Erdogan habló con la verdad en nombre de los Handalas de Palestina

Maryam Ismail
Khaleej Times / Rebelión
Traducido por Nadia Hasan y revisado por Caty R.
17/02/09

Handala es un niño palestino espigado, con el pelo ralo y la ropa remendada, que se alza sobre sus pies descalzos de espaldas a nosotros porque está demasiado ocupado siendo testigo de su vida cotidiana.

Actúa sólo en estallidos poco frecuentes, cuando su paciencia ya está tan gastada como su ropa. Creado por el caricaturista palestino Naji Al Ali, Handala es un símbolo de la resistencia palestina. Recuerdo que en la década de los 90 tenía una camiseta con su imagen. Handala estaba ocupado escribiendo en una pared palabras que significan: «Mi Palestina, cada pedacito de tu tierra es mi país». Me pregunto, ¿qué habría dicho Handala si lo hubiesen invitado a Davos la semana pasada?

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El panel sobre el conflicto de Oriente Próximo en el Foro Económico Mundial tuvo un nombre inapropiado, ya que el presidente de Israel Shimon Peres anunció enfáticamente que no había ningún conflicto ni asedio en Gaza. Esto hizo que todo el asunto pareciese más bien el renacimiento de una iglesia a medianoche que una reunión para la solución de un conflicto político. Se invocó el nombre del presidente Obama como el de un salvador personal de todos, pero como no pudo asistir, Peres decidió que podía ocupar su lugar como el auto-ungido príncipe de la paz. Aunque los otros dos panelistas (Ban Ki-moon y Amr Mousa) también hicieron responsable a Israel de los daños en Gaza, Peres apuntó con su diatriba a Erdogan, que había hablado antes que él.

Peres sonaba más bien como la función lectora en un computador retumbando una lista de titulares. Habló de las explosiones en autobuses israelíes (la mayoría de las cuales ocurrieron durante la primera Intifada). «La elección de Hamás no significa nada... La democracia es una civilización... El alto el fuego nunca existió (no estábamos luchando contra ellos)... Los palestinos anunciaron un alto el fuego, nosotros no... Una elección no crea una democracia en un día».

Peres se refirió a los palestinos como si fueran inmigrantes desagradecidos, «Les damos agua, electricidad...», se jactó; «Hemos invertido nuestro dinero para desarrollar la agricultura de las fresas y flores. Israel ha construido invernaderos para los palestinos y ellos los han destruido... ¿Por qué disparan cohetes contra nosotros? ...Nunca hubo un día de hambre en Gaza ¡Nunca hubo un asedio a Gaza! ¡Incluso Mubarak culpa a Hamás!». Luego, cansado pero impertérrito, la víctima Peres declaró que «Israel no quiere disparar a nadie. No tenemos otra opción, no tenemos otra opción sino la paz... Los llamamos [a los palestinos] y les dijimos que íbamos a bombardear la zona para que pudieran salir, ¿qué país hace eso? ¡Hicimos 200.000 llamadas de teléfono!»

¿¿Qué??

Esperé que alguien en el auditorio se levantara, saliera, gritara y que, por lo menos, no aplaudieran cuando terminó. Irónicamente, no sólo aplaudieron, sino que incluso se rieron con sus chistes estúpidos.

Ésta fue la respuesta de Peres a la descripción que hizo Erdogan acerca de la forma en que había que esperar en un puesto de control, las luchas por lograr que entre la ayuda humanitaria en Palestina y el hecho de que para que tenga éxito la democracia en Palestina, cualquiera que sea elegido debe ser respetado. Lo que quedó claro fue el sentido de traición por parte de Erdogan a pesar de sus estrechas relaciones con Olmert y con Israel. Cuatro días antes del asedio de Gaza, él se encontraba negociando la liberación de un grupo de familias de Hamás en poder de Israel a cambio de un soldado en poder de Hamás. Olmert se negó y cuatro días más tarde comenzó la guerra contra Gaza. Esas familias eran un blanco fácil sin posibilidades de escapar, igual que todos los habitantes de Gaza.

«Dígame, ¿En qué país un diplomático tiene que pasar media hora en un puesto de control en el auto con su esposa?», preguntó a la audiencia. «¿Es tan difícil conseguir la ayuda humanitaria en Palestina, la alucinante burocracia dificulta la posibilidad de obtener una sola caja de tomates en Palestina? ¿Son necesarias negociaciones sólo para conseguir que entre la ayuda humanitaria?»

Erdogan fundamentó su argumento citando las relaciones diplomáticas con Israel. Aireó su frustración por el desproporcionado uso de la fuerza por parte de Israel, se refirió a una conversación que sostuvo con Olmert en la que éste confesó que los cohetes de Hamás eran molestos, pero no peligrosos. A lo largo de su discurso, el orador expuso sus puntos para resolver los diversos problemas que obstaculizan el proceso de paz: «La población civil de Palestina está sufriendo... En Palestina hay muchos partidos, no sólo Hamás y Fatah, dejen que esos partidos celebren elecciones en Gaza y Cisjordania y a cualquiera que gane, aunque no nos guste, tenemos que respetarlo e intentar trabajar con ellos», fueron las claras palabras de Erdogan. Además ofreció posibles soluciones. Asimismo, dijo que mientras que la oferta realizada por las Naciones Unidas de 615 millones de dólares era buena, no era suficiente. «Incluso 2.000 millones de dólares no serían suficientes, porque no hay infraestructura en Gaza, en absoluto». En el foro de Davos, Peres quería tener la última palabra, pero Erdogan tuvo que responder: «Un minuto». El moderador trató de detenerlo, pero el público lo vitoreó y el moderador le cedió la palabra. «Creo que usted, presidente Peres, habla tan alto porque sabe que es culpable. Que han matado a gente... Recuerdo a los niños que murieron en la playa, me parece muy triste que la gente le aplauda, porque por lo que se ha dicho muchas personas han sido asesinadas... Dos ex primeros ministros israelíes me hablaron de la emoción que sienten cuando viajan en sus tanques por zonas palestinas. Esto no está bien».

El moderador le quitó la palabra: «Tenemos que llevar a los invitados a cenar». Erdogan apartó las manos del moderador cuando trató de sujetarlo, «Un minuto, sólo tengo dos cosas más que decir. Me parece muy interesante que incluso los eruditos judíos digan que la barbarie de Israel se les ha ido de las manos». El moderador lo cortó de nuevo. Erdogan se puso de pie y anunció: «Creo que no voy a volver por aquí, dado que insisten en negarme la palabra».

En ese momento, Erdogan fue Handala diciendo la verdad al poder, desacreditando el silencio y denunciando a los que jalean esta tragedia. Erdogan fue la voz de todos los niños jironados, heridos y asesinados: de todos los Handalas, que resisten en el presente para conseguir un futuro mejor.

Maryam Ismail es una escritora estadounidense que reside en Sharjah, Emiratos Árabes Unidos. Puede ser contactada en maryam@journalist.com

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