El terrorista sistema educativo israelí
Elias Akleh
PalestineChronicle.com/Rebelion.org
Traducido por Beatriz Morales Bastos
20/11/07
Tras el 11 de septiembre, los principales medios de comunicación estadounidenses se centraron en atacar y criticar los sistemas educativos árabes e islámicos para presentarlos como madrasas (escuela en árabe) que generaban odio, prejuicios, extremismo religioso y violencia. Barbara Walters, del programa 20/20 del canal de televisión ABC, viajó a Arabia Saudí para criticar las escuelas islámicas. Seleccionó una serie de frases del Corán sacadas de contexto contra los judíos, de la época en que estos rompieron los tratados de paz y traicionaron a los musulmanes, y las retrató como provocadoras de odio y anti-semíticas. Los saudíes se tomaron sus criticas con mentalidad abierta y prometieron "modernizar" sus currículos.
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Debido a razones políticas, los críticos, Barbara Walters incluida, han pasado por alto reconocer todas las buenas enseñanzas que ofrecen las escuelas islámicas, incluyendo la aceptación de las religiones judía y cristiana, la tolerancia hacia otras culturas, la moderación de los comportamientos, los valores familiares, la compasión por los pobres, la igualdad de derechos, la libertad y emancipación de los esclavos, y la democracia (la shoura islámica), entre una larga lista de otras.
Por otra parte, Barbara Walters y otros no se han atrevido nunca a mirar siquiera el sistema educativo israelí y a compararlo con otros. Dicho examen revelaría que el sistema educativo israelí es un sistema racista, chovinista, elitista, intolerante, provocador de odio, violento, militarizado y terrorista.
Los fundadores sionistas reconocía que nunca se debería haber aceptado un Estado israelí en el centro del mundo árabe sobre tierra palestina usurpada. Para existir Israel necesita utilizar una fuerza militar brutal para poder imponerse. Por lo tanto, la sociedad israelí necesita ser una sociedad militarizada. David Ben Gurion, el primer presidente israelí, lo expresó al afirmar que "Israel es simplemente una sociedad militarizada".
La militarización se refleja en cada uno de los aspectos de la vida israelí, empezado por sus familias y siguiendo por sus ciudades, su cultura, sus negocios, sus instituciones, sus industrias, su educación e, incluso, su arte y sus espectáculos. Prácticamente cada israelí es personal militar de un tipo o de otro. En cualquier sitio al que uno vaya en cualquier comunidad israelí se encuentran soldados israelíes armados: en las calles, en los mercados, en las tiendas, en los restaurantes, en los autobuses, en los trenes y en cualquier lugar en el que se pueda pensar. Generales y personal militar y ex-militar dirigen cada una de las piezas de la maquinaria israelí.
Para crear esta sociedad militarizada, que vive y muere por la guerra, la gente tiene que ser adoctrinada militarmente desde la infancia y qué mejor manera de adoctrinar y programar a los jóvenes que desde dentro de su sistema educativo, cuando sus mentes son todavía manejables y moldeables. El académico y periodista israelí Erna Kazin indicó que los currículos académicos israelíes están diseñados para educar desde su infancia a los alumnos dentro de una atmósfera militarizada que glorifica lo militar para prepararlos para ser soldados del ejército israelí. El servicio militar se considera en Israel el más importante deber religioso al que aspira cada israelí.
La primera lección que aprende un niño israelí es la más racista, chovinista, llena de prejuicios, religiosamente extremista y homofóbica lección del perseguido pueblo elegido de Dios en la Tierra Prometida por Dios. El niño israelí descubre que tiene el divino derecho de nacimiento judío de ser el elegido de Dios y que este privilegio divino acarrea la envidia, el odio anti-semítico y la persecución de los otros (los goyim, los otros pueblos) hacia él. Aprende que estos goyims son mera almas animales encarnadas en cuerpos humanos para el servicio y placer del pueblo elegido por Dios. También aprende que la Tierra Prometida de Dios había sido robada por ladrones paganos (árabes y musulmanes) y que es un deber religioso cumplir el deseo de Dios de limpiar la Tierra Prometida de estos paganos y construir una casa para Dios.
