¿Es la hipnosis una forma distinta de consciencia?
SCIAM
Traducción al español por Ciencia Kanija
12/01/09
Estudios confirman que durante la hipnosis los sujetos no están en un estado somnoliento, sino despiertos.
El hipnotizador, haciendo oscilar un reloj de bolsillo ante los ojos del sujeto, entona lentamente: “Tienes sueño… Tienes sueño…” La cabeza del sujeta cae de forma abrupta. Está en un profundo trance similar al sueño, ajeno a todo salvo a la sueva voz del hipnotizador. Sin poder para resistirse al la influencia del hipnotizador, el sujeto obedece cada orden, incluyendo una instrucción para realizar una escena infantil. Al “despertar” del trance media hora después, no recuerda nada de lo sucedido.
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De hecho, esta descripción familiar, captada en incontables películas, encierra una gran cantidad de conceptos equivocados. Pocos, si es que hay alguno, de los hipnotizadores modernos usan el famoso reloj introducido por el cirujano ocular escocés James Braid a mediados del siglo XIX. Aunque la mayor parte de los hipnotizadores intenta calmar a los sujetos durante la “inducción”, tal relajación no es necesaria; incluso se ha hipnotizado a gente que pedaleaba vigorosamente en una bicicleta estática. Estudios electroencefalográficos (EEG) confirman que durante la hipnosis los sujetos no están en un estado adormilado, sino que están despiertos — aunque a veces un poco somnolientos. Además, pueden resistir libremente la sugestión del hipnotizador y están lejos de ser autómatas sin mente. Finalmente, la investigación realizada por el psicólogo Nicholas Spanos de la Universidad Carleton en Ontario demuestra que un fallo al recordar lo que sucedió durante la sesión hipnótica, o amnesia post-hipnótica, no es un elemento intrínseco de la hipnosis y normalmente sólo ocurre cuando a los sujetos se les dice que es posible que ocurra.
La cuestión de la consciencia
La escena icónica descrita en el inicio del artículo también genera una cuestión más profunda: ¿Es la hipnosis un estado distinto de consciencia? La mayor parte de la gente parece creerlo así; en una reciente investigación sin publicar, el psicólogo Joseph Green de la Universidad Estatal de Ohio en Lima y sus colegas encontraron que el 77 por ciento de los estudiantes de facultad estaban de acuerdo en que la hipnosis es un estado alterado de consciencia distinto. Este tema tiene más importancia que la académica. Si la hipnosis difiere en tipo más que en grado de la consciencia ordinaria, podría implicar que la gente hipnotizada puede llevar a cabo acciones en el estado despierto. También podría dar credibilidad a las afirmaciones sobre que la hipnosis es un medio único para reducir el dolor o los efecto de curas drásticas psicológicas o médicas.
A pesar de la ubicua descripción de Hollywood de la hipnosis como un trance, los investigadores han tenido grandes dificultades a lo largo del tiempo para señalar algún “marcador” específico — indicadores — de hipnosis que se distingan de otros estados. El legendario psiquiatra estadounidense Milton Erickson afirmaba que la hipnosis se señala por unas características únicas, incluyendo la amnesia post-hipnótica y el “literalismo” — una tendencia a tomar las cuestiones literalmente, tal como responder “Sí” a la pregunta “¿Puedes decirme qué hora es??” Ya hemos visto que la amnesia post-hipnótica no es un acompañante inherente de la hipnosis, por lo que Erickson estaba equivocado en eso. Además de la investigación de Green, el psicólogo de la Universidad de Binghamton Steven Jay Lynn y sus colegas demuestran que los sujetos más probablemente hipnotizables no muestran literalismo mientras están hipnotizados; además, los participantes a los que se pidió simular la hipnosis demostraron índices incluso mayores de literalismo que los sujetos altamente hipnotizables.
Otros expertos, tal como el fallecido psiquiatra de la Universidad de Pennsylvania Martin Orne, han argumentado que sólo los participantes hipnotizados experimentan un “trance lógico”— la capacidad de contemplar dos ideas mutuamente inconsistentes al mismo tiempo. Por ejemplo, un hipnotizador podría sugerir que él es sordomudo y entonces preguntarle. “¿Puedes oírme ahora?” Puede responder “No”, manifestando de esta forma el trance lógico. No obstante, la investigación del fallecido Theodore X. Barber, entonces en la Fundación Medfield, y sus colegas demostró que los participantes a los que se pedía que simularan la hipnosis mostraban un trance lógico igual de a menudo que los hipnotizados, lo que sugiere que el trance lógico es en gran parte una función de las expectativas de la gente, más que un componente intrínseco del propio estado hipnótico.
