El truco del psicópata: hacernos creer que el mal viene de otros
Silvia Cattori
SoTT.net
Traducción de Toño para Señales de los Tiempos
31/01/08
© Red Pill Press
Después de leer el libro Ponerología Política, Una Ciencia de La Naturaleza del Mal ajustada a Propósitos Políticos de Andrzej Łobaczewski, tuve el deseo de entrevistar al autor. Sin embargo, debido a que se encontraba enfermo, era imposible que respondiera a mis preguntas excepto de la manera mas breve, en un sólo párrafo. Afortunadamente, pude entrevistar a Laura Knight-Jadczyk y a Henry See, editores del libro quienes discutieron mis preguntas con él vía telefónica y por tanto pudieron contestar en su nombre.
Creo que todos deberían leer este libro porque provee las claves necesarias para entender los eventos que a menudo no podemos comprender. El libro describe el origen del “Mal”, su verdadera naturaleza e ilustra cómo se ha esparcido en la sociedad.
El Sr. Lobaczewski pasó años observando las acciones que fueron la encarnación del mal de aquellos en el poder, personas descritas en términos psicológicos como anti-sociales, psicópatas o sociópatas.
Silvia Cattori: Aquí tengo lo que un psiquiatra suizo me dijo sobre el libro Ponerología Política:
...Siga leyendo, haciendo click en el título...
Nunca había leído en ningún lugar las cosas de las que habla Lobaczewski. Ningún otro libro ha tratado el tema de esta manera. De inmediato fue de utilidad en mi trabajo. Las cosas que afirma acerca del comportamiento corrupto/patológico – referentes a conflictos en los negocios así como en la esfera política, donde vemos cada vez más conflictos y muchas más personas de este tipo – de inmediato me ayudó a entender mejor, por ejemplo, el funcionamiento de estos individuos que crean conflictos en su trabajo y quienes, a donde quiera que vayan, contaminan la atmósfera.
¿Por qué escogió un título tan hermético, Ponerología Política, para un libro que debería interesarle no solamente a los psicológicos y psiquiatras, sino a todos?
Laura: Primero que nada, déjeme decir que existe un lazo emocional muy fuerte entre nosotros y el Dr. Lobaczewski y nos hemos comunicado con él respecto a esta entrevista. Él ya es un anciano y su salud ha sido muy pobre durante el último año aproximadamente y lamenta que no haya sido capaz de responder personalmente; hizo un intento, pero en este momento no esta lo suficientemente fuerte sino para escribir respuestas breves a las preguntas escritas. Aún así, después de unos minutos de concentración, se cansa y su enfoque divaga. Nosotros queremos a toda costa proteger su salud y bienestar, pero también queremos contestar las preguntas de temas importantes. Andrzej me señaló por teléfono que tiene plena confianza en nuestro entendimiento del tema. Repitió, así como respondió cuando nos escribió, que había estado buscando a alguien que se moviera en la misma dirección, pensando de la misma manera, a quien pudiera heredarle su trabajo – tal vez como pasar la antorcha, y de todo el trabajo que fue depositado en él por otros. Pasó años buscando a alguien y fue nuestro propio trabajo el que cumplió con el requisito.
Habiendo dicho eso, voy a tratar de responder a su pregunta: ¿Por qué Lobaczewski escogió ese título? Lo primero es que el trabajo era en un comienzo una serie de documentos, técnicos y académicos, que se originaron de diversas fuentes. Así como Lobaczewski lo explica en su introducción, muy poco del trabajo es de su propia autoría, siendo solamente un recopilador. Los académicos tienden a escoger títulos denotando terminología académica, y los científicos consideran que es su derecho el crear nuevos términos para describir sus descubrimientos, (tal como los físicos inventan palabras como quarks, leptones, muones, etc.), así que en ese sentido, el título es perfectamente claro. El término “ponerología” es una obscura palabra teológica que significa el estudio del mal. Andrzej sabía esto, y decidió reclamar y rehabilitar a esta palabra para fines científicos ya que, como sucede, nuestra ciencia en realidad no tiene una palabra para describir el estudio del “mal” propiamente dicho. Necesitamos una.
Henry: Cuando Lobaczewski nos envió el manuscrito de su libro, nos impresionó enormemente. Habíamos estado atorados con la pregunta de por qué, no importando toda la buena voluntad existente en el mundo, había mucha guerra, sufrimiento e injusticia. Pareciera no importar cual plan, ideología, religión o filosofía formulen las grandes mentes, nada ayuda a mejorar nuestra suerte. Y ha sido de esta manera por miles de años, repitiéndose una y otra vez
También habíamos estado investigando el tema de la psicopatía por varios años, y habíamos publicado muchos artículos sobre esto en nuestros sitios web. Habíamos transcrito la versión electrónica del trabajo seminal sobre psicopatía del Dr. Hervey Cleckley, La máscara de la cordura, con fines investigativos – bajo permiso de los propietarios de los derechos de autor ya que se habían agotado las versiones impresas. Es un trabajo tan importante y seminal que lo hemos puesto para su descarga de manera gratuita. Así que teníamos buenas bases sobre el tema y ciertas indicaciones que la psicopatía y la horrible situación que enfrentamos en el planeta se encontraban relacionadas.
Laura: Permítanme agregar que la razón por la cual habíamos estado estudiando la psicopatía era, como mencionamos mas arriba, porque habíamos tenido un encuentro de primera mano con el fenómeno. Habíamos estado trabajando con grupos de personas y el fenómeno que la Ponerología trata respecto a grupos y cómo se corrompen cuando los anormales patológicos se insinúan en estos con el disfraz de la normalidad, era muy familiar para nosotros en pequeña escala social. Habíamos observado y lidiado con esto una y otra vez, aunque en los primeros días simplemente teníamos la intuición. Sabíamos que algo estaba sucediendo, simplemente no le habíamos asignado etiquetas ni categorías. Encontramos algunas de estas en literatura de psicopatología, pero no tocaban el tema de la dinámica social.
Henry: Pero Ponerología Política presenta el tema de una manera radicalmente diferente, alejándose de otra literatura acerca de la psicopatía, sugiriendo que la influencia de los psicópatas y otros anormales no es sólo una de muchas influencias trabajando en la sociedad, sino que bajo las circunstancias adecuadas, puede ser la influencia primordial que moldee la manera cómo vivimos, como pensamos y cómo juzgamos lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando entiendes la verdadera naturaleza de esta influencia, la cual no posee consciencia o emoción, y es egoísta, fría y calculadora y carente de cualquier estándar moral, te quedas horrorizado, pero al mismo tiempo todo comienza a tener sentido. Nuestra sociedad cada vez más parece carecer de un alma porque las personas que la lideran y quienes ponen el ejemplo no la tienen – literalmente no tienen consciencia.
Cuando llegas a entender que las riendas del poder económico y político están en las manos de personas que no tienen consciencia, que no tienen la capacidad de tener empatía, se abre frente a ti una manera completamente nueva de ver a lo que llamamos “el mal”. El mal deja de ser un tema únicamente moral; ahora puede ser analizado y entendido científicamente.
Laura: Con Lobaczewski, la palabra “Ponerología” ha sido destituida de su connotación religiosa donde nunca hizo mucho bien a la sociedad, y es la ciencia del mal, del entendimiento científico de sus orígenes y cómo puede infectar a individuos y sociedades como una enfermedad.
Cuando los psicópatas son quienes crean las políticas en el gobierno, y los CEO (Chief Executive Office – Oficina del Director Ejecutivo) en las grandes compañías, la manera como piensan y razonan – su 'moralidad' – se convierte en la cultura y 'moralidad' comunes en la población que presiden. Cuando esto sucede, la mente de la población se infecta de la misma manera que un patógeno infecta a un cuerpo. La única forma para protegernos contra el pensamiento patológico es el vacunarnos, y esto se logra aprendiendo lo más posible acerca de la naturaleza de la psicopatía y la influencia que ejerce en nosotros. Esencialmente, esta 'enfermedad' en particular prospera en un ambiente donde su misma existencia es negada, y esta negación es planeada y deliberada.
Y aunque el título del libro luzca hermético, debe ser comprendido en el contexto de la enorme dificultad que Andrzej enfrentó al tratar de publicar su trabajo. Los primeros dos manuscritos se perdieron, justo como lo describe su prefacio. Uno fue quemado minutos antes de la llegada de la policía a inspeccionar su casa, y el segundo fue enviado al Vaticano a través de un intermediario, para nunca ser visto de nuevo. La tercera versión, la publicada por Red Pill Press, fue escrita mientras Andrzej vivía en los Estados Unidos durante la era Reagan. Zbigniew Brzeszinki había ofrecido su ayuda para encontrar un editor, pero después de varios meses, se volvió claro que en el mejor de los casos no estaba haciendo nada y en el peor de las situaciones estaba activamente trabajando para asegurarse que nunca se publicara. Así que el manuscrito se arrumbó en un cajón durante más de veinte años. Estaba escrito para un público profesional y el título escogido fue en base a ese contexto. Esta es también la razón por la cual el texto en sí es muy denso, y que el título acertadamente refleje que no fue escrito para una persona lega. Fue escrito para profesionales y en un estilo académico reflejando sus antecedentes.
Estamos actualmente trabajando en una versión más popular de sus ideas.
SC: Lobaczewski ha estudiado a estas personas no desde un punto de vista político, sino psicológico. Ha logrado entender cómo sucede que personas locas, ideólogos y poderes represivos, a pesar de su inhumanidad, obtengan el apoyo de las masas. ¿Acaso no todos tienen una base perversa/patológica? ¿Un periodo cuando atraviesan una etapa perversa/patológica?
Henry: Primero que nada, necesitamos establecer que las “personas locas” no necesitan el apoyo de las grandes masas, únicamente una minoría poderosa puede tanto “conducir” a la población y controlarla. Observe las encuestas en los Estados Unidos. Bush se ha mantenido con algo más del 30% de popularidad por años – y eso es sobre la totalidad de la población. Pero ya que está apoyado por una minoría muy poderosa, la gente que controla los medios, la industria bélica y sus partidarios militares y las compañías petroleras, entre otros, el descontento popular no importa. Y mientras las políticas de Bush no afecten abiertamente al Americano ordinario, no les importa.
Laura: En los Estados Unidos – y en cualquier parte del mundo – aún los mas oprimidos y maltratados son controlados fácilmente mediante el miedo, mediante amenazas a su materialismo alcanzable: entretenimiento, deportes, apuestas, etc. Aún el fracaso de las escuelas, centros médicos, redes de seguridad social, no motivan a las personas a preguntarse qué es lo que está pasando realmente. Como Aldous Huxley escribió, una dictadura científica: pan y circo. En pocas palabras, la mayoría de los Estadounidenses están conscientes de su opresión, y expresan eso en las encuestas, pero aquellos en el poder han logrado con éxito adormecerlos con una gama de distracciones – miedo y placer – suficiente para mantenerlos bajo control.
Henry: Está el palo y la zanahoria. Mientras las personas puedan vivir continuamente en la ilusión, seguirán así. Cuando la ilusión comienza a resquebrajarse, el palo entra en juego.
Laura: La gente está temerosa de hacer olas por miedo a perder lo que tienen, de perder su paz, de tener que realizar un esfuerzo y resistir. Después de todo, toma todo su tiempo el mantener la ilusión andando, deben de esclavizarse a diario para evitar que embarguen su enorme camioneta, y quieren tener tiempo para ver el partido de fútbol (americano) el sábado.
Henry: También comprenden que a Bush le faltan un par de años únicamente. El sistema cuidará de si. El libro de Lobaczewski nos muestra por qué esta es una manera muy ingenua de pensar. El sistema actual es un sistema patológico que difiere profundamente de la naturaleza de la mayoría de las personas. La gente con consciencia está siendo gobernada por gente sin consciencia. Este hecho es la injusticia primordial y es la base de todos los demás males de la sociedad.
Laura: Por muchos años este sistema ha estado encubierto porque aún había personas con consciencia en las altas esferas del poder, pero con el tiempo, han sido reemplazadas o depuestas de una manera u otra, y ahora el sistema patológico se muestra abiertamente, pero a nadie le importa. Si observamos la historia de los últimos cincuenta años más o menos, encontraremos que casi toda figura pública que ha muerto trágicamente tenía consciencia, se preocupaba por la gente, y tenía la influencia suficiente para hacer olas contra los patológicos.
Henry: La segunda parte de su pregunta es muy importante porque esta idea de que todos somos de alguna manera perversos o patológicos, de que todos tenemos un lado sombrío como lo describió Jung, es la que sirve como gran aliada del sistema patocrático y hace posible que los psicópatas se escondan en la población. Estamos convencidos que sólo somos animales y que cada uno de nosotros es capaz de convertirse en Hitler o en Bush o Mengele, dadas las condiciones adecuadas. Creemos esto porque todos hemos hecho cosas en nuestras vidas de las que estamos avergonzados, de las que sentimos remordimiento. Sabemos que estos pensamientos vienen en momentos de fuerte emoción, pensamientos que deseamos nadie conozca o escuche. Sentimos que tenemos este lado obscuro, una parte de nosotros de la que no estamos orgullosos. Y ya que sentimos esta vergüenza y remordimiento, proyectamos que otros tienen la misma capacidad. En esta proyección es donde cometemos el error fatal.
