el gobierno de Honduras.
El pacto secreto entre Lobo y Shannon consistiría en que el candidato presidencial llamaría a los diputados del Partido Nacional a votar por la restitución de Zelaya.
El "premio" para Lobo habría sido la promesa, por parte de Shanon, de que EEUU reconocería las elecciones de noviembre y promovería en la ONU el levantamiento del aislamiento internacional a Honduras.
Según la BBC, si algunos de los legisladores de Lobo no se comportan de manera obediente y votan contra Zelaya, Shannon se habría comprometido a aceptar -de todos modos- el resultado de las elecciones presidenciales del 29 de noviembre.
Tras la reunión con Lobo, y la posterior firma del acuerdo de "reconciliación" entre los enviados de Zelaya y de Micheletti, Thomas Shannon afirmó que "la ayuda internacional creó un contexto, pero el trabajo fue un trabajo hondureño y yo quiero demostrar mi admiración por la vocación democrática de este pueblo. Quiero garantizar que EEUU acompañará a Honduras en sus elecciones del 29 de noviembre".
Para el Wall Street Journal el pacto secreto para la restitución, más que por Shannon, fue urdido por el embajador en Honduras, Hugo Llorens, a quien señala como el principal operador del regreso de Zelaya al gobierno.
"Al firmar este acuerdo, Honduras ayudó a que Obama y la secretaria de Estado Hillary Clinton no salieran mal parados", señala el Journal, alineado con la posición del gobierno golpista.
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