España: La montaña gallega sufre el año más frío de las últimas décadas

La Voz de Galicia
19/04/09

En la montaña luguesa el invierno no ha dicho su última palabra y sus habitantes han perdido la cuenta de los días con nieve desde los primeros temporales de octubre del 2008. Esta semana volvieron a registrarse nevadas en las cumbres altas e incluso en O Cebreiro, a 1.300 metros, en una sucesión que muchos ven inusual en estos tiempos y que los más viejos comparan con la adversidad climática de la posguerra.

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A pesar de que no existen ya problemas en las carreteras, el alcalde de Cervantes, Benigno Gómez, señalaba que «alomenos estivemos con neve tres meses e medio no último medio ano, dende os primeiros temporais de outubro». Y los datos de MeteoGalicia confirman en este período precipitaciones durante 70 días, al cruzar los días con lluvia y con temperaturas por debajo de 0°. Aún con los frutales en flor en el fondo de los valles que llevan a Doiras, la temperatura en las zonas bajas era el pasado jueves de 4° y en las cotas bajas del Penarrubia o el Mustallar había nieve fresca. El 30 de octubre, el 24 y 29 de noviembre y durante seis días de diciembre del 2008 se registraron importantes nevadas. También fueron copiosas entre el 19 y el 22 de enero de este año, el 31 de ese mismo mes, el 10 de febrero y, comenzado marzo, de forma especial, el día 6.

En O Courel tampoco se han quedado atrás, con fuertes nevadas en diciembre y enero. Núcleos como Teixeira y Visuña fueron los más afectados, y personal de Protección Civil de Seoane hubo de actuar para abrir paso al traslado de enfermos y difuntos, en episodios que solo se recordaban de viejo. Algún viernes las nevadas dejaron desiertas ferias en Pedrafita, y en otros puntos de la provincia lucense algunos camiones que transportaban ganado quedaron bloqueados.

La meteoróloga de MeteoGalicia Ángeles Lago confirma que «ha habido bastantes nevadas y entrada de aire frío, pero dentro de un período climático amplio podemos decir que se trata de un año climático normal». Para quien lo vive en O Cebreiro, como Marisol, «non é un clima moi lóxico dentro do que viñamos tendo. Veñen como almarzadas, cunha nevada enriba doutra. Neva, chove, volve nevar. En febreiro -añade-, a xente non puido chegar aquí e mesmo eu, que vivo en Lóuzara, tiven que cruzar varios días O Poio en tractor para vir traballar. E aínda nos queda unha gorda, a nevada do cuco».