Hay dos temas que surgen. Primero, existe un mundo de diferencia entre alguien que, en medio de una discusión acalorada con su pareja, por ejemplo, pierde el control y abusa física o psicológicamente de esa persona, y alguien que fríamente, de manera alevosa y calculadora, conlleva las mismas acciones. Ambos actos están equivocados. No estoy tratando de minimizar el abuso cometido en un momento de emoción. Pero la misma persona que pierde el control momentáneamente sería incapaz de trazar un frío plan para realizar la misma acción. Algo dentro de él o ella los detendría. En el psicópata, la voz de la consciencia no existe. Los psicópatas son capaces de planear el genocidio de gente como los Palestinos; las personas de consciencia, no. Una persona tal vez muera al calor de una discusión. Muchos miles más pueden morir por una fría planeación.
Laura: Una manera de entender esto es que existen estudios que demuestran que los psicópatas no solamente tienen mayores tasas de crímenes violentos, sino que cometen diferentes tipos de crímenes violentos, contrario a los que no son psicópatas. Un estudio muestra que dos tercios de las víctimas de los psicópatas eran varones desconocidos mientras que dos tercios de las víctimas de los no-psicópatas eran mujeres pertenecientes a su familia o personas cercanas – crímenes pasionales. Las personas normales pueden cometer actos de violencia en estados de extrema excitación emocional, pero los psicópatas de sangre fría seleccionan a sus víctimas para vengarse o buscar retribución o lograr su cometido. Esto es como decir que la violencia psicópata es instrumental, un medio para un fin, depredadora.
Henry: En segundo lugar, en una sociedad dominada por valores patológicos, si uno los puede llamar así, la existencia de un pequeño grupo de personas sin consciencia promoviendo una cultura de avaricia y egoísmo crea un ambiente donde lo patológico se convierte en norma. En una sociedad, tal como los Estados Unidos hoy día, donde el presidente puede mentir con impunidad sobre cuestiones de vida o muerte, se crea un ambiente patológico donde la mentira es aceptable. La violencia es aceptable. La avaricia es aceptable. El que cualquiera pueda tener éxito sin importar a quién deba dañar para lograrlo es parte del paquete ideológico del Sueño Americano. Y aquello que deben hacer para realmente avanzar es lo que planta las semillas de la patología. En ese ambiente, las personas de consciencia que son débiles y fácilmente influenciables toman las características del patológico para poder sobrevivir y avanzar. Ven que sus líderes mienten y engañan, y comprenden que si quieren seguir adelante, pueden mentir y engañar de igual manera.
Laura: Yo lo llamo la “Cultura Oficial”. Linda Mealey del Departamento de Psicología del Colegio de St. Benedict en St. Joseph, Minnesota propone que una sociedad competitiva – la capitalista, por ejemplo – es una donde la psicopatía es adaptable y propensa a aumentar.
La psicopatía es una estrategia de vida adaptable que es extremadamente exitosa en la sociedad Americana, y por tanto ha aumentado en la población. Lo que es mas, como consecuencia, muchos individuos que NO son psicópatas genéticos la han adaptado de igual manera, convirtiéndose en psicópatas “afectivos”, o “sociópatas secundarios”. En otras palabras, en un mundo de psicópatas, aquellos que no son psicópatas genéticos, son inducidos a comportarse psicopáticamente para sobrevivir. Cuando se establecen las reglas para hacer a una sociedad “adaptable” a la psicopatía, esto hace psicópatas a todos.
Henry: Si la influencia psicópata es retirada de la sociedad al poner en cuarentena a los psicópatas, al educar a la gente de consciencia sobre los signos de la psicopatía, al enseñarlos a saber qué buscar y cómo lidiar con la manipulación, al cambiar los sistemas creados por los psicópatas; si tales métodos pudiesen remover la influencia ponerogénica, entonces el otro polo, aquel de la consciencia, sería la más influyente de las dos, y la gente gravitaría hacia el altruismo y la verdad en vez del egoísmo y las mentiras.
Si somos capaces de retirar la influencia patológica, tal vez encontraríamos que nuestras concepciones de la “naturaleza humana” están equivocadas y que se miden incorrectamente porque aceptamos a aquellos genéticamente sin consciencia como “humanos”. Al removerlos a ellos y a sus actos de la ecuación, al remover su influencia de la sociedad, entonces las mas altas cualidades de consciencia de la naturaleza humana serán capaces de encontrar espacio para la expresión de maneras que jamás imaginaríamos posibles.
SC: ¿Cómo podemos distinguir entre los psicópatas y la gente saludable? ¿Pueden darnos el retrato de un verdadero psicópata? ¿Cuáles de sus facultades tienen problemas?
Laura: El retrato mas simple, claro y verdadero del psicópata lo dan tres trabajos seminales sobre el tema: Without Conscience (Sin consciencia) de Robert Hare, The Mask of Sanity (La máscara de la cordura) de Hervey Cleckley y Snakes in Suits (Serpientes con traje) de Paul Babiak. Un psicópata exactamente es eso: carece de consciencia. La cosa mas importante a recordar es que se esconden detrás de una máscara de normalidad que a menudo es tan convincente que engañan aún a los expertos y, como resultado, se convierten en las Serpientes con Traje que controlan nuestro mundo. Esa sería la respuesta breve.
Henry: La cultura popular pinta a personajes psicópatas como Hannibal Lecter de El silencio de los inocentes (o El silencio de los corderos), como asesinos seriales. Sin embargo, mientras que cierto número de psicópatas son criminales y han tenido encuentros con la ley y algunos de hecho son asesinos seriales, existe un gran número de ellos que nunca infringen la ley. Estos son los listos, y son los más peligrosos porque han encontrado formas de manejar el sistema a su modo.
Existe un número de rasgos que encontramos en el psicópata: uno obvio es su completa falta de consciencia. Carecen de cualquier sentido del remordimiento o empatía con otros. Pueden ser extremadamente carismáticos y son expertos en usar su palabra para encantar e hipnotizar a su presa. También son irresponsables. Nada nunca es su culpa, alguien más o el mundo siempre es culpable de todos sus 'problemas' o sus errores. Martha Stout, en su libro The Sociopath Next Door (El vecino sociópata), identifica lo que ella llama el truco de la lástima. El psicópata usa la lástima para manipular. Te convencen de darles otra oportunidad, y de no decirle a nadie lo que han hecho. Entonces otro rasgo – y uno muy importante – es su habilidad de controlar el flujo de la información.
También son incapaces de tener emociones profundas. De hecho, cuando Hare, un psicólogo canadiense que dedicó su carrera a estudiar la psicopatía, hizo una exploración del cerebro de psicópatas al mostrarles dos conjuntos de palabras, un conjunto de palabras neutrales sin asociaciones emocionales y un segundo conjunto con palabras cargadas emocionalmente, mientras que distintas regiones se encendían en un grupo de no-psicópatas, en los psicópatas ambos conjuntos eran procesados por la misma área del cerebro, el área responsable del lenguaje. No tenían una reacción emocional inmediata.
Nuestra vida emocional en su totalidad representa un misterio para ellos, mientras que al mismo tiempo les provee de una tremenda arma para manipularnos. Piense en esos momentos cuando estamos siendo fuertemente afectados por nuestras emociones y cómo nuestra habilidad para pensar se paraliza. Ahora imagine que usted puede fingir esa emoción, manteniéndose frío y calculador, mientras la otra persona está atrapada en ese caldero emocional. Usted podría llorar o gritar para conseguir lo que quiere, mientras que su víctima está en medio de la desesperación por las emociones que está viviendo.
También parecen no tener una concepción real del pasado o futuro, viviendo completamente para sus necesidades y deseos inmediatos. Debido a su estéril vida interior, a menudo están buscando nuevas emociones, cualquier cosa desde el sentir el poder de la manipulación de otros hasta el involucrarse en actividades ilegales simplemente por el desbordamiento de adrenalina.
Otro rasgo del psicópata es el que Lobaczewski llama el “conocimiento psicológico especial” de la gente normal. Nos han estudiado. Nos conocen mejor que nosotros. Son expertos en saber cómo presionar nuestros botones, usar nuestras emociones en nuestra contra. Pero más allá de eso, parecen tener cierto poder hipnótico sobre nosotros. Cuando comenzamos a ser atrapados por las telarañas del psicópata, nuestra habilidad para pensar se deteriora, se atasca. Parece que nos lanzan un hechizo. Es únicamente cuando estamos fuera de su presencia, fuera de su hechizo, que la claridad de pensamiento regresa y nos encontramos preguntándonos cómo es que fuimos incapaces de responder o contrarrestar lo que estaban haciendo.
Muchos libros en inglés sobre psicopatía hablan acerca de los psicópatas como un grupo que comparte una constelación de rasgos en común. La escala más usada para medir la psicopatía fue desarrollada por el Dr. Hare. Es el PCL-R (Chequeo de Psicopatía Revisada). Lista veinte rasgos que son encontrados en la personalidad. Si el rasgo es encontrado algunas veces, entonces se le asigna un 1; si el rasgo es prominente en la personalidad, se le asigna un 2. La calificación mas alta es por tanto 40. Las personas que obtienen 30 o mas en la escala del PCL-R son consideradas psicópatas.
Pero lo que Lobaczewski ha hecho es ir más allá y darnos la taxonomía de los distintos psicópatas y otros tipos patológicos, y muestra cómo sus aberraciones se conjuntan para formar un sistema patológico. Ha logrado sacar a la luz algo del trabajo de otros psicólogos europeos que se había perdido durante los años del comunismo.
Laura: El diagnóstico es un asunto debatible; existe algo de controversia que necesita ser explicada para poder entender las posibilidades de detección (1)
Lobaczewski discute el hecho de que en la Alemania Nazi o en la Rusia Stalinista las ciencias psicológicas estaban persuadidas para apoyar a regímenes totalitarios, y esto estaba siendo hecho por psicópatas en el poder quienes entonces se avocaron a destruir cualquier posibilidad de obtener información precisa acerca del problema que se estaba propagando ampliamente. Él señala que cualquier régimen compuesto primordialmente por patológicos anormales no puede permitir que la ciencia de la psicología se desarrolle y florezca libremente, porque el resultado sería que el mismo régimen fuera diagnosticado como patológico, y por tanto, el “hombre detrás de la cortina” se revelara.
En base a observaciones de primera mano sobre el fenómeno en cuestión, Lobaczewski escribe que la represión del conocimiento se realiza de la manera típica del psicópata: en forma encubierta y detrás de una “Mascara de Cordura”. Para poder controlar a las ciencias psicológicas, uno debe saber distinguir lo que está sucediendo y cuáles partes de la psicopatología son más peligrosas. Un régimen político patológico localiza a individuos psicópatas en el campo (por lo general científicos muy mediocres), facilita sus estudios y grados académicos y la obtención de posiciones clave para la supervisión de organizaciones científicas y culturales. Con esto están en posición de derribar a las personas más talentosas, gobernados tanto por su propio interés como por esa envidia típica que caracteriza a la actitud de los psicópatas hacia la gente normal. Ellos son quienes monitorean los trabajos científicos para que tengan la “ideología apropiada” e intentan asegurar que les sea negada la literatura científica que necesitan los buenos especialistas.
El hecho es que, durante los últimos 50 años, el concepto de psicopatía fue limitado agudamente y ahora se refiere a un desorden específico de la personalidad aunque han habido intentos por desechar la clasificación completa cambiándola a “Trastorno antisocial de la personalidad”, la cual puede abarcar a una amplia variedad de comportamientos sin requerir necesariamente el diagnóstico clínico de la psicopatía. Robert Hare insiste que es importante entender que la psicopatía no es sinónimo de criminalidad o violencia; no todos los psicópatas presentan violencia o comportamientos criminales. Al mismo tiempo, no todas las personas criminales o violentas son psicópatas.
De acuerdo con Robert Hare y los demás, Cleckley, Lobaczewski y muchos otros expertos en psicopatía, la diagnosis de la psicopatía no puede ser realizada basándose en los síntomas visibles del comportamiento excluyendo a los síntomas interpersonales o afectivos porque tal procedimiento esencialmente hace psicópatas a muchas personas que simplemente fueron heridas por la vida o la sociedad, y permite que los verdaderos psicópatas que tienen “máscara de la cordura” bien formada escapen a la detección. En base a un creciente cuerpo de literatura, muchos (o la mayoría) de los psicópatas crecen en familias estables y bien avenidas y se convierten en criminales de cuello blanco cuyos comportamientos destructivos privados, por dinero o posición, nunca son expuestos a la opinión pública y evitan el contacto con la justicia repetidamente.
Ahora, enfocándonos en el diagnóstico y/o detección específicamente. Existe un número de teorías en The Etiology of Psychopaty (La etiología de la psicopatía) tal como la psicopatía como estrategia adaptativa, como variante de una personalidad normal, como disfunción cerebral, como expresión de apego o patología en la niñez temprana, como desorden de aprendizaje, etcétera. Existe poca evidencia que apoye el hecho que sea genética. El modelo neurobiológico ofrece la mayor esperanza para poder detectar aún al psicópata más anormal.
Como Henry mencionó, en un estudio de tiempos de reacción a varias palabras: emocionales, neutrales, pseudo-palabras, se notó que los Event-Related Brain Potentials (ERP) (Potenciales Cerebrales Relacionados a Eventos) en decisiones léxicas de los no-criminales indicaron que las respuestas tanto a palabras positivas como negativas eran más rápidas que a palabras neutrales. En los cerebros de estos sujetos, las áreas central y parietal indicaron componentes ERP tempranos y tardíos con respecto a palabras emocionales. Los comportamientos tardíos se pensó, indicaban un procesamiento continuo de la palabra.
