Los ejes del mal según Clinton-Obama

10/05/10
La Haine

El embajador de EE.UU. no sólo entró de lleno en la “dirección efectiva” del gobierno Zapatero, sino que abordó directamente el control político de Falsimedia...Siga leyendo, haciendo click en el título...Preámbulo sobre colonias y vasallajes

Hace más de tres semanas –el día 7 de abril- que el recién llegado embajador de Obama en Madrid era el invitado especial de un desayuno, “organizado ex profeso” por Europa Press, para que los periodistas de los grandes medios, los intelectuales del sistema y los políticos del “arco parlamentario” conociesen al ilustre personaje.

La ocasión para dirigirse a la Falsimedia española y lanzar consignas desinformativas, que se transmitirían después por la estructura mediática hasta determinar el “contenido de toda la maquinaria de fabricación de la opinión pública”, no podía ser más oportuna. Se trataba de incidir directamente en el “gran debate” de los “derechos humanos en Cuba”.

Alan Solomont la aprovechó a fondo.

Anunció públicamente y con la mayor naturalidad (el descaro es lo “natural” en el lenguaje de los los embajadores de EEUU) lo que Washington esperaba del gobierno español: Zapatero debería impulsar la Posición Común de la Unión Europea como “presidente de turno” de la misma y también como presidente del gobierno español. Así pues, el diplomático de Obama recordaba claramente al “Zapatero-Cándido” y al “Moratinos-Pangloss”, que gobernaban una provincia del Imperio sometida a la obediencia y la lealtad a Washington. El parloteo febril y nervioso del “presidente súbdito” se inició inmediatamente.

Zapatero -cuya policía estaba golpeando brutalmente a los trabajadores y trabajadoras en paro que osaban protestar contra la precariedad, la implantación del “contrato libre”, la eliminación de todo derecho laboral y social, y la total indigencia familiar-; salió de su pasmo habitual, adoptó la pose “responsable-mefistofélica” de su guión de personajes mediáticos, y dirigió gestos y palabras airadas contra Cuba. Los ángulos de las cejas se agudizaron hacia el cielo mientras los ojos de Rajoy giraban enloquecidos.

Lloró Zapatero por las “damas de blanco” mientras las policías de toda Europa, la suya incluida, repartían brutales palizas y pateaban sin clemencia a los manifestantes.

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