Los libros de texto israelíes están escritos con una ideología sionista extremadamente militarizada y con un profundo tinte de religiosidad distorsionada. El investigador israelí Eli Bodia, de la Universidad de Haifa, dirigió un estudio sobre el currículo académico de historia titulado "La lucha israelí en los libros de historia académicos hebreos". Bodia concluía que el currículo perpetúa el conflicto israelo-árabe y que ha sido un obstáculo que ha contribuido a obstaculizar todo acuerdo de paz real con los palestinos. Describe el currículo como uno profundamente distorsionado por la ideología sionista extrema. Alimenta el odio hacia los árabes en general y a los palestinos en particular despojándolos de su humanidad y describiéndolos como salvajes, violentos, terroristas, retrasados, criminales, sucios y animalizados. La académica israelí Sigrid Lehman afirmó: "Nosotros, los judíos, estamos predispuestos a percibir a un árabe como goyim; como europeos los percibimos como un enemigo asiático contra nuestras aspiraciones nacionales y como socialistas los percibimos como representantes del peor tipo de retraso".
Los currículos sociales y religiosos israelíes, por otra parte, también están llenos de prejuicios religiosos extremos y de elitismo social respecto a todos los goyim. Los libros religiosos están llenos de historias de los antiguos profetas judíos que, bajo las órdenes asesinas de Dios, enviaron a los judíos a cometer crímenes contra los goyim, sin perdonar a ninguno y matándolos a todos, niños y ancianos de ambos sexos incluidos; los enviaron a cometer crímenes contra granjas de animales y matar a todos los rebaños, y a cometer crímenes contra el medioambiente quemando ciudades, arrancado árboles frutales y quemando cosechas. La historia del profeta Samuel y el rey Saul no es más que uno de los muchos ejemplos del Viejo Testamento y del Talmud. En ocasiones este Dios asesino participa en la guerra y arroja granizo y fuego sobre los enemigos de Israel. Así, los alumnos israelíes aprenden que asesinar goyims y destruir sus ciudades no sólo no está castigado por Dios sino que son deberes religiosos.
Dios sigue hablando a los rabinos israelíes para dirigir a Israel en su guerra contra los árabes. Los rabinos israelíes emiten decretos religiosos que santifican las agresiones israelíes contra los palestinos. El rabino Murdachai Eliahu, el anterior primer rabino de Israel, emitió decretos religiosos en los que llamaba al genocidio de todos los palestinos como un deber religioso. El rabino Eleazar Malmid emitó decretos religiosos animando a los israelíes a robar y quemar las cosechas palestinas, a matar a los animales de sus granjas y a envenenar sus pozos de agua. Estos crímenes se han convertido en el audaz pasatiempo nocturno de los jóvenes israelíes de las colonias contra las granjas palestinas vecinas. Los decretos religiosos extremistas fueron publicados por el jefe espiritual israelí, el primer rabino Yosef Obadia, que describió a los palestinos como bichos y cucarachas que había que pisotear. También predica que el Mesias que va a llegar arrojará a todos los odiados palestinos al infierno. En septiembre de 2005 destacados rabinos israelíes dirigidos por el rabino Dov Lenor enviaron un decreto religioso al entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, en el que le autorizaban a atacar a civiles palestinos citando a reyes israelíes de la Antiguedad como Saul y David, los cuales fueron dirigidos por Dios para atacar a todos los goyims sin excepción, tanto niños como adultos.
Estos decretos religiosos se convierten en leyes y se enseñan en las escuelas israelíes junto con otros libros religiosos que glorifican a los criminales de guerra israelíes decribiéndolos como santos por matar goyims palestinos, como el libro Baruch, el héroe, escrito por el rabino Izhak Genzburg. El libro glorifica al terrorista Baruch Goldstein que en 1994 asesinó a 29 palestinos e hirió a muchos otros cuando estaban arrodillados rezando en la mezquita Ibrahimi de Hebron antes de que lo mataran otras de las personas que estaban rezando. Baruch fue considerado un santo por este crimen. Lo enterraron en la colonia israelí de Kiryat Arba y su tumba se convirtió en un lugar de peregrinación de los religiosos extremistas israelíes.
La militarización del sistema educativo israelí tiene tres características principales:
Primera: el sistema glorifica el poder militar y la guerra como un estilo de vida israelí y refuerza el concepto de que el poder es correcto. El servicio militar es el servicio religioso supremo que Dios pide a los israelíes. Este Dios en guerra ordena a los israelíes que limpien su tierra prometida de todos los goyims árabes y que le construyan un templo. Parece que este Dios quiere que los humanos emprendan también la propia guerra que ノl ha emprendido y que quiere dejar su vasto universo para vivir en un exiguo templo terrenal. Para adoctrinar (lavar el cerebro) a las nuevas generaciones con el espíritu militar las escuelas organizan viajes escolares a las bases militares donde los estudiantes pueden conocer la vida militar, familiarizarse con todo tipo de armas, sacarse fotos con los soldados y asistir a entrenamientos con munición real. También se les anima a que escriban su firma en las bombas que se lanzarán sobre los barrios árabes, como pudimos ver en los medios de comunicación durante el ataque israelí a Líbano del verano de 2006. Como tareas escolares, los alumnos escriben cartas y tarjetas de felicitación a los soldados dándoles las gracias por matar a los enemigos del pueblo elegido de Dios. Generales militares y soldados visitan regularmente las escuelas para dar conferencias sobre la guerra, sobre el invicto ejército israelí gracias a la ayuda de Dios y sobre las atrocidades de la guerra para hacer que los alumnos se vuelvan insensibles.
