Interrogantes de Rusia ante doble discurso de Washington

Jorge Petinaud
Prensa Latina / IAR Noticias
27/07/09

La actuación provocadora del vicepresidente estadounidense Joseph Biden durante las visitas a Ucrania y Georgia, y sus más recientes declaraciones ofensivas contra Rusia provocan hoy en el Kremlin delicadas interrogantes.

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¿Quién determina en Estados Unidos la política exterior: el presidente Obama o el vicemandatario?, sostuvo el asesor del presidente Dmitri Medevev, Serguei Prijodko, al comentar polémicas afirmaciones de Biden en entrevista al diario Wall Street Journal.

Si los miembros de esa administración "están en desacuerdo con la línea presidencial debemos saberlo", añadió al refutar los puntos de vista del segundo al mando de la Casa Blanca en relación con los acuerdos previos en materia de reducción del armamento nuclear.

Prijodko criticó la conexión establecida por Biden del serio trabajo en la esfera del desarme con supuestas causas económicas y no con la alta responsabilidad que llevan Rusia y Estados Unidos ante la comunidad internacional.

Los críticos pronunciamientos del vicepresidente Biden, formulados al calor de una constructiva atmósfera en las relaciones bilaterales, subrayó, plantean esas interrogantes.

Por su trayectoria, Biden es reconocido como continuador de la línea seguida por los llamados halcones de Washington.

En 1997 su punto de vista político como jefe del comité de Relaciones Internacionales del senado fue decisivo en la invasión de Estados Unidos y sus aliados contra Yugoslavia.

Desde su escaño de senador, apoyó en 2002 la intervención militar en Iraq, y siempre ha sido uno de los políticos estadounidenses más críticos hacia el Kremlin.

Entre el 16 y el 18 de agosto de 2008, fue el primer congresista que viajó a Tiflis para respaldar a Mijail Saakashvili tras la agresión a Osetia del Sur y la operación de paz realizada por Rusia.

En esa ocasión prometió a Saakashvili gestionar una ayuda millonaria en el congreso de Estados Unidos para el rearme de esa nación transcaucásica.

Como resultado de su visita a Ucrania y Georgia la pasada semana, Tiflis recibirá potentes medios bélicos de Washington a despecho de la petición expresa de Moscú de evitar otra aventura militar en el Cáucaso como la del 8 de agosto de 2008 contra Osetia del Sur.

Biden reafirmó, asimismo, el pleno respaldo de la Casa Blanca a los planes de ingreso en la OTAN de los gobernantes de ambos países, lo cual Rusia considera una amenaza para su seguridad nacional.

Esta actuación del segundo hombre del Ejecutivo estadounidense contradice la promesa formulada por el presidente Obama durante su reciente visita a Rusia de tener en cuenta las preocupaciones del Kremlin en su política hacia esos dos países.

Otra contradicción Obama-Biden se evidenció durante la estancia del mandatario en Moscú a principios de julio en relación con el programa nuclear de uso pacífico iraní.

Mientras el líder afrodescendiente insistía en la necesidad del diálogo con Teherán para despejar las dudas sobre el tema, en Washington, Biden reivindicó ante la prensa el derecho de Israel a lanzar un golpe aéreo contra la república islámica.

La reciente publicación del Wall Street Journal que causó irritación en el Kremlin coincidió con el anuncio de una próxima ronda de negociaciones del nuevo tratado de desarme atómico estratégico ruso-estadounidense (START, en inglés).

Con el ánimo de avanzar en esa dirección, las partes se reunirán en Ginebra a finales de agosto y principios de septiembre, confirmó la web del ministerio ruso de Asuntos Exteriores.

El medio informativo añade que las delegaciones analizarán los parámetros de un futuro acuerdo que debe ser rubricado antes del 5 de diciembre de 2009, fecha en que caduca el START-1.

Moscú y Washington aspiran a lograr antes de diciembre un nuevo tratado con vigencia de 10 años, siempre y cuando no sea sustituido por otro según el interés de las dos potencias, y toman como base el memorando "marco" firmado en Moscú por Medvédev y Obama.

Empero, la entrevista de Biden al Wall Street Journal causó en el Kremlin el efecto de una rociada de agua fría en pleno invierno.

El vicepresidente aseguró que una Rusia debilitada cederá en las negociaciones ante su país.

Se vanaglorió de una correlación de fuerzas en el campo nuclear que favorece a Washington y dijo que esta situación y la incapacidad económica y material de Moscú para sostener su arsenal estratégico la obligó a iniciar una nueva ronda de conversaciones.

En respuesta, Prijodko, lamentó que un alto dignatario emita de manera festinada esos criterios cuando las delegaciones rusa y estadounidense despliegan un importante trabajo práctico para materializar los acuerdos presidenciales.

¿Por qué de pronto la segunda figura de la administración estadounidense decidió dar su interpretación y su visión sobre las relaciones bilaterales?, concluyó el asistente de Medevedev al criticar la agresividad del vicepresidente.

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