En este mismo estudio, criminales no-psicopáticos también demostraron sensibilidad a las palabras cargadas emocionalmente. Los psicópatas, sin embargo, fallaron en mostrar cualquier tiempo de reacción o diferencias de ERP entre las palabras neutrales y emocionales. Mas aún, la morfología de sus ERPs era increíblemente distinta de aquella de los no-psicópatas. El componente tardío que era largo y prolongado en los no-psicopátas era pequeño y breve en los psicópatas. Se piensa que esto refleja el hecho que los psicópatas toman decisiones léxicas y procesan la información de manera superficial. Esto es respaldado por estudios de exploración visual del cerebro los cuales muestran que aquellos psicópatas que abusan de sustancias tienen menos actividad cerebral durante el desarrollo de una decisión léxica que los no-psicópatas que también abusan.
Hare y otros también han descubierto que las anomalías ERP de los psicópatas no son específicas a lenguaje afectivo sino que también incluyen lenguaje abstracto. Otro descubrimiento curioso notado en dos estudios separados fue la inusualmente larga oleada negativa que invadió a las áreas frontales del cerebro. Una interpretación tentativa de esto es que es un reflejo de una profunda anomalía procesal cognitiva y afectiva.
Otros estudios recientes han llevado a resultados y conclusiones similares: los psicópatas tienen enormes problemas para procesar material afectivo (emocional) verbal y no-verbal, tienden a confundir el significado emocional de los eventos, y lo más importante, que este déficit aparece en las exploraciones cerebrales. Los psicópatas exhiben una distribución de recursos de procesamiento inter-hemisferial inusual, tienen dificultad para apreciar los significados sutiles y los matices del lenguaje tales como los proverbios, las metáforas y además, tienen una pobre discriminación olfatoria, posiblemente por una disfunción orbito-frontal, y tal vez tengan lo que aparentemente parece un desorden del pensamiento sub-clínico caracterizado por la carencia de cohesión y coherencia del habla. Todas estas anomalías cognitivas y afectivas no pueden ser explicadas por ninguno de los otros modelos de psicopatía y sin embargo pueden ser detectados con exploraciones cerebrales.
Esto último; el problema de desorden del pensamiento, es algo con lo que hemos estado trabajando tratando de encontrar reglas generales para que las personas comunes puedan realizar una evaluación personal después de aplicar pruebas encubiertas durante una discusión con quien pueda resultar sospechoso, por alguna razón, de estar engañándolos o manipulándolos.
Pero este es un asunto complicado. Como Lobaczewski señala, si el psicópata se considera normal, lo cual es significativamente más fácil si posee autoridad, entonces considerará a una persona normal como diferente y por tanto anormal. Las acciones y reacciones de una persona normal, sus ideas y criterios morales, impresionan al psicópata como anormales. Una persona normal impresiona al psicópata como un ingenuo sabelotodo creyente de teorías apenas comprensibles sobre el amor, el honor y la consciencia; llamarlo “loco” no está fuera de toda proporción. Eso explica por qué los gobiernos patológicos siempre han considerado a los disidentes como “mentalmente anormales”.
El sistema legal no está preparado para lidiar con esto porque, por supuesto, el sistema legal es a menudo una creación de individuos patológicos, o al menos administrado por ellos. Una legislación bien pensada debería requerir exámenes científicos aplicados a individuos que señalen insistentemente o demasiado sospechosamente a otros como psicológicamente anormales.
Por otro lado, cualquier sistema patológico social o de gobierno en el cual la psiquiatría sea usada con fines políticos presenta problemas adicionales. Cualquier persona rebelándose contra el sistema gubernamental, pareciéndole extraño e inmoral, puede fácilmente ser declarada como alguien “mentalmente anormal” por los representantes de dicho gobierno, como alguien que tiene un “desorden de personalidad” y que debería ser sometido a tratamiento psiquiátrico, y existen muchas maneras para obtener el control del sistema de evaluación. Un psiquiatra degenerado científica y moralmente puede ser usado para este fin.
Así que, este es un asunto espinoso.
SC: ¿Cuáles son algunos de los distintos tipos identificados por Lobaczewski?
Henry: Como muchos otros investigadores, él realiza una distinción inicial entre aquellos con aberraciones heredadas y aquellos con adquiridas, esto es, los que han nacido con la patología y los que se han vuelto patológicos por daños al tejido cerebral cuando jóvenes. Las lesiones del tejido cerebral pueden dejar cicatrices que pueden cambiar la habilidad del individuo para percibir y sentir. Aquellas secciones del cerebro dedicadas a manejar estas funciones dejan de hacerlas, así que la información es canalizada a áreas originalmente asignadas a otras tareas. Llama caracterópatas a aquellos cuyas personalidades evolucionan de formas distorsionadas a causa de lesiones o traumas. Luego lista varias formas de caracteropatía: el caracterópata paranoico (cita a Lenin como ejemplo): caracteropatía frontal, una aberración debida a lesiones en el área frontal de la corteza cerebral (Stalin es un ejemplo de este tipo), caracteropatía inducida por drogas, causada por el uso de drogas que dañan al sistema nervioso central. Y luego, está la caracteropatía inducida por patógenos (enfermedad), (sugirió que Franklin D. Roosevelt tal vez haya sufrido de este desorden), así como ciertas personas con epilepsia (cita a César y Napoleón).
Los desórdenes heredados son: psicopatía esquizoide o esquizoidal, psicopatía esencial, la psicopatía asténica, anancástica (obsesiva-compulsiva), histérica y la psicopatía esquirtoidal o esquirtoide y aquellos a quien etiqueta de 'chacales', estos son individuos que terminan siendo contratados como asesinos a sueldo o mercenarios. Lobaczewski especula que este tipo es una mezcla de los anteriores. Para darnos una idea, tocare tan solo un par de tipos.
La psicopatía esquizoidal es una aberración que produce personas que son hipersensitivas o desconfiadas y que ignoran los sentimientos de otros. Están atraídas a ideas que suenan elevadas, pero su pobre naturaleza psicológica limita severamente su percepción y desvían sus llamadas “buenas intenciones” a influencias en pos del mal. Su idea de la naturaleza humana termina pervirtiendo sus intentos. Como Lobaczewski dice, la típica expresión de su actitud hacia la humanidad es expresada en lo que llama la “declaración esquizoide”: La naturaleza humana es tan mala que el orden sólo puede mantenerse por un poder fuerte creado por individuos altamente calificados en nombre de alguna idea elevada”. ¡Cuántos movimientos, desde el fascismo al comunismo y hasta el neo-conservadurismo que vemos hoy día están basados en esa idea! Uno pudiera fácilmente imaginarse está declaración viniendo de Leo Strauss, por ejemplo.
La psicopatía esencial es el tipo que más se acerca a la idea de psicopatía discutida por Cleckley, Hare, Babiak y otros. Lobaczewski hace el escabroso señalamiento de que “Aprenden a reconocerse entre ellos en una multitud desde la niñez, y desarrollan consciencia de la existencia de otros individuos similares a ellos. También se vuelven conscientes que son diferentes del mundo de esa otra gente que los rodea. Nos ven desde una cierta distancia, como una variedad para-específica”.
Piense en las ramificaciones de esta declaración: ¡Están, hasta cierto punto, conscientes como grupo desde la niñez! Reconociendo su diferencia fundamental del resto de la humanidad, su fidelidad será hacia otros de su tipo, esto es, hacia otros psicópatas. Lobaczewski apunta que en cualquier sociedad del mundo, los individuos psicópatas a menudo crean redes activas de colusión común, alejados de la comunidad de gente normal hasta cierto nivel. Están conscientes de ser diferentes. Su mundo está siempre dividido entre “nosotros y ellos”; entre su mundo, con sus propias reglas y costumbres, y ese otro “mundo foráneo” de gente normal que consideran lleno de ideas y costumbres presuntuosas sobre la verdad, el honor y la decencia a la luz de que se saben condenados moralmente. Su retorcido sentido del honor los motiva a engañar y vilipendiar a los no-psicópatas y a sus valores. En contradicción con los ideales de la gente normal, el psicópata siente que romper promesas y acuerdos es normal. No solamente codician posesiones y poder y sienten que tienen el derecho a estos sólo porque existen y pueden tenerlos, sino que obtienen una gratificación especial al usurpar y tomar de otros; lo que puedan plagiar, estafar y arrancar son frutos mucho mas dulces que aquellos que puedan ganar con trabajo honesto. También aprenden cómo sus personalidades pueden tener efectos traumatizantes en otras personalidades no-psicópatas desde muy temprana edad, y cómo pueden tomar ventaja de esta raíz del miedo para lograr sus metas.
Así que imagine cómo los seres humanos que están totalmente en la obscuridad sobre esto pueden ser engañados y manipulados por estos individuos si estuviesen en el poder en distintas naciones, pretendiendo ser leales a la población local mientras al mismo tiempo los enfrentan por diferencias discernibles entre grupos (tales como raza, color de piel, religión, etc). Los humanos psicológicamente normales estarían siendo enfrentados entre si en base a diferencias poco importantes mientras los anormales en el poder, con diferencias fundamentales con respecto al resto de nosotros como la falta de consciencia, la imposibilidad de sentir por otro ser humano, cosechan los beneficios y mueven los hilos.
Creo que describe acertadamente la situación que enfrentamos hoy día.
SC: ¿Pueden darnos ejemplos que nos ayuden a entender mejor el problema?
Henry: Lobaczewski contribuye con el análisis de la manera en que los diferentes tipos de psicópatas trabajan juntos para formar un sistema donde las personas que son clínicamente patológicas tienen puestos de poder y gobierno sobre gente que son psicológicamente normales.
Muy pronto en el libro Lobaczewski describe sus experiencias en la universidad donde se topó por primera vez con el fenómeno. Se dirigió hacia la biblioteca para sacar algunos libros sobre psicopatía y encontró para su sorpresa que ¡habían sido extraídos! Este hecho demuestra una auto-consciencia de su diferencia en al menos algunos de ellos, y en el caso de Polonia bajo el comunismo, de aquellos en una posición de poder suficiente para remover los libros de la biblioteca de la universidad. ¡Laura dijo que al leer ese pasaje los cabellos de su cuello se erizaron! Las implicaciones de este hecho son de largo alcance para entender nuestro mundo, cómo se volvió de esa manera, y lo que necesitamos para cambiarlo.
Pero aquí hay algunos ejemplos de comportamiento psicopático reportados por otros autores:
Una madre juega a las escondidillas con su hija de 4 años. Ella está sosteniendo en su mano un enorme cuchillo de cocina. Ella le dice, voy a contar hasta cien, y si te encuentro, entonces voy a cortarte los pulgares. La niña, aterrorizada, se esconde en su armario, y la madre, sabiendo probablemente dónde se encuentra, la deja permanecer ahí, aterrorizada, temerosa, traumatizada hasta el fin. Cuando la madre abre la puerta, se ciñe sobre su hija y le corta la piel debajo de uno de sus pulgares.
Una familia tiene dos hijos. Uno de ellos se suicida usando un rifle de caza. La Navidad siguiente, los padres le ofrecen la misma escopeta a su otro hijo como regalo. Cuando les fue preguntado por qué habían hecho esto, respondieron: “era un rifle perfectamente bueno”.
¿Cómo es que este comportamiento cabe en el sistema de creencias en donde todos tenemos alguna chispa divina dentro o en el que todos tenemos consciencia? ¿Puede imaginar hacer tales cosas a sus propios hijos?
Nuestra moralidad no nos provee de ninguna manera para tratar esta enfermedad. Debe ser entendida como es. Estas personas no pueden ser “curadas”. Imagine a estas personas en un puestos de poder y entonces podrá explicar escándalos como Enron. Hare reporta sobre psicópatas que van tras los ancianos. Digamos que una persona anciana ha sido engañada y le han sido robados sus ahorros de toda la vida – obviamente por un psicópata. Hay otros psicópatas que contactarán a la víctima, diciendo ser abogados que, por unos honorarios, pueden conseguir el dinero de vuelta. La víctima entonces pide prestado el dinero a un amigo o pariente y lo pierde con el abogado tramposo.
Laura: Uno de los principales factores a considerar en términos de cómo la sociedad puede ser tomada por un grupo de patológicos anormales, es que la única limitación es la participación de individuos susceptibles dentro de esa sociedad. Lobaczewski arroja un porcentaje promedio de 6% para los anormales más activos. Por supuesto, esta cifra variará dependiendo del país, dependiendo de muchas variantes. La sociedad occidental tiene una gran selección de individuos susceptibles.
El psicópata esencial es el centro de la telaraña. Las otras psicopatías y caracteropatías descritas por Lobaczewski y otros forman el primer nivel del Sistema de Control Patológico y debería notarse que ellos son muchísimo mas numerosos que los psicópatas esenciales. Así que, este grupo es de cerca del 6% de la población (1% de psicópatas esenciales y hasta el 5% de otras psicopatías y caracteropatías).
El siguiente nivel de este sistema está compuesto por individuos que nacieron normales, pero que de alguna manera han sido distorsionados por una larga exposición al material psicopático, ya sea vía familiar o por influencias sociales, o quienes, por su debilidad psíquica han escogido cumplir las demandas psicopáticas para lograr sus propios fines egoístas. Numéricamente hablando, de acuerdo a Lobaczewski, este grupo es de cerca del 12% de la población bajo condiciones normales. Es difícil, como Lobaczewski apunta, trazar una frontera visible entre este último tipo y los genéticamente anormales sin tener información científica genuina y no-psicopática. En este momento, las distinciones pueden ser únicamente descriptivas.
Así que hablamos que aproximadamente el 18% de las personas de cualquier población es activa en la creación e imposición de una Patocracia (o el intento de creación e imposición de una). El 6% de este grupo constituye a la nobleza patocrática y el 12% forma la nueva burguesía, cuya situación económica es la mas ventajosa.
Una vez en marcha, el sistema psicopático elitista corroe a todo el organismo social, desperdiciando sus cualidades y poderío. Una vez que la Patocracia ha sido establecida, sigue cierto camino y posee ciertos poderes “atractivos”. En una Patocracia, el sistema socioeconómico se erige de la estructura social, la cual es creada por el sistema de poder político, el cual es producto del punto de vista elitista de unos patológicos anormales. Es por esto que la Patocracia es más una enfermedad macrosocial creada por patógenos humanos, y puede llegar a afectar a una nación completa al grado que es equivalente a la metástasis de un cáncer. Y justo como este cáncer sigue un proceso patodinámico característico, así mismo lo hace la enfermedad macrosocial de la Patocracia.
Es imposible comprender tal fenómeno patológico usando métodos de la gente “normal” los cuales no toman en consideración a los procesos mentales anormales de los patógenos humanos. Sin duda, puede decirse que el mundo entero ha sido gobernado por una “patocracia encubierta” (o cripto-patocracia) por mucho tiempo. Muchos investigadores sugieren que ha habido un “gobierno secreto” que opera aún si el “gobierno público” no es técnicamente una Patocracia. Se sugiere que los psicópatas técnicamente están SIEMPRE tras bambalinas, aún en los ciclos de la historia que NO son patocracias (por ejemplo, durante los “buenos tiempos”, en lo que Lobaczewski describe como las bases para un ciclo histeroidal que abre la puerta a una Patocracia pública).
Si usamos el término Patocracia para describir al “mandato del gobierno secreto”, entonces toda la historia se vuelve una “patocracia” y el mundo pierde su significado, así que es importante notar que el término “Patocracia” es un fenómeno específico resultado del hedonismo de los buenos tiempos y que se caracteriza por el arribo al liderazgo público de psicópatas esenciales, como ocurrió en la Alemania Nazi y en la Rusia y Europa Oriental Comunista. Y debería agregar, está ocurriendo en este momento.
Uno no puede realmente denominar a los problemas que enfrentamos hoy día como “políticos”, usando la terminología política ordinaria porque, como hemos enfatizado arriba, los patológicos anormales operan detrás de una máscara, por medio del engaño y otros trucos psicológicos los cuales practican con gran astucia. Si pensamos o creemos que cualquier grupo político, que tiene tal o cual nombre, es heterogéneo con respecto a su verdadera naturaleza, no podremos identificar las causas y propiedades de la enfermedad. Cualquier ideología será usada para esconder las cualidades patológicas tanto a los expertos como a la gente común. Así que, tratando de describir esto o aquello como “izquierda” o “derecha” o “centro” o “socialista o “democrático”, “comunista”, “demócrata” o “republicano”, etc, nunca nos ayudará a entender la auto-reproducción patológica y sus influencias expansionistas. Como Lobaczewski dice, ¡Ignota nulla curatio morbi! ¡Ningún movimiento podrá tener éxito si no integra la psicopatía y la ponerología a sus consideraciones!
SC: Los perversos son aquellos quienes de frente a los problemas que han creado dicen, “es la culpa de otros, yo no tengo nada que ver”
Henry: Exactamente. Un ejemplo que viene a la mente es el psicópata citado por Hare quien mata a sus padres ¡y luego ruega simpatía porque se había quedado huérfano!
Nada es nunca su culpa. Ellos nunca son responsables de nada.
Laura: Me gustaría explicar este fenómeno un poco más. El psicópata es un individuo que divide el mundo en blanco y negro, bueno o malo, y esta división es muy rígida. La estructura psicopática está organizada alrededor de una estructura muy simple: “se siente bien, es bueno/se siente mal, es malo”. Pero, sólo porque esta estructura es rígida, ¡no quiere decir que sea racional o estable! Las cosas son buenas o malas, pero lo que significa que sean buenas o malas dependen de las circunstancias inmediatas, por ejemplo, de lo que el psicópata quiere en ese momento.
Pero esto no es un “mecanismo de defensa”, simplemente para el psicópata, la realidad está centrada en lo que se “siente bien” sin referencia a cualquier otro ser humano si no es como objetos que puedan servir sus necesidades. Tal vez se pueda decir que la estructura psicológica del psicópata es equivalente a la de un recién nacido, nunca se desarrolla, nunca crece.
Un infante no posee otro ser interno que no sea aquel que está al centro de un conjunto de entradas y salidas neurológicas que buscan el placer y rechazan la incomodidad. Por supuesto, con un psicópata ya crecido, existen circuitos neurológicos altamente desarrollados durante el proceso de aprendizaje que trabajan para satisfacer sus necesidades y demandas.
Bajo la influencia de su estructura interna, el psicópata no es capaz de apreciar los deseos o necesidades de otros seres humanos, los sutiles matices de una situación o tolerar la ambigüedad. La totalidad de la realidad externa es filtrada a través de – hecha para moldearse a – esta estructura interna rígida y primitiva.
Cuando el psicópata se frustra, lo que parecen sentir es que todo en el mundo “allá afuera” está en su contra mientras ellos son buenos, están llenos de sufrimiento y buscando solamente el ideal del amor, la paz, la seguridad, la belleza, la calidez y el confort. Esto es, cuando el psicópata es confrontado con algo desagradable o amenazante, el objeto (persona, idea, grupo, lo que sea) es colocado bajo la categoría de “totalmente malo” porque, por supuesto, al psicópata no le gusta, y por tanto ¡no puede ser bueno!
Ahora aquí está lo discordante: cuando la evidencia se acumula exhibiendo que la decisión o el acto del psicópata creó un problema o hizo que una situación empeorara, esto también, debe ser negado como parte del ser y proyectado como viniendo de “allá afuera”.
Esto es, cualquier cosa definida como “mala” es proyectada en alguien o algo más porque la estructura interna del psicópata no admitirá errores, yerros o equivocaciones. Y mantenga en mente que esto no es porque hayan escogido esto, sino porque no puede ser de otra manera. Esta es la manera como son. Son como gatos que disfrutan torturar al ratón antes de comerlo. Es simplemente lo que hacen.
Los psicópatas son maestros de la Identificación Proyectada. Esto es, proyectan en otros todo lo que es malo (recordando que “malo” cambia de acuerdo a lo que el psicópata quiere), y buscan a través de manipulaciones inducir en otras personas lo que está siendo proyectado y buscan controlar a la otra persona quien es percibida manifestando esas características “malas”. De esta manera, el psicópata obtiene satisfacción y se siente “en control”.
Mantenga en mente que lo que el psicópata considera bueno no tiene nada que ver con la verdad, el honor, la decencia, la consideración por otros o cualquier otra cosa más que lo que el psicópata quiere en determinado momento. De esta manera, cualquier violación a los derechos de otros, cualquier falta, maldad, puede ser perpetrada por el psicópata y todavía podrá dormir como bebé (literalmente) ¡porque lo que ha hecho no tiene nada de malo!
George Bush y los Neo-Conservadores pueden destruir Iraq y llamarlo “llevar la democracia” y en realidad sentirse bien consigo mismos. Los psicópatas israelíes pueden robar Palestina, asesinar palestinos y justificarlo con la Biblia y sentirse bien con ellos mismos. Por supuesto que ellos saben que están mintiendo cuando lo hacen, pero por dentro, creen que el verdadero bien es lo que los hace sentirse bien y seguros en este mundo. Y ellos saben que seres como ellos serían condenados moralmente y atacados por la mayoría si no esconden la motivación de lo que quieren detrás de una máscara o alguna justificación sonoramente elevada.
SC: ¿Es lo mismo sugerir que los patócratas modernos, operando en la llamada “sociedad de la información” no son tan diferentes de los simpatizantes de Hitler? ¿Excepto que son mucho más peligrosos porque tienen herramientas más sofisticadas y son capaces de usar distintas maneras de comunicación mas conscientemente?
Laura: Eso lo resume muy bien.
Henry: El sistema patocrático, siendo esto un gobierno lleno de anormales psicológicos, producirá efectos similares ya sea detrás de la máscara del fascismo, comunismo o capitalismo. La ideología en si no es importante. Meramente sirve como fachada y punto de partida para un cierto porcentaje de la población que es necesaria como base. Este grupo base cree en los eslóganes pero están imposibilitados de ver detrás de la máscara. Un cierto porcentaje de ellos interpretará los eslóganes ideológicos a la luz de la consciencia y creerán que la meta es mejorar nuestro destino. Por tanto, nos dan eslóganes acerca de la hermandad de los hombres, o las trilladas frases vacías sobre la justicia y la libertad, llevando democracia a Iraq, etcétera, mientras la realidad es una de impotencia, división y esclavizamiento. A medida que ciertos individuos que apoyan la ideología comienzan a ver la laguna entre los ideales y las acciones de los líderes o el Partido, se marcharán para ser sustituidos por otros.
En el mundo de hoy donde la información es controlada por un pequeño número de medios y esos medios tienen mucho en común con los gobiernos patológicos, un gran número de personas pueden estar influenciadas e infectadas con el pensamiento patológico. Un ejemplo de esto es la famosa frase pronunciada por Madeleine Albright en 1996 cuando se le preguntó por las cerca de 500.000 muertes en Iraq, en su mayoría niños, debido al embargo. Respondió que pensaba “valían la pena”, esto es, aquellas muertes eran el precio justo para derrocar a Saddam. Esta es la incuestionable lógica patológica, y aún así ¿cuántos americanos habrían escuchado esa respuesta y no haber pensado nada? Cualquiera que, al haber escuchado esa declaración, no estuviese enojado ha sido infectado con el pensamiento patológico, ha sido ponerizado. Su pensamiento se ha distorsionado debido a la infección patológica.
SC: ¿Es la ausencia de consciencia y sensibilidad respecto al sufrimiento lo que distingue al psicópata de la gente normal?
Henry: Ese probablemente es el punto clave que las personas necesitan entender. Por años los artistas, escritores, filósofos y otros han intentado entender por qué nuestro mundo es un flujo interminable de sufrimiento. Han intentado encontrar explicaciones moralistas. Lobaczewski se dedica en la primera parte de su libro a discutir la futilidad de este acercamiento, sugiriendo a su vez uno científico basado en el entendimiento del mal como enfermedad social, como acciones de patológicos anormales dentro de una sociedad. Sin la capacidad de tener empatía por otros, estas personas no pueden sentir ese sufrimiento, más de lo que un gato siente por el sufrimiento del ratón con el que juega previo a matarlo. Bush puede ordenar a miles de soldados americanos meterse en Iraq y Afganistán donde morirán o permanentemente mutilados, donde matarán a miles y destruirán a un país entero, puede sancionar la tortura a prisioneros, puede apoyar las acciones de Israel en los Territorios Ocupados o Líbano, y nada de este sufrimiento que causa será real para él. No hay hardware en estas personas que pueda procesar estas emociones. Son incapaces, a nivel físico, de hacerlo.
Laura: No tienen el hardware para ejecutar ese programa.
Henry: El único sufrimiento que el psicópata conoce es cuando su alimento le es removido, y estoy usando alimento en el sentido simbólico: eso es, cuando no obtiene lo que desea. Esa es la profundidad de su vida emocional. Cualquier otra cosa que observemos en él provendrá de nuestra imaginación proyectando en ellos nuestra propia realidad interna.
Y lo hacemos todo el tiempo porque es muy difícil en realidad concebir que existan personas que no tienen la frugal vida interna que las personas normales tienen.
Laura: ¡En realidad, cuando proyectamos nuestra propia estructura interna sobre el psicópata, estamos comportándonos de manera psicópata! Estamos entonces en un mundo en “blanco y negro” donde los matices de la existencia humana no son considerados. El hecho es que, no todos somos creados iguales en términos de inteligencia, talento, apariencia, etcétera. Y así como todos lucimos distintos, así de distinta es la estructura psicológica aún si hay ciertas cosas que compartimos como especie. Lobaczewski señala que es una ley universal de la naturaleza que mientras mas elevada sea la organización psicológica de una especie, mas grandes serán las diferencias psicológicas entre los individuos. El hombre es la especie más organizada, por tanto, estas variaciones entre individuos son las más marcadas. Ambas diferencias cualitativa y cuantitativamente ocurren en todas las estructuras del patrón de la personalidad humana.
La experiencia nos enseña que las diferencias psicológicas entre la gente son a menudo la causa del problema. Podemos superar estos problemas si aceptamos las diferencias psicológicas como la ley de la naturaleza y apreciamos su valor creativo. Estas diferencias son un gran regalo para la humanidad, permitiendo a las sociedades humanas desarrollar sus estructuras complejas y ser altamente creativos tanto a nivel individual como colectivo. Gracias a la variedad psicológica, el potencial creativo de cualquier sociedad es muchas veces más elevado de lo que pudiese ser si nuestra especie fuese psicológicamente más homogénea.
La personalidad humana normal está en constante flujo, crecimiento y cambio. El estado normal de las cosas es un proceso evolucionario de por vida. Algunos sistemas políticos y religiosos intentan inducir una excesiva estabilidad y homogeneidad a nuestra personalidad, pero esto es malsano para el individuo y la sociedad desde un punto de vista psicológico.
Una sociedad que está psicológicamente educada de manera apropiada, sabrá y entenderá las diferencias y sabrá también lo principal que los humanos tienen en común: la habilidad para desarrollar una consciencia madura. De esta manera, las diferencias pueden celebrarse y el potencial creativo se optimiza complemente.
SC: Si encontramos más y más manipuladores y gente perversa en todos niveles, ¿es porque nuestra sociedad favorece a los narcisistas e individualistas?
Henry: ¿No es eso lo que vemos en los valores de los neoliberales? La idea del capitalismo es completamente narcisista. En los Estados Unidos, que el modelo que se sostiene para el resto del mundo, se nos dice “cualquiera puede convertirse en presidente”. Es el mito del éxito individual. “Siempre busca ser el número 1”. “Sólo si trabajas lo suficientemente duro, tu también podrás convertirte en rico y exitoso”. “El fracaso es tu propia culpa”.
Enfrentados con esta mitología, con esta ideología, los psicópatas están mejor preparados para ganar que las personas de consciencia porque no tienen sensibilidades éticas o morales que frenen sus acciones. Están más que deseosos por pisotear a cualquiera si eso es lo que se necesita para llegar a la cima: puñaladas en la espalda, mentiras, crear rumores acerca de sus rivales, todo está permitido sin ningún instante para el remordimiento.
El impulsar al neoliberalismo en todo el mundo es también una manera de ponerizar a gran escala partes más grandes del globo. Es una ideología patológica escondida detrás de una pseudo-ciencia económica.
SC: ¿Estamos acaso cometiendo un error cuando imaginamos que el sufrimiento creado en Palestina por Israel, y en Afganistán e Irak por los Estados Unidos, terminará el día que Bush u Olmert, o cualquier individuo, deje el poder? ¿Que las causas son sistémicas e impenetrables aún con cambio de partido político y gobierno?
Henry: Si. Tan solo mire a los Estados Unidos. Ambos partidos son la imagen reflejada uno del otro. Para preservar la imagen de la democracia, ambos son necesarios, ambos sirven a los mismos amos. Pero no hay líderes en los EE.UU. que se paren y hablen del genocidio de los palestinos. Las muertes de cientos de miles de Iraquíes son ignoradas en silencio. No hay cabida para la consciencia dentro del gobierno americano, dentro de ambos partidos. Y el control de la prensa, sin mencionar otras vías como el chantaje y las amenazas, asegura que aquellos que puedan hablar, no lo hagan.
Israel es un estado fundado sobre una gran mentira: aquella de que algún poder superior declaró que un pequeño grupo de personas eran su “pueblo elegido” y les dio un pequeño terreno en el Medio Oriente miles de años atrás. La gran mentira de Israel y del judaísmo también es la mentira fundacional de la Cristiandad y el Islam, las otras dos religiones monoteístas. Así que tenemos a una gran parte del mundo viviendo desde hace miles de años con un sistema de creencias que es abiertamente ridículo – esto si las enseñanzas son tomadas literalmente y no vistas como expresiones distorsionadas de alguna verdad espiritual mas grande y subyacente.
¿Cómo es que el cambiar una pieza del juego va a cambiar la dinámica que se ha venido desarrollando durante miles de años? La estructura patocrática descrita por Lobaczewski aplica no sólo a los gobiernos, sino también a otros grupos y organizaciones: en cualquier lugar donde el poder se acumule. Así que las organizaciones religiosas y los movimientos de liberación pueden ponerizarse, y lo que en su origen tal vez haya sido una herramienta de liberación se convierte en una de esclavización.
Si, como Lobaczewski sugiere, el psicópata esencial reconoce a otros y son capaces de trabajar juntos para lograr un fin común, para su “especie para-específica”, contraria a nuestros intereses, entonces lo que tenemos es un mecanismo para explicar la estructura de control que se extiende atrás en el tiempo, atrás dentro de la neblina cuando los primeros psicópatas establecieron la primera patocracia. De pronto, las teorías que hasta ahora habían sido menospreciadas y tachadas como “teorías de conspiración” pueden ser revisadas bajo una nueva luz, con nuevas maneras de explicar cómo pudieron existir. Esto, creo, es un área de investigación futura muy importante.
Otra pregunta que puede hacerse es la siguiente: ¿cuál es sobre la personalidad el efecto de creer una mentira? ¿Existe alguna patología que tenga por base el aceptar una mentira fundamental como piedra filosofal de un sistema de creencias? Existen estudios hechos sobre el “creer” y el carácter de los verdaderos creyentes. ¿Pero qué si el error original no es tanto el creer, sino el creer en una mentira? ¿Es acaso cualquier creencia una mentira debido a que nuestro conocimiento es imperfecto, y una vez que la hemos anidado sin importar que, hace que nuestra personalidad se distorsione?
Pero volviendo a la pregunta. Israel parece tener un lugar especial en el mundo de hoy. Puede ignorar leyes internacionales sin preocuparse si lo llamarán a responder. Puede desatar ataques brutales sobre los palestinos y aún así siempre ser retratado como la víctima – una típica táctica psicopática. Los ataques contra los judíos alrededor del mundo son denunciados y catalogados mientras los mismos actos cometidos contra los árabes y los musulmanes son aceptables – otro rasgo psicopático. Hemos especulado en otros libros que hemos publicado, tal como 11 – S: la verdad definitiva, que los psicópatas en lo alto de la pirámide han escogido a los judíos para lanzar una gran matanza sobre la población humana. La idea de que existe una gran conspiración judía es la fachada que han erigido los patócratas para encubrir sus planes. Existe una conspiración, pero no es judía; es patológica.
SC: ¿Las cosas sólo pueden ponerse peor porque el Mal macrosocial es el mismo Mal que ha estado afectando a la humanidad desde el comienzo de los tiempos? ¿Un mal, de alguna manera inherente a la naturaleza humana, ante la cual somos impotentes?
Henry: El mal no es inherente a la naturaleza humana – al menos no en los humanos normales que han sido educados apropiadamente. Este es de los puntos más importantes que realza Lobaczewski en su análisis del sistema patocrático. El mal sistémico proviene de un pequeño grupo de personas que no tienen consciencia. Ya sea porque nacieron así - esto quiere decir que es genético - o debido a lesiones cuando jóvenes o a su crianza, su consciencia murió o está marchita.
Por ejemplo, Lobaczewski piensa que Stalin era un caracterópata. Esto quiere decir, que no había nacido psicópata, pero los rasgos patológicos se desarrollaron debido a lesiones durante su juventud. Su tipo de patología puede ser identificada. Así que de hecho, la investigación de Lobacazewski es liberadora porque nos libra de la idea de que estos horribles actos malignos son parte de la “naturaleza humana” normal. Estos individuos son como el virus patógeno de un cuerpo – como cáncer en nuestra sociedad, o como lepra. Sin duda, un cuerpo puede ser consumido y destruido por la enfermedad, pero es a causa del virus, no del cuerpo en si.
No sabemos en realidad lo que es la naturaleza humana hasta que la influencia patocrática sea extirpada y una verdadera sociedad humana, una guiada por valores en concordancia con nuestra naturaleza mas elevada, sea posible de fundar.
SC: Hemos visto la facilidad con la que un George Bush o un Tony Blair mienten. No parece que parpadeen por un instante, mienten sin vergüenza. ¿Piensan que mentirosos como Bush y Blair, quienes presentan rasgos del narcisista y el manipulador, han nacido perversos/patológicos?
Henry: No somos psicólogos, y no vamos a dar ningún diagnóstico sobre ningún individuo. Notamos, sin embargo, que existen historias de que Bush solía estallar ranas con petardos cuando era niño. También es completamente irresponsable. Nada es jamás su culpa. Blair tiene el suave carisma que ha sido remarcado tantas veces por psicólogos investigando la psicopatía. Son hasta donde entendemos, figuras patológicas. Pero lo que es importante es el sistema, el sistema patocrático. Los individuos toman distintos roles de acuerdo a su tipo.
SC: ¿Son estos rasgos intrínsecos al individuo y pudiesen ser corregidos?
Henry: La corrección depende de muchas variables. Antes que pensemos acerca de corregir estas anormalidades, necesitamos encontrar maneras de protegernos de su influencia. Esto quiere decir que primero admitamos que tales personas existen y se encuentran en posiciones de poder, y segundo, aprender a reconocer los signos de sus manipulaciones y los rasgos patológicos de nuestro propio pensamiento para poder liberarnos de su influencia.
Laura: Como Henry menciona, existen muchas variables. Cuando hablamos de psicópatas en específico, el consenso general hoy día es que no solamente son incurables, sino también intratables.
El primer problema es que si deseas tratar un problema, debes tener un paciente. La palabra paciente viene del Latin, significa “sufrir”. Un paciente por definición, es alguien que está sufriendo y busca tratamiento.
Los psicópatas no experimentan angustia y no piensan que existe algo malo en ellos, no sufren de estrés o neurosis, y no buscan tratarse voluntariamente. No consideran que sus actitudes o comportamientos estén complemente mal, y no se benefician de los muchos tratamientos que se han creado para ayudarlos a “desarrollar empatía” y habilidades interpersonales. El psicópata no reconoce deficiencias en su psique, no necesita cambiar. Pero participará, sin embargo, en programas de tratamiento dentro de las prisiones para ganarse su libertad.
Cuando la tasa de reincidencia de los psicópatas y otros criminales que habían recibido tratamiento se estudió, se encontró que la tasa general de reincidencia era igualmente alta en los tratados y en los no-tratados, 87% y 90% respectivamente, sin embargo, la tasa de reincidencia de hechos violentos era significativamente más alta en el grupo tratado que en el no-tratado; 77% y 55% respectivamente. En contraste, los no-psicópatas tratados habían tenido tasas significativamente menores en la reincidencia violenta; 44% y 22%, respectivamente, que en los psicópatas no-tratados; 58% y 39%. Así que parece que los programas de tratamiento funcionan para los no-psicópatas, pero hace que los psicópatas empeoren.
Un periodista canadiense reportando sobre estos estudios escribió: “Después de su liberación, se encontró que aquellos que habían obtenido las mas altas puntuaciones en el 'programa de buen comportamiento' y quienes tenían los puntajes mas altos de 'empatía' eran los que mas probablemente reincidirían después de alcanzar la libertad”.
Ese es el psicópata: pueden fingir lo que sea para lograr lo que quieren.
La pregunta es: ¿cómo puede la terapia empeorar a alguien? La conjetura de Robert Hare es que la terapia grupal y la terapia orientada al entendimiento en realidad ayudan al psicópata a desarrollar mejores maneras para manipular, engañar y usar a las personas pero no hacen nada por ayudarlos a entenderse a si mismos.
Freud argumenta que los psicópatas son intratables con psicoterapia porque el tener consciencia es un requisito previo para poder usarla. Es la consciencia, y la relacionada capacidad para preocuparse por otros, lo que impulsa a un serio escrutinio sobre las motivaciones personales, las cuales subrayan el comportamiento de uno. Sin embargo, los psicópatas carecen de consciencia y preocupación por definición.
SC: ¿Cómo puede alguien saber si es psicópata? si hemos sido influenciados por los efectos de la perversión/patología mientras ocupamos posiciones de poder en la administración donde nos encontramos – una unión de crédito, un partido político, donde sea?
Laura: Para la primera parte de su pregunta, déjeme decir que no es una pregunta inusual – para un humano normal – pero para este momento probablemente ya ha averiguado que si una persona piensa que tal vez haya algo “malo” con ellos, entonces no es psicópata! Recuerde: el psicópata simplemente no concibe que haya algo malo con el o ella.
Henry: Es muy posible – de hecho, terriblemente común – el ponerizarse, como Lobaczewski lo propone, esto es, infectarse con este mal. Sucede cuando usted ha comenzado a aceptar el pensamiento patológico como algo normal. Usamos el ejemplo de Madeleine Albright arriba. Observe al deporte profesional para otro ejemplo. Ahora es aceptable la intimidación en el campo de juego como parte legítima de un deporte como el fútbol soccer. Vimos durante la Copa del Mundo el año pasado que Materazzi provocó a Zidane despiadadamente durante la final. Y la gente no piensa acerca de esto. Lo aceptan como parte del juego. Sin embargo, tal violencia verbal no tiene nada que ver con el juego del fútbol. Es únicamente parte del juego porque el mundo del deporte profesional, y por tanto, del deporte en general, se ha ponerizado. Lo patológico se acepta como normal.
Y sólo con que se acepte en un área, la infección se expande. Cuando comenzamos a aceptar las formas patológicas de pensamiento como propias, como normales, nuestra habilidad para pensar se degenera.
SC: Cuando usted dice que existen alrededor del 6% de estos perversos/patológicos en la población humana, ¿cómo llegaron a esta cifra?
Henry: El 6% de Lobaczewski proviene de su análisis y el de otros miembros del grupo con los que trabajaba. Pero eso era en Polonia. Es posible que ese número difiera de nación a nación dependiendo de su historia en particular. Si observamos a Norteamérica o Australia, áreas colonizadas hasta cierto punto por personas que fueron forzadas a abandonar sus hogares, criminales o aventureros, podemos preguntarnos si el prospecto de conquistar continentes tal vez haya sido más atractivo para ciertos tipos que a otros. ¿No apunta a una alta incidencia de psicopatía la historia del oeste americano, por ejemplo, y el genocidio de los indígenas? Tal vez el nivel en los Estados Unidos sea mayor debido a esto.
