Objetivo Irán: Bush estrena un nuevo comandante militar

IAR Noticias
24/01/08

David Petraeus, el general favorito de la Casa Blanca y que actualmente dirige la "guerra contraterrorista" en Irak, fue designado como nuevo comandante en jefe de las tropas norteamericanas en Medio Oriente, reforzando la posición del lobby neoconservador (encabezado por Cheney) que promueve un ataque a Irán antes de que Bush termine su mandato.

...Siga leyendo, haciendo click en el título...


El general David Petraeus, actual comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, fue propuesto por el presidente George Bush como jefe del Mando Central Conjunto (Cetcom), que abarca Medio Oriente, y el este de África hasta Afganistán.

"Tras mi recomendación, que el presidente (George W. Bush) aceptó, nombrará al general David Petraeus nuevo jefe del Comando Central" estadounidense (Centcom), que supervisa las guerras en Irak y Afganistán, señaló el jefe del Pentágono, Robert Gates, durante una conferencia de prensa en Washington.

Actualmente, El Centcom ejerce la autoridad de comando sobre todas las fuerzas de combate norteamericanas desplegadas en Medio Oriente y en el área del Golfo Pérsico incluyendo Afganistán y el Cuerno de África.

Tras el 11-S en EEUU, y ejecutando la nueva doctrina de "guerra preventiva" de la Casa Blanca, el Centcom intervino en las invasiones a Irak y Afganistán.

De esta manera el Pentágono seguía cumpliendo su misión original de apoderamiento militar de los recursos energéticos-petroleros del Golfo Pérsico, no ya con la "Doctrina Carter", sino con la doctrina de las "guerras preventivas" contra el "eje del mal" del período de Bush hijo.

En febrero de 2006, un informe del Pentágono señalaba que EEUU se preparaba para actuar en "guerras convencionales simultáneas", y en conflictos irregulares y prolongados como en Irak, y los expertos aseguran que Irán forma parte de ese proyecto bélico de conquista de recursos petroleros disfrazado de "guerra contra el terrorismo" que se inició tras el 11-S.

El general Petraeus, un favorito de Bush y del círculo de halcones que controlan la Casa Blanca , sustituirá en el cargo al almirante William Fallon, quien fue desplazado de su puesto luego de que manifestara su oposición a una posible guerra con Irán y alertara sobre las consecuencias negativas regionales que acarrearía.

Antes de este nombramiento, el general David Petraeus, de 55 años, ex comandante de la famosa 101 división aerotransportada, llamado "el rey David" por sus colegas, fue designado por Bush para ganar la "guerra contraterrorista" en Irak.

Mezcla rara de general de oficina, adornado con un toque de teórico de manual, el nuevo comandante militar de Bush es un ejemplar de militar imperialista que combina, en una rara ecuación, un lenguaje "psico-persuasivo" de la ocupación, con una concepción "contraterrorista" al más puro estilo Bush.

La capacidad del gobierno de Bush para decidir un ataque contra Irán había sido boicoteada por la oposición del almirante William Fallon, quien el mes pasado dejó la conducción del Comando Central por sus discrepancias con la política exterior predominante en Washington.

Petraeus, en clara sintonía con los halcones de Washington, fundamentó ante el Senado el incremento de tropas en Irak, y comenzó una escalada contra Irán acusándolo de financiar y armar el "terrorismo islámico" en Irak.

Como comandante militar elevó a 168.000 el número de soldados estadounidenses en Irak a mediados de 2007, e incorporó a las fuerzas de ocupación escuadrones de mercenarios sunitas (financiados por el Pentágono) en la "guerra contraterrorista", dividiendo a la oposición iraquí.

Esto lo convirtió en el "favorito" de la Casa Blanca y de las usinas conservadoras que hacen lobby bélico contra Irán para suceder al Almirante Fallon, cuyas órdenes llegó a desobedecer en claro alineamiento con Bush.

Al conocerse su designación, la prensa norteamericana comentaba el miércoles que la designación del general David Petraeus como máximo comandante militar de EEUU en Medio Oriente garantiza al ala neoconservadora de la Casa Blanca, encabezada por el vicepresidente Dick Cheney, más posibilidades de decidir, eventualmente, un ataque aéreo contra Irán antes del final de mandato de Bush, el 20 de enero de 2009.

Su nombramiento indica -dice el especialista en defensa y seguridad de la BBC Rob Watson- que se mantiene la continuidad de la política militar en Irak y, en particular, la idea de que los soldados estadounidenses no deben ser retirados con demasiada premura.

