Psicólogos de Guantánamo

Por Gustavo Sierra
Clarín.com
21/9/08

Los psicólogos estadounidenses decidieron, después de siete años, que no es bueno ayudar a los militares en los interrogatorios y sesiones de tortura en el campo de prisioneros de Guantánamo. Y la decisión no se tomó por unanimidad. En una votación realizada a través de Internet la American Psychological Association logró incorporar la prohibición de trabajar en la base naval, por donde pasaron miles de prisioneros de la guerra antiterrorista, por 8.792 contra 6.157 votos. Es decir que más de seis mil psicólogos estadounidenses piensan que es útil que uno de ellos ayude a los interrogadores.

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Hasta ahora, el código de ética de la APA permitía a sus asociados participar de interrogatorios relacionados con la búsqueda de información relevante para la seguridad nacional siempre que no se estuviera presente en el momento en que se aplicaban algunos de los 19 procedimientos cohercitivos como la tortura conocida como "el submarino".

El debate que llevó a la votación se produjo después de que los abogados del prisionero Mohammed Jawad revelaran que había sufrido aislamiento y otros tormentos por consejo de un psicólogo. Jawad fue trasladado a Guantánamo desde Afganistán cuando tenía 15 años. De acuerdo a la transcripción de algunos interrogatorios, el chico sufrió graves consecuencias psicológicas durante su detención hasta terminar intentando el suicidio en varias oportunidades. A pesar de eso, el psicólogo recomendó continuar con los interrogatorios. Cuando los abogados quisieron llevar al profesional ante los tribunales, éste se amparó en el artículo 31 del código de justicia militar y logró que su nombre no trascendiera.

Desde las filas del ejército se insiste en que es fundamental la participación de los psicólogos en los llamados "grupos de consulta del comportamiento" (conocidos en la jerga carcelaria como "galletas") para mantener esas sesiones "seguras, efectivas y legales".

A partir de ahora, ningún psicólogo que quiera seguir ejerciendo su profesión podrá participar de ninguna sesión de tortura ni en Guantánamo ni en ningún otro centro militar. "Esta fue una lucha por la continuidad de la profesión misma", dijo el nuevo presidente de la APA Alan Kazdin. "Logramos recuperar la ética que nunca debimos perder".

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