¿La colonización un asunto del pasado?
Espirit du Monde
Traducido para Rebelión por Caty R
18/02/09
A priori, puede parecer incongruente la idea de que la colonización es un fenómeno que permanece en la actualidad. Efectivamente, la mayoría de los territorios colonizados en los siglos XIX y XX recuperaron su independencia política antes de 1975 (1), pero no hay que olvidar que Francia todavía posee «restos» procedentes de la colonización, los «DROM-COM» (2), en los que algunas poblaciones indígenas luchan para obtener su independencia (3). Pero entonces, ¿por qué se conservan esas colonias? Aunque las ventajas económicas que se obtienen de esas posesiones son discutibles (4), sin embargo aportan a Francia la posibilidad de incrementar la extensión de sus aguas territoriales (5), lo que constituye una baza geoestratégica de primer orden, puesto que le permite ampliar el tamaño de la zona pesquera, de los estudios científicos y, sobre todo, beneficiarse de los eventuales recursos del subsuelo marino.
Sin embargo, en este comienzo del siglo XXI, los Estados cada vez son menos colonialistas desde el punto de vista tradicional y hemos visto aparecer, desde finales del siglo XX, una nueva forma de política imperialista por parte de las antiguas metrópolis frente a sus viejas colonias: El neocolonialismo.
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El expolio de los recursos
Actualmente son las empresas de los países más avanzados las que explotan los recursos de los países en desarrollo que sin embargo consiguieron su independencia jurídica, militar y política. Podemos entonces preguntarnos cómo se manifiesta el imperialismo económico y si la restitución de sus recursos a dichos países les permitiría acceder al crecimiento de su nivel de vida.
Entre las empresa que explotan los recursos africanos está Areva, que se ofreció a luchar contra la rebelión Tuareg (que se opone al presidente Tandja) a cambio de la explotación del yacimiento de uranio de Imouraren (6). El acuerdo de explotación, firmado el 5 de enero de 2009, prevé que de la sociedad mixta creada para explotar dicho yacimiento el 66,5% es para Areva y el 33,5% para el Estado de Níger. Lo que significa que Níger no puede comercializar más que el 33,5% de un yacimiento que se encuentra en su territorio. Hay que señalar que El Movimiento de los Nigerinos por la Justicia (un grupo rebelde Tuareg) ya denunció esa repartición en los demás yacimientos que explota Areva en Níger y reclama una parte mayor de los ingresos procedentes de dichas explotaciones.
Obviamente, Areva no es la única gran empresa francesa implantada en África. Total está presente en Argelia, Bouygues en varios países africanos y el grupo Belloré está muy implantado en todo el conjunto de África. Si seguimos el rastro de los recursos, nos encontraremos con las empresas extranjeras implantadas en el continente (7).
El comercio injusto
Por supuesto las empresas no son las únicas «instituciones» que participan en el neocolonialismo. Todo el mundo, o casi, sabe que los países del «Tercer Mundo» están endeudados (8) con los organismos internacionales y financieros, así como con otros Estados, con el fin de financiar su desarrollo. Sin embargo, el FMI y el Banco Mundial condicionan sus préstamos a la puesta en marcha de políticas económicas de carácter liberal (9) que llevan a la ruina a esos países. En efecto, éstos deben abrir sus fronteras a la producción extranjera mientras están sometidos al proteccionismo de los Estados que les imponen esas políticas. Por un lado, Estados Unidos y la Unión Europea (por medio de la PAC) establecen barreras aduaneras para evitar que los productos agrícolas de los países más competitivos jueguen en el mercado interior (10), y por otra parte conceden subvenciones a sus agricultores con el fin de que puedan exportar a menor coste a los países en desarrollo, lo que causa la ruina de las agriculturas locales.
Por otra parte existe también un neocolonialismo monetario en las ex colonias francesas que tienen como moneda el franco CFA, el cual está ajustado con respecto al euro, lo que le convierte en una moneda sobrevalorada para la exportación a los demás países denominados «del Sur». Además, en los países citados, cualquier decisión de tipo monetario está sometida al aval de Francia, lo que dificulta el establecimiento de una política presupuestaria coherente con los intereses económicos de los países (11).
Los dirigentes «cómodos»
Finalmente, como hizo Estados Unidos con Chile (12), Francia o sus empresas eligen, en su coto africano, a los dirigentes que les parecen más cómodos. Además de la «red Foccart», que entre otros se habría encargado de asesinar a Ben Barka en 1965 y apoyó a los secesionistas durante la guerra de Biafra en 1966-67 (13), numerosos presidentes africanos habrían sido ayudados en sus golpes de Estado por los intereses franceses (14). Es el caso, por ejemplo, de la empresa Elf, que habría colaborado para colocar en el poder a Paul Biya en Camerún en 1982, fue partidaria de Omar Bongo en Gabón y habría financiado las guerras civiles en Congo Brazaville de 1997 a 1999.
