El psicólogo del terror
William Fisher
IPS
04/11/09
La junta responsable de otorgar licencias y disciplinar a psicólogos en el meridional estado estadounidense de Louisiana es acusada de hacer la vista gorda ante graves denuncias contra uno de sus miembros por abusos a prisioneros.
El psicólogo y coronel retirado Larry C. James fue sindicado como cómplice en golpizas, humillaciones, amenazas de violación y sometimiento a dolorosas posiciones corporales a detenidos cuando se desempeñaba como alto asesor en interrogatorios en la prisión de Guantánamo, Cuba, y en la cárcel iraquí de Abu Ghraib.
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La psicóloga Trudy Bond, del nororiental estado de Ohio, exigió a la Junta de Examinadores de Psicólogos del Estado de Louisiana que investigara las acciones de James.
La abogada Deborah Popowski, del Centro para los Derechos Constitucionales e integrante del equipo legal que asesora a Bond, dijo a IPS que, según las declaraciones del propio acusado, él jugó un rol influyente en los interrogatorios y las detenciones en los campamentos de prisioneros.
Según Popowski, información públicamente disponible muestra que, "cuando el doctor James estaba en Guantánamo, los abusos en los interrogatorios eran (una práctica) generalizada y el trato cruel e inhumano era la política oficial".
La presidenta de la Junta, Jillandra Rovaris, quien también preside el comité de quejas, no respondió a las llamadas telefónicas ni a los correos electrónicos en los que se le pidió comentarios o aclaraciones.
En febrero de 2008, Bond presentó una demanda contra James ante la Junta, que emitió y ahora regula su licencia para ejercer la psicología.
Bond sostuvo que el psicólogo y militar retirado había violado la ética profesional al no cumplir con su deber de no hacer daño y de proteger información confidencial. También pidió que se estudiara si debían tomarse medidas contra el acusado.
Los abogados de Bond aseguran que la Junta directamente se negó a estudiar su petición. Ante esto, ella optó por demandar a la propia Junta ante el 19 Tribunal de Distrito de Louisiana, que sin embargo desestimó el caso en julio pasado.
Ahora, en un informe presentado ante el Tribunal del Primer Circuito en Baton Rouge, Louisiana, Bond arguye que la justicia debió haber evaluado la decisión "claramente equivocada" de la Junta.
"A los cinco psicólogos de la Junta de Louisiana se les dio abundante evidencia creíble, pero ellos eligieron no investigar al principal psicólogo de inteligencia en campamentos de prisioneros célebres por su uso de la tortura psicológica", dijo.
"No creo que los legisladores de Louisiana buscaran dar a cinco profesionales un poder total para tomar decisiones arbitrarias que afectan profundamente el bienestar público", agregó.
"Comencé a leer sobre el papel de los psicólogos en sitios de detención como Guantánamo, y me horroricé cuando la Asociación Psicológica Estadounidense, por medio del infame reporte PENS (sobre Ética Psicológica y Seguridad Nacional) de 2005, determinó que las acciones de los psicólogos del Equipo de Consultas de Ciencias del Comportamiento (BSCT, por sus siglas en inglés) eran éticas", dijo Bond a IPS.
"En su declaración biográfica para el reporte PENS, Larry James señaló que fue jefe de psicólogos para el Grupo Conjunto de Inteligencia en Guantánamo, Cuba desde enero de 2003", añadió.
El canadiense Omar Khadr, todavía prisionero en Guantánamo, es uno de quienes denunciaron un trato brutal en la primavera boreal de 2003, cuando tenía apenas 16 años.
Khadr fue capturado por fuerzas estadounidenses a los 15 años, luego de un tiroteo de cuatro horas con insurgentes en la aldea afgana de Ayub Kheyl.
Pasó siete años detenido en Guantánamo, acusado de crímenes de guerra y de brindar apoyo a terroristas luego de, presuntamente, arrojar una granada que mató a un soldado estadounidense.
Nacido en Toronto, es el prisionero más joven del centro de detenciones de Guantánamo, y frecuentemente es mencionado como niño soldado.
En abril de este año, la Corte Federal de Canadá dictaminó que el Capítulo Canadiense de los Derechos Humanos y las Libertades obligaba al gobierno a reclamar el regreso de Khadr.
Luego de que una audiencia ante el Tribunal de Apelaciones arrojó el mismo resultado, Ottawa finalmente anunció que remitiría el caso a la Corte Suprema. Se espera que ésta se expida el mes próximo.
James también estuvo destacado en la prisión iraquí de Abu Ghraib en 2004, y regresó a Guantánamo en 2007. En 2008 lo nombraron decano de la Escuela de Psicología Profesional en la Wright State University de Dayton, Ohio.
Según el Centro para los Derechos Constitucionales, como psicólogo jefe del Grupo Conjunto de Inteligencia y alto miembro del BSCT en Guantánamo, James tuvo acceso a archivos médicos confidenciales de personas que se encargó de aprovechar con fines de inteligencia.
El Centro agrega que, de acuerdo con ex interrogadores de Guantánamo, el BSCT usó información de los pacientes para ayudar a aumentar la coacción psicológica sobre ellos, lo que incluyó explotar sus temores.
El propósito mismo de estos equipos de profesionales de la salud mental fue ayudar a "quebrar" a los prisioneros, señalaron los interrogadores.
James niega esa denuncia, pero un documento del gobierno apoya los relatos de los propios inquisidores, sostiene el Centro.
"Los nombres y la información sobre varios individuos que pueden haber estado involucrados en abusos a prisioneros son públicamente conocidos", dijo.
"Cuando se les presentó información creíble de que licenciados dentro de su jurisdicción pudieron haber cometido groseras violaciones de la ética, las juntas estatales emisoras de licencias se negaron a actuar. Hasta la fecha no se ha llevado a la justicia a ningún profesional de la salud por su rol en las torturas", agregó.
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