Laura: A pesar que la vasta mayoría de los psicópatas son varones, existen mujeres psicópatas. La diferencia es de más de 1/10 en varones contra el 1/100 en mujeres de acuerdo a un estimado.
SC: ¿Cómo establecieron que era mas frecuente entre hombres? ¿Esto quiere decir que en la población general, casi una persona de cada 10 tiene tendencias, más o menos fuertes – para crear un clima de conflicto?
Esto se ha establecido como un promedio de acuerdo a varios estudios. El citado arriba, sobre una población universitaria (estudiantes de psicología, por cierto, lo cual debería darnos qué pensar) arroja 5%, creemos que tal vez la muestra – gente estudiando psicología, una manera fácil de ganar poder sobre otros – es lo que eleva tanto el número. Por otro lado, este estudio tal vez haya sesgado netamente a individuos con comportamientos psicopáticos que no necesariamente eran verdaderos psicópatas. Desde luego, la cifra pudiera ser mas elevada en un sitio que en otro, más alta en una profesión que en otra, etcétera. Algo que se debe tener en mente es que los psicópatas, debido a su naturaleza, alcanzan la cima en cualquier entorno en el que se encuentren. Así que no imagine que ellos se encuentran alejados en los caños de la sociedad, y que usted jamás se topará o se verá afectado por ellos.
SC: Este porcentaje parece ser muy bajo. ¿Acaso cubre únicamente a los perversos que tienen una posición dominante y quienes tejen discordia y desorden a donde quiera que vayan?
Henry: Pareciera una cifra baja porque en una sociedad ponerizada muchas personas se infectan con la enfermedad. Observan lo que otros hacen y no son suficientemente fuertes para seguir sus propios códigos morales, si ese código difiere de aquel de su vecino, siguen al rebaño. Estas personas son la base de apoyo para el statu quo. Tal vez no sean psicópatas, pero los apoyan y defienden.
Otro aspecto de la preservación de este apoyo es el miedo, desde amenazas abiertas de encarcelamiento y tortura hasta el miedo de ser marcado como diferente, como “oponente al presidente” y similares.
Laura: También tenga en mente al 12% de los individuos quienes son susceptibles a la influencia y modo de pensamiento de los psicópatas. Al final, usted tiene un total de 18% o más dentro de cualquier población que busca dominar y controlar al resto. Si usted considera al otro 82% y la curva campana, entonces al menos el 80% de la población seguirá a quien esté al mando. Y ya que los psicópatas no tienen limitaciones sobre lo que pueden hacer para llegar a la cima, aquellos a cargo son generalmente psicópatas. No es el poder el que corrompe, sino que individuos corruptos buscan poder.
SC: El conflicto pareciera ser una forma de alimento para este tipo de personalidad perversa/patológica. ¿Porque les permite proyectar su agresión y violencia sobre otros y evitar ponerse bajo la lupa?
Henry: Podría decirse, ya que al no tener emociones propias, se alimentan de su poder para agitar las emociones de otros. Se divierten con el poder que les proporciona. Los hace sentir superiores, de estar “encima” de tales muestras emocionales.
SC: El análisis de Lobaczewski sobre la mentira es muy poderoso. Es muy convincente cuando demuestra que el mentiroso siempre está en lo correcto. Hay en esto una nueva matriz para entender cómo los psicópatas funcionan. Explica muy bien el mecanismo de la mentira. La mentira es su manera de funcionar y de ganar. Me gustaría saber más acerca de este mecanismo y de sus efectos. ¿Cómo funciona? ¿Existen mentirosos en todos los campos?
Henry: Mentir es una estrategia muy exitosa porque muy pocas personas piensan que existen mentirosos empedernidos en nuestra sociedad que mienten como manera de vida.
Piense en un divorcio o en cualquier otro caso que se presente frente a un juez y jurado. La mayoría de nosotros seguirían el proceso con la idea de que la verdad se encuentra en un punto medio. Los lados opuestos en un caso realizarían su declaración, cada uno embelleciendo su historia un poco, cada uno poniéndose bajo la mejor luz, y el juez o jurado asumiría que la verdad se encuentra en algún punto medio.
¿Pero qué sucede cuando uno de los dos es un mentiroso y la otra persona está diciendo la verdad? El mentiroso tiene ventaja porque el juez o jurado aún pensarán que la verdad se encuentra en algún punto medio. Así que la víctima de un mentiroso y manipulador no puede salir adelante. Decir la verdad no puede darle justicia al 100%, mientras que mentir siempre le dará algo al perpetrador.
La vida diaria es como ese juicio. Siempre estamos tratando de darle a otros el beneficio de la duda si somos personas morales. El mentiroso y manipulador nunca haría eso y usará la buena voluntad de la persona para ir en su contra.
Mentir es por tanto siempre una estrategia ganadora. ¡Eso, en si, puede ser indicador de que estamos viviendo en un sistema patológico!
Laura: Cuando usted considera la estructura infantil interna del psicópata, es más fácil entender el aspecto de la mentira. El psicópata no miente de la manera que una persona normal miente. Mentir psicopáticamente no es un mero engaño, es “crear una realidad” para que se adecue a lo que el psicópata quiere.
Déjeme explicar. La realidad psicopática existe por mandato: declaran cosas para que se cumplan y esperan que otros las acepten. Para ellos, estas declaraciones representan cómo debería de ser la realidad, o al menos lo que piensan que otros deberían aceptar como realidad. “¿Si yo digo que es así, por qué la gente no debería creerme?” Justo como la inteligencia es meramente un instrumento usado por los psicópatas para complacer sus caprichos, los “hechos” son instrumentos para ser usados y abusados en pos del mismo fin.
El psicópata demuestra un entendimiento extremadamente distorsionado de lo que llamamos hechos. Los humanos normales tienen en verdad una gran dificultad para concebir esto puesto que para nosotros, los hechos son parte básica de nuestras vidas. Vivimos por ellos, basamos nuestros análisis y decisiones en ellos. Establecemos hechos, y luego probamos cosas para establecer más hechos. Cuando debatimos, comenzamos por hechos para demostrar cómo derivamos nuestras conclusiones. Cuando realizamos tales operaciones, ubicamos el valor de aquellos “hechos”como ciertos.
Los psicópatas no hacen eso. Al ser despojados de cualquier profundidad emocional, no tienen apego a la idea de “la verdad”. Pero, ya que las personas proyectan su propia estructura interna sobre el psicópata, la mayoría no entiende esto. Los humanos normales tratan de convencerse que existe otra razón para esta condición mental bizarra. Cuando los psicópatas no se basan en hechos pensamos que debe existir una buena razón para creer lo que dicen, ya sea por algún malentendido o tal vez por pensamiento ilusorio. Es difícil comprender que mienten con tal facilidad. Cuando se vuelve claro que el psicópata está mintiendo, concluimos que deben estar jugando con nosotros.
Sin embargo, justo como Cleckley se preguntó si los psicópatas creen que sus pseudo-emociones son “reales”, es difícil saber si en verdad creen en sus pseudo-hechos. Su presente declaración tal vez contradiga lo que dijeron hace un momento, pero esto no significa nada para ellos. No hacen el intento por lidiar con esta contradicción porque, para ellos, no existe contradicción. Recuerde, el psicópata no puede procesar abstracciones tales como el tiempo y espacio, y lo que ellos dijeron hace un momento, bajo cierta influencia, es ahora el pasado, y por tanto, no existe más. Ya no es relevante para la realidad que desean crear en las mentes de aquellos a su alrededor.
En respuesta a la idea de que los psicópatas terminan creyendo sus mentiras, uno puede apuntar correctamente que: “Había un tiempo cuando todos, hasta donde sabemos, creyeron que el sol circundaba a la tierra. Pero el creerlo no lo hacía verdadero”. Pero si usted le pregunta a un psicópata: “¿Estas diciendo que en ese momento el sol, efectivamente, circundaba a la tierra – y que fue en obediencia a un cambio en lo que la gente creía lo que ocasionó que la tierra circundara al sol?” usted sería ignorado o acusado de distorsionar los “hechos”. Un humano normal naturalmente pensaría que la negativa del psicópata para responder la pregunta, el instantáneo cambio para atacarlo por falsificar los hechos y a ellos, es una admisión tácita de que lo que ellos están diciendo está equivocado. Pero usted estaría equivocado sobre eso. Ellos comenzarían a realizar declaraciones y pronunciamientos acerca de lo que insisten es la realidad de cara a la evidencia que demuestra lo contrario.
El psicópata está tan completamente centrado en si mismo que piensa que los otros deberían de creerle simplemente por que lo dice. Aún si está consciente de que está mintiendo de inicio, su necesidad de estar en lo correcto acoplado a su incapacidad de aceptar cualquier idea auto-crítica lo convencen de que ESTÁ en lo correcto después de todo. Él ESTÁ diciendo la verdad. ¡Cómo pueden atreverse esas personas a cuestionar su buen nombre! Después de todo, él es la persona mas lista que conoce, así que, ¿cómo pudiera estar equivocado?
La popular idea New Age de que “tu creas tu propia realidad” es un ejemplo de cómo el pensamiento psicopático ha permeado nuestra sociedad. El principio es: “Si suficientes personas creen que algo es verdadero, entonces lo que creen ES la realidad”. Parte del conocimiento especial que el psicópata tiene sobre los humanos normales es su observación de que los humanos forman creencias basados en lo que ven como hechos. Un psicópata se convierte en un experto en crear “hechos” que causan que la gente normal forme creencias que los benefician.
Ron Suskind, un ex-reportero del Wall Street Journal y autor de The Price of Loyalty: George W. Bush, the White House, and the Education of Paul O'Neill, (El precio de la lealtad: George W. Bush, la Casa Blanca, y la educación de Paul O'Neill), escribió:
“Durante el verano de 2002, después que había escrito un artículo en el Esquire sobre que a la Casa Blanca no le gustaba la ex-directora de comunicación de Bush, Karen Hughes, tuve un encuentro con un consejero mayor de Bush. Expresó el disgusto de la Casa Blanca, y luego me dijo algo que en ese momento no comprendí completamente – pero que ahora creo llega al mismísimo corazón de la presidencia de Bush.
“El consejero dijo que los tipos como yo pertenecíamos 'a lo que llamamos la comunidad basada en la realidad', lo cual definía como las personas que 'creen que las soluciones emergen de su estudio juicioso de la realidad discernible'. Asentí y murmuré algo acerca de principios iluminadores y el empirismo. Él me interrumpió. 'Esa no es la manera en que funciona la realidad del mundo en este momento', continuó. 'Ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras ustedes están estudiando esa realidad – juiciosamente, si quieren – nosotros actuaremos de nuevo, creando nuevas realidades, las cuales pueden estudiar también, y así es como las cosas se dan. Somos actores de la historia....y ustedes, todos ustedes, se limitarán a estudiar lo que hacemos'”.
No están mintiendo en verdad – ellos están creando “nuevas realidades”. Nada de lo que llamamos realidad es real para ellos. Cuando un ser humano normal habla acerca de una silla, se refiere a una silla que está ahí y que sostiene sus piernas. Está ahí aún si alguien la ve o no. Tiene su propia soberana existencia. Pero esto no es tal para el psicópata. El psicópata, con su estructura infantil interna, no puede comprender que algo también existe por su cuenta, separado de él. Lo que lo hace real es su confirmación de que es real, y sólo confirman lo que es significativo para ellos en términos de lo que quieren, de lo que los hará sentirse bien.
Si un ser humano normal exigiera evaluar la afirmación del psicópata, el psicópata diría que quien realiza la exigencia no tiene integridad, lo cual quiere decir que su posición – ¡la afirmación del psicópata – no está siendo respaldada!
Desde el punto de vista psicopático, el mundo es como un holodeck (cámara de realidad virtual a bordo de las naves de las películas y series de televisión Star Trek, N. del T.). Ellos “declaran” la existencia de las cosas. Todo es un holograma. Ellos programan al holograma. Ellos interactúan con estos de la manera que quieren. Ellos están bajo dominio total. Cuando ellos deciden cancelar un holograma, desaparece.
Un holograma no se supone que deba pensar por si mismo. Un holograma no se supone que deba medir, evaluar, valorar, etc. Y lo más importante, un holograma no se supone que pueda criticar a su amo.
Cuando esto sucede, primero lo castigan para que se ponga en línea de nuevo. Si eso no funciona, lo “desaparecen”. Y si deben matarlo, lo harán.
La experiencia nos enseña que no importa lo que digamos, no importa lo que señalemos, no importa cuanta evidencia mostremos, no tiene ningún significado para el psicópata. Ellos tienen una meta: engañar para hacerse pasar por seres humanos normales para que puedan seguir embaucándonos, controlándonos y usándonos para ganar poder y gloria porque eso es lo que los hace sentir bien.
SC: Por tanto hay una constante interacción; los perversos/patológicos no pueden dominar por si solos y necesitan aliados. ¿Por eso deben formar clanes y unírseles, ofreciendo ventajas para aquellos que sirvan a sus intereses? ¿Ventajas que los amarran a ellos, para tenerlos en el bolsillo? En otras palabras, ¡¿si el sistema es perverso, entonces todos se vuelven perversos y todo se pierde?!