Fallon y Petraeus habían mantenido una pelea por el control de las decisiones estratégicas por el control de la "guerra contraterrorista", sobre todo en lo atinente a Irán y su influencia en Irak, y el anterior jefe del Cetcom llegó a calificarlo de "pequeña basura lameculos".

La alianza de Petraeus con Bush y los halcones del lobby neocon le restó protagonismo a Fallon en las decisiones sobre Irak y Medio Oriente, precipitando su renuncia y cuestionamiento a la política militar de la Casa Blanca.

En sintonía con Bush, Cheney y el entorno guerrerista de los halcones del lobby sionista neocon, Petraeus considera a Irán como el principal escollo para "terminar con el terrorismo" en Irak y el Medio Oriente, y posibilitar de esa manera un desenlace victorioso para las tropas estadounidenses empantanadas cada vez más en la ocupación militar.

Petraeus llegó a admitir en su último informe al Congreso legislativo en Washington, que había asumido funciones normalmente reservadas al conductor del Comando Central, especialmente en materia de relaciones con los jefes militares de la región.

El lobby del ataque a Irán

En los últimos días medios y analistas estadounidenses vienen destacando que el problema nuclear con Irán dividió al entorno de Bush en dos líneas claramente diferenciadas: Partidaria de la "opción diplomática" una, e impulsora de la "opción militar", la otra.

En un artículo publicado el 1 de marzo pasado, el influyente diario diario The New York Times señalaba que con respecto a Irán (y en general a toda la política exterior estadounidense) existen dos posiciones en la Casa Blanca: una "moderada" caracterizada por la búsqueda del diálogo y la "salida diplomática", personificada en la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y otra "ultradura" representada y conducida por el vicepresidente Dick Cheney, que propicia operaciones militares inmediatas contra el régimen de Teherán.

La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el jefe del Pentágono, Robert Gates, lideran la "opción diplomática", mientras que Bush, el vicepresidente Cheney y los funcionarios más conservadores del lobby sionista de la Casa Blanca, impulsan la "opción militar" para dar un desenlace a la crisis nuclear con Irán.

El almirante Fallon el anterior jefe del Cetcom se había alineado claramente con la "opción diplomática" en el conflicto con Irán, mientras que el general Petraeus profundizó su alianza con los lobbystas de la "acción militar" contra Teherán en la Casa Blanca.

Jubilado Rumsfeld, Cheney quedó como principal jefe político del lobby de la derecha sionista y militarista dominado por un fanático compromiso y lealtad ciega hacia el Estado de Israel y su política expansiva en Medio Oriente.

Como se sabe, el lobby sionista neocons opera (hace negocios y posibilita negocios) sobre los sectores claves del poder estadounidense que se enriquecen con la guerra: Defensa, el Complejo Militar Industrial, y los consorcios armamentistas, petroleros, financieros, tecnológicos y de servicios que se benefician de la conquista militar de mercados, como en Irak y Afganistán.

Según la prensa británica y estadounidense, en los últimos meses los que están en favor de adoptar acciones militares contra Irán antes del término del mandato de Bush han ocupado una posición predominante, y el presidente estadounidense ha dado todo su apoyo a la teoría de la "opción militar” liderada por vicepresidente Dick Cheney.

Considerado el "gran lobbista de la guerra" en la Casa Blanca, el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, dedica todas sus horas a "promocionar" las ventajas de un ataque militar a Irán en el Congreso y entre el establishment de poder estadounidense que se beneficia económicamente de las campañas militares.

Según lo que han deslizado medios y analistas estadounidenses, en los últimos meses Bush se ha contagiado de la "obsesión" de Cheney por la iniciativa militar contra Irán, pero en el seno de la Casa Blanca se encuentran con la oposición de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice y del secretario de Defensa, Robert Gates, a quienes acompañan otros miembros prominentes del "clan Bush" (liderado por el padre de W) afectos a la búsqueda de una solución en el plano diplomático.

En sucesivos informes, The Washington Post, The New York Times, y el semanario The New Yorker coincidieron en que se ha creado un comité en el Pentágono para planear un ataque que pueda llevarse a cabo sólo 24 horas después de que el presidente así lo decida.

Según coincidieron los analistas de esos medios, un grupo de planificación especial fue establecido dentro de la oficina de Jefes del Estado Mayor Conjunto, mientras el Pentágono realiza continuos ejercicios de bombardeo a las plantas nucleares de Natanz y Arak.

Con la renuncia del almirante Fallon y la asunción del Comando Central por el general Petraeus, la balanza del poder parece inclinarse para lado de Cheney y del lobby de halcones que impulsan un ataque militar antes del final del mandato de Bush.

0 comentarios: