Marines estresados: Una máquina de matar que se mata a sí misma

IAR Noticias
23/11/09

Uno de cada seis soldados invasores norteamericanos tiene síntomas de aguda ansiedad, fuerte depresión o desorden de estrés postraumático, una tendencia que se expresa en dos resultados contrapuestos: El suicidio o la masacre de civiles en Irak o Afganistán.

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La locura de ocupación sangrienta que azota a Irak y Afganistán (un "manicomio en el infierno", como dicen algunos corresponsales) no es un fenómeno únicamente atribuible al espectáculo de la muerte diaria con ataques y atentados, sino que tiene otra expresión más oculta en el desarreglo mental de los soldados ocupantes que cada vez más frecuentemente protagonizan masacres de civiles que son silenciadas por el Pentágono.

Tanto en Irak como en Afganistán, se estima que un alto número de muertes está constituido por el "gatillo fácil" de los marines norteamericanos que, en estado de paranoia y demencia acentuada, a diario asesinan a civiles en rutas, calles y ciudades, ante el menor movimiento que les parece "sospechoso".

Tanto en Kabul como en Bagdad, hay un sentimiento generalizado de indignación y de miedo a transitar por las calles, principalmente por las carreteras, por temor a ser muerto por alguna de las patrullas militares que se desplazan en blindados y disparan sin preguntar ante la menor sospecha.

Marines norteamericanos, en un estado de "nerviosismo" que ronda el pánico, durante las 24 horas, y ante la menor sospecha, comienzan a disparar contra todo lo que se mueve a su alrededor, y cuyo número de victimas aparecen disimuladas en el número de muertos diarios que colapsan morgues y hospitales, señalan en sus crónicas los corresponsales.

Todos los días se conocen historias trágicas de acribillamiento de vehículos particulares, con heridos, victimas fatales, autos destruidos y cubiertos de sangre, y ciudadanos civiles convertidos en blanco permanente de las balas invasoras, que no son registrados por la prensa internacional.

A este cuadro, se le suma la ola de suicidios en aumento de los soldados invasores por desorden mental, problemas de ansiedad, depresión y consumo de drogas o de medicamentos para poder combatir.

Según cifras que acaba de proporcionar el Pentágono, el número de suicidios en el Ejército sobrepasó los niveles récord del año pasado, en lo que el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de EEUU calificó como una tendencia "horrible".

Desde enero del año 2009 se han suicidado 140 soldados activos, además de 71 de la reserva y de la Guardia Nacional, mientras que en 2008 el número total de suicidios fue de 197 entre soldados activos y reservistas.

En 2004 hubo 32 suicidios confirmados o posibles de marines estadounidenses, sobrepasando así a los 28 ocurridos en 2001, cuando EEUU invadió Afganistán.

Aunque los marines son el cuerpo militar más reducido de EEUU, en lo que respecta al número de sus efectivos, han venido teniendo la tasa de suicidios más alta, una media de 25 al año, de entre los distintos cuerpos militares de EEUU desde 1999, año en que el gobierno estadounidense comenzó a conservar registros detallados.

Por otra parte, el jefe del Estado Mayor señaló que además del aumento de los suicidios se ha advertido un incremento en el número de soldados que consumen una mayor cantidad de fármacos y alcohol tras su regreso desde zonas de combate.

En la mirada atenta de los expertos, al genocidio militar de la conquista de Irak se le suma otra masacre -aún no estudiada- y cuyas consecuencias ya están a la vista- conformada por los emergentes psicológicos de la ocupación imperialista en los propios soldados que la ejecutan.

Un cuarto (25%) de los militares veteranos estadounidenses bajo tratamiento médico cuando vuelven de Irak o Afganistán sufren algún tipo de problema de salud mental, según un estudio, publicado en Archives of Internal Medicine, que se realizó a partir de una muestra de 103.788 militares ingresados en centros de salud para veteranos entre 2001 y 2005.

El diagnóstico más frecuente era el de desorden de estrés postraumático, aunque también se detectaron problemas de ansiedad, depresión y consumo de drogas o medicamentos.

Según un documento difundido por el diario The New York Times, como en Vietnam muchos marines sufren profundas enfermedades psiquiátricas después de servir en Irak.

Según The New York Times, el estudio demuestra que “uno de cada seis soldados norteamericanos tiene síntomas de aguda ansiedad, fuerte depresión o desorden de estrés postraumático, una proporción que, según algunos expertos, podría aumentar eventualmente hasta uno de cada tres, la tasa que fue hallada entre los veteranos del Vietnam”.

El documento, elaborado por la Marina de EEUU, señala que algunos marines relataron cómo habían matado a soldados iraquíes en combate o habían apuñalado a iraquíes que se hallaban en el suelo, con el fin de asegurarse de que estaban muertos. Algunos de ellos fueron apuñalados hasta 28 veces.

Estos problemas psicológicos han incrementado la tasa de suicidios entre los marines norteamericanos, que ha alcanzado su nivel más alto de los pasados cinco años.

La Universidad de Carolina del Sur y el Instituto de Tecnologías Creativas crearon un simulador "virtual" para ayudar a los soldados de EEUU a "superar el trauma de la guerra" que padecen muchos efectivos luego de una estadía prolongada en Irak y Afganistán.

Este martes, el jefe del Estado Mayor señaló que el Ejército manifestó que algunos suicidios militares se deben al trastorno post traumático causado por el despliegue de los soldados en conflictos en el exterior, como los de Irak y Afganistán.

Por otro lado, el general Chiarelli señaló que hay nuevas cifras estadísticas que muestran un aumento de los suicidios entre soldados jóvenes que nunca han participado en una misión de combate.

En este escenario, medios, políticos y analistas estadounidenses comienzan a parangonar las matanzas y violaciones de los derechos humanos de los actuales marines en Irak y Afganistán , con lo sucedido en Vietnam, en la década del setenta, donde el ejército norteamericano, derrotado, decadente, y con sus soldados afectados por la corrupción, la locura y las drogas, debió retirarse vergonzosamente del país ocupado.

Dementes de "gatillo fácil"

Hay una campaña montada sutilmente en las grandes cadenas mediáticas estadounidenses (destinada particularmente a los sectores pacifistas y "antiguerra" de todo el mundo) consistente en presentar a los marines invasores como "víctimas" de las propias invasiones que generan.

Esta estrategia sutil de "victimizar al victimario" está claramente expresada en la propaganda realizada con la "madre de Irak", Cindy Sheehan, cuyo hijo murió en Irak formando parte del ejército genocida de EEUU en el cual de enganchó por una paga y un "futuro profesional".

The New York Times y las cadenas autodeclaradas "progresistas" de EEUU la inmortalizaron mediáticamente en su apostolado de exigirle a Bush que le explique porqué su hijo "murió engañado" en Irak.

En las fuerzas invasoras de EEUU no hay ningún "engañado": desde que comienzan sus primeros ejercicios de entrenamiento los futuros marines ya saben cual van a ser sus funciones en los países que les toque actuar.

Aparte de trazar una clara diferencia entre los marines (invasores asesinos) con los iraquíes y afganos (víctimas de los invasores asesinos) hay que puntualizar que un marine cuando se enrola conoce perfectamente lo que va a hacer en Irak.

Sabe que su función primordial consiste en matar gente, sean rebeldes o civiles acusados de apoyar a la resistencia, matar gente, esa es la única función valida que le compete a un marine invasor de EEUU en Irak o Afganistán.

Como en Vietnam, esos marines mercenarios consumen drogas, violan, torturan, se bestializan, se corrompen, y cumplen las órdenes de sus superiores convencidos de que detrás de cada iraquí o de cada afgano hay un "terrorista", como en Vietnam, donde detrás de cualquier vietnamita se escondía un "comunista".

Un video difundido por el sitio http://www.animalweb muestra que la faceta asesina de los marines invasores no solamente se manifiesta con civiles inocentes o combatientes que defienden su país, sino que también se extiende a animales inocentes en los cuales descargan su adrenalina de invasores alienados.

La nota que acompañaba el Video que envió un mercenario invasor a una página web decía:

"Hola, mi nombre es M. D., formalmente de A TRP 1-10 CAV 4ID y mientras estuve en Irak tuvimos una competición de matar perros cuando los iraquíes nos disparaban a nosotros.
Cuando le disparé a éste desde unas 50 yardas con mi M4 y huyó a duras penas a zonas más bajas, tuvimos que rematarlo y por ello mis amigos y yo fuimos a junto él y empezamos a dispararle. Nunca he visto a un perro llevarse tantos tiros en la cabeza, al menos 4 como éste, y después de pensar que estaba muerto cavamos un hoyo y cuando lo cogimos con la azada volvió a la vida y le disparamos un par de veces más...es bastante divertido".

Las balas y los misiles del ejercito invasor norteamericano mataron o mutilaron el cuerpo de decenas de miles de iraquíes o de afganos, pero la desesperación, la marginalidad, las drogas, la alienación consumista y las lacras del capitalismo introducidas con las fuerzas invasoras están causando el otro emergente de la conquista imperialista: el genocidio cerebral y psicológico de los propios pueblos ocupados.

Desocupación masiva, infraestructura del país destruida, hospitales y servicios de salud colapsados, desprotección social y marginalidad mayoritaria y creciente, con la droga y el consumismo inducido arrasando el cerebro y la psicología de la juventud iraquí.

Como se puede apreciar, los marines dementes y asesinos se suicidan, pero se llevan con ellos a sus propias víctimas.

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