Henry: Si y no. Existe una debilidad inherente al sistema patocrático. Lo que toma es tiempo. Lobaczewski describe la dinámica de las naciones de Europa del Este bajo el comunismo. Los patócratas son incapaces de crear algo genuínamente creativo. Dependen de la gente de consciencia y su creatividad. Ahora, una sociedad sin creatividad eventualmente muere. Cuando los puestos de poder en la sociedad, el gobierno, la industria y los negocios están ocupados por patócratas, la espiral hacia abajo comienza.
Al mismo tiempo, las personas normales comienzan a ver a la sociedad justo como es, y diseñan estrategias de sobrevivencia. Comienzan a reconocer que sus líderes no son como ellos.
Desafortunadamente, a medida que la sociedad recupera el sentido, ya existe otra ideología enmascarando a otro conjunto de anormales – o inclusive al mismo, listos para tomar su lugar. Cuando el comunismo se derrumbó en la Unión Soviética y en Europa del Este, los patócratas capitalistas ya estaban esperando para tomar el botín, y aún algunos de los patócratas comunistas fueron capaces de encontrar un nuevo y confortable hogar en las “nuevas” democracias capitalistas.
La pregunta es, ¿ha comenzado ya este proceso en los Estados Unidos? lugar que sugerimos es el centro de gravedad de la patocracia de hoy. Dado que los patócratas parecen manejar por agenda el reducir en millones – o inclusive billones – a la población mundial a través de guerras y otros medios, tenemos que preguntar si tendremos tiempo para que este ciclo se complete. No somos muy optimistas al respecto.
Pero aún si una expresión de la patocracia se desmorona, el sistema permanece en su lugar, dirigiendo su rumbo a otro lugar, a un nuevo “centro”.
SC: El ejemplo que viene en esta dirección es Iraq. Bush quería una guerra a cualquier costo. Bush miente y gana. Encuentra aliados de su misma estirpe, como Blair y Berlusconi. La gente que denuncia y pelea sus crímenes pierde. Parece ser un perfecto ejemplo de lo que está describiendo en su libro. Es difícil creer a veces cómo es que hay tan pocas personas que son capaces de ver lo que está sucediendo y puedan denunciar las consecuencias. ¿Es acaso imposible decir que no a estos monstruos?
Henry: ¿Y cómo dices “no” cuando los medios están completamente controlados por otros patócratas? Usted puede tomar las calles, como millones lo hicieron previo a la invasión de Iraq, pero eso no importa porque a los líderes políticos patócratas no les importa lo que la gente piense. Ellos no pudieran dar menos por los millones que protestan sus políticas – ellos tienen a la milicia y a las armas tenebrosas a su disposición. Los medios, entonces, distorsionan el mensaje de aquellos que disienten y son pintados como traidores. Ellos aún los pintan como traidores después de cuatro años y después que se ha vuelto tan claro como la luz del día que la guerra estuvo mal y que Bush y compañía mintieron en cada punto.
Los Estados Unidos aún se encuentran en Iraq y es políticamente imposible demandar más que la “discusión” sobre una posible reducción de tropas.
Así que una cuestión es ¿cuántas personas, en ese ambiente controlado, pueden ver la realidad? y segundo, en tal realidad ¿cómo reacciona y responde la gente que puede ver las mentiras para provocar un cambio?
A la mayoría le han aplastado su consciencia, han aceptado tantas promesas, que son incapaces de pensar o sentir las cosas correctamente. Creen que hay un sinnúmero de fundamentalistas islámicos listos para bombardear sus hogares y escuelas, sin importar qué tan absurda sea esta idea, y a pesar del hecho de que la mayoría de estos bombardeos son operaciones de bandera falsa (false flag operations). ¡El hecho bien establecido de que las agencias de inteligencia cometen bombardeos y luego culpan a los oponentes – es imposible argumentar que este tipo de cosas no se realizan regularmente – se vuelve menos posible de creer para la gente en los Estados Unidos, el Reino Unido y en todos los demás lugares, que el cuento de hadas de que existen cientos de fundamentalistas islámicos listos para explotarse en nombre de Alá!
Piense de vuelta en lo que Lobaczewski escribe acerca de la confusión de pensamiento que ocurre cuando alguien está en presencia de un psicópata. A través de los medios, esa confusión se esparce más allá del contacto personal inmediato y se vuelve una plaga en la sociedad. La sociedad misma se enferma.
Y para aquellos que están luchando por encontrar su salud mental, que ven las mentiras, la fuerza que están enfrentando es tan abrumadora que tal vez se den por vencidos fácilmente. El trabajo pareciera ser demasiado grande.
Laura: ¿Es acaso imposible decir “no” a estos monstruos? No. ¿Difícil? Si.
Esos individuos que piensan que el cambio puede suceder por la vía legal o política no entienden que tanto la ley como la política, por mucho, son creados y controlados por los tipos patológicos, y están hechos para su beneficio, no para el beneficio del ser humano ordinario. Así que la ley y la política son avenidas insuficientes para contrarrestar a una sociedad patológica que ha sido creada con los esfuerzos e influencia de los anormales.
Otra cosa que es importante recordar referente a la búsqueda de soluciones por la vía legal o política es que la agudeza del patológico anormal es por mucho superior a la del ser humano normal. La mayoría está familiarizado con la idea de la agudeza excepcional del demente, pero la psicopatía, en sus distintas variedades, tiene un elemento adicional: la Máscara de la Cordura.
Recientemente vimos cómo Cindy Sheehan se dio cuenta que el Partido Demócrata es sólo otra ideología bajo la cual opera la psicopatía. Ella se ha desligado y ahora, como lo entiendo, ha decidido que el lugar adecuado es el 911 Truth Movement (Movimiento por la Verdad del 11-S). Estoy apenada por informarle que los psicópatas están manejando ese show también. ¿En verdad usted cree que ellos cometerían crímenes como el 11-S y no cubrirían sus espaldas al instigar y controlar un “movimiento por la verdad” como ese?
Una y otra vez recibo cartas de grupos de acción política pidiéndome dinero y apoyo. He dado dinero y apoyo y también he escrito cartas y correos electrónicos diciéndoles que sus “acciones políticas” no van a juntar ni una pila de frijoles si no toman a consideración el factor de la psicopatía en la ecuación. Todos estaban tan convencidos de que traer de vuelta a los demócratas iba a cambiarlo todo, y el hecho es que, nada ha cambiado. Todo ese dinero y esfuerzo se esfumó. Y ahora la gente lo está entendiendo a pesar que nosotros lo hemos estado diciendo desde hace mucho.
Así que, lo diré de nuevo – y lo seguiré diciendo – hasta que le pongamos la atención que merece al conocimiento y consciencia de los seres humanos patológicos y esto se vuelva parte del conocimiento general de todos los seres humanos, no habrá manera de cambiar las cosas efectivamente y a largo plazo. Este es el primer orden de acción y si la mitad de la gente que pide la Verdad o detener la guerra o a Bush o lo que sea, enfocara su tiempo, dinero y esfuerzo en exponer a la psicopatía, tal vez lleguemos a algo.
Al final, de nuevo, el problema real es que el conocimiento de la psicopatía y el cómo es que los psicópatas dominan el mundo ha sido encubierto efectivamente y la gente no tiene el conocimiento adecuado, ponderado que necesitan para realmente hacer un cambio de pies a cabeza. Una y otra vez, a través de la historia, el cuento es “conozca al nuevo jefe, igual que el antiguo jefe”.
Cuando lidias con psicópatas, estás lidiando con una mente criminal y cuando tales mentes tienen poder absoluto – como lo tienen actualmente – no hay nada qué hacer para contenerlos – y nada los detendrá, y puede estar seguro de eso.
Bush (o más acertadamente, sus controladores) tienen casi poder absoluto sobre todas las ramas del gobierno. Usted puede notar esto si observa con cuidado que no importa qué cosa ilegal realice Bush, nadie lo llama a justicia. De todos los “escándalos” que han surgido, cualquiera hubiera derribado a cualquier otra administración, son farsas que se montan para el público, para distraerlo, para hacer pensar que la democracia aún funciona.
Hay sólo dos cosas que pueden someter a un psicópata: 1) un psicópata más poderoso; 2) el rechazo absoluto y no-violento de todos los demás a someterse a sus controles sin importar las consecuencias. Si cada persona normal en los Estados Unidos (y en donde sea) simplemente se sentara y negara levantar la mano para ayudar al psicópata a conseguir siquiera un objetivo de su agenda, en masa, si la gente rechazara pagar sus impuestos, si los soldados se negaran a pelear, si los empleados gubernamentales y zánganos corporativos se rehusaran trabajar, si los doctores se negaran tratar a las élites psicopáticas y sus familias, todo el sistema frenaría con un estruendoso rechinido.
Pero eso sólo puede ocurrir si las masas de gente SUPIERAN sobre psicopatía y todos sus horribles detalles. Sólo si supieran que están tratando con criaturas que en realidad no son humanas, pudieran entender lo que deben hacer. Y sólo entonces cuando sean lo suficientemente miserables, y esa miseria que el psicópata infringirá sobre ellos al comienzo de su resistencia sea comparable con la que sienten, entonces tendrán la voluntad para hacer esto. Eso, o el entendimiento que el mundo que los psicópatas están creando para sus hijos o en todo caso el amor por el futuro de la humanidad los motivará a resistir.
SC: Chirac, después de decir no a Iraq, ¿hizo grandes concesiones a Bush por temor a convertirse en el chivo expiatorio? ¿Los perversos necesitan chivos expiatorios?
Henry: Imagine que usted es un político con consciencia enfrentando a un mundo dominado por gente que está dispuesta a usar cada truco del libro para retener el poder: chantaje, intimidación, amenazas. ¿Hasta qué punto el escándalo en Francia sobre las finanzas de Chirac fue usado para someterlo, mientras fue gobernante de París? Sólo podemos especular.
Sabemos que Bush estaba espiando ilegalmente a los ciudadanos estadounidenses. ¿Lo estaba haciendo para recolectar información que pudiese ser usada para chantajear o intimidar a líderes de oposición o periodistas que estaban haciendo demasiadas preguntas? Creo que seríamos muy ingenuos si no consideráramos esta posibilidad.
Laura: ¡Algunas veces bromeo que hoy día probablemente puedes discernir quiénes son los buenos de los malos por la cantidad de prensa negativa que reciben! Pero en realidad no es tan simple. No podemos olvidar que la verdadera guerra es entre la Élite de Psicópatas Controladores y los Humanos Normales. ¿Acaso los perversos necesitan chivos expiatorios? Desde luego, es parte del show que están montando para todos nosotros. Justo como lo es el crear operaciones de bandera falsa para dirigir la animadversión hacia aquellos que desean destruir, así que cabe enteramente dentro de su estilo de operación el jugar al “policía bueno vs policía malo”. Eso es Maquiavelismo básico.
SC: La dinámica que describes es también aparente en el uso de los medios. Periodistas que defienden la doctrina del Eje Tel-Aviv-Washington tienen completa libertad para apoyar estas guerras. ¿Son ellos parte de los monstruos? ¿Debiéramos poner a estos mentirosos en lo medios dentro del 6%? ¿Cómo es que el público no ve que son impostores?
Henry: Una vez que el sistema toma su lugar, aquellos que son moralmente débiles correrán a defenderlo a cambio de privilegios personales. Su propio interés los expone al contagio. Por tanto no es necesario que cada individuo caiga dentro de los tipos descritos por Lobaczewski. Existen miles de individuos débiles y moralmente corruptos deseosos de cumplir las órdenes de aquellos en el poder si eso significa fama y fortuna o inclusive solamente una vida decente y ser dejado en paz.
Lo cual no es lo mismo a decir que los medios están libres de psicópatas, caracterópatas u otros tipos delineados por Lobaczewski.
SC: Para protegernos del mal, entonces, parece que cada uno de nosotros debe preguntarse si estamos ante la presencia de una de estas retorcidas personas que mienten y que sólo buscan su propio interés. Pero la gente no puede creer que estos perversos/patológicos son personas que se alimentan de la maldad, se alimentan de conflictos. El libro describe esto con maestría: los conflictos son su alimento; aman este conflicto, ellos necesitan este conflicto para existir. Una persona normal no puede imaginar que en una sociedad hay cierto número de personas que no pueden hacer otra cosa que no sea alimentarse de maldad. ¿Piensan que la gente normal sienta que algo no está bien pero que no pueden entender que son víctimas y que sufren por las mentiras y manipulaciones de los perversos/patológicos?
Henry: Si. Pero se necesita de alguien con un carácter fuerte para levantarse y decir que lo que sabe está correcto de frente a la extendida oposición social. También tenemos la tendencia a dar a otros el beneficio de la duda porque proyectamos nuestras propias formas de pensamiento y comportamiento en ellos. Si no estamos conscientes que existen personas que genéticamente son incapaces de tener empatía y sentimientos por los demás, o cuya consciencia ha sido aplastada y destruida por su experiencia de vida (y no pueden curarse), y si no sabemos cómo funcionan y manipulan, permaneceremos como víctimas.
Como alguien que ha sido parte de organizaciones y asociaciones trabajando por el cambio social, usted ha visto las mismas dinámicas llevarse a cabo. El trabajo bueno y sincero de muchos puede ser destruido por las acciones de una sola persona. ¡Eso no da muchas esperanzas de llevar algún tipo de justicia al planeta! Únicamente cuando aquellos que son psicológicamente normales entiendan que tenemos un depredador natural, un grupo de personas que nos ven como una 'variedad para-específica', podrán abrirse al aprendizaje de esta raza parecida a la humana.