Cambios cerebrales
Aún así, otros investigadores han buscado descubrir distintos tipos de marcadores fisiológicos de la hipnosis. Bajo hipnosis, los EEGs, especialmente los de participantes altamente sugestionables, a veces muestran un desplazamiento hacia una actividad incrementada en la banda theta (de cuatro a siete ciclos por segundo). Además, los participantes hipnotizados exhiben frecuentemente una actividad incrementada en el córtex cingulado anterior del cerebro (ACC).
Ninguno de estos hallazgos es sorprendente. La actividad theta está normalmente asociada con estados de concentración calmada, que frecuentemente acompañan a la hipnosis. El ACC está vinculado a la percepción de contradicciones, que experimentan muchos participantes hipnotizados cuando imaginan cosas — tales como experiencias de la niñez en el presente — que parecen entrar en conflicto con la realidad. Además, los psicólogos han informado de cambios similares en el cerebro entre sujetos despiertos. Por ejemplo, el ACC se activa durante la famosa tarea de Stroop, la cual requiere que los sujetos nombres colores de tinta (tal como “verde”) con la que se han impreso palabras de colores (tales como “azul”). De esta forma, estos cambios cerebrales no son únicos para la hipnosis.
Para alimentar la percepción de la hipnosis como un estado distinto similar al trance está la extendido suposición de que lleva a marcados incrementos en la sugestionabilidad, incluso a la completa conformidad con las sugerencias del terapeuta. En ningún lugar se describe este estereotipo de zombi más vívidamente que en un espectáculo de hipnosis, en el cual la gente es aparentemente inducida a ladrar como perros, cantar en un karaoke y adentrarse en otros comportamientos cómicos a plena vista de cientos de divertidos miembros de la audiencia.
La investigación demuestra que la hipnosis ejerce sólo un impacto menor en la sugestionabilidad. En escalas estandarizadas de sugestionabilidad hipnótica, que piden a los participantes completar una docena de sugerencias (que el brazo de uno se eleve por su propia fuerza, por ejemplo), el incremento en la sugestionabilidad tras una inducción hipnótica es normalmente del orden de un 10 por ciento o menos. Además, la investigación demuestra que una inducción hipnótica formar no es necesaria para producir muchos de los efectos aparentemente espectaculares de la hipnosis, tales como la reducción de un dolor extremo o distintos logros físicos, populares en actos de hipnosis, tales como suspender a un participante horizontalmente entre dos sillas. Se pueden generar la mayor parte, si no todos, estos efectos simplemente proporcionando a la gente altamente sugestionable suficientes incentivos para que los realicen. Los hipnotizadores de espectáculos son muy conscientes de este pequeño secreto. Antes de empezar su actuación, hacen un examen previo de los miembro de la audiencia buscando alta sugestionabilidad proporcionando a estas personas una cadena de sugestiones. Entonces seleccionan a dedo sus participantes entre la minoría que lo cumple.
Estamos de acuerdo con Lynn y el psicólogo Irving Kirsch de la Universidad de Hull en Inglaterra, quien escribió en 1995 que “habiendo fallado al encontrar marcadores fiables del trance tras 50 años de cuidadosa investigación, la mayor parte de los investigadores han concluido que esta hipótesis [que la hipnosis es un estado único de consciencia] ha sobrevivido a su utilidad”. Cada vez más pruebas sugieren que los efectos de la hipnosis son mayormente el resultado de lo que la gente espera que sea la hipnosis más que el propio estado hipnótico. Aún así, siempre es posible que futuros estudios puedan dar la vuelta o al menos cualificar esta conclusión.
En particular, la investigación sobre los potenciales marcadores fisiológicos de la hipnosis difiere de otros estados de consciencia. Aunque la hipnosis posee fascinantes misterios que mantendrán ocupados a los científicos durante décadas, parece claro que es tiene mucho más en común con la actividad cotidiana que con el trance inducido por un reloj de los thrillers de asesinatos de Hollywood.
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