No hay que olvidar que cuando Francia ve amenazados sus intereses no duda en enviar al ejército, como fue el caso en Shaba en 1977, en Costa de Marfil en 2003 y en el Chad en 1983 y 1985 para apoyar a Hissène Habré y en 2008 para apoyar a Idriss Déby.
No caer en el maniqueísmo
Decir que todos los males del continente africano se deben al imperialismo de los países más ricos, resultaría de un maniqueísmo marxista que es necesario matizar.
Algunos presidentes africanos están a la cabeza de países con muchos recursos: oro, diamantes, coltán (15), cobalto, cobre y madera. Mientras que estas riquezas se podrían utilizar para financiar la construcción de infraestructuras útiles para el desarrollo de los países, en especial escuelas y hospitales, se utilizan para fines personales (16). En efecto, en numerosos países africanos, la partida presupuestaria destinada al ejército es más importante que la que se dedica a la educación; y todo el mundo conoce la importancia de los diamantes en los conflictos de Sierra Leona y la RDC o de la madera exótica en Liberia, que han permitido mantenerse en el poder a sus presidentes respectivos (17).
Es obvio que las guerras civiles dentro de esos Estados también pueden explicarse, en parte, por el trazado geométrico de las fronteras, que no tuvieron en cuenta las diversidades étnicas. Por eso las élites financieras e intelectuales de dichos países envían a sus hijos a estudiar a las prestigiosas escuelas de las antiguas metrópolis y éstos sólo esporádicamente regresan a sus países de origen para tratar de resolver los diferentes problemas.
Salir de la crisis
Aunque parece muy difícil poner fin con rapidez a las crisis que estragan el continente africano, sin embargo se podría considerar una injerencia productiva de las organizaciones internacionales. La ONU podría intentar la pacificación de las zonas conflictivas y los organismos como el FMI, el Banco Mundial o la OMC ganarían en legitimidad con el envío de expertos en gestión de crisis y con la propuesta de ayudas en especie (18). Si las guerras y el neocolonialismo permiten enriquecerse a algunos, la paz y el desarrollo conjunto propician un comercio justo y la prosperidad de todos. Pero, ¿qué dirigente de una potencia mundial está dispuesto a sacrificar sus mejores industrias (y por lo tanto su eventual reelección) en beneficio de países políticamente inestables cuyos regímenes aceptan vender sus recursos a cambio de una promesa de seguridad?
Notas:
(1) A excepción de algunos Estados.
(2) DOM-TOM, nuevo nombre de los territorios de ultramar desde una ley orgánica de 2003.
(3) Nueva Caledonia votará un referéndum en 2004 para obtener su independencia completa, prevista en los acuerdos de Nouméa de 1998.
(4) Los ingresos procedentes del turismo no compensarían los gastos relacionados con la administración de esos territorios.
(5) Francia posee una zona de aguas territoriales de 11.035.000 kilómetros cuadrados y ocupa el segundo puesto en todo el mundo en términos de superficie marítima después de Estados Unidos. Además pretende agrandarla desde 2002 con la puesta en marcha del proyecto Extraplac.
(6) Se trata del primer yacimiento de uranio de África y el segundo a nivel mundial.
(7) Si desea profundizar en este asunto, puede cruzar los datos procedentes del mapa de este documento: http://www.monde-diplomatique.fr/IMG/pdf/continent_convoite_-2.pdf, con la lista de las empresas implantadas en los países de África: http://fr.transnationale.org/epays.php.
(8) http://fr.wikipedia.org/wiki/Dette_du_tiers_monde
(9) En el FMI, los votos de los países se valoran por su participación financiera. La mayoría de los votos se efectúan por una mayoría cualificada del 85%. Sin embargo Estados Unidos y la Unión Europea disponen cada uno de más del 15% de los derechos de voto, lo que les concede el derecho de veto.
(10) Si no existieran las barreras aduaneras, los productos extranjeros serían mucho más baratos que los productos europeos o estadounidenses.
(11) Le invito a leer el artículo de Arnaud Zacharie: http://users.skynet.be/cadtm/pages/francais/cfa.htm
(12) La CIA asesinó a Salvador Allende y lo reemplazó por el general Pinochet.
(13) La región de Biafra tiene 4/5 de la producción petrolera nigeriana.
(14) http://www.africafiles.org/article.asp?ID=19700 y http://www.cellulefrancafrique.org/-Dictateurs-amis-de-la-France-.html.
(15) El coltán es un recurso estratégico porque se utiliza para fabricar aparatos electrónicos de alta tecnología.
(16) Félix Houphouet-Boigny, ex presidente de Costa de Marfil, mandó construir en Yamoussoukro la basílica Nuestra Señora de la Paz, el mayor edificio religioso cristiano del mundo, según el Guinness, en 1989. El coste de su construcción está valorado en 1.000 millones de francos de la época.
(17) http://joseyav.afrikblog.com/archives/2008/02/06/7847635.html y http://www.30giorni.it/fr/articolo.asp?id=1386
(18) Las ayudas en especie son preferibles a las ayudas económicas, ya que estas últimas se pueden desviar.
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