Alarma un derrame en el Mar Negro

BBC
12/11/07

Equipos de rescate están buscando a más de 20 marineros desaparecidos, luego de que una poderosa tormenta azotara el domingo el estrecho de Kerch, que separa a Rusia de Ucrania.

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Funcionarios de ambos países indican que hay cuatro barcos hundidos y otros cuatro se están partiendo en pedazos.

Al menos dos de los barcos son petroleros.

El temporal -que no ha cesado- impide la limpieza de unas 2.000 toneladas de combustible derramadas, provocando alarma sobre un potencial desastre ecológico.

Fiscales rusos dicen que están investigando si los capitanes de los barcos ignoraron el alerta de temporal.

Toneladas de combustible

El derramamiento de combustible se produjo luego de que un petrolero ruso se partiera en dos cerca del Mar Muerto.

El barco zozobró cuando vientos de 108 km/h y olas de cinco metros de alto lo golpearon en el estrecho de Kerch, entre el Mar de Azov y el Mar Negro.

Los 13 tripulantes del petrolero ruso fueron rescatados luego de varias horas del accidente, pero más de 20 de las otras embarcaciones siguen desaparecidos.

El barco ruso Volganeft-139 estaba anclado cuando su casco se partió en aguas ucranianas del estrecho, dijeron funcionarios.

Un funcionario ruso dijo a la BBC que se derramó casi la mitad de las más de 4.000 toneladas de combustible que transportaba el carguero.

Daño ecológico

El ambientalista ruso Vladimir Slivyak dijo a los medios locales que el accidente "es un desastre ambiental muy serio".

El pesado combustible se está precipitando al lecho submarino y podría llevar años removerlo, agregó Slivyak.

Informes indican que se evacuaron docenas de barcos del puerto comercial ruso de Kavkaz por causa de la tormenta.

De los barcos que se hundieron, tres transportaban azufre. Uno de ellos, el Volnogorsk, llevaba 2.000 toneladas de azufre.

Del total de desaparecidos, 15 son tripulantes de un barco de bandera georgiana que transportaba chatarra, que se hundió cerca del puerto de Sebastopol, en la península ucraniana de Crimea.

En noviembre de 2002 un desastre similar ocurrió frente a la costa norte española, cuando el buque Prestige derramó 64.000 toneladas de combustible, causando daños severos en las playas de España, Francia y Portugal.