Laura: Si hay algún trabajo que merezca el esfuerzo a tiempo completo y la devoción por el bien de ayudar a la humanidad en estos oscuros tiempos, es el estudio de la psicopatía y la propagación de la información de la forma más amplia y extendida posible. Para cualquiera que de verdad quiera hacer algo, llevemos el conocimiento de los patógenos sociales a la gente, aprendamos a identificarlos primero, y luego podremos decidir cómo proceder a partir de ahí.
SC: La gente normal, aquellos con consciencia, trabajan para encontrar un punto de acuerdo entre los dos. ¿Dirían ustedes que el ser amable con ellos es un error porque los perversos/patológicos no tienen ninguna consciencia, ningún escrúpulo, y no son tímidos para tomar puestos de poder, aún si son incompetentes?
Henry: Hablamos de esto antes cuando describíamos a la sociedad como en un juicio, todos tratando de encontrar la verdad en algún punto intermedio. Mientras exista la idea del punto medio, la gente de consciencia siempre perderá. Los psicológicamente anormales deben ser removidos de cualquier bastión donde tengan poder sobre la gente de consciencia, punto. Debe hacérsele entender a la gente que tales individuos existen y que deben aprender cómo identificarlos y a sus manipulaciones. La parte difícil es aquella donde debemos luchar contra las tendencias de piedad y amabilidad dentro de nosotros para no convertirnos en presas.
SC: La gente normal necesita tomar consciencia de que no toda la gente es fundamentalmente buena y no necesariamente toman decisiones que son buenas para la sociedad. A los perversos/patológicos no les importa la moralidad, para ellos, sus objetivos personales son los que cuentan. Pueden mentir sin sentirse implicados con lo que dicen en lo mas mínimo. Tomando el caso de Bush, por ejemplo. Puede decir cualquier cosa y no se avergüenza al mentir. ¿Los perversos/patológicos no tienen escrúpulos para mentir, para destruir un país, un pueblo entero, mientras sirva a sus intereses?
Henry: La idea de que “todos los hombres son creados iguales” y que somos fundamentalmente buenos se nos inculca desde el momento que nacemos. Nos enseñan que Dios nos hizo a su imagen, que todos tenemos la chispa divina por dentro.
Pero la ciencia está demostrando que este cuento de hadas religioso no es verdad. La humanidad tiene un depredador natural, el psicópata, y este depredador es invisible porque no hay maneras fácilmente discernibles para establecer esta diferencia.
Mas aún, a través de la historia hemos sido divididos en grupos de acuerdo a nuestros atributos físicos, culturales, religiosos y otras distinciones fácilmente reconocibles que los psicópatas pueden señalar en nosotros mientras nuestro enemigo verdadero permanece enmascarado.
¡Nos hemos topado inclusive con libros de psicopatía que intentan presentar el caso de que todos somos psicópatas! Entonces vemos que se intenta contener el daño. Lobaczewski discute el uso de la psicología y la psiquiatría como herramienta de la patocracia en el comunismo. Bueno, vemos lo mismo hoy día en los Estados Unidos. ¡Existen anormales que se convierten en psicólogos y psiquiatras y que tratan de reescribir a la psicología desde el punto de vista patológico!
SC: ¿Es un punto débil de nuestra sociedad la tolerancia con la que vemos a estos monstruos? Esto les permite crear más conflictos y matar a más inocentes.
Henry: ¿Es tolerancia o ignorancia? La gente no está al tanto de que existen categorías de personas, la gente que llamamos 'casi humanos', que se ven como nosotros, que trabajan con nosotros, que hay en todas las razas, culturas, que hablan todos los idiomas, pero que carecen de consciencia – y si existe algo que realmente separa al hombre de los animales, yo sugeriría que es eso: la consciencia.
Somos tolerantes con otros, a pesar de los más horrendos crímenes, porque proyectamos nuestro propio estado interior en ellos, asumiendo que cuando expresan remordimiento, están arrepentidos. Pero para estos anormales, no existe el arrepentimiento, solo están actuando, están levantando un teatro diseñado para engañarnos y que pensemos que “son como nosotros”.
SC: La única cosa por hacer, entonces, es continuar hablando con la verdad. Y decirnos que aún si aquellos que mienten siempre ganan, a largo plazo, cuando mas y mas personas digan lo mismo, poco a poco ¿esta verdad tal vez haga que la gente piense?
Henry: La verdad es la única cosa por la que vale la pena seguir trabajando. Lo que nos separa de los psicópatas es nuestra consciencia, y nuestra consciencia se convierte en la voz de la verdad. La verdadera consciencia – si la escuchamos – se eleva por encima del comportamiento animal ejemplificado por los patócratas. Piense en los horrores de Abu Ghraib. Si la consciencia de esos soldados no se hubiera puesto a dormir (asumiendo que tenían una), se habrían rehusado a llevar a cabo esas atrocidades. Si la voz de la consciencia pudiese ser escuchada por los billones de personas que la tienen, no habría una guerra más. Se encontrarían otras maneras para resolver diferencias. Si escucháramos a nuestra consciencia, no habría hambrunas porque sentiríamos el dolor y el sufrimiento de aquellos muriendo sin comer y no podríamos ser capaces de no hacer nada. Y necesitamos pensar en nuestras vidas, las maneras que matamos nuestra consciencia, y comenzar a tomar dolorosas decisiones y escucharla antes que se vaya para siempre.
Si pudiésemos de verdad entender la diferencia entre alguien con consciencia y alguien sin consciencia, podríamos ver cómo nuestro mundo se ha infectado con esta patología a través de la historia. Con este conocimiento, y su aplicación a plena consciencia de lo que hacemos, un nuevo mundo podría de verdad renacer.
SC: En conclusión, hay manipuladores por todos lados. Forman parte de una sociedad que está estructurada de acuerdo a este modelo, una estructura que les permite comportarse de acuerdo a este funcionamiento psicológicamente perverso en donde quiera que intervienen. Son personas retorcidas, que no defienden ningún código moral, listas para hacer todo por defender sus intereses. Son más y más numerosas. No necesariamente están ligadas a una ideología en específico. ¿Y en el momento que comencemos a sospechar que alguien es parte de este porcentaje de gente anormal, necesitamos tomar una actitud diferente?
Henry: Si. Necesitamos aprender cómo decir no a las manipulaciones. Eso significa que necesitamos conocer las maneras en que somos manipulados y rehusar ser parte del baile.
Laura: Resumiendo, el ser capaz de estafar, competir y mentir ha probado ser una adaptación estupendamente exitosa. Por tanto, la idea de que la selección bajo presión pudiese provocar que la santidad se expanda en una sociedad no parece posible en la práctica. No parece factible tratar de competir con genes que promueven la competencia. “Los buenos chicos” sólo logran ser comidos o aislados. La gente feliz que está inconsciente también es comida o aislada. La felicidad y la amabilidad hoy día es escasamente rara, y la miseria y sufrimiento de aquellos que son capaces de verdaderamente sentir, que son empáticos hacia otros seres humanos, que tienen una consciencia, es muy común. Y las manipulaciones psicopáticas están diseñadas para hacernos psicópatas a todos nosotros.
Sin embargo, una predisposición a la consciencia, a la ética, puede prevalecer siempre y cuando también sea posible de implementar un nivel mas profundo del altruismo: el hacer del objeto de su empatía el ideal más elevado para catalizar la libertad y el altruismo en el sentido abstracto, por el bien de otros, incluyendo nuestros descendientes.
En pocas palabras, nuestro “propio interés” debería estar enfocado en asegurarse colectivamente que todos los demás estuviesen felices y bien dispuestos también; y también en asegurarse que los niños que traigamos a este mundo tengan la opción de ser constitucionalmente felices y benevolentes hacia el otro.
Esto quiere decir que si la psicopatía amenaza el bienestar futuro del grupo – lo cual está sucediendo – entonces sólo puede ser lidiada con un rechazo generalizado a ser dominado a nivel individual, a nivel personal. El preservar la libertad del ser en el sentido práctico, en última instancia preserva la libertad de otros. La protección de nuestros derechos ASI COMO los de los demás, subraya el libre albedrío y el potencial de felicidad para todos. Si un psicópata mutante es una amenaza latente, entonces la verdadera empatía, la verdadera ética, la verdadera consciencia, dicta el uso de terapia profiláctica contra los psicópatas.
Así que de esta manera el identificar al psicópata, cesar nuestra interacción con ellos, cortándolos de nuestra sociedad, haciéndonos inaccesibles como “alimento” u objetos de engaño y uso, es la estrategia mas efectiva que podemos implementar.
Notas:
1.Por un lado, existe la descripción tradicional de la psicopatía derivada de la vieja tradición europea discutida por Lobaczewski, combinada con la tradición norteamericana de Hervey Cleckley, Robert Hare y otros. Este es un acuerdo general con las experiencias de psiquiatras practicantes, psicólogos, personal de la justicia criminal, psicopatólogos experimentales y aún miembros del público que han tenido encuentros personales con la psicopatía.
Por otro lado, es lo que se llama un movimiento “neo-Kraepeliniano” (nombrado por Emil Kraepelin) en la psicodiagnosis el cual está estrechamente relacionado con investigaciones provenientes de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri. Esta última visión está mas alineada con el criterio de diagnóstico del manual de psiquiatría Estadounidense conocido como DSM-III, DSM-III-R y DSM-IV. El acercamiento fundamental de esta escuela es que el análisis de un psicópata recae casi enteramente en comportamientos públicamente observables o conocidos lo cual lleva hasta lo que actualmente se conoce de los psicópatas: su habilidad de encubrir su verdadera naturaleza. El argumento que se presenta es que un médico es incapaz de analizar con certeza características interpersonales o afectivas. Otra suposición es que una temprana adopción delincuencial es un síntoma cardinal de ASPD (Antisocial Personality Disorder – Trastorno antisocial de la personalidad). Esto tiende a imponer un fuerte énfasis en el comportamiento delincuencial y antisocial, por ejemplo, comportamientos públicamente observables que tal vez no tengan conexión con la estructura interna del individuo.
De cualquier manera, el DSM-III decidió que los psicópatas pertenecían a la clasificación de “Trastorno antisocial de la personalidad”.
El criterio para el ASPD del DSM-III se decidió por un comité de la Asociación Americana de Psiquiatras y fue revisada apenas por otro comité del DSM-III-R. El criterio del DSM-IV también fue decidido por un comité, con poca consideración de la investigación empírica. Estos criterios están menos enfocados al comportamiento, y por tanto, de alguna manera asemejan al criterio para otros desordenes de la personalidad del DSM-IV.
Por problemas con el diagnóstico del ASPD en el DSM-III y el DSM-III-R, la Asociación Americana de Psiquiatras llevo a cabo un juicio multi-sede para colectar datos en preparación para el DSM-IV. El juicio en campo fue diseñado para determinar si los rasgos de personalidad podrían incluirse en el criterio para determinar el ASPD (el cual se basa únicamente en comportamientos públicos) sin reducir confiabilidad. La intención de aquellos médicos que hicieron proselitismo a favor de esto era el meter al ASPD de regreso a la línea de la tradición clínica y terminar con la confusión entre ASPD y la Psicopatía.
Los resultados en campo demostraron que la mayoría de los rasgos de personalidad que reflejan los síntomas de psicopatía eran tan confiables como los artículos específicos de comportamiento del DSM-III-R, por tanto, invalidando la premisa original que excluía a la personalidad del diagnóstico de la ASPD/psicopatía. ¡Además, el PCL-R de Hare en realidad mide los rasgos latentes de psicopatía a lo largo de todo el rango! Análisis similares en campo demostraron que el criterio para el ASPD era menos incriminante para el rasgo de psicopatía, ¡particularmente a altos niveles! ¡En otras palabras, el criterio para el ASPD establecido en el DSM-III-R estaba designado – intencionalmente o no – para excluir a los más psicópatas entre los psicópatas!
A pesar del hecho de que a raíz de este estudio había una base empírica para incrementar los contenidos del criterio de ASPD en el DSM-IV, esto no sucedió; el criterio adoptado para el DSM-IV ni siquiera fue evaluado en el estudio en campo.
La descripción del DSM-IV respecto al ASPD (la cual lee “también conocido como psicopatía”) contiene referencias a características tradicionales de psicopatía, pero, es incongruente con el criterio de diagnóstico formal de muchas maneras.
Una de las consecuencias de la ambigüedad inherente al criterio de ASPD/psicopatía del DSM-IV es que deja la puerta abierta para casos judiciales donde un médico pueda decir que el demandado cumple con la definición de ASPD del DSM-IV, y que otro diga que no, ¡y ambos estar en lo correcto! El primer médico puede usar los criterios del diagnóstico formal exclusivamente, mientras que el segundo diga “si, el demandado tal vez cumpla con el criterio formal, pero el o ella no tiene los rasgos de personalidad descritos en la sección de “Características Asociadas” del DSM-IV”. En otras palabras, un buen psicópata con un buen abogado puede cometer cualquier crimen y salirse con la suya. El fracaso del DSM-IV para diferenciar entre la psicopatía y el ASPD puede (y sin duda lo hará) tener consecuencias muy serias para la sociedad.
1 comentarios:
Excelente artículo y traducción.
Muchas gracias!
:)
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