Preocupación en Rusia por secta suicida que tiene a 4 niños en cueva

Milenio
16/11/2007

Los seguidores de la secta “Verdadera Iglesia Ortodoxa Rusa” tienen la convicción de que el fin del mundo será en mayo del año próximo.

...Siga leyendo esta noticia, haciendo click en el título...


Moscú/Penza.– Las autoridades de la región rusa del Volga continúan intentando establecer contacto con los seguidores de una secta de tendencia suicida guarecidos en una cueva con varios niños, según dieron a conocer hoy medios locales.

Los medios afirmaron que las autoridades habían previsto tomar el control de unos 30 adultos y 4 niños a través de gases narcóticos, pero estas informaciones fueron desmentidas hoy por una portavoz de la policía de Penza a la agencia de noticias Interfax.

Los seguidores de la secta “Verdadera Iglesia Ortodoxa Rusa” tienen la convicción de que el fin del mundo será en mayo del año próximo.

Amenazaron con autocalcinarse en caso de que la cueva fuera asaltada por los agentes policiales.

La policía de Penza, por su parte, comunicó que se pretende evitar toda provocación.

Las personas de la cueva, entre ellas una niña de 16 meses de edad, se encuentran en su guarida subterránea desde octubre, pertrechadas con botellas de gas, querosén y alimentos.

El lugar en el que se encuentran está bajo vigilancia constante de la policía. Mediante un tubo de ventilación los atrincherados comunicaron que se encuentran bien en el bifurcado sistema de túneles, que cuenta con varios ambientes.

En los últimos días se percibieron disparos provenientes de los túneles en señal de alerta cuando un sacerdote intentó acercarse al lugar.

La policía detuvo al líder de la secta, que no se encontraba en la cueva junto a los seguidores.

Actualmente se está examinando el estado de salud psíquica del autoproclamado líder.

Si bien en los últimos meses la gente que habitaba el pueblo vecino de Poganovka había estado observando con recelo a los seguidores de esta secta, que no trabajaban, no enviaban a sus niños a la escuela y rechazaban utilizar cualquier tipo de tecnología moderna, nadie había intervenido en sus vidas.

“Pensábamos que eran locos inofensivos”, comentó un vecino al periódico sensacionalista ruso “Tvoj Den”.