ALERTA: Plan británico para evitar que personas "vulnerables" sucumban al "terrorismo islámico"


IAR
04-06-2008

EEUU y Gran Bretaña, los centros irradiantes de la "guerra contraterrorista" a escala global, no solamente mantienen un sincronizado sistema de alertas de detección de ataques ("antes de que sucedan"), sino que además sus servicios de inteligencia diseñan permanentemente dispositivos de "prevención" para evitar que la población sea manipulada y reclutada por "células terroristas". En esta orientación, Londres acaba de revelar otro plan orientado a evitar que las personas sean influidas psicológicamente por las redes del "terrorismo islámico".

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Informe

Según un informe oficial citado por la agencia EP, el Gobierno británico ha puesto en marcha un programa para identificar a las personas susceptibles de caer en la red del extremismo islámico y que ya han "cruzado la línea" en términos ideológicos.

De esta manera, se busca evitar su conversión a la violencia, en lo que supone un nuevo sistema de prevención integrada en el paquete de medidas de refuerzo de la seguridad diseñado por el Ministerio del Interior británico.

De esta manera, Londres busca evitar que las personas "vulnerables" sucumban al extremismo islámico, mientras sus funcionarios aclaran que no persigue a ninguna religión, sino las "distorsiones" utilizadas para justificar la "violencia terrorista".

A mediados de abril pasado, la ministra británica de Interior, Jacqui Smith, advirtió que la amenaza terrorista contra el Reino Unido se ha tornado "grave" y "creciente", al tiempo que denunciaba que en la actualidad hay 30 complots "activos" para atentar contra su país.

La advertencia se inscribió dentro de lo que los expertos denominan la "estrategia del terrorismo latente" que EEUU y Gran Bretaña vienen desarrollando desde el 11-S hasta aquí por medio de denuncias y de desactivación de "planes terroristas" antes de que se ejecuten.

Washington y Londres, en forma coordinada, a través de decenas de denuncias, han mantenido viva la "amenaza terrorista", y no son pocos los expertos que han advertido que detrás de esa maniobra se encarama la preparación de un segundo 11-S, posiblemente fuera del territorio de EEUU.

Según la información del ministerio de Interior británico recogida por EP, el objetivo del nuevo sistema de prevención es iniciar una "desradicalización masiva", de aquellos que ya han sido captados pero todavía no han cometido ningún delito, por lo que sus potenciales destinatarios no afrontarán persecución criminal alguna, "a no ser que quede claro que han cometido un delito".

No obstante, según el informe oficial, su puesta en marcha requerirá de la colaboración activa de las autoridades locales y se estudiarán procesos similares iniciados en otros países, así como en diversos ámbitos profesionales y experiencias piloto anteriores.

Las nueva modalidad busca actuar "a través del sistema judicial en los casos de aquellas personas vulnerables a la violencia extremista o que ya hayan sido atraídos".

De acuerdo con estas nuevas normas, los funcionarios y organismos implicados recibirán un documento base en el que se incluye un perfil del potencial "asimilado", que asociado a un trauma familiar o sumido en una crisis personal pueda convertirse en "vulnerable" a un trabajo de reclutamiento por parte de "redes terroristas".

El informe del ministerio de Interior, admite que el Gobierno se propone trazar un mapa del país con información de los grupos religiosos, principalmente islámicos, para detectar los flancos potenciales de la "radicalización".

Así, aunque el documento reconoce las amenazas de otros grupos como los de extrema derecha, subraya que los más peligrosos son los que "distorsionan" el Corán para justificar la violencia.

El gobierno británico aclara que no persigue cambios en ninguna doctrina religiosa, pero que actuará "donde la teología es claramente alterada para justificar la violencia extremista y amenaza tanto a musulmanes como a no musulmanes".

El informe subraya que el Gobierno debe reforzar el entendimiento de la fe y, de este modo, "construir una resistencia" contra las actividades de algunas organizaciones, entre las que cita explícitamente a Al Qaeda.

En una entrevista concedida en abril al sensacionalista The Sun, la ministra británica de Interior, Jacqui Smith (la principal impulsora de legislaciones duras contra "sospechosos de terrorismo") aseguró que "Hay 2.000 individuos bajo vigilancia. Hay 200 redes implicadas en 30 complots activos" para atentar contra el Reino Unido .

Bajo el manto de esta denuncia la ministra justificó la necesidad de incrementar de 28 a 42 días el plazo de detención sin cargos de "sospechosos de terrorismo".

Este endurecimiento de la legislación está contemplado en el llamado Proyecto de Ley Antiterrorista de 2008, pieza clave de la agenda legislativa del Gobierno de Gordon Brown (heredado de la administración Blair), que ha suscitado una gran controversia en el Reino Unido y puede generar una rebelión en las filas laboristas.

"No podemos esperar a que ocurra un atentado para dotarnos a todo correr de nuevos poderes. Tenemos que seguir adelante", consideró la "ministra contraterrorista" en la entrevista al sensacionalista The Sun.

Smith insistió en que si las agencias de seguridad y la policía, encargadas con la misión de "proteger" al país, aseguran que cada vez es "más difícil" hacer frente a la "amenaza terrorista" y que necesitan "más tiempo para investigar minuciosamente", es su "deber" proporcionarles las herramientas que necesitan.

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