Segundo: la característica más importante de las escuelas israelíes es su cariz militarista en el que el personal militar está a cargo de la gestión de las instituciones educativas y de la enseñanza de los alumnos. Un general en pie ante los alumnos exige mucha atención y es un ejemplo que hay que seguir. El ministerio israelí de Educación ha adoptado un programa de formación llamado Tsafta para capacitar como profesores y directores de escuela a ex-militares y ex-agentes de inteligencia. El director de este programa, Motti Saji, explicó que el objetivo del programa no es encontrar profesores cualificados sino dirigentes militares con habilidades especiales. Desde que Limor Lifnat del Likud llegó a ser ministro de Educación en 2000 la extrema derecha militar ha podido ocupar los cargos más altos de su ministerio y militarizar asi todavía más el sistema educativo.
Tercero: el establecimiento de instituciones religiosas militares, conocidas como Yishovot Hahsadir, que combinan extremismo religioso y el militar. Estas instituciones están dirigidas por rabinos y en ellas los alumnos de secundaria reciben tanto enseñanzas religiosas sionistas racistas como adiestramiento militar. Aunque el ejército financia estas instituciones, no tiene control sobre ellas. Estas institiciones existe funadamentalmente en las colonias que se han establecido sobre tierra palestina usurpada y en el Jerusalén ocupado. Su currículo religioso se basa en decretos sionistas extremistas que están repletos de prejuicios y de odio hacia los goyims, árabes especialmente. Los rabinos profesores en estas instituciones son bien conocidos por sus ataques a los árabes y por su oposición y su criticismo a todo acuerdo de paz con ellos. El rabino Eli Elbaz, un destacado rabino del este, es conocido por sus ataques abiertamente agresivos al Islam y a su profeta Mahoma. El rabino Eliahu Reskin de la colonia de Efrat construida sobre tierra usurpada a la ciudad de Belén se mofa de los intentos de diálogo interconfesional entre los rabinos judíos por una parte y los sacerdotes cristianos y los jeques musulmanes del mundo árabe por otro. Predica que el único lenguaje que entienden los árabes es "el lenguaje de las balas".
Estas instituciones militares religiosas sionistas no sólo amenazan a los árabes sino a la paz en Oriente Próximo en general, y al propio Estado israelí. Muchos observadores, incluyendo generales militares israelíes, creen que estas instituciones se están preparando para derrocar el gobierno laico israelí y convertirlo en uno sionista religioso. Un estudio realizado en la Universidad israelí de Bar-Ilan en Ramat Gan ha revelado que el 99% de los alumnos de estas instituciones militares y religiosas israelíes y el 90% de los israelíes religiosos ortodoxos ignorarían las leyes laicas israelíes y seguirían los decretos de sus rabinos religiosos en caso de que estos se contradijeran con las leyes laicas. Estas conclusiones fueron confirmadas por una encuesta de opinión realizada por el Hertzlia Center en 2006 que indicaba que el 95% de los soldados y generales religiosos israelíes seguirían los decretos religiosos en vez de las leyes laicas en caso de que ambos se contradijeran. Esto quedó patente cuando en 2004 el ex-primer ministro Ariel Sharon implementó su "Plan de Desconexión" al retirar las colonias israelíes de Gaza. El destadado rabino Abraham Shapiro instó a sus alumnos y seguidores a desertar del ejército israelí si se implementaba el plan, mientras que el rabino Haim Druckman instó a sus alumnos y seguidores a disparar contra las fuerzas de seguridad israelíes si éstas trataban de implementar por la fuerza el plan.
Estos no son sino unos pocos hechos acerca del terrorista sistema educativo israelí. Invito a los periodistas preocupados por la cuestión, como Barbara Walters, a investigar más en profundidad este tema y a hacer una comparación imparcial entre los sistemas educativos árabe e israelí.
Colaborador de PalestineChronicle.com, el Dr. Elias Akleh es un escritor árabe de origen palestino, nacido en la ciudad de Beit Jala y residente en Estados Unidos.
1 comentarios:
Tres niños de entre 8 y 9 años, acusados de violar a una niña de 11en EEUU
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/11/20/internacional/